Les pregunto al señor presidente electo y a la futura ministra de Educación Pública: ¿rescatarán a la Educación nacional del proceso de privatización en el que se encuentra? ¿Continuarán con la estandarización de la Educación Pública? ¿Desoirán las experiencias internacionales fundadas que demuestran que tanto la privatización como la estandarización son mecanismos fracasados a nivel mundial? ¿Seguiremos la ruta de Chile, Estados Unidos de América, México, España… para en ¿treinta años –como en Chile? percatarnos de que el experimento no funcionó? ¿Permitirán que con la retórica del “consenso”, de las “recomendaciones”, de informes sesgados sobre un conveniente “estado de la educación” a cargo de autonombrados “expertos”, los organismos internacionales, fundaciones, ONGs y demás especies sigan controlando el currículo, la Educación nacional? ¿Dependerá la Educación nacional del gusto personal, la intuición de quienes la tengan a cargo, de la moda de turno, de las ¿instrucciones recibidas?, o de fundamentos científicos amplia e inobjetablemente demostrados?
Experiencias en Educación que el próximo Gobierno debe considerar
Gerardo Barboza
21 de abril de 2014
English Language Education
http://www.englishincostarica.org/chileaneduc.html
Costa Rica. En fechas 25 de mayo de 2013 y 18 de abril de 2014, fueron publicados dos artículos en torno al sistema educativo chileno, que merecen ser compartidos con los costarricenses y, en caso de no conocerlos, con la próxima administración, en razón del “Plan Rescate: Trabajo, Progreso y Alegría”, especialmente en Educación.
Y algunos dirán que qué tenemos que ver con lo que sucede en aquel país, a lo que respondo: mucho de lo impuesto en Costa Rica y presentado como nacional, ha sido copiado de Chile (no obstante el collage con recortes de lo hecho en otras latitudes es todavía más grande, debido a la incapacidad del Ministerio de Educación Pública, MEP, resultado de la ¿obediencia? sobre las “recomendaciones” de los organismos internacionales, plasmadas en informes no evaluados sobre un único estado de la educación…).
Dos de la miríada de esas copias son la privatización y la estandarización de la Educación Pública.
Desde luego, aun en Costa Rica no se padece la privatización de la Educación como en Chile. Acá dijeron que la privatización de la Educación Pública sería una “locura”, pero, como otra falacia más, ya dio inicio. Se está a tiempo de corregir, de rescatarla y que progrese… en serio.
La estandarización nos invadió hace tiempo, pero tomó más fuerza en las dos últimas “administraciones”: (1) pruebas obsoletas e infundas de bachillerato, de idiomas –especialmente de inglés-, (2) las del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) con serias falencias de todo orden, entre estas, en su planteamiento, diseño y aplicación, (3) y otros artilugios que dicen mejorar la calidad de la Educación pero que, más bien, la degradan.
En el sitio Web del ShanghaiDaily.com (18/4/14), fue publicada la noticia “Chile to end private education” (Chile pondrá fin a la educación privada).
La noticia –que curiosamente en Costa Rica no lo es…- reporta declaraciones del actual ministro de Educación Pública de Chile, Nicolás Eyzaguirre, en torno al compromiso de la Administración Bachelet de poner punto final a la educación privada en ese país.
Extractos de la noticia, y algunas de las declaraciones del ministro, son:
“La búsqueda de ganancias no es un buen objetivo para las instituciones educativas. No es un buen aliado de una buena educación”.
“El Estado tiene que retirarse de muchas actividades productivas, pero no de aquellas que se consideran un derecho social”.
“El sistema educativo actual, que fue privatizado cada vez más por la anterior administración pro-empresarial, crea más tensión entre las clases privilegiadas y trabajadoras de la nación, dijo el ministro”.
“No podemos estar lanzando dinero público sin garantizar la calidad”.
“Para financiar la reforma de la educación, Bachelet ha propuesto aumentar la tasa del impuesto de sociedades del 20 por ciento al 25 por ciento, una iniciativa a la que se opone el sector empresarial y político conservador, pero que espera sea aprobada por la legislatura del país”.
Interesante. El sistema educativo chileno privatizado, y aun así la calidad debe garantizarse. ¿Entonces? ¿No que con la privatización, la “competitividad”, se mejora la calidad educativa? Desde luego nada es “perfecto”; no obstante, ¿se confirma que la privatización es un cuento para, sin dejar de saquear los recursos públicos, haya “libertad de elegir”…?
Esperemos que la “calidad” de la Educación en Chile no esté definida, por ejemplo, sobre la base de lo que dice la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)…
El otro artículo, publicado en elmostrador.cl (25/5/13), “La lucha contra la estandarización educativa: la experiencia de EE.UU.”, por el Dr. Iván Salinas (Ph.D., Enseñanza y Educación de Profesores, Universidad de Arizona; Investigador en Educación en Ciencias), presenta información que, al leerla y cambiar nomenclaturas, es como leer lo que ha sucedido en Costa Rica.
Posiblemente algunos, los privatizadores y “estandarizadores”, no estarán de acuerdo con lo dicho por el Dr. Salinas y este servidor, especialmente porque para ellos solo es válido lo que digan los ocurrentes de los organismos internacionales y similares (ese es el tipo de “educación comparada” que según ellos sirve…) y, desde luego, porque de manera fundada se demuestra que la privatización y la estandarización de la Educación Pública son, en su lugar, dos engendros deformadores… ¡Frankenstein educativo!
Mejor no lo pudo haber divulgado la organización española “Yo estudié en la pública”:
“¿Cuál es el fin de un sistema que clasifica con pruebas estandarizadas a un alumnado por mil razones diverso? La exclusión”.
… para luego salir (nos) con “soluciones” sobre la deserción/exclusión escolar generada por los empíricos a cargo de la Educación nacional y que ahora algún invento europeo dirá cómo resolverla… ¿Es que son incapaces en el MEP para poder dar solución a los problemas creados por ellos mismos sin tener que depender de ocurrentes externos y leoninos? Y no se trata de cerrase a la cooperación internacional. Por el contrario, se trata de abrirse a esa cooperación, pero a la inteligente, a la fundada, a la científica, y a la no neo colonizadora, retardataria.
Dice el Dr. Salinas en su artículo (como dije, solo cámbiense nomenclaturas; suplo el destacado):
“Nuestra élite suele usar modelos del norte mundial para la redacción de sus políticas públicas. Muchas veces las iniciativas de los países desarrollados para sus propios problemas son imitadas en Chile. La reflexión no es muy profunda, pues se pierde de vista la indagación sobre Chile y se imponen problemas y soluciones que analíticamente residen en otra cultura, con otra historia, y con otras valoraciones sociales. Un ejemplo de esta forma de análisis es el caso del nuevo problema que nos impone la élite en educación: la pre-escolaridad, una “copia feliz” del énfasis que Obama le está dando a su nuevo periodo en el mando de Estados Unidos. Y claro, es obvio ¿quién se puede negar a expandir la cobertura preescolar?”.
“Pero hay algo que si encuentra su vanguardia práctica en Chile, y que fue copiado por países del norte, en particular Estados Unidos (EE.UU.). Se trata de la estandarización educativa. En Chile esta estandarización tuvo muy poca oposición, dada la desarticulación social sangrienta de la dictadura. En Estados Unidos requirió un proceso mucho más complejo de convencimiento social, que comenzó en la era de Ronald Reagan y que progresivamente ha podido capturar voluntades en las dos mayores expresiones políticas del país del norte: demócratas y republicanos. Pero quizá ha llegado la hora de actuar sobre un mecanismo tan instrumental al empresariado como lo es a la pérdida del derecho a la educación pública: la estandarización y sus mediciones asociadas”.
“Simplificando un proceso histórico lleno de complejidades, uno podría decir que la estandarización ha funcionado así en el país del norte:
Primero se crea una necesidad social, mediante la persuasión, de crear mecanismos competitivos entre las escuelas. Ello se hace con relatos sobre la crítica situación de la educación (pública) para la competitividad económica, como lo hizo Reagan con su informe “Una Nación en Riesgo” durante la década de los ochenta. Se han sucedido más iniciativas desde entonces, buscando copar la agenda con la retórica de una reforma permanente, dada por la necesidad, cuestionable, de aumentar el rendimiento académico de los estudiantes y egresados de las escuelas públicas en EE.UU.”.
“Lo segundo es promover, mediante políticas de incentivo a la investigación aplicada, la investigación educativa el marco de la estandarización. La idea es mantener a los intelectuales enfocados en preguntas sobre la prescripción de estándares de comportamiento visible y de abstracción invisible (¿qué es lo que los estudiantes y egresados deben saber hacer y saber cuándo experimentan el sistema educativo?). Luego, las preguntas mutan a las usuales, ¿cómo medir el cumplimiento de los estándares?, ¿cómo perfeccionar los modelos educativos para que cumplan con los estándares?”.
“Lo tercero es la penalización y la asignación de responsabilidades sobre los estándares. Una vez que se han determinado los estándares, y se han impuesto modelos sobre la medición de variables abstractas (como el aprendizaje), y se han estudiado los núcleos educativos en base a éstos, llega el momento de asignar culpas. El actor preferido para culpar son las y los profesores. Los padres también son culpados (que no dedican tiempo a la educación de sus hijos, que no consumen suficiente cultura, etc.). Los niños también son culpados (porque son desordenados, poco estudiosos, etc.). Y últimamente los culpables también son los directivos escolares. Difícilmente los culpables son los estándares mismos, o las ‘mediciones’”.
“Lo cuarto es la transformación de las culpas en sistemas de rendición de cuentas. Las culpas a las familias y los niños se transforman en una apertura a la elección de escuelas (charters) y a la selección de estudiantes. Las culpas a profesores y directivos se transforman en pagos por mérito y ataques frontales a las agrupaciones gremiales docentes. Las culpas a las escuelas y sus comunidades se transforman en disminución de financiamiento público para su funcionamiento, lo que implica cierres de escuelas basados en su rendimiento en pruebas estandarizadas. Y así se escala en sistemas de culpas. George Bush escaló el modelo para hacer competir por financiamiento a las escuelas y distritos escolares por financiamiento basado en resultados de pruebas estandarizadas. Obama ha escalado el modelo para hacer competir por financiamiento a los estados, los unos contra los otros”.
“Lo quinto es la creación del nicho para el corporativismo privado de la industria educativa. En Estados Unidos se le conoce como charters, y en Chile las conocemos hace rato como escuelas subvencionadas. El subsidio portable, voucher, es el estímulo que permite segmentar mercados, todo en base al modelo de información que ha sido posible crear mediante la estandarización educativa. La estandarización es entonces el mecanismo por el cual se crea el “valor de uso” de la escolaridad, instrumental al mercado y a quienes buscan competir en éste. Es un mecanismo pro-lucro”.
“Chile está a la vanguardia de la estandarización no necesariamente por la creatividad de quienes impulsaron el modelo en el país, sino porque la estandarización en Chile – made in Chicago Boys y quienes les siguieron en la post-dictadura- tenían más facilidades para imponerla por la fuerza militar mediante. En EE.UU. han debido impulsar y construir un debate mucho más abierto y convincente, para lo cual usaron la experiencia chilena con el SIMCE. Tan convincente fue el argumento pro-estandarización que ambos partidos, demócratas y republicanos, le dieron el vamos a la creación de escuelas con subsidios portables durante los noventa. Así, los políticos norteamericanos transformaron el modelo educativo público que llevó a EE.UU. a ser la potencia mundial en una experiencia precaria y de lucha constante para todos quienes se involucran en su proyecto: profesores, estudiantes, padres, educadores de profesores”.
“Pero todo abuso empresarial sobre los derechos tiene una resistencia, y la de EE.UU. está silenciada en los medios tradicionales en Chile. En EE.UU., la resistencia a los estándares y su instrumento –la medición estandarizada- ya tiene una expresión creciente, en particular por su ataque a la profesión docente y a las condiciones educativas de la mayoría. Quienes resisten notan el reduccionismo del currículo escolar, las presiones ejercidas por las mediciones y su asociación a los pagos de salarios, las presiones para la selección de estudiantes, y el estrés de niños que van a la escuela sin estímulos para socializar afectivamente, o disfrutarla. Además, las nuevas brechas raciales, sociales y económicas que genera la privatización de las escuelas. Todo esto suena a historia conocida en nuestras tierras, la vanguardia de la estandarización”.
“Resistir depende de la capacidad de organizarse tanto dentro y fuera del marco que ofrece esta elección. La acción que denuncie los efectos de la estandarización en Chile es una oportunidad de resistencia concreta que ya tiene una experiencia internacional relevante. No escucharemos de quienes copian las políticas y sus énfasis desde el norte las iniciativas de resistencia a esas políticas. Por eso es importante considerar los relatos ocultos por los medios. No todo es color de rosa en el mundo “desarrollado”, mucho menos el relato de los políticos sobre ese mundo”.
“Plan Rescate: Trabajo, Progreso y Alegría”.
Les pregunto al señor presidente electo y a la futura ministra de Educación Pública: ¿rescatarán a la Educación nacional del proceso de privatización en el que se encuentra? ¿Continuarán con la estandarización de la Educación Pública? ¿Desoirán las experiencias internacionales fundadas que demuestran que tanto la privatización como la estandarización son mecanismos fracasados a nivel mundial? ¿Seguiremos la ruta de Chile, Estados Unidos de América, México, España… para en ¿treinta años –como en Chile? percatarnos de que el experimento no funcionó? ¿Permitirán que con la retórica del “consenso”, de las “recomendaciones”, de informes sesgados sobre un conveniente “estado de la educación” a cargo de autonombrados “expertos”, los organismos internacionales, fundaciones, ONGs y demás especies sigan controlando el currículo, la Educación nacional? ¿Dependerá la Educación nacional del gusto personal, la intuición de quienes la tengan a cargo, de la moda de turno, de las ¿instrucciones recibidas?, o de fundamentos científicos amplia e inobjetablemente demostrados?
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