Título: “La formación de valores en los estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina Sandino en Pinar del Río.2008.”
Autores: Dr. Asael Márquez Alfonso1, Dr. Jinobel Pérez Rodríguez2, Dra. Alicia del Rosario Ramírez Pérez3
- Especialista de I Grado en Medicina General Integral. MSc. Longevidad Satisfactoria. Profesor Instructor.
- Especialista de I Grado en Medicina General Integral. MSc. Longevidad Satisfactoria. Profesor Instructor.
- Especialista de II Grado en Medicina General Integral. MSc. Longevidad Satisfactoria. Profesor Asistente. Palabras Claves: formación de valores, personalidad
———————————————————————————————————-
La formación de valores constituye un problema pedagógico complejo solamente comprensible a partir de un análisis psicológico de la naturaleza del valor en su función reguladora de la actuación humana.
José Martí, Héroe Nacional de la República de Cuba expresó: “Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive; es ponerlo a nivel de su tiempo, para que el flote sobre el y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote, es preparar al hombre para la vida”1.
Cada día la sociedad demanda con más fuerza a las Universidades la formación de profesionales competentes.
El amor y la disciplina a la profesión, la fidelidad, la responsabilidad, el sentido de pertenencia, la honestidad, el humanismo, el altruismo, entre otros, constituyen valores esenciales reguladores de la actuación de un profesional competente2.
A la escuela, le corresponde desempeñar un papel determinante en la formación de valores, para ello es necesario efectuar transformaciones en el trabajo educativo; por lo que resulta fundamental que este se oriente de forma tal que permita potenciar en cada estudiante aquellos aspectos que le permitan conocer de una manera más significativa el momento histórico que vive.
En la institución educacional, el maestro es el máximo responsable de la educación de sus alumnos y la clase ofrece múltiples alternativas y posibilidades para lograrlo. Durante su desarrollo se deben efectuar los ajustes o adecuaciones correspondientes entre los contenidos que se imparten y las características del grupo hacia el cual se dirigen, la situación social en que viven, así como el medio familiar de cada estudiante2.
La calidad en la formación profesional depende no sólo de los conocimientos y habilidades que desarrolle en el curriculum universitario sino también de los intereses y valores que regulan su actuación profesional.
Lo que existe en la realidad son las cosas y los hombres que se vinculan a las cosas. El concepto, el conocimiento es el resultado de las relaciones del hombre al transformar el mundo para satisfacer sus necesidades y consecuentemente conocerlo como resultado de esa transformación. Así que los conceptos, las leyes, las teorías, no son más que las generalizaciones en el plano subjetivo, de la realidad, en relación objetiva-subjetiva como consecuencia del vínculo entre el hombre y el medio3.
El valor es la significación del objeto para el sujeto, o sea, el grado de importancia que tiene la cosa, para el hombre que se vincula con el objetivo. El valor se forma como resultado de estar el estudiante inmerso en el proceso. El valor tiene en la significación de las cosas su célula y paulatinamente va realizándose en la personalidad, conformando las convicciones4.
En su conceptualización psicológica el valor debe ser analizado teniendo en cuenta su naturaleza objetiva-subjetiva. El valor en tanto significación de un hecho es al mismo tiempo objetivo y subjetivo ¿Quién atribuye significado? El ser humano. Por tanto el valor como significado atribuido tiene una naturaleza subjetiva toda vez que existe individualmente en los seres humanos capaces de valorar; pero al mismo tiempo tiene una naturaleza objetiva en tanto constituye parte de la realidad social e histórica en la que se desarrolla el ser humano. En este sentido los valores tienen además de una existencia individual, una existencia supraindividual toda vez que forman parte de la realidad social como relación de significados entre los hechos de la vida social y las necesidades de la sociedad, e histórica como sistema de valores oficialmente instituidos en una sociedad concreta. La comprensión de la naturaleza objetiva-subjetiva del valor es fundamental para su educación.
Tanto los valores más trascendentes para una sociedad como la igualdad, la justicia, la solidaridad, como los valores más específicos, por ejemplo, en el orden profesional, el amor a la profesión, la responsabilidad, son reflejados por cada persona de manera diferente en función de su historia individual, de sus intereses, capacidades; quiere decir que no siempre los valores jerarquizados oficialmente por una sociedad como los más importantes (existencia objetiva del valor) son asumidos de igual manera por los miembros de la sociedad (existencia subjetiva del valor). Esto ocurre porque la formación de valores en lo individual no es lineal y mecánica sino que pasa por un complejo proceso de elaboración personal en virtud del cual los seres humanos, en interacción con el medio histórico-social en el que se desarrollan, construyen sus propios valores.
Se puede hablar de los valores en un doble sentido: de lo que vale un objeto para satisfacer una necesidad y por otro lado, en dependencia de constituir la meta de la vida.
Tener valores es estimar un objeto, un principio. Es ubicar las cosas por orden de importancia, es decidir lo que es más importante en un determinado momento y luchar por ello. Es ubicar y jerarquizar los bienes materiales y espirituales en orden de importancia.
Esta jerarquía de valores se forma en el individuo en su interacción con las diferentes esferas de la vida: escuela, familia, comunidad, trabajo, ambiente físico, ambiente sociocultural, entre otros.
La personalidad humana tiene como función principal la regulación de la actuación. Ese potencial regulador de la personalidad se expresa a través de los sistemas motivacional-afectivo (mediante el cual se ejerce la regulación inductora) y cognitivo-instrumental (mediante el cual se ejerce la regulación ejecutora). Los valores en el plano subjetivo se ubican en la esfera motivacional-afectiva, en la base de la motivación, al manifestarse como motivos en el sentido más general, y por ende orientan la actuación del hombre como una necesidad interna, o sea, son motivos que orientan la actuación del sujeto sobre la base de sus puntos de vista y sus creencias, hacia la consecución de objetivos que satisfacen sus necesidades.
Los valores por tanto, no se insertan en la personalidad, por el contrario se educan, se modelan, se forman a través de la actividad hasta llegar a convertirse en convicciones. De ahí por ejemplo, la importancia que tiene formar valores morales, lo cual implica que sus portadores manifestarán una conducta moral acorde con el sistema de valores que posean5.
A través del proceso docente-educativo es necesario lograr que se formen valores y convicciones. Las cosas que rodean al hombre y con las cuales interactúan no le son indiferentes. Poseen una determinada significación en correspondencia con el grado de satisfacción de las necesidades y con lo cual se inicia la valoración que posee dicho objeto para el sujeto.
Esto es posible irlo alcanzando en cada clase, en cada actividad docente, en cada momento de interrelación alumno-profesor, lo más importantes que vaya interiorizando el valor de cada objeto o idea, que comprenda su significación social3.
Podemos plantear que durante la estancia en
Descubre más desde Odiseo Revista electrónica de pedagogía
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.