Más allá de estilos y tendencias.

Título: Más allá de estilos y tendencias. Autora: MSc. María Cristina Tamayo Valdés Universidad de Ciencias Pedagógicas ¨Conrado Benítez¨. Cienfuegos. Cuba. Resumen En este artículo acerca de la pervivencia de las prácticas de narración oral se establecen las proyecciones sociológica y sociocultural en que se inscribe el arte de la palabra viva, con el objetivo de fundamentar, desde los enfoques más actuales, la amplia difusión de la narración oral en el mundo, entre otras razones, por el uso de novedosas técnicas y la utilización de disímiles escenarios. Sin embargo, la autora del presente artículo aporta a la comunidad de narradores requisitos esenciales de este arte que se aglutinan según la naturaleza de sus componentes. Palabras claves: narración oral, proyecciones sociológica y sociocultural. Summary This article about the survival of oral narrative practices establishes the sociological and sociocultural projection in which the “art of the living word” is inscribed, in order to lay the foundation, from the newest points of view, of the wide spread of oral narrative around the world, among other reasons, by the use of new techniques and various scenes. Nevertheless, the authoress of this article shows up essential requisites of this art to the narrator’s community, arranged by the nature of its components. Key words: oral narrative, sociological and sociocultural projections. Palabra, voz, gesto: comunicación. La narración oral de cuentos ha acompañado al hombre durante las diferentes etapas de su vida en distintas circunstancias. Desde este referente, se comprende la oralidad narrativa en su propósito de que la palabra y el gesto constituyen unidades esenciales del proceso comunicativo para enseñar y aprender a narrar. Al respecto, se valora la palabra, se ofrece la didáctica de la narración oral y el acercamiento a los cuentos tradicionales y literarios, se aprende a utilizar la voz, el gesto, la expresión corporal y la narración se sitúa en el terreno de lo lúdico; iniciación que acontece en el hogar: portador de las primeras influencias afectivo-motivacionales. Sin embargo, asumen Berg Esenwein y Stockard (1919), un elemento imprescindible en la enseñanza de la narración oral: preparar con sumo cuidado el cuento; opinión a la que se adscribe la autora y define que es condición para el narrador oral en cualquier ámbito que ejerza su práctica, así, en el contexto pedagógico el maestro dispone de un importante paso metodológico que se asocia al proceso de estudio del cuento. Este panorama revela que en la actualidad la familia, los narradores orales, otros especialistas que estudian el cuento oral y la institución escolar se insertan al proceso de enseñanza-aprendizaje de la narración oral inmersos en la revolución que se opera en todos los órdenes sociales. De tal caso, es posible advertir que la narración oral también ha constituido motivo de interés de los investigadores que estudian la función social de la literatura oral en la manifestación del cuento y la antropóloga Calame Griaule, (1982) observó el oficio de contar de los narradores: la sabiduría transmitida con la palabra. Por eso, destaca que en un grupo étnico del África ecuatorial francesa (Dogon), el anciano o mago ofrece los relatos que significan espíritu de orden: organización universal, y es la palabra del narrador dirigida a los niños la que da sentido. Para establecer la dualidad de valores entre el ejercicio del narrador oral y su valía en la sociedad la investigadora de referencia acude a razones que explican cómo la mujer que vale triunfa en ambas cosas; por eso es que narrar bien equivale entre los Dogon a cocinar bien, por eso es que también la niñas aprenden de su madre la cocina y los cuentos. La también etnóloga, utiliza expresiones del pueblo Dogon que revelan este análisis: “todo lo que es bueno requiere la ayuda de los élume”, “las palabras que están en el corazón no se conocen, hay que expresarlas para que puedan entenderse”, “los élume ayudan al mundo a avanzar, favorecen la creación de nuevas aldeas y el progreso de la cultura sobre la selva” Calame Griaule, (1985: 92). Estas observaciones establecen patrones sociales y morales que se estrechan en legítimos logros con la función comunicativa de la palabra del narrador dada en normas, aprendizajes, exigencias, tradiciones, comportamientos, actitudes y creencias de los miembros de la comunidad. Vladimir Propp (1974), estudioso de las raíces del cuento, refiere como un hombre de mediana edad dijo en cierta ocasión “no puedo decir todo lo que sé porque no estoy dispuesto aún a morir”, y un anciano sacerdote al saber que sus días estaban contados expresó “ya no hay razón para no contar todo lo que conozco”. Así, Propp explica el carácter sagrado de la palabra del narrador que no puede divulgar y decir innecesariamente si la comunidad le ha encargado esa función social. Y en esta misma vertiente pueden encontrarse otras muestras que aportan estudios etnográficos recogidos en Costa de Marfil, se alude al carácter religioso del arte, manifestado en los pobladores. Se da sentido a que “los dioses solo dan hijos a aquellos que al menos puedan contar un centenar de cuentos”, o entre los indios navajos, “si los hijos oyen cuentos serán buenos, si no, crecerán mal”. Sin embargo, Alvarado, (1999) expone en su estudio etnográfico de la comunicación oral que al proceso de interacción socioverbal se asocian las funciones social y mnemónica del arte de contar, y plantea que el autor Pierre Janet (1922), considera que el acto mnemónico fundamental es la “conducta de relatar” que se caracteriza de entrada por su función social, ya que es una comunicación a los demás de cierta información en ausencia del acontecimiento o del objeto que constituye el motivo. Asume Alvarado que al texto oral se aplican procedimientos de análisis desarrollados para confrontar la palabra impresa, por consiguiente, se manifiestan las referencias históricas, los motivos, las formas de expresión. Este hecho puede explicarse en que estas formas de transmisión oral han sido rescatadas y fijadas mediante la escritura y la imprenta y que los estudios sobre comunicación oral se realizan en espacios académico-universitarios: prácticas sociales permeadas fundamentalmente por los códigos de la cultura escrita (recepción, interpretación y sistemas de valores asociados con esa cultura). Enfatiza el autor en los aspectos constitutivos de este acto de comunicación oral: los gestos, entonaciones o silencios, la mímica, movimientos, con soporte o no, en instrumentos musicales, el efectismo sonoro, los acompañamientos rítmicos, la apropiación y recepción de las audiencias y su coparticipación mediante un coro de voces que responden a las inflexiones de la voz del narrador o cantor. Respecto a esta perspectiva de análisis según Alvarado: “Los destinatarios son un relevo indispensable en los procesos de incesante semiosis que caracterizan a los actos de comunicación oral” (1999:10). Pero; tal como se revela en la revista “Signos” (número 44 de 1999), en estudios etnográficos acerca de la narración oral de cuentos, en diferentes lugares de Cuba la práctica del cuento oral presenta particularidades propias. Dichos estudios abarcan las regiones occidental, central y oriental y demuestran los valores y características que posee el cuento oral en Pinar del Río, Ranchuelo, Caibarién, Granma y la influencia en la narración dedicada a los niños. Las narraciones orales de los pobladores de estas localidades expresan su valores en la riqueza de temas, la diversidad de formas expresivas que permite conocer el habla de los habitantes, las peculiaridades según las regiones, la presencia de diferentes motivos, tipificación de la colectividad y la actividad a que se destina: intereses didácticos, de entretenimiento, necesidades y gustos de la población que los expresa. Las características de los cuentos orales responden a la tipología general existente en el país y algunas muestras son de las provincias, la narración de cuentos abarca en mayor o menor grado todas las zonas territoriales mencionadas, el más alto grado de transmisión oral se da entre los ancianos y la práctica va decreciendo en relación con la edad; pero en los jóvenes no se aprecia desinterés total, son los hombres los difusores por excelencia, no se aprecian distinciones en la práctica de la narración oral por oficios o profesiones, tienen mayor auge los cuentos de carácter maravilloso, ingenuo, fabuloso, humorístico y anecdótico. Persisten los cuentos que se conservan en la memoria colectiva desde épocas lejanas, los cuentos para entretener se dedican casi siempre a los adultos y los destinados a enseñar a los niños; la variación en el gusto estético de los adultos debido al proceso de desarrollo histórico-social posibilita que la motivación se adapte y adquiera nuevas connotaciones al influir en un público más específico. El anterior fenómeno se ha ido marcando a través del tiempo en el dominio de la oralidad a escala mundial y ha permitido que gran parte de los tesoros más antiguos de la tradición oral no desaparecieran al subsistir como cuentos para niños. Estos tratan los mismos temas que los cuentos para adultos y consiguen entretener, desarrollar la imaginación, la fantasía y la capacidad de reacción, ofrecen ejemplos sobre el bien y el mal, lo moral e inmoral y se agrega el valor de uso del ingenio para lograr la adaptación a la vida; tienen lugar especial los cuentos cuyos personajes son animales porque han tenido siempre el fin de enseñar algo sobre la vida en colectivo. En criterio de la autora de este trabajo, la perspectiva sociológica en que se inscribe la narración oral de cuentos correlaciona la función social del narrador con la vida de la comunidad, así, se condiciona la comunicación de la historia mediante el proceso de interacción socioverbal que se asocia a la capacidad de evocar acontecimientos distintivos según el modelo social que incide en la creación. Por tanto, el papel de la narración oral desde esta perspectiva es afianzar leyendas, cohesionar la sociedad, mostrar valores, creencias e ideologías, ofrecer patrones de conducta y actuación, además, contribuye a que el hombre dé continuidad a la vida diaria. La narración oral encuentra un lugar desde las artes escénicas En este mismo orden; pero desde la racionalidad que suscribe una perspectiva contextual o sociocultural, la referencia de Luis Carlos, (2008) destaca de manera notable que la Narración Oral Escénica es el viejo arte de la cuentería para espectadores contemporáneos; insiste en que es la permanencia del cuentero de todos los tiempos, cuyo oficio y legado son el oficio de la palabra como vehículo comunicante entre los hombres. Alude así al principio fundamental de la Narración Oral Escénica: estimular formas dialógicas de comunicación y rescatar la palabra como elemento fundamental, comunicativo y dinamizador de nuestra cultura. Esto ha exigido, plantea el autor, la evolución del oficio, y el narrador oral enriquece su repertorio con temáticas contemporáneas, nuevos estilos y una estética técnica que lo lleva a investigar los recursos técnico-expresivos provenientes del teatro a los que recurre para presentar su cadena de cuentos. En este interés, la proyección sociocultural en que se inserta la narración oral hoy en Iberoamérica destaca un amplio movimiento artístico, muestra de ello son los proyectos, festivales, cátedras, concursos, muestras, encuentros, ciclos, grupos, talleres, espectáculos. ? Proyectos: “La Rana Muda”, “Los Cuentógrafos”, “Grupo Ensamble” y “Grupo de Cuenteros”. ? Festivales: “Primer Festival Iberoamericano de Cuenteros Abrapalabra” en México, “Primer Festival de Arte y Tradiciones Populares” en Ecuador, “Primer Festival Iberoamericano de Narración Oral Escénica Cuentoquetecuento para niños y niñas en Argentina, “Segundo Festival Nacional de Cuenteros” en Colombia, “Festivales Iberoamericanos de Narración Oral Escénica” en México, Cuba, España, Venezuela y “Festivales Internacionales de Narración Oral Escénica” en Perú y Bolivia. ? Cátedra: Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica. ? Concursos: Primer Concurso distrital de Cuenteros en Bogotá y el Concurso del Cuento en Nicaragua. ? Muestras: Muestra de Artes Escénicas “Bogotá en Escena” y Décima Tercera Muestra Internacional de Narración Oral Escénica en México. ? Encuentro: Décimo Encuentro Teórico Internacional de Narración Oral Escénica en México. ? Ciclo: “Cuentos de la Tertulia” en Argentina ? Grupo: “Puro Cuento” en Argentina. ? Taller: Taller permanente de Narración Oral Escénica: “Puro Cuento” en Argentina. ? Espectáculos: “Amores de Media Naranja” y “Los maravilladores” en Argentina. ? Programas de televisión en Colombia: “La Brújula Mágica”, “Momento Cultural”, “Primera Fila” e “Historias Breves, Breves Historias”. En general, se reconoce que solo en el primer festival iberoamericano de cuenteros Abrapalabra 95, participaron más de 4500 espectadores, se celebraron setenta funciones, dos talleres, los eventos especiales: “Barrio Palabra”, “Cuento de todos”, “La Palabra Pintada”, “Feria del Libro”, “Los Cuentos se toman las Casas de Bucaramanga”, espectáculos como “Cuento con la ciudad”, “Las tres preguntas del diablo”, Memoria y olvido de Úrsula Iguarán”, “Contadas”, “Corazón al viento”, “Cuento cuentos”, “Cuánto cuento”, “Desde mi ventana”, “Los oscuros”, “Tras la ventana de la imaginación”, “El zoo mitológico”, “El cuento del cuentero”, “Los cuentos del espíritu”. Los concursantes utilizaron novedosas técnicas narrativas: papel recortado, diapositivas proyectadas en tela, la simbología urbana, los sonidos del mundo, los parámetros audiovisuales, cuentos cinematográficos, fusión de la narración oral con las matemáticas, el color, la antropología, la música, y el arte en general, variedad de espacios, paisajes y climas emotivos, mezcla del drama y la farsa, construcción de muñecos de papel que cobran vida en la narración oral. Además, el uso de objetos animados para lograr el suspenso, la risa, el silencio y la palabra, respuestas a las preguntas de los niños, vínculo con la literatura universal, la tradición oral y el anecdotario de las personas, integración de las manifestaciones artísticas: códigos musicales, plásticos, teatrales, de la danza, entre otros, integración de las artes: música y teatro de muñecos, la cultura negra integrada a la cotidiano, lo lúdico, entre otras técnicas. Los espectáculos fueron transmitidos por los medios de comunicación: televisión y cadenas radiales, además el público espectador disfrutó en disímiles escenarios como la fila ante el cine, el parque, el bar, la calle, el ómnibus, la plaza pública, el teatro, la universidad y los museos. Desde cualquiera de estas perspectivas, se asume que hoy es posible advertir la evolución, desarrollo y extensión de la narración oral en otros escenarios. Por añadidura se le insertan nuevas técnicas, el cuento oral alcanza otras proyecciones y manifiesta diversas interioridades. De tal caso, es posible asegurar que las formas de enseñar, persiguen el objetivo de que el narrador oral se apropie de los requisitos esenciales para ejercer su labor con mejor calidad, sea un profesional, el narrador familiar o comunitario. Por consiguiente, los anteriores presupuestos posibilitan que la autora de este artículo delimite requisitos para el narrador oral en cualquier escenario donde ejerza su práctica. Estos requisitos se agrupan por la naturaleza de sus componentes, Tamayo (2009). – El ambiente en que se narra refiere la identificación y proximidad del narrador con la historia y con el público que participa de ella para que la cercanía y confianza entre el narrador oral y los receptores del mensaje se traduzca en acto de entrega personal y sintonía con los últimos mediante el placer de compartir el cuento con otros. – El clima afectivo alude a la seriedad, respeto, entusiasmo e interés del narrador por lo que cuenta y a la satisfacción que muestran los espectadores al escuchar la historia para que la comunicación del cuento oral dimensione la contada en espectáculo afectivo-motivacional que logre los efectos deseados. – La estructura es el orden en que se disponen los sucesos para abordar la introducción, el desarrollo y el desenlace; el estudio de la estructura secuencial-lineal propicia la apropiación de la esencia del cuento desde la individualidad del narrador que lo prepara. – La imaginación creadora consiste en encontrar cuanto detalle enriquezca la historia para visualizar las imágenes: escuchar los sonidos, percibir los olores, colores, movimientos, penetrar en la psicología de los personajes, en sus acciones y actitudes, motivar los pensamientos y sentimientos al recrear la historia, como si los sucesos acontecieran por vez primera ante los ojos del narrador. – El cuerpo expresivo es el recurso que proporciona información esencial al mensaje para utilizar gestos claves asociados a motivos esenciales del cuento, los gestos de las manos, la cara, los brazos, la cabeza; el movimiento de los ojos a través de la mirada y la postura, así lo gestual completa la fuerza comunicacional; sin olvidar la modulación de la voz: pausas, entonación, ritmo, articulación, dicción, respiración y matices. – La interrelación define la unidad entre palabra, expresión y acción para usar el vocabulario simple y la repetición que incide en la memoria, la expresión sobria, la acción simple, al conciliar los recursos del narrador: palabra y gesto natural y libre. A partir de los requisitos enunciados se asegura la pervivencia del arte narrativo oral en las aulas y otros contextos, se otorga prioridad a la escuela y mayor connotación al maestro como narrador. Entonces, en interés de esta concepción quien escribe asume para el narrador oral el siguiente decálogo, Tamayo (2009). – El narrador oral selecciona bien el cuento que narrará según el auditorio. – El narrador oral estudia el cuento para contarlo, siempre como nuevo, recreado; pero siempre suyo, no lo dice de memoria, sino visualiza las escenas, imagina lo que no dice el texto escrito. – El narrador oral busca la palabra exacta para contar, entre todo el conjunto de palabras del texto, esto permite la síntesis del cuento: palabra necesaria y gesto útil. – El narrador oral conoce que mediante el lenguaje no verbal puede expresar lo que no dicen las palabras o reforzar el mensaje de estas. – El narrador oral expresa mediante la palabra, el gesto y toda su imaginería, el mundo del cuento. – El narrador oral expresa mediante la palabra y el gesto su interioridad, y la que está contenida en la narración para que se traduzcan emociones y sentimientos. – El narrador oral utiliza la mímica (gesto, movimiento) para decir mediante la palabra las voces contenidas en el texto, al usar con eficacia los diversos matices, tonalidades, acentos y pausas. – El narrador oral convierte en acción su expresión verbal para sugerir, ofrecer, invitar, propiciar la comprensión auditiva e implicar, comprometer y hacer cómplice al espectador mediante un proceso interactivo de retroalimentación permanente. – El narrador oral tiene conciencia del significado del silencio y utiliza las pausas: de puntuación para respirar a fondo y dar sentido a cuanto dice, además permiten la manifestación vocal, y las de intención o psicológicas que posibilitan el suspenso y la intervención del oyente o la toma de partido de este. – El narrador oral domina y comprende la significación del acto de narración oral, entiende sus valores, dispone de él para comunicarse mediante la integración de los lenguajes artísticos y otros saberes, utiliza recursos, técnicas, estímulos y procedimientos que condicionan la enseñanza del acto oral de comunicar el cuento de forma artística y escénica. Conclusiones Por todo lo dicho, se concibe que el narrador oral es educador por excelencia, promotor de lectura, promotor cultural, enseñante de los procesos de lectura y escritura, contribuyente en la tarea de socialización del escolar con énfasis en la práctica de la conversación, la escucha, la apreciación de la literatura y el arte en general, conocedor de las características psicopedagógicas del escolar; para enseñar lo narrativo oral desde lo artístico escénico comunicativo y ampliar el universo del cuento oral en diferentes espacios. BIBLIOGRAFÍA Alvarado, R. (1999). Signos. Villa Clara: Geo. Berg Esenweing & Stockard. (1966). Teoría y Técnica del Arte de Narrar 2. La Habana: Organismos. Calame, Griaule, G. (1985). En Introducción a la Literatura Infantil. Oviedo: Gráficas Summa. Pérez E. (2008). La palabra viva. La Habana: Gente Nueva. Propp, V. (1974). Las raíces históricas del cuento, Madrid: Editorial Fundamentos. Pulgarín Ceballos, L. C.. (2008). La narración oral escénica, el viejo arte de la cuentería para espectadores contemporáneos en. Retrieved from http://luiscarlospulgarinceballos.soy.es/archives/7. Tamayo, M. C. (2009). La enseñanza de la narración oral artística escénica en la escuela primaria: propuesta metodológica. Tesis en opción al título de Máster en Educación, U.C.P Conrado Benítez García de Cienfuegos.

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