“Agnotología” y el estado de la educación

El autor sigue el análisis de las pruebas PISA iniciado en un artículo anterior (también publicado en Odiseo, ver: “Preguntas a los encargados del Estado de la Educación“). Denuncia cómo las políticas educativas neoliberales utilizan los datos sesgados que procuran los exámenes estandarizados tipo PISA para soportar la “calidad educativa” uno de los tres ejes de las reformas neoliberales a la educación (junto al “financiamiento” y la “autonomía”).

Gerardo Barboza

2013-09-27

http://www.elpais.cr/frontend/noticia_detalle/3/86233

En mi artículo “Preguntas a los encargados del cuarto Informe Estado de la Educación…”, publicado en los distinguidos medios elpais.cr (14/09/13) y La Prensa Libre (23/09/13), cité algunos ejemplos sobre la investigación científica internacional que, esencialmente, de manera fundada, establecen las serias falencias en lo relacionado con el “Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes”, PISA.

Como indiqué, el capítulo V del informe “Estado de la Educación”, constituyó un capítulo “especial” –en criterio de los “expertos” encargados-  con el propósito de “remediar” el poco uso que Costa Rica ha hecho de PISA.

Una de las citas, de relevancia internacional, es el artículo “The Pull of PISA: Uncertainty, Influence, and Ignorance” (La popularidad de PISA: incertidumbre, influencia e ignorancia) por la Dra. Sharon Murphy, de la Facultad de Educación de York University, en Toronto, Canadá.

En su más que valioso artículo, Murphy presenta el subtítulo “Professionalization of Assessment as the Promulgation of Ignorance” (La profesionalización de la evaluación como promulgación de la ignorancia). Es decir, la imposición de la “cultura de la evaluación” estandarizada que se supone indispensable para garantizar la “calidad educativa”. Esa “calidad educativa” –no lo dicen los “expertos” en educación- que constituye uno de los ejes de la reforma neoliberal a la educación superior en América Latina, “recomendada” por los organismos internacionales. Los otros dos ejes son el “financiamiento” y la “autonomía”.

Murphy inicia el apartado citando la obra del Dr. Robert Proctor, “Agnotology: A missing term to describe the cultural production of ignorance (and its study)”, en “Agnotology: The making and unmaking of ignorance”, y publicada por Stanford University Press en 2008. (Mi traducción: Agnotología: Un término ausente para describir la producción cultural de la ignorancia (y su estudio).

“Agnotología”, “es el estudio de la ignorancia, y brinda una nueva perspectiva teórica que amplía la pregunta tradicional sobre “cómo sabemos” preguntar: ¿por qué no sabemos lo que no sabemos?” Los ensayos presentados en la publicación por Proctor y Schiebinger muestran que la ignorancia es a menudo más que una ausencia de conocimiento; puede deberse a luchas culturales y políticas. La ignorancia tiene su historia y su geografía política, pero hay también cosas que la gente no desea que usted conozca”.

Otra versión de “agnotología” la ofrece Wikipedia: “Robert Proctor investiga cómo la ignorancia se genera activamente en la sociedad a través de fuentes como el secretismo militar o judicial y por medio de políticas deliberadas. La manufactura de la ignorancia es muy común, como en el caso del calentamiento global o la teoría de la evolución, que siguen poniéndose en duda en algunos colectivos, como si no se tratara de verdades científicas. El autor afirma que éste tipo de tecnología de la desinformación surge de la industria tabacalera”.

En “Agnotología: la producción deliberada de ignorancia”, señalan que “La agnotología es el estudio de la ignorancia o duda culturalmente inducidas, particularmente en la producción de datos científicos poco detallados o sesgados”.

Y citan a Proctor en cuanto a que “La gente siempre asume que si alguien no sabe algo, es porque no prestaron atención o no se han parado a pensarlo… pero la ignorancia también viene de la literal supresión de la verdad –o su ahogo en muchos casos- o el intento de hacerla confusa de modo que la gente deja de preocuparse por lo que es cierto y lo que no”.

Murphy en su análisis refiere a los diferentes tipos de ignorancia señalados por Proctor: “a) ignorancia en el sentido de ‘un lugar donde el conocimiento aún no ha penetrado’, como cuando alguien simplemente no conoce sobre algo; b) ignorancia como resultado de la ‘elección selectiva’, como resultado de la inatención, en el que los individuos se enfocan en un aspecto de la información en tanto ignoran otros; c) la ignorancia como ‘una maniobra estratégica o una construcción activa’ en el que la ignorancia es ‘diseñada activamente como parte de un plan deliberado’, como sucede cuando la desinformación o duda se utiliza para llevar a la gente para ver algo de un modo particular”.

Con respecto a PISA, Murphy señala que “…la producción del segundo tipo de ignorancia, el desconocimiento por atención selectiva, está trabajando de varias [y] diferentes maneras. Considere, por ejemplo, dos hechos coexistentes: a) los Estados Unidos han tendido a caer por debajo del rango promedio en sucesivas y diferentes administraciones de PISA, y b ) los Estados Unidos tuvieron el ingreso nacional bruto más alto en 2008 de cualquier país del mundo (según lo informado por la Método Atlas del Banco Mundial [2009]). El argumento de competitividad económica que apoya la popularidad de PISA es más debilitado cuando el rendimiento de los Estados Unidos es considerado. Este es un ejemplo de la atención selectiva en funcionamiento –los estados-nación no prestan atención a los elementos contradictorios de PISA”.

Sin embargo, Steiner-Khamsi (2000) va mucho más allá al sugerir que la popularidad de las evaluaciones a gran escala se debe a la atención selectiva. Ella sostiene que los estados-nación son mucho más deliberados en el uso de los resultados de las evaluaciones para la política de solicitud de préstamos y utiliza el ejemplo de la respuesta alemana a una serie de resultados de las pruebas internacionales para ilustrar este punto. En nombre de las Pruebas de Aprovechamiento, las crisis pueden ser perpetradas y otras veces los resultados de las pruebas son ignoradas en silencio mientras los gobiernos siguen sus propias agendas. Mientras que los gobiernos en el escenario internacional pueden parecer forzados en PISA, en el escenario nacional están utilizando los resultados de PISA para sus propios fines, y se aprovechan del manto del discurso de la evaluación educativa para realizarlo. En este escenario, la oportunidad para la participación democrática es doblemente frustrado; se ve frustrada una vez por el uso de una prueba que, a pesar de la fachada de alentar la participación de las naciones en el desarrollo, parece ser manejado y controlado por las élites detrás de escena, y es frustrado además, otra vez, por los representantes políticos electos que se aprovechan de la profesionalización de la evaluación para utilizar los datos de las pruebas para satisfacer sus propias agendas políticas”.

Entonces, no se comprende cómo en Costa Rica, un grupo de “doctores”, “másteres” y “licenciados”, multiplicados por todo el país, se congregan como en un culto, con solo un credo, para inventariar y tabular la deplorable situación en la que han colocado a la educación pública, compilarla en un documento con bonito diseño gráfico, desatender cuestionamientos –en el trillado “debate democrático” con el que llenan páginas- pero atender a cuanta entrevista se fabrique para “validar” los hallazgos a la vista de cualquiera.

El modelo que siguen en la educación costarricense es similar al modelo de la deplorable situación de la infraestructura vial del país. Provocada la desatención de la red vial a pesar de las ingentes sumas de dinero dedicadas para ese fin, debe continuarse lidiando con platinas, huecos y, el extremo del descuido, hundimientos que cierran una calle importante parte de un “círculo”, para posteriormente justificar el deterioro de manera burda como consecuencia de un “acto de Dios”…

Han provocado la desatención en todos los aspectos relacionados con la educación pública de manera sistematizada durante décadas para, de un momento a otro, amparados a prestigios fabricados, ajenos e impuestos, de manera obediente siguen “recomendaciones” añejas, presentadas como innovadoras al país, para lograr la “calidad educativa” por medio de pruebas estandarizadas en educación en lenguas y educación en general –“sin fines de lucro”- infundadas, permitiendo de manera subrepticia el control del currículo por parte de los dueños de esas pruebas.

Al insistirse sobre el aumento de los recursos para la educación pública, ¿es para seguir endeudando al país para comprar pruebas estandarizadas y libros de texto que no sirven, y así más que demostrado en los países donde hace tiempo cometieron la torpeza a la que los “expertos” contemporáneos embaucan al país?     

Costa Rica debe, en lugar de seguir copiando fórmulas que no han servido, erogando sumas ingentes en estándares torpes, pagando a “expertos” pero en validar lo que no sirvió en otras naciones ni acá, producir su propio conocimiento dentro de las universidades públicas y privadas, al menos en lo que a educación en lenguas y educación en general se refiere.

Hacer informes leoninos para seguir las “recomendaciones de organismos internacionales” y continuar adhiriendo al país al infundado Marco Común Europeo de Referencia (MCER), a las pruebas estandarizadas en lenguas, a PISA, y demás ocurrencias… ¿para eso se necesita un doctorado, una maestría o una licenciatura… para convertir la educación superior universitaria en repetidoras de conocimiento infundado, cuyos grados académicos deben ser certificables a un alto costo por pruebas comerciales?

Pongan a trabajar a los institutos en investigación en educación, pero en investigación científica seria, rigurosa, para la producción del conocimiento, no para continuar la política de enajenación…digitalizando, por ejemplo, los programas infundados en lenguas del Ministerio de Educación Pública…

¡Increíble! Doctores, “másteres” y licenciados “expertos” en el MCER, pruebas estandarizadas en lenguas y en PISA.

El hundimiento en la red vial se venía fraguando hace tiempo a la espera de un “acto de Dios”.

El hundimiento conceptual en la educación costarricense ¿cuándo inició? ¿Ha sido diseñado “activamente como parte de un plan deliberado, como sucede cuando la desinformación o duda se utiliza para llevar a la gente para ver algo de un modo particular”… por medio de la “producción de datos científicos poco detallados o sesgados”?

(*) Educador

www.englishincostarica.org

 


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