LA TUTORÍA COMO ESTRATEGIA PARA ELEVAR LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN MÉDICA SUPERIOR
Autores: Dra. Bárbara L. Cabezas Poblet 1 Dra. Daisy Leonor Arcia 2 Dra. Yoana Y. Leiva Cabezas 3
1 Doctora en Ciencias Pedagógicas. Profesora Titular y Especialista de II Grado en Anestesiología y Reanimación. Máster en Ciencias de la Educación. Máster en Urgencias Médicas. Investigador Agregado.
2 Especialista De I Grado en Pediatría. Máster en Enfermedades Infecciosas. Profesor Asistente.
3. Médico General. Residente de Primer año de Medicina General Integral
Palabras clave: Tutor, profesionalidad, competencias docentes, tutoría.
Las exigencias actuales de la sociedad contemporánea, debido al desarrollo científico-tecnológico, imponen a la Educación Superior la necesidad de formar cada día un profesional más competente, con un amplio perfil de desempeño, de ahí que sea necesaria la estructuración de un proceso de enseñanza aprendizaje donde el foco de atención esté en el estudiante y en la manera en que aprende, por lo que debe ser personalizado propiciando una atención diferenciada que contribuya al desarrollo de habilidades para apropiarse de forma independiente de los nuevos conocimientos, al mismo tiempo que se eduque para su participación ciudadana.
La incorporación de la tutoría a las actividades docentes de la institución educativa requiere de la construcción de un sistema o programa institucional de tutoría. Para este efecto es necesario el establecimiento de precisiones en cuanto a su definición, sus objetivos y sus modelos de intervención. Asimismo, es necesario hacer un deslinde cuidadoso de las actividades que constituyen la tutoría, entre las complementarias y las esenciales, para un proceso formativo de calidad que, por su proximidad a la tutoría, puede generar confusiones.
Álvarez M. y Bisquerra A. (1998), define la tutoría como “una acción sistemática, específica, concretada en un tiempo y un espacio en la que el estudiante recibe una especial atención, ya sea individual o grupalmente, considerándose como una acción personalizada” porque:
- Contribuye a la educación integral, favoreciendo el desarrollo de todos los aspectos de la persona: la propia identidad, sistema de valores, personalidad, sociabilidad.
- Ajusta la respuesta educativa a las necesidades particulares previniendo y orientando las posibles dificultades.
- Orienta el proceso de toma de decisiones ante las diferentes opciones profesionales.
- Favorece las relaciones en el seno del grupo como elemento fundamental del aprendizaje cooperativo, de la socialización.
- Contribuye a la adecuada relación e interacción de los integrantes de la comunidad educativa por ser todos ellos agentes y elementos fundamentales de este entorno.
Sainz Leyva (1998) la concibe como “el tipo de enseñanza que implica el contacto continuo y directo profesor-alumno, en un intercambio permanente entre ambos”. En esta relación la autonomía e independencia del estudiante es mucho mayor y necesita de la flexibilidad de los programas docentes. Destaca la función del profesor como facilitador del aprendizaje del estudiante, que tiene a su tutela, donde la enseñanza debe seguir el ritmo de aprendizaje que caracteriza a este (enseñanza individualizada).
Álvarez de Zayas C. (1999), al clasificar la forma organizativa docente en su dimensión espacial atendiendo al número de alumnos que participan en el proceso docente-educativo, concibe la tutoría dentro de la enseñanza individual, como planteara Fidel “Enseñanza hombre a hombres, es una forma de atención a la diversidad, a lo heterogéneo, a lo distinto, a lo diferente, sin obviar el trabajo grupal y homogénico de los estudiantes”.
Molina Avilés M. (2004: 36), Jefa del Departamento de Educación a distancia en la Unión de Universidades de América Latina, reconoce la tutoría como “la atención personalizante y comprometida del tutor en su relación con el alumno, que consiste en orientar, guiar, informar, y formar al alumno en diferentes momentos de su trayectoria académica, integrando las funciones administrativas, académicas, psicopedagógicas, motivacionales y de apoyo personal”. La define como: “un eje en la educación de los estudiantes, el cual enfatiza el aprendizaje autodirigido y la formación integral”.
La ANUIES (2004) considera a la tutoría como “una acción de acompañamiento académico personal para mejorar el rendimiento, solucionar problemas escolares, desarrollar hábitos de estudio, trabajo de reflexión y de convivencia social, que realiza a través de la acción de un profesor llamado tutor en un proceso de formación individualizada de uno o más alumnos llamados tutorados”.
Ojalvo Mitrany V. (2005) destaca, al tratar el tema de la tutoría, que en la literatura internacional “existe solapamiento entre los conceptos, tales como orientación, tutoría, mentoría, counseling, consejería, relación de ayuda.” Sin embargo, considera la tutoría como “parte integrante de la orientación concebida en su sentido más amplio” y al respecto plantea: “la tutoría es un proceso continuo, permanente, componente fundamental del proceso educativo, cuyo objetivo central es contribuir, de forma personalizada, al desarrollo integral del individuo”.
Este criterio es coincidente con el que se ofrece en el Reglamento de Tutoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en el que la tutoría se define como “la orientación que tiene como función apoyar al tutorado a profundizar en el conocimiento sobre sí mismo y decidir su proyecto académico, planificando su desarrollo profesional”.
En el Documento Oficial sobre el papel del tutor en las Sedes Universitarias se concede gran importancia a la tutoría y la conceptualizan “como vía para lograr elevar a planos superiores la participación, la colaboración y el protagonismo de los estudiantes”. Se plantea que su propósito es asesorar y guiar al estudiante durante sus estudios, para contribuir así a su formación general integral. Se trata de: “un proceso integrador de las influencias educativas, ya que no sólo transcurre en la relación tutor-tutorado, sino que integra el sistema de relaciones esenciales que se establecen a partir de la asesoría académica e investigativa por parte del profesor y de otros especialistas, los servicios especializados de orientación educativa al estudiante, el proceso de extensión universitaria por el vínculo con el entorno socio-familiar y también a través de las múltiples manifestaciones de la cultura en cada territorio.” (MES 2005).
Collazo Delgado B. (2006) plantea: “La tutoría es el proceso continuo y permanente que se da entre tutor y estudiante con una responsabilidad compartida por ambos, en la cual se materializa la función orientadora del rol de educador profesional y su apropiación de los referentes de la orientación educativa y de las diversas ciencias que le respaldan, que se concreta en un Modelo de Tutoría Integral: Educativa, Orientadora y Personalizada, que contempla lo académico, lo vocacional-profesional, lo personológico y lo investigativo.” De modo que visto de esta manera el tutor es por excelencia un orientador educativo, es decir la labor de tutoría se da en una interrelación dialéctica entre la orientación educativa y la labor educativa.
Según el Reglamento de Trabajo Docente y Metodológico del Ministerio de Educación Superior (2007), la tutoría es concebida como “la forma organizativa que tiene como objetivo específico asesorar y guiar al estudiante durante sus estudios, para contribuir a su formación integral, realizando sistemáticamente acciones educativas personalizadas”. Esta atención se realizará con encuentros planificados en el horario docente, así como encuentros adicionales de acuerdo las necesidades de los estudiantes y de los tutores.
Como puede apreciarse estas definiciones de tutoría aunque diferentes, presentan elementos comunes en cuanto a la actividad tutoral, ellos son:
- La tutoría es una actividad dirigida a la formación integral del estudiante.
- La tutoría orienta.
- La tutoría ofrece atención personalizada.
- La tutoría brinda asesoramiento académico e investigativo.
- La tutoría favorece el desarrollo personal.
- La tutoría es una forma organizativa.
- La tutoría se realiza a través de acciones educativas personalizadas.
Teniendo en cuenta estos elementos y después de realizar una sistematización de las diferentes definiciones, se puede definir la tutoría como “una forma organizativa docente a través de la cual se realiza sistemáticamente una acción de acompañamiento académico, investigativo, laboral y personal, en la que interviene el tutor en un proceso de atención y orientación personalizada a su tutorado potenciando las dimensiones instructiva, educativa y desarrolladora de su currículum formativo” y la que a su vez, puede constituir la palanca que sirva para una transformación cualitativa del proceso educativo en el nivel superior.
La tutoría implica el contacto continuo y directo entre el tutor y el tutorado, un intercambio permanente entre ambos que favorece el aprendizaje personalizado, propositivo, autónomo y placentero, hacia una formación crítica, científica y humanística, de manera que ofrece al especialista en formación la posibilidad de adquirir diversas estrategias y hábitos de estudios, investigación, y resolución de distintos problemas que pueden encontrarse en la práctica laboral e incluso en la vida personal.
De todo el análisis realizado se puede sistematizar que constituyen objetivos de la tutoría en la formación de los especialistas:
- Facilitar el proceso de integración de los tutorados al ambiente educativo.
- Contribuir al desarrollo de habilidades intelectuales a través de estrategias de atención personalizada que complementen las actividades docentes, asistenciales e investigativas, incidiendo además en la formación de valores, actitudes, y hábitos positivos.
- Asesorar al tutorado para la toma de decisiones relacionadas con su formación académica, laboral e investigativa, lo que ayudará a elevar la calidad del su proceso formativo.
- Promover en el tutorado la autonomía intelectual y la formación de criterios que contribuyan a su independencia para el aprendizaje.
- Contribuir a que los estudiantes identifiquen tempranamente sus dificultades de aprendizajes y sean capaces de buscar posibles soluciones al respecto.
- Proponer modificaciones en la organización y programación académica, laboral e investigativa, a partir de las problemáticas detectadas en el proceso tutoral.
- Respetar las diferencias individuales y potenciar las fortalezas de los tutorados.
- Fomentar el uso racional por parte de los tutorados de todos los recursos que brinda la institución educativa para su formación tanto académica, laboral, investigativa como personal.
- Contribuir al proceso de consolidación y evaluación del proceso formativo.
Todo lo anterior permite evidenciar que la tutoría ha pasado a formar parte de la idea generalizada de que enseñar no es sólo explicar unos contenidos, sino dirigir el proceso formativo desde la perspectiva donde tutor y tutorado, comparten conocimientos, vivencias, experiencias y reflexiones respecto a los contenidos de enseñanza en un ambiente de diálogo, de tolerancia, de intercambio y de respeto.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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ÁLVAREZ, M. Y BISQUERRA ALPIZAR, R. (1998). Manual de Orientación y Tutorías. Barcelona: Praxis. p 15.
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COLLAZO DELGADO B. (2006). Modelo de Tutoría Integral para la continuidad de estudios universitarios en las SUM. Tesis presentada en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. La Ciudad de La Habana.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN SUPERIOR (2005). El tutor en las sedes universitarias municipales. Documento oficial. Ciudad de La Habana, Cuba.
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REGLAMENTO DEL TRABAJO DOCENTE Y METODOLÓGICO. (2007). MES. República de Cuba. Resolución N0. 210/2007.
SAINZ LEYVA L. (1998). La enseñanza tutelar como modelo de comunicación pedagógica democrática. Rev Cub Educ Med Sup; 12(2): 49-53.
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