Cinco incongruencias del INEE

Cinco incongruencias del INEE

  • Imagen de archivo. Tatiana Coll Lebedeff

Tatiana Coll Lebedeff

La Jornada/190415.

Durante años y años hemos venido escuchando y leyendo que las medidas de recorte de matrículas y de presupuestos de las normales públicas responden centralmente al hecho incontrovertible de que hay una saturación de maestros. A tal grado se hizo este planteamiento que la señora del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther, llegó a decir que las normales, sobre todo las rurales, tenían que cerrarse y convertirse en escuelas de turismo. Con esta idea se justificaron muchos de los embates que se realizaron contra las normales públicas, al punto de llegar a que más de 40 por ciento de las normales son privadas.

1. A pesar de la reiteración del planteamiento, al echar un ojo a las estadísticas nacionales era evidente su falsedad:

“43 por ciento de las escuelas del país han sido y son unitarias y/o incompletas, ¿Cómo puede decirse que sobran maestros?, ¿Acaso todos los niños mexicanos no merecen tener escuelas completas y con un maestro por grupo?” 

No han pasado dos años y ahora el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) amanece con el planteamiento contrario; en su informe 2015  ‘Los docentes en México’ plantea que muy pronto van a hacer falta muchos maestros y que no tienen las normales la capacidad de formar a los que se requiere (¡!). Ahora con el argumento contrario se justifica que las plazas de docentes se abran a cualquier profesionista. Tan incongruente fue el primer argumento de la sobresaturación como lo es ahora el de la escasez, parece que todo fluye para ajustarse a las políticas en curso.

2.- El INEE, en este informe, dedica el segundo capítulo a las condiciones laborales de los docentes. Señala que cinco de cada 10 profesores de secundarias tienen contratos por horas y sólo 10 por ciento trabaja de tiempo completo (¡Si las matemáticas no mienten deberíamos decir que nueve de cada 10 profesores!), pero que en telesecundarias casi la totalidad de los profesores se encuentra en esta mejor situación de contratación, pues el servicio está diseñado para operar con un docente por grado, el tamaño de estas escuelas es pequeño, y es frecuente que los docentes desempeñen diferentes tareas, entonces deducimos que las mejores condiciones laborales las tienen los maestros de telesecundarias, que en realidad están abandonados en su escuela y son intendentes, veladores, directores y profesores del grupo unitario.

3.- El informe del INEE no aporta ninguna cifra real sobre los salarios de los maestros, presenta promedios engañosos nada más, cuando sabemos que hay una escala de salarios bastante diferenciada. Concluye que si bien los salarios no son tan competitivos, como los de otras profesiones, existen ventajas, como son la protección de su salario, la compatibilidad entre trabajo docente y el hogar y seguridad en el empleo. La última ventaja es realmente una burla, ya que la nueva Ley del Servicio Profesional Docente (LSPD) eliminó el derecho laboral y condiciona la permanencia a las evaluaciones estandarizadas constantes. Tampoco aporta ningún dato sobre las dobles plazas, muchas concedidas por el SNTE, y sobre los montos de carrera magisterial.

4.- Se cierra este capítulo diciendo (el INEE):

“No se pierda de vista que, además de las ventajas mencionadas, el colectivo de maestros cuenta con un sindicato que negocia con la autoridad incrementos salariales y prestaciones cada año. Aunque estos incrementos se ajustan a las políticas inflacionarias del país…”

“¡Qué gran suerte tienen los maestros de tener ese SNTE tan ejemplar en la defensa de las condiciones laborales del magisterio, que obtiene significativos aumentos de 2 y 3 por ciento, tan estimulantes para el magisterio!” 

5.- El último capítulo sobre el ingreso al servicio docente se concentra en alabar la práctica del concurso de oposición iniciado en 2008, el cual estableció también en 2014 una convocatoria pública y abierta para graduados de las Instituciones de Educación Superior (IES) públicas y privadas, y presenta los resultados de la evaluación estandarizada aplicada.

Las normales públicas alcanzaron un 48.9 por ciento de resultados idóneos, es evidente que el porcentaje de idóneos para los que no han sido profesionalizados como docentes sería mucho menor, pero esto parece sorprenderle mucho”.

El INEE intencionalmente separa a la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) del resto de las IES y particulariza sobre sus resultados como los peores con sólo 26.9 por ciento de puntajes idóneos (igual que las IES privadas), sabiendo que la UPN tampoco es formadora de docentes, sino de profesionales de la educación con diversos perfiles, cuando, por otro lado, le solicitó de manera apremiante, a la misma UPN, que instrumentara en todo el país la formación de los docentes que deben fungir como tutores y evaluadores de los maestros de nuevo ingreso, de acuerdo a la LSPD.

Su incongruente y grave conclusión es que la UPN en particular, y las IES en general, deben modificar sus planes de estudio para formar docentes idóneos de acuerdo con los requisitos de sus exámenes estandarizados.”

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Nota mía: Respetuosamente me permití modificar levemente la estructura del artículo de Tatiana Coll Lebedeff, con la exclusiva finalidad de facilitar su lectura en el formato de Odiseo. Alfredo Macías Narro.


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