Movimientos Democráticos en la UNAM VI (1972-1980).

 

El Autogobierno de la Escuela Nacional de Arquitectura (Cuarta Parte).

Alfredo Macías Narro

Mayo 2010.

Los segundo y tercer problemas, fueron superados una vez que, establecidos los canales de comunicación dialógica con la base trabajadora, se pudo ganar su confianza y se logró, al fin, poder intercambiar puntos de vista, acerca de la línea política a seguir en la relación conjunta con el Infonavit, con lo que se pudo, igualmente, fortalecer la interdependencia con los trabajadores y estrechar los lazos de vinculación política, supuestos y esperados desde el inicio de la experiencia. La participación de la base trabajadora, consistió fundamentalmente en, por una parte, esforzarse en entender la problemática que encerraba la solución política, aparte de la técnica, a sus requerimientos de vivienda y, por la otra, como consecuencia importante del trabajo de acercamiento y sensibilización realizado por el GEP-2, muchas veces realizado de manera informal, en el comedor, en las banquetas o en los parques; los trabajadores de base exigían con firmeza y claridad a sus comisionados de vivienda rendición de cuentas y entrega de resultados.

Con respecto del cuarto problema, es decir, la relación con el Infonavit, la ENA-AUTOGOBIERNO manifestó con toda claridad su postura:

“… el éxito o fracaso del trabajo no dependería únicamente de nuestro esfuerzo (GEP-2), sino del compromiso de las tres partes: La Universidad, los Obreros y el Estado, en la medida que fueren capaces de transformar sus propias reglas tradicionales de actuación, haciendo hincapié en (…) no considerar al Autogobierno como ‘un profesional más’, contratado por el Infonavit”.[1]

La condición impuesta por el Infonavit, resultaba en un cierto contrasentido, al argumentar que no podían recibir un trabajo realizado gratuitamente, ni siquiera a título de donación que pudiese realizar la ENA-AUTOGOBIERNO a favor de los trabajadores. Esto obligó a constituir una figura legal, por parte de la escuela, que le permitiera adquirir personalidad jurídica; bajo estos términos, se formó la asociación civil denominada “Vivienda y Comunidad, A. C.” que, conformada por alumnos y profesores, pudiese celebrar los contratos necesarios con el organismo estatal. Los estatutos de la asociación, estipulaban la total y absoluta dedicación a la atención del problema de vivienda en México, así como dar un apoyo permanente a la ENA-AUTOGOBIERNO.

El quinto problema del orden político, si bien desde nuestro punto de vista nunca se pudo resolver del todo, en buena medida se subsanó al rendir siempre cuentas claras del uso y destino de los fondos obtenidos del Infonavit, por concepto del trabajo profesional realizado, tanto en gabinete, como en campo. Parte de estos recursos, fueron empleados en el pago de “supervisores”, es decir, se consideró conveniente extender invitación abierta a la comunidad de la ENA-AUTOGOBIERNO, a fin de concretar el compromiso de supervisión, en la etapa de construcción con la participación de estudiantes de servicio social, actuando en tal calidad; para ello, se ofreció un pequeño número de “plazas” (cinco, aunque sólo se cubrieron tres), con honorarios y gastos de estancia en Cd. Sahagún, en tanto que otra parte de los recursos, obviamente, se destinaron a sufragar los gastos del GEP-2/Supervisión que, conformado por 8 estudiantes, se trasladó a l lugar de la obra, en Cd. Sahagún, Hgo., a efectuar los trabajos de supervisión de la construcción de las 174 viviendas, que componían el Tema.

En lo tocante a la cuestión académica, el primer problema planteado fue determinar, en la medida de lo posible, los alcances, requerimientos e implicaciones del tema. La ENA-AUTOGOBIERNO atravesaba por un proceso político-pedagógico muy complicado y, en las fechas en que se dio inicio al trabajo de gabinete, el plan de estudios en vigor, si de suyo ya había quedado rebasado, con las exigencias de los temas reales y, en particular éste, demostró fehacientemente que la atomización del conocimiento en asignaturas dispersas y aisladas era un sinsentido absoluto.

Ante la falta de aprobación en ese momento, por parte de las autoridades de la UNAM, de la propuesta de un nuevo Plan de Estudios, congruente con las necesidades objetivas de nuestra formación personal y profesional, había que hacer un enorme esfuerzo de conciliación de tiempos, de los calendarios escolares, con la demanda real de aplicación concreta al problema planteado. El hecho de que el GEP-2 se concentrara en brindar una respuesta al planteamiento de los trabajadores, impidió desde el principio su sujeción a los tiempos académicos que, por añadidura, eran tan diferentes, como distintos eran los niveles escolares de sus miembros.

“… la respuesta a una demanda real, la cual no pudo estar sujeta nunca a los tiempos académicos demandados por el Autogobierno ni a los programas horizontales, los cuales no se pudieron adaptar a las oscilaciones y contratiempos de la realidad, originó un continuo y permanente divorcio entre el GEP-2 y la comunidad del Autogobierno” [2]

Muy frecuentemente, las exigencias de trabajo del tema, demandaron ritmos muy diferentes de los acostumbrados semestrales, llevándonos a adoptar formas más flexibles y que se fueron adecuando a las fluctuaciones del trabajo mismo; se llegó a dar el caso, al inicio del tema, que se trabajara ininterrumpidamente durante casi tres años, sin atender los recesos intersemestrales y tomando algunos días de descanso, de manera escalonada, los integrantes del grupo.

 

 


[1] Introducción a la Tesis Profesional colectiva: “Experiencia académica de la ENA-AUTOGOBIERNO en base a un tema real de vivienda obrera en Cd. Sahagún, Hgo.” Contreras Rodríguez Silvia, Iturbe Bonilla Ma. Elsa, Pozo Pereyra Víctor Manuel del, Rodríguez Becerra Efraín, Silva Hidalgo Roberto, Vargas Pino Juan Gerardo y Vázquez Días Gerardo. Méx. 1977.

[2] Ibíd. 

 

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