La educación al revés
Alfredo Leal Lebrez
20 de mayo de 2019.
Existe un país lleno de igualdades sociales, equidad, tolerancia y respeto, donde sus ciudadanos son personas conscientes del cumplimiento de cualquier ley y derecho humano. Sus gobernantes procuran el bienestar de la sociedad y al ser así, la educación no puede ser la excepción. Todas las mañanas los alumnos se despiertan ansiosos de asistir a la escuela, conscientes de que al recibir educación se están formando como personas capaces de comprender la realidad que les rodea. Esto último se hace posible gracias al uso del raciocinio, la crítica bien argumentada y la praxis, con el fin de que sus habitantes puedan ser libres de pensamiento, decisión y espíritu.
Todo esto es posible con la ayuda de sus maestros que son un símbolo de integridad, honestidad, compromiso, eticidad y amor por instruir a los estudiantes a descubrirse a sí mismos, sembrando en ellos la curiosidad por conocer e incitándolos a descubrir sus capacidades intelectuales y heurísticas, de manera individual y colectiva. Los docentes siempre respaldados por el sistema educativo y teniendo presente que su labor es importante para crear individuos libres y capaces de comprender que con su ayuda ellos podrán cambiar su mundo y el de los demás. En este sentido, se encargan de realizar un esfuerzo extra para llegar a las comunidades donde dan clases.
“Los maestros de la escuela rural tenemos el alma, y es nuestro mayor orgullo dictar clases de esperanza” Jerónimo Castillo.
El compromiso familiar y social hacen que la educación se consolide de manera perfecta, iniciando la formación informal en casa, siendo con ellos el primer momento donde el estudiante se formara en valores, cuestiones éticas, capacidades de socialización y vínculos.
Y así, en conjunto es como este país ha alcanzado un nivel de desarrollo que ha ido más allá del simple aumento económico como todos han creído. Tal vez eso explique las fallas.
En fin, se han dado cuenta que el verdadero crecimiento nace cuando se colabora para que los individuos sean libres, capaces de usar la razón, la crítica y la reflexión.