La Represión. III/III. Civiles asesinados por las fuerzas armadas.

Civiles asesinados por las fuerzas armadas.

  • Fotocomposición. Alfredo Macías Narro. Noviembre de 2014.

La Guerra del ‘Yaqui’

Tras el último tramo importante de las ‘guerras Yaquis’ en 1927 año en que la aviación militar efectuó ataques contra las tribus yaqui (en sus distintas ramificaciones) en Las Caponas, Huiribiri, Las Arenas, la Sierra de Bacatete, Punta del Agua, Agua Caliente, Tetacombiate, los Cañones de Huapan y de las Higueras, Sierra de la Virgen, y del Cajón, el cerro del Gallo, el cerro Zamahuaca, Cruz de Piedra y Pitahaya (entre otras comunidades). El origen de las mal llamadas ‘Guerras del Yaqui’, es la defensa a ultranza de los pueblos originarios contra el despojo de sus tierras comunales, del libre acceso al agua y de sus recursos naturales. Hoy día prosigue su amarga lucha contra las mineras canadienses, los corruptos gobiernos estatal y municipales y contra la violación abierta del gobierno federal de los pactos y convenios suscritos.

El acoso contra las tribus yaqui continúa en este 2014, al impedirse, nuevamente, el libre acceso a los recursos naturales, particularmente el agua.

Masacre de Chilpancingo

En 1960 estudiantes realizaron un movimiento para exigir, entre otras cosas, la autonomía de la Universidad de Guerrero. Estalló una huelga general el 21 de octubre de 1960.

Ese día, un soldado le disparó a un electricista que colgaba una manta a una cuadra de la Universidad y murió instantáneamente. Este hecho provocó el descontento de estudiantes y ciudadanía en general que se concentraron en la Alameda ‘Francisco Granados Maldonado’ de Chilpancingo. Al mismo tiempo, el Batallón de Infantería se acercó a la zona y el general a cargo sugirió a los manifestantes abrir paso a los soldados, sin embargo éstos se resistieron. Al ver la negativa, el jefe militar ordenó disparar a la multitud. El movimiento culminaría con la masacre de entre 17 y 23 personas (aún hoy en día no hay cifra oficial) por parte de tropas del Ejército mexicano, el 30 de diciembre(1960), en el centro de la ciudad.

Masacre de Tlatelolco

El movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social en el que además de estudiantes de la UNAM, Chapingo, el IPN y hasta una cincuentena de instituciones educativas de todo el país,  participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México y que, en una escalada de violencia sin precedentes del gobierno mexicano, culminó en la masacre de Tlatelolco ocurrida el 2 de octubre  de 1968 en la ‘Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco’.

El acto de genocidio se cometió en contra de una manifestación pacífica por el ejército mexicano y el grupo paramilitar ‘Batallón Olimpia’ fraguada por el gobierno mexicano  en contra del Consejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento. Una columna de asalto tomó la plaza sin mediar solicitud de dispersión de la concentración, ni aviso preventivo de clase alguna. A las 18:00 Hrs una o más bengalas fueron soltadas desde un helicóptero militar, señal para iniciar la ocupación; según las investigaciones más serias, el ‘Batallón Olimpia’ estaba ya apostado en las azoteas de al menos dos edificios e iniciaron el fuego contra las tropas que avanzaban; éstas procedieron a contestar el fuego ha cia las azoteas y balcones, pero casi de inmediato el fuego graneado se dirigió contra la aterrada multitud.

Debido a la acción gubernamental al pretender ocultar información, no se ha logrado esclarecer exactamente la cantidad oficial de asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados. La fuente oficial reportó en su momento 20 muertos, pero las investigaciones actuales deducen que los muertos podrían llegar a varias centenas y responsabilizan directamente al gobierno de México. El corresponsal de la BBC de Londres en México, Julian Petiffer, quien presenció los hechos, mencionó en un despacho noticioso:

“En una destacable demostración de estupidez, brutalidad, o ambas juntas, el ejército y la policía pasaron fuego de ametralladores por miles de manifestantes pacíficos y gente que iba de paso por el lugar…” y estimó el número de estudiantes asesinados en (al menos) 200”.

Politólogos e historiadores coinciden en señalar que este movimiento y su terrible desenlace incitaron a una permanente y más activa actitud crítica y opositora de la sociedad civil, principalmente en las universidades públicas,así como a alimentar el desarrollo de guerrillas urbanas y rurales  en los años setenta .

Autores como Fernand Braudel , Immanuel Wallerstein  y Carlos Antonio Aguirre Rojas  coinciden en señalar al movimiento de México inserto en un contexto planetario de luchas sociales surgidas y recreadas de las universidades luego de vivirse un periodo de bonanza económica por la Posguerra, siendo Braudel el primero en denominar al movimiento Revolución cultural de 1968′, caracterizado por revolucionar para siempre los tres principales espacios de recreación de la cultura: la familia, los medios de comunicación y la escuela.

Un ejemplo más reciente es la respuesta armada del gobierno federal contra el EZLN, si bien es cierto que éste realizó una declaración abierta de guerra contra el gobierno mexicano y a los pocos días se decretó unilateralmente el cese al fuego, también es verdad que la estrategia de lucha del gobierno es de claro desgaste contra el EZLN y ha adquirido, desde entonces y a la fecha, las características de ‘Guerra de baja intensidad’.

La lucha indígena por la reivindicación de sus derechos políticos, culturales y sociales, tiene como telón de fondo la lucha por la preservación de los recursos naturales y su libre acceso a ellos; en contraparte, la voracidad del gobierno, en contubernio con grandes corporaciones multinacionales, codicia los recursos petrolíferos del subsuelo de la zona zapatista, (municipios de Ocosingo y Las Margaritas)  particularmente de los ‘Montes Azules’, en lo profundo de la selva lacandona y declarada reserva de la biósfera.

“En efecto, hay una guerra contra los pueblos. Una guerra colonial para apropiarse de los bienes comunes, lo que supone la aniquilación de aquellas porciones de la humanidad que obstaculizan el robo de esos bienes, ya sea porque viven encima de ellos, porque se resisten al despojo o, simplemente, porque sobran, en el más crudo sentido de que son innecesarios para la acumulación de riqueza. 

Una guerra colonial, además, por el tipo de violencia que utiliza. No sólo se asesina. Se decapita y se desmiembra para regar las partes a la vista de la población, como escarmiento y advertencia. Para infundir miedo. Para paralizar, impedir cualquier reacción, en particular las acciones colectivas”. Raúl Zibechi; ‘La masacre como forma de dominación’ La Jornada/311014.

“Las Fuerzas Armadas de México actuaron según las estrategias de contrainsurgente, propias de la década de los años 70; por ello, se vieron en la necesidad de modernizarse, decisión que los insurgentes y las organizaciones sociales que simpatizaban con su lucha, identificaron como una escalada a la militarización. Este proceso incluyó una extensa reorganización del ejército, incluyendo su participación directa en la seguridad interna, un aumento significativo en el presupuesto, y la ayuda directa de El Pentágono.

La estrategia del gobierno fue la de establecer un cerco, no clásico de aniquilamiento a la subversión, sino un cerco de aniquilamiento por aislamiento y fue lo que se ensayó con mayor éxito y eficacia para evitar que el movimiento guerrillero se extendiera fuera de territorio chiapaneco. El Gobierno federal desarrolló diversas tácticas de cerco como la introducción de vías de comunicación, carreteras para el ingreso de las tropas y para dividir a las comunidades zapatistas con políticas de combate a la pobreza; el control militar de la entrada y salida de personas en las zonas zapatistas, el paramilitarismo, así como el bloqueo parcial del apoyo extranjero al EZLN a través de las organizaciones no gubernamentales de España e Italia”. José Luis Piñeyro, especialista en temas castrenses de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Masacre de El Charco

La masacre perpetrada en la Escuela Primaria  “Caritino Maldonado Pérez”, de la comunidad de ‘El Charco’ en el estado de Guerrero, el 7 de junio de 1998, puede considerarse como un crimen de lesa humanidad, un acto doloroso de política de exterminio a las comunidades indígenas en extrema  pobreza  de  nuestro  país,  revela  el  informe  sobre  esos  trágicos  acontecimientos presentados  por  la ‘Red  Solidaria  Década Contra  la  Impunidad’  AC,  en  la  sede  del  Centro  de Derechos Humanos ‘Miguel Pro Juárez’.

Cerca de 300 efectivos, al mando del general Juan Manuel Oropeza Guernica, comandante de la 27 Zona Militar (el mismo que resultara herido en un enfrentamiento con el EPR el 24  de mayo de 1997 en El Guanábano, Atoyac de Alvarez), tomaron posiciones alrededor de la escuela, en la que imparten  primaria  completa  los  jóvenes  profesores  Celestino  Maximino  Rojas,  Juan  José Morales y Valentín Zavala Ortega, este último encargado de la dirección.

Los sobrevivientes Ericka Zamora Pardo y Efrén Cortés Chávez elevaron el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Resalta la declaracion Ministerial de Ericka Zamora Pardo quien señaló;

“Mi declaracion ante el  MPF  fue  obtenida  bajo  presión  de  los  agentes  de  Gobernación,  quienes  me  obligaron  a declarar  y  a  involucrar  a  personas.  Esta  declaración  fue  firmada  bajo  tortura,  ya  que  me vendaron los ojos, me desnudaron y me dieron toques eléctricos en los pies, me inyectaron y me obligaron  a  ingerir  sustancias  desconocidas,  me  amenazaron  con  desaparecerme,  esta declaración fue filmada y grabada en la zona Militar… el Ejército fue el primero en disparar, que  la  gente  estaba  desarmada  y  que  a  pesar  de  que  se  rindieron  y  pidieron  perdón  los mataron, a algunos heridos les dieron el tiro de gracia”.

Al lugar de los hechos se impidió la entrada de periodistas y de ONG’s defensoras  de derechos humanos hasta después de 2 días; tiempo en el cual las autoridades se encargaron de borrar todas las evidencias de los hechos.

Masacre de Atlatlaya

Ahora, como un sangriento colofón de una historia que parece interminable, en el poblado de ‘El Limón’, municipio de Atlatlaya, Edomex., el ejército mexicano ejecuta a mansalva y con total premeditación, alevosía y ventaja a 22 civiles el 30 de junio de 2014.

Describió la agencia de noticias estadounidense ‘Asociated Press’ y coincidiendo con la versión del  director  de  la  división  para  las  Américas  de  la organización internacional ‘Human Rights Watch’, José Miguel Vivanco, al afirmar que el asesinato por parte de elementos del Ejército Mexicano de un grupo de 22 presuntos delincuentes es la peor  masacre  de  civiles  del  sexenio  del  Presidente  Enrique  Peña  Nieto.  Afirmó  asimismo Vivanco en un comunicado;

“El  testimonio  de…  testigo  de  lo  ocurrido  en  Tlatlaya  reflejaría  que  estamos  ante  la  peor masacre de civiles por parte de militares de este sexenio”.

El criminólogo, José Luis Mejía Contreras por su parte describió que en la mayoría de las fotografías que  se  dieron  a  conocer  de  los  muertos  en  Tlatlaya,  los  cuerpos  fueron  puestos, asimismo, las armas que aparecen fueron sembradas.

El perito forense describió que, en la mayoría de las fotografías que se dieron a conocer de los muertos en Tlatlaya, los cuerpos fueron puestos; 

“… porque una víctima con impactos de bala de grueso calibre no te va a caer con los pies  cruzados, que nos conlleva que fue cargado”.

Lo anterior, en referencia a uno de los cuerpos que aparece con los pies cruzados y en posición con los brazos abiertos.

Asimismo, en entrevista para el programa “Fórmula Detrás de la Noticia”, dijo que la mayoría de los cuerpos presentan manchas de tierra de que estuvieron hincados.

Igualmente,  José  Luis  Mejía  Contreras,  recalcó  que; 

“Las  armas  que  aparecen  en  los  cuerpos fueron sembradas y un ejemplo claro, es el arma que se aprecia en una de las fotografías, la cual está en el piso, se ve el cargador de la misma y sobre éste otro cargador”.

¿Qué nos depara el futuro con un sistema de gobierno corrupto y criminal y un Estado fallido, que ante su propia miseria, deviene en cínico e impune genocida?

¡¡¡YA BASTA!!!

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