El documental “La educación prohibida” ¿Una propuesta hacia la educación alternativa?

Eddie Ivan Torres Leal

Instituto Rosario de Investigación en Ciencias de la Educación-CONICET

Resumen: Este escrito es una opinión crítica acerca del documental argentino “La Educación Prohibida”, dirigido por Germán Doin, que se estrenó en el año 2012. La idea es abordar el análisis desde la mirada política de la educación y cuestionar en él su impronta en las temáticas que aborda, para así discernir si se trata de un material que en verdad reivindique a la educación alternativa o revolucionaria en un sentido amplio.

Palabras clave: Educación alternativa, escuela, libertad.

Objetivo

Lo que pretendo es compartir algunas reflexiones e impresiones acerca de esta película argentina presentada en agosto de 2012, estrenada en espacios públicos y subida a través de Internet en la dirección virtual http://www.educacionprohibida.org/ -sitio que aun da seguimiento y muestra otros enlaces acordes a la temática- con el fin de condensar algunas de las reflexiones hechas que contrasten el contenido de la película con las opiniones que ha generado en personas conocidas y mis experiencias en espacios educativos formales y no formales.

La película es en mayor parte documental, que aborda la temática de la educación escolarizada desde la opinión de intelectuales y personas de diversos espacios institucionales en Iberoamérica encargados de llevar a cabo experiencias educativas diferentes a las tradicionales; otra parte es de ficción, donde se recrea una escena en una escuela en la que las autoridades actúan sin considerar los sentimientos de los alumnos, quienes empiezan a generar formas de expresarse, además un profesor comienza a sentirse cuestionado. El mensaje gira en hacer ver lo obsoleto de la educación que tradicionalmente se desarrolla en la mayoría de los centros escolares y exponer las experiencias diferentes, según el criterio de los realizadores.

El estreno

Al haber tenido la oportunidad de presenciar el tan anunciado y espectacular estreno nacional de la película argentina “La Educación Prohibida” en la ciudad de Rosario y haber escuchado críticas en todos los sentidos sobre su contenido y propuesta surgen algunas reflexiones. Lo primero que me llamó la atención es la enorme presencia de personas vinculadas a la educación desde otras áreas profesionales, pues en el bar en donde fui a verla me acompañé de y encontré gente que estudió o cursa diversas carreras que van desde Comunicación Social y Trabajo Social, hasta Ingeniería Civil y Ciencias Económicas, pero todas vinculadas al trabajo militante o al menos a una actitud de esa índole, lo que me llevó a creer que su enfoque estuvo destinado primordialmente para ese tipo de público, el de gente que busca reflexiones diversas sobre problemáticas sociales, entre ellas la educación. Resulta interesante esto, además el contenido es claro y entendible y bien podría ser direccionada a una mayor audiencia, más porque tiene la gran facultad de hacer muestra de ciertas reflexiones que promueven una visión amplia de la educación, alejada de la simple visión estructural-funcionalista que se enfoca a la transmisión del conocimiento de “los que saben” sobre “los que no”, en ideas de Durkheim (1924/1975) se hablaría de “de las generaciones adultas sobre las nuevas generaciones”. Se logra evidenciar en las entrevistas una carga importante de intencionalidad a hacer ver que el proceso educativo no sólo habla de saberes concretos, sino que va más allá de eso y se lleva a cabo en todos los espacios de la vida. No obstante es preciso puntualizar algunos cuestionamientos para no caer en una enajenación absoluta sobre los planteamientos de este trabajo cinematográfico.

Confusiones

Por una parte, puede ser complicado entender el por qué de su realización, pues habla de críticas a la escuela básica y se desentiende de la instancia universitaria, como si ésta no fuera parte de la prolongación dinámica del proceso escolar, además de que muchos de los entrevistados críticos de la escuela son universitarios que desde su lugar académico atacan los espacios escolares que trabajan con niños y dejan la duda sobre qué será lo que hacen ellos desde sus aulas con educandos adultos.  Otra cosa que complica mucho es comprender la continuidad de las ideas, pues aunque la parte de la dramatización sigue una línea, el documental se mete en muchas cosas y en ninguna se percibe un hilo conductor, es más, arranca criticando el proceso del aula al compararlo con el mito de la caverna (Platón, 514a-524d), pero el transcurso y las conclusiones no tienen qué ver con ese inicio ni dejan clara una propuesta contraria a esa dinámica criticada inicialmente; igualmente, la parte actuada se enfoca a criticar una escuela convencional de posturas verticalistas y obsoletas por parte de las autoridades escolares, mientras sus ejemplos de escuelas “alternativas” no muestran una garantía de una ruptura con el discurso dominante de las jerarquías.

Peligros

Algo que me parece delicado es que en su afán de reivindicar al alumno arremete contra el profesor y lo aleja del proceso de opresiones en las que también está implicado, esto quiere decir que la búsqueda por denostar la actitud autoritaria y vertical del profesorado se desentiende de que dentro de los oprimidos también el docente forma parte de ellos, y también se circunscribe en un contexto en donde se dota de esa carga cultural que él lleva previamente al igual que los alumnos, directivos y padres de familia; pensar lo contrario sería creer que la escuela está en una burbuja blindada de las problemáticas en las relaciones sociales y que todas las racionalidades discursivas que se desarrollan dentro de una institución escolarizada son totalmente ajenas y asimétricas de otros espacios de la sociedad. Me parece una idea ingenua creer que la escuela se “cuece aparte” y que las arremetidas fuertes que denuncian por parte del docente obedecen a actitudes naturales del autoritarismo bruto y soez que no tendría nada que ver con la dinámica del sistema económico desigual y de los valores que dominan las sociedades neoliberales.

Desentrañando la propuesta

Por otra parte, no son nuevas las críticas a las posturas que no se centran en el alumno, cuando esas ya se han visto en innumerables capacitaciones y cursos para la actualización del magisterio, que no han logrado modificaciones relevantes sobre la dinámica escolar, porque se sigue teniendo una dinámica social clasista y meritocrática, por eso no es posible entender a una escuela como un mundo utópico separado del resto de los campos que comprenden la sociedad. Es obvio que desde la formación docente se habla de temáticas innovadoras y se abordan autores con propuestas revolucionarias, pero mientras la lucha no vaya a la par de un proceso de liberación amplio seguirá tratándose como una discusión propositiva, pero que no se define a construir. Ahora bien, la película muestra ejemplos de métodos como el de la “Escuela Nueva”, la que obedecía también al ascenso capitalista de principios del siglo XX, también habla de una educación centrada en el alumno, que ya lo había planteado Comenius (1632/1998) desde el siglo XVII, es decir, no se compromete a releer lo que han sido los resultados de estas propuestas en los sistemas educativos, más aun dentro de la dinámica del capitalismo contemporáneo, en donde la innovación es usada como bandera para conservar el sistema rapaz que nos domina, y la pedagogía “por objetivos” (Gimeno Sacristán, 2002) no es más que una máscara que usa la reproducción de las desigualdades sociales. Por ende, es necesario avanzar nuestro análisis de la educación hacia la construcción lenta pero amplia de los aspectos de la sociedad, sin conformarse con ver que hay escuelas “innovadoras” que se enfocan a sectores de la sociedad con el suficiente poder adquisitivo para pagar esas alternativas que, por ende, se consolidan como un lujo y dejan del lado a la mayoría de la gente, lo que sería algo parecido a la democracia platónica, que habla de una igualdad en la toma de decisiones y por otra parte construye un sistema de funciones destinadas a sectores sociales determinados.

Crítica

A casi dos años de su estreno y en continua difusión por la red virtual, ¿podríamos hablar de una propuesta que reivindica la educación revolucionaria, emancipadora y alternativa? Respondo que no, porque no se plantea un fundamento crítico de la realidad. En primer lugar sigue concediendo en la escuela el monopolio de la función educativa; en segundo lugar, aunque en su sitio virtual menciona que “Más que una película documental, la educación prohibida es una obra abierta pensada para la transformación social” no plantea un avance hacia una sociedad diferente en las entrañas de las problemáticas actuales, como la criminalización de la juventud, la violencia y la droga, la sectorización de los territorios o el acrecentamiento de la desigualdad social, pues parte de una idea base que engloba erróneamente a todos los estudiantes en un suelo firme de condiciones económicas y sociales semejantes dentro de un estándar de clase media; en tercer lugar no percibe ni considera las propuestas de los jóvenes, hace dramatizaciones centradas en ellos pero no asienta las bases de análisis para entender qué es lo que entienden y viven los muchachos como educación; y por último, no orienta hacia una idea de liberación, porque sus inexistentes estrategias de lucha devienen de la creencia de que las personas oprimidas serán liberadas por alguien que tome decisiones “correctas” sobre ellas, como una suerte de libertador heroico, sin conceder a la gente la posibilidad de crear su propio camino de lucha, como expresó Paulo Freire: “Nadie libera a nadie y nadie se libera solo” (1970/2005, p. 35). Esta aclaración vale considerando aun los comentarios que su director Germán Doin hace como derecho de réplica ante las críticas diversas que ha tenido (http://www.educacionprohibida.com/que-no-es-la-educacion-prohibida/), porque el contenido tiene un enfoque y una intencionalidad, y las nociones de lucha y empoderamiento que maneja no coinciden con las bases de la educación para la libertad, no sólo porque sigue atribuyendo el fenómeno educativo a tres actores: “padres docentes y jóvenes comprometidos con una construcción más colectiva, democrática y emancipadora de la educación”, también en la medida que sigue vaciando de contenido a la lucha y a la liberación de los pueblos al criticar a los valores del sistema actual y no profundizar en sus raíces tan entramadas en todas las redes del poder, que obedecen a la lógica vigilante y coercitiva que opera en todos los dispositivos no sólo escolares, también militares y penitenciarios (Foucault, 1976).

Puedo decir que se trató de una buena y larga película, que si bien no es innovadora en sus contenidos, lo es en su formato y aspiraciones, que por lo pronto ya logró un objetivo nada despreciable, que es el de poner a debatir a mucha gente no forzosamente dedicada a la docencia.

Referencias

Comenio, Juan Amós (1998). Didáctica Magna. Recuperado de http://www.pedrogoyena.edu.ar/Didactica_Magna.pdf

Freire, Paulo (1979/2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI editores.

Foucault, Michel (1976) Las redes del poder. Dudemos del progreso/Mesa de café.  Recuperado de http://ar.groups.yahoo.com/group/dudemos_del_progreso/files/

Gimeno Sacristán, J. (1982/1990). La pedagogía por objetivos: obsesión por la eficiencia (6ª edición). Madrid: Ediciones Morata.

La Educación Prohibida (2012). Recuperado de http://www.educacionprohibida.com/

Platón (1992). República. Libro VII. Recuperado de http://www.unsam.edu.ar/escuelas/ciencia/docs/Platon%20El%20mito%20de%20la%20caverna%20-%20Admisi%C3%B3n%20IEU.pdf

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