El modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades

Hugo Arturo Cardoso Vargas

Universidad Nacional Autónoma de México

Nota de la redacción: El objetivo de este artículo es recuperar la experiencia de investigar las características del modelo pedagógico según la propuesta inicial del Colegio de Ciencias y Humanidades de acuerdo con las disposiciones elaboradas por autoridades universitarias encabezadas por el doctor González Casanova. Esto es, se trata de conocer cuáles son los contenidos pertinentes a cada una de las siete dimensiones del modelo pedagógico que corresponden al CCH.
El autor, Hugo Arturo Cardoso Vargas, es colaborador y miembro fundador de nuestra revista Odiseo. Ha publicado con nosotros “Del proyecto educativo al modelo pedagógico” y “El modelo pedagógico de la Escuela Nacional Preparatoria“.
Como él nos señala, este trabajo es la continuación necesaria de su tesis de maestría intitulada “El modelo pedagógico del bachillerato universitario: La escuela Nacional Preparatoria y el Colegio de Ciencias y Humanidades” que presentó como trabajo recepción para optar por el Grado de Maestro en Ciencias de la Educación por el ISCEEM.

Contenido:

El Colegio sería precisamente, el resultado de la iniciativa coincidente de varios planteles con el fin de impulsar por nuevos caminos la enseñanza y la investigación científica dentro de la institución.
Pablo González Casanova

El objetivo de este artículo* es recuperar la experiencia de investigar las características del modelo pedagógico según la propuesta inicial del Colegio de Ciencias y Humanidades de acuerdo con las disposiciones elaboradas por autoridades universitarias encabezadas por el doctor González Casanova. Esto es, se trata de conocer cuáles son los contenidos pertinentes a cada una de las siete dimensiones del modelo pedagógico que corresponden al CCH.

El proceso que lleva a la constitución y fundación del Colegio de Ciencias y Humanidades es un momento histórico determinado:  la reorientación de la política -en su sentido más amplio- del Estado mexicano.

Con la intención de lograr el objetivo se organiza en dos grandes apartados. El primero describe el proyecto universitario implementado por el rector González Casanova denominado Nueva Universidad y en particular el Colegio de Ciencias y Humanidades. El segundo consiste en puntualizar cada una de las dimensiones que constituyen el modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Imagen de Javier Benitez publicada en Pixabay
Imagen de Javier Benitez publicada en Pixabay

La creación del Colegio de Ciencias y Humanidades

En este apartado se recuperan los principales argumentos que dieron origen al modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades expresados por el doctor Pablo González Casanova; su llegada a la rectoría de la UNAM fue por el predominio de la corriente progresista[1]·.

Es necesario hacer referencia a las respuestas del gobierno echeverrista para resarcir las heridas provocadas por la represión del movimiento estudiantil y popular de 1968[2] . Entre estas respuestas se mencionarse al menos dos.

En primer lugar, una importante reforma educativa que tenía como principal objetivo el democratizar el acceso a la educación desde la básica hasta la licenciatura como se demuestra con la fundación de instituciones en el nivel medio superior como el Colegio de Ciencias y Humanidades y el Colegio de Bachilleres y a nivel superior de las Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales dependientes de la UNAM y la Universidad Autónoma Metropolitana. Este proceso de reforma del gobierno federal coincide con las propuestas de reforma de las instituciones de educación superior agrupadas en la ANUIES; como se observar con la Declaración de Villahermosa[3] y, en particular, para el bachillerato la Declaración de Tepic[4].

Las reuniones de la ANUIES son testigo del papel desempeñado por el rector de la UNAM no sólo reconociendo las críticas condiciones en que se encuentran estas instituciones; sino, además, insistiendo en que las reformas académicas son impostergables pero posibles. Entre las posibilidades de desarrollo se toma como un importante modelo las cualidades del Colegio de Ciencias y Humanidades.

La otra respuesta del gobierno de Echeverría fue el cooptar; de incorporar a las actividades de gobierno a antiguos lideres y participantes en el movimiento de 1968.

En este sentido es evidente existe una abundante bibliografía sobre este proceso de apropiación de los estudiantes por el gobierno; pero así mismo en torno a las distintas respuestas al movimiento estudiantil y popular de 1968[5].

Con estos elementos necesarios se ubica el momento histórico en que se crea el Colegio de Ciencias y Humanidades; porque es en momento de una crisis social derivada por dos factores: el crecimiento de los sectores medios[6]; desde luego estas clases medias fueron las que más promovieron el acceso a la educación media superior y superior. El otro factor se deriva de la necesidad de una urgente reforma en el seno de la Universidad Nacional Autónoma de México, tal y como la concibe González Casanova en especial el proyecto que se reconoce como Nueva Universidad[7]; de importancia vital en la vida institucional de la UNAM.

En este sentido es evidente que entre los proyectos institucionales de la Nueva Universidad se reconocen los siguientes:

“1.- Ampliación urbana de la UNAM, que contempla la creación de Unidades Académicas Urbanas. Parte de este proyecto fue la creación del CCH:
2.- Unidades Académicas de recursos renovables. Su objetivo era impulsar tecnología nacional y pretendía: a) atender a zonas agrícolas, ganaderas y recursos forestales, y b) atender a zonas desérticas, tropicales y de riego.
3.- Unidades académicas para el estudio de los recursos marinos.
4.- Unidad académica de recursos no renovables.”

(Cabello Bonilla, Víctor: “Consideraciones generales sobre el proceso político-académico que permitió el surgimiento del proyecto original del CCH. Ponencia en el tercer Foro del Área Histórico. social de Bachillerato del CCH, plantel oriente” (en) García Lugo, Gabino; Gutiérrez López, Miguel Ángel; et. al. La reflexión curricular sobre el CCH. Programa para la revisión del plan de estudios del bachillerato del CCH. P. 29)

Estos son los proyectos que realiza el rector González Casanova para la UNAM y el más importante, no sólo por su duración; sino además por su trascendencia e impacto en la vida institucional y jurídico legal de la Máxima Casa de Estudios del país fue el CCH. La Universidad Nacional Autónoma de México cambió radicalmente a partir de este proyecto y en especial la aparición del Colegio de Ciencias y Humanidades.

El proyecto Nueva Universidad incluye además del Colegio de Ciencias y Humanidades otras instituciones como el Sistema de Universidad Abierta y las Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales.

En este contexto específico de la UNAM aparece el Colegio de Ciencias y Humanidades en su modalidad de bachillerato Para describir cada uno de los valores de los parámetros del modelo pedagógico del CCH es esencial contar con los documentos básicos que delinean y explican lo que se pretende con el Colegio de Ciencias y Humanidades. Estos documentos son: Discurso de protesta como rector[8] y Exposición de motivos del proyecto de creación del Colegio de Ciencias y Humanidades[9].

Existe la nota periodística Se creó el CCH[10]; además de otras fuentes claves, por ejemplo: Reglas y criterios de aplicación del plan de estudios del Colegio de Ciencias y Humanidades[11]. Con estas fuentes documentales se inicia el proceso para describir cada una de las dimensiones del modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades.

El primer elemento en el proceso de creación del Colegio es el siguiente:

“La Universidad tiene que ser la fuente de innovación más significativa y consciente de un país; de innovación deliberada, previsora, que no espera a la ruptura, a la crisis para actuar, que previniendo las posibles rupturas y crisis para actuar, que previendo las posibles rupturas y crisis actúe a tiempo, con serenidad, con firmeza, con imaginación y seriedad, abriendo a la vez nuevos campos, nuevas posibilidades, y mejorando sus niveles técnicos, científicos, humanísticos y de enseñanza.”

(Se creó el CCH, p. 2)

Para la Universidad el Colegio de Ciencias y Humanidades tiene doble importancia. Por un lado, ser fuente de renovación que abre “nuevos campos, nuevas posibilidades” y, por el otro, el prever las condiciones de las crisis sociales para estar en condiciones de promover soluciones actuando “con serenidad, con firmeza, con imaginación y seriedad”.  Por ende,

“Uno de los objetivos esenciales de la Universidad en el futuro inmediato es el de intensificar la cooperación disciplinaria e interdisciplinaria entre especialistas, escuelas, facultades e institutos de investigación. Tal exigencia deriva del actual desarrollo del conocimiento científico y humanista, que requiere simultáneamente el dominio de diversos lenguajes y métodos y la combinación de especialidades que, dentro de la estructura tradicional de la enseñanza, presenta límites o fronteras artificiales entre los campos del saber moderno.”

(González Casanova; Pablo: Proyecto de creación del Colegio de Ciencias y Humanidades, Gaceta UNAM 1 de febrero 1971, p. 3; cursivas propias)

Esto significa, ni más ni menos que la Universidad actué como verdadera Universidad al promover, asegurar y estimular el diálogo y la cooperación entre sus distintas instancias. En este proceso es importante identificar tanto lenguajes como métodos que son producto de esa cooperación y se constituyen en elementos esenciales en la formación de los nuevos profesionistas.

“Es deber eludible de la Universidad auspiciar los proyectos de colaboración de sus escuelas e institutos que redunden en el más eficaz cumplimiento de las funciones que le asigna la ley.” (González Casanova: Proyecto …, p. 3)

La colaboración interinstitucional de las distintas instancias universitarias se traducirá en proyectos de participación múltiple que impacten la docencia, de manera preponderante en el bachillerato; en la investigación y en la difusión cultural. Por lo tanto, el rector reconoce enseguida que,

“En ese orden de ideas es posible concebir una serie de proyectos de enseñanza combinada en los niveles de bachillerato, licenciatura y postgrado, así como múltiples programas de investigación interdisciplinaria en los que participen especialistas y centros dedicados al estudio de distintos aspectos de la realidad. A través de estos programas y proyectos la Universidad cumpliría de manera cada vez más satisfactoria sus objetivos de impartir enseñanza y fomentar la investigación científica, de acuerdo con las necesidades del propio desarrollo de las ciencias y de la comunidad nacional.”

(González Casanova: Proyecto …, p. 3) 

Una de las acciones era reconocer la necesidad de construir nuevas formas de organización del trabajo académico tanto en el campo de la docencia como en la investigación, funciones ambas debidas a las necesidades sociales que cumple la Universidad Nacional. Así, se reconoce una desarticulación entre planes y programas de estudios del bachillerato con la licenciatura y, desde luego, también del posgrado.

Los proyectos deben cumplir son las siguientes características:

“Dichos programas y proyectos, en función de su naturaleza específica y de sus fines precisos, podrían ser permanentes o transitorios. Es decir, originar nuevas instituciones a partir del esfuerzo coincidente de las instituciones ya existentes, o bien trabajos de cooperación que desaparecerían o se transformarían una vez alcanzadas las metas propuestas. En realidad hay un margen muy grande a las formas posibles que puede asumir la combinación de los recursos de toda índole con que cuenta la Universidad, sin más límite que nuestra estructura legal, o la disponibilidad de los elementos necesarios en cantidad y en calidad.”

(González Casanova: Proyecto …, p. 3) 

Los proyectos o son permanentes o son transitorios, el único límite es: el marco legal universitario y la disponibilidad de los recursos materiales, humanos y financieros. Por ende, se trata de que todas estas características conformen, específicamente, un proyecto.

“Este proyecto se refiere a la creación de una institución de carácter permanente: el Colegio de Ciencias y Humanidades, que incluirá diversos niveles de enseñanza y centros de investigación. El Colegio sería precisamente el resultado de la iniciativa coincidente de varios planteles con el fin de impulsar por nuevos caminos la enseñanza y la investigación científica dentro de la institución.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 3; cursivas propias)

Aparece la instancia universitaria permanente con al menos tres cualidades. En primer lugar, integrar “diversos niveles de enseñanza”; es decir desde el bachillerato hasta el doctorado. En segundo, promover la participación de los procesos formativos de los centros de investigación. En tercer lugar, el explorar los “nuevos caminos” en “la enseñanza y la investigación científica”.  El origen consiste en que

“Esta iniciativa conjunta de cuatro facultades cristaliza, en un primer proyecto, la necesidad universitaria de originar los nuevos tipos de especialistas y profesionistas que requiere el desarrollo científico, técnico y social del país. De ahí su importancia, aún cuando se trata sólo de un primer intento al que podrán y deberán seguir otros en el próximo futuro.” 

(González Casanova: Proyecto…, p. 4)

La creación del Colegio de Ciencias y Humanidades fue producto de la participación no únicamente interinstitucional sino además ínter universitaria e intersectorial. Esta colaboración universitaria deriva de la postura asumida desde la Rectoría; pues coincide con lo que decía González Casanova:

“Cuando decimos que consideramos ingobernable la Universidad sin el concurso de todos los universitarios estamos haciendo un llamado a todos y cada uno de ustedes a reflexionar con nosotros, a estudiar con nosotros, a razonar con nosotros, a gobernar con nosotros.”

(González Casanova: Intervención…, p. 56; cursivas propias)  

Así, hay que reconocer a las facultades que en este proyecto tiene un distinto nivel de participación -algunas aportan métodos de estudio; otras lenguajes- que contribuyeron en este proyecto y son: 

“Las de Ciencias y Filosofía (de las que surge esencialmente la enseñanza de las matemáticas, la física, la biología, la lógica, la historia y el español) y de Química y Ciencias Políticas y Sociales (de las que surge en forma predominante la enseñanza de la química y del método histórico-social aplicado a los fenómenos de la sociedad contemporánea y a los estudios prospectivos de una sociedad en pleno cambio).”

(González Casanova: Proyecto…, p. 3) 

Cada facultad aporta sus conocimientos dominantes; por ejemplo, la de Ciencias Políticas y Sociales proporciona el método de análisis histórico social; en el caso de la de Ciencias, se recupera el método experimental; la de Química colabora con la enseñanza de la química y la de Filosofía y Letras la enseñanza de la historia y el español.

Se afirma que el proyecto inicial del Colegio de Ciencias y Humanidades el nivel bachillerato es sólo la punta del iceberg; esto es, el CCH, en su modalidad del bachillerato, es sólo la primera vertiente de una institución que pretendió desde el principio el crecer constantemente hasta llegar a constituirse en toda una serie de modalidades que iniciaba en el bachillerato -pero con planes de estudio flexibles intra universitarios e interdisciplinarios- hasta el doctorado. Esto significa:

“En rigor, una de las características esenciales del Colegio debería ser su flexibilidad y su fácil adecuación a las necesidades e iniciativas futuras de cooperación entre universitarios, y el generar y auspiciar constantemente iniciativas de cooperación e innovación. Estos objetivos deseables deberán ser cubiertos gradualmente a través de esfuerzos conjuntos de la más diversa índole”

(González Casanova: Proyecto…, p. 3) 

Es obvio que “existen otros proyectos que se refieren a la creación del nivel profesional en el Colegio de Ciencias y Humanidades y que se presentarán en fecha próxima a la consideración del H. Consejo Universitario.” Con la creación del nivel bachillerato en el Colegio de Ciencias y Humanidades es evidente existen:

“Varias razones (que) justifican la proposición específica y la prioridad que se le da. La primera se refiere a la creciente demanda de enseñanza a nivel medio superior y a la necesidad de nuestra Casa de Estudios de satisfacerla lo más amplia y eficazmente que le sea posible.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 3) 

El Colegio no es resultado de una medida administrativa ni del capricho personal de algún funcionario; por el contrario, resulta del esfuerzo conjunto de facultades y de la Escuela Nacional Preparatoria; consecuentemente, de profesores, estudiantes y autoridades universitarias. En consecuencia, el CCH es una institución que “abre nuevas perspectivas a la juventud, al magisterio, a los investigadores.”

En este sentido, el proyecto del Colegio de Ciencias y Humanidades consistía en varias etapas; que inició con el nivel bachillerato que se estudia aquí.

Al respecto dice González Casanova. “La que ayer se presentó en lo particular al H. Consejo Universitario se refiere a la enseñanza de nivel medio superior.”  Consecuentemente

“Si es posible en este mismo año se propondrán nuevas opciones, en el orden profesional en las licenciaturas; sobre todo en algunas disciplinas que (se) presten a ello como las matemáticas aplicadas, las ciencia administrativas y las ciencias de la salud, profesiones de carácter típicamente interdisciplinario, y que tienen por lo demás y tendrán en el futuro, un amplio mercado de trabajo; pero el esfuerzo del Colegio no puede quedarse ahí, habrá que llegar a los estudios de postgrado y de investigación, coordinando por su cuenta cuanto así se lo encomiende la Universidad o cooperando con las divisiones de estudios superiores y los institutos de investigación científica y humanística programen en el futuro, para el estudio de áreas y problemas que requieren el concurso de varias disciplinas como la Psicología, la Psicología Social y la Psiquiatría, como la Geografía y las ciencias de la tierra, como los problemas de desarrollo regional y como tantas más que sería difícil enumerar.”

(Se creó el CCH, p. 2)

El Colegio aparece, desde su origen, como una institución que pretende alcanzar no sólo el nivel medio superior; porque en su propuesta original aparece los niveles de licenciatura y posgrado. Consecuentemente, el Colegio de Ciencias y Humanidades se concibe como una modalidad educativa que abarca todo el sistema universitario; pero siempre conservando su cualidad: planes de estudio flexibles, interdisciplinarios e innovadores.

Pero también el Colegio tiene otras implicaciones; una de las más importantes consecuencias del Colegio es la formación de nuevos profesionistas y especialistas que se requieren por y para el desarrollo de la ciencia y la sociedad mexicana. Aunque la tarea más importante es la que se describe en el siguiente apartado; esto es en cuanto a su modelo pedagógico.

Tampoco se dejan de mencionarse algunas críticas que se le hacen al Colegio de Ciencias y Humanidades y su inserción en la política educativa del gobierno de Luis Echeverría. En este sentido los puntos de vista no son coincidentes; porque, por ejemplo, se sostiene que el Colegio fue producto de esa política educativa[12]  y otros que, por el contrario, el CCH es una institución en esencia universitaria.

Las dimensiones del modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades

En este apartado se describen cada una de las dimensiones que integran el modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades. Para conocer cuáles son las dimensiones que constituyen la categoría analítica modelo pedagógico consúltese Del proyecto educativo al modelo pedagógico” y el capítulo “Las dimensiones del modelo pedagógico de la Escuela Nacional Preparatoria”, en El modelo pedagógico de la Escuela Nacional Preparatoria” . La creación del Colegio de Ciencias y Humanidades representó la oportunidad para las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México, con la dirección del rector González Casanova, de promover una profunda y radical reforma en la UNAM.

Mediante esta transformación no sólo se cambia la presencia de la Escuela Nacional Preparatoria y su participación -cualitativa y cuantitativa- en la comunidad universitaria; sino que, además, modifica la estructura orgánica y organizativa de la UNAM para dar cabida al CCH, en un primer momento, en el nivel de bachillerato.

Este proceso implicó la aparición de nuevas disposiciones legales y de distintas instancias administrativas que hiciera posible el crecimiento del proyecto original del Colegio de Ciencias y Humanidades hasta llegar a los niveles de licenciatura, maestría y doctorado.

En este sentido, las dimensiones del modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades se derivan de las respuestas planteadas con fines analíticos y formuladas en los documentos fundantes signados por las autoridades universitarias entre noviembre de 1970 y enero de 1971. Enseguida se describen los atributos que corresponden a cada una de las dimensiones del modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades.

1.- La orientación teórica

Para describir esta primera dimensión del modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades, es necesario señalar que en ninguno de los textos fundacionales aparece alguna referencia a una determinada orientación teórica específica.

Sin pretender dar una respuesta absoluta, lo que es imposible ante la carencia de información, es obvio que este acercamiento es parcial e incompleto. Esto porque según los textos en ningún momento ni el rector González Casanova ni el H. Consejo Universitario mencionan una determinada orientación teórica; por ende, se debe buscar en otro lado la cuestión de la orientación teórica que sustenta el modelo pedagógico del CCH.

Se planteó, inicialmente, que la orientación teórica del modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades se sustentaba en la perspectiva de interdisciplinariedad, como lo expresa Ápostel[13].

Pero es obvio que entre las pretensiones de ese conjunto de textos no existe ninguna mención a la posibilidad de que la interdisciplinariedad se empleara en el nivel bachillerato. Las autoridades universitarias nunca hicieron mención de esta perspectiva teórico como oportunidad para construir el mapa y el diseño curricular del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Por otro lado, es necesario decir que ante el silencio de las autoridades de la UNAM se deberían explorar otras opciones para establecer su posible papel como orientadora teórica de la propuesta del CCH.

La responsabilidad de la orientación de esta propuesta, en otro momento de la investigación, recayó en la publicación de la Asociación Internacional de Universidades[14]. Pero, evidentemente, tampoco desde esta fuente se construyó la propuesta del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Se señaló como otra posibilidad en este proceso del diseño curricular del CCH, la propuesta de Roger Gilbert en el sentido de los tiempos y los lenguajes[15]. Pero tampoco había muchas pistas para sostenerlo ni demostrarlo. Pero igual sucedió con un texto, casi desconocido, de Miguel Ángel Cevallos[16]. Pero tampoco fue posible el encontrar esa vinculación.

Por todo lo anterior estaban agotadas las posibilidades de encontrar la fuente desde la cual se construyó, conceptualmente, el modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades. Pero todavía estaba abierta la opción de buscar por otras vías. Efectivamente, se realizó una pesquisa entre los trabajos que se han dado a conocer en las diferentes publicaciones del Colegio, en sus páginas, docentes e investigadores de los cinco planteles tratan de definir o al menos de identificar cuál es la orientación teórica del modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Sin intentar dar por agotado el tema se puede decir que tampoco se trata de realizar un inventario completo de todas las colaboraciones que abordan la problemática ya señalada aquí. Así que los autores y sus textos son varios[17].

2.- Los fines

En este rubro se describen los objetivos sociales que se le asignan al Colegio de Ciencias y Humanidades recordando que desde el inicio se le reconoció como un órgano de permanente renovación. Así que esta cualidad no requiere ser nuevamente señalada aquí. 

Así, la pregunta es ¿cuáles son los fines que se le atribuyen al CCH? Para responder a esta pregunta es necesario reconocer que existen, al menos tres distintos fines que se describen enseguida.

Fines sociales.- De inicio se reconoce que el primer fin social del Colegio de Ciencias y Humanidades consiste en reconocer que el Colegio forma parte del proceso de reforma de la Universidad Nacional Autónoma de México y con la cual da respuesta a la creciente demanda de ingreso a la educación media superior.

Esto quiere decir que la creación del Colegio de Ciencias y Humanidades fue la respuesta universitaria a una disposición política que rebasó, por primera vez, el ámbito del mandato presidencial y fue reconocido con el nombre de Plan de Once Años[18]. Puesto que el Plan tenía como finalidad abrir el acceso de la educación básica (primaria y secundaria) a los sectores mayoritarios y que tradicionalmente estaban fuera de la escuela; gracias a este plan, la demanda de ingreso al bachillerato de los egresados de la secundaria crecía año con año.

Este crecimiento provocó que la Universidad, incrementara los planteles de la Escuela Nacional Preparatoria hasta llegar a los 9 que existen. Pero estas disposiciones no fueron suficientes.

Por ende, en este sentido, el Colegio de Ciencias y Humanidades se concibió como una nueva opción en el bachillerato universitario para asegurar el ingreso a un número cada vez mayor de solicitantes; de modo tal que no sólo implicara una diversificación de la oferta en el nivel bachillerato de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Esto hay que insistirlo: la aparición del nivel bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades obedece a dos factores. En primer lugar, a la cada vez mayor demanda de educación media superior. En segundo lugar, la obligación institucional impuesta por la sociedad mexicana a la Universidad de satisfacer esa demanda no sólo como lo había hecho tradicionalmente; sino al contrario, mediante la exploración en los nuevos métodos docentes del bachillerato universitario.

Ahora bien, a partir de la primera cualidad, ser un órgano universitario de renovación permanente, se desprenden otro conjunto de atributos. El primero es reconocer que el Colegio es resultado de una propuesta conjunta elaborada por distintas instancias universitarias:

“La iniciativa de cooperación de las facultades universitarias con la Escuela Nacional Preparatoria, es un esfuerzo para buscar nuevas alternativas y combinaciones que serán útiles a los jóvenes mexicanos que opten por ellas y que abre oportunidades, hasta hoy poco explotadas, de una flexibilidad y renovación permanente de las estructuras universitarias.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 4)

Esto significa que en la fundación del CCH participan por un lado las facultades universitarias y por el otro, de manera sobresaliente, la Escuela Nacional Preparatoria; porque con este proyecto se trata de recuperar de la ENP la experiencia acumulada en los ámbitos pedagógicos y organizativos que, evidentemente, se enriquecen con los aportes de las facultades participantes. En este sentido, no es de extrañar lo que indica el rector:

“El proyecto entraña la estrecha colaboración de la Escuela Nacional Preparatoria, que puede aportar una rica experiencia pedagógica y organizativa en el establecimiento de las muevas unidades y es una valiosa ocasión para que la Escuela Nacional Preparatoria se vincule estrechamente con las actividades universitarias de nivel superior y de investigación científica.” 

(González Casanova: Proyecto…, p. 4)

La Universidad, con la creación del Colegio de Ciencias y Humanidades, promueve la participación interinstitucional con el fin de propiciar una enseñanza novedosa que descanse más en el proceso de aprendizaje de los métodos de investigación (científico experimental y el histórico social) y los lenguajes (el castellano y las matemáticas). Esta propuesta, supone, la aparición de una nueva modalidad del bachillerato universitario que desplazaba la tradicional enseñanza a partir de asignaturas y ciertas áreas del conocimiento (disciplinas o ciencias) Por lo mismo, el rector no olvida insistir en que:

“Por todo ello el Colegio será el resultado de un esfuerzo de la Universidad como verdadera Universidad, de las facultades, escuelas e institutos como entidades ligadas y coordinadas y de sus profesores, estudiantes y autoridades en un esfuerzo de competencia por educar más y mejor a un mayor número de mexicanos y por enriquecer nuestras posibilidades de investigación en un país que requiere de la investigación científica, tecnológica y humanística, cada vez más, si quiere ser, cada vez más, una nación independiente y soberana, con menos injusticias y carencias.”

(Se creó el CCH, p. 2)

El resultado es el plan de estudios, flexible y de renovación del CCH y promover la institución educativa destinada a dar mayor cabida a los egresados de la secundaria era igualmente importante reconocer que el proceso de selección de los egresados debería ser también revisado; puesto que: “la selección previa al momento en que los estudiantes llegan a las ventanillas de la Universidad es excesiva, y no necesariamente académica, sino social y económica.”  (Se creó el CCH, p. 2). Este proceso de selección social y económica -nunca académica- es tan evidente que se expresa con los siguientes datos:

“El número de alumnos que ingresa a la Universidad Nacional, y en general a la enseñanza superior del país, es extremadamente pequeño (apenas el 2% de la matricula total corresponde, en 1970, a la educación especial y superior. En números absolutos son 199 mil estudiantes en educación superior frente a los 10,088,000 de la matricula potencial; cifra muy inferior a la que proporcionalmente tienen otros países subdesarrollados, o en proceso de desarrollo similar al de México).” 

(Se creó el CCH, p. 2)

Así, se le otorga una especial importancia al Colegio de Ciencias y Humanidades puesto que

“Sí nosotros pensamos en el México de la próxima década veremos que sin instituciones como el Colegio de Ciencias y Humanidades, la magnitud de problemas a los que se enfrentará la Universidad Nacional Autónoma de México la llevaría a sufrir muy grave crisis. Consideramos que no es necesario esperar a que vengan esas crisis para que festinando los procedimientos, se encuentren nuevas soluciones y se hagan las necesarias reformas.”

(Se creó el CCH, p. 2)

El CCH es una institución educativa con un particular papel no sólo en el proceso de reforma universitaria; sino, además, como una instancia previsora de los retos que en el futuro enfrentará la Universidad Nacional Autónoma de México. Consiguientemente,

“En esas condiciones, un país como el nuestro y una Universidad Nacional como la nuestra tiene la obligación de plantearse el problema de liberar fuentes de enseñanza para atender a aquellos estudiantes deseos de aprender y de ingresar a sus aulas, haciendo, al mismo tiempo, cuanto esfuerzo sea necesario para que realmente aprendan, y para que aumenten día con día la seriedad y profundidad de sus estudios humanistas, científicos y técnicos.”

 (Se creó el CCH, p. 2)

Los dos primeros fines, los fines sociales, son los siguientes:

En primer lugar, el que la población estudiantil que termina la educación secundaria cada vez sigue creciendo año tras año. Pero ese crecimiento no podría ser atendido completamente por la Universidad a pesar de la existencia de los 9 planteles de la Escuela Nacional Preparatoria. 

El segundo objetivo consiste en la apertura de la Universidad para explorar nuevas posibilidades de enseñanza con cualidades hasta este momento inéditas como es la interdisciplinariedad y los planes y programas de estudios flexibles -como lo eran los del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Fines institucionales.- En este rubro se describen los fines institucionales que se le asignan, por las propias autoridades universitarias, al Colegio de Ciencias y Humanidades.

“En primer lugar es evidente que se requiere señalar e insistir en que “hoy la Universidad da un paso muy importante al considerar un proyecto que tiende a fortalecer su carácter de Universidad.” (Se creó el CCH, p. 2).

Este proyecto se caracteriza porque el Colegio será el resultado de un esfuerzo de la Universidad como verdadera Universidad, de las facultades, escuelas e institutos como entidades ligadas y coordinadas y de sus profesores, estudiantes y autoridades”. Aún más

“Hemos de subrayar que la iniciativa de cooperación de las facultades universitarias con la Escuela Nacional Preparatoria, es un esfuerzo para buscar nuevas alternativas y combinaciones que serán útiles a los jóvenes mexicanos que opten por ellas y que abre oportunidades, hasta hoy poco exploradas, de una flexibilidad y renovación permanente de las estructuras universitarias. El proyecto entraña la estrecha colaboración de .la Escuela Nacional Preparatoria, que puede aportar una rica experiencia pedagógica y organizativa en el establecimiento de las nuevas unidades y es una valiosa ocasión para que la Escuela Nacional Preparatoria se vincule estrechamente con las actividades universitarias de nivel superior y de investigación científica.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 2)

El proceso de colaboración interinstitucional es vital. Así, las Facultades que participan con la Escuela Nacional Preparatoria en la conformación del Colegio de Ciencias y Humanidades son las de Ciencias, Filosofía y Letras, Química y Ciencias Políticas. La conclusión es evidente:

La creación del Colegio de Ciencias y Humanidades constituye la creación de un motor permanente de innovación de la enseñanza universitaria y nacional, y deberá ser completado con esfuerzos sistemáticos que mejoren, a lo largo de todo el proceso educativo, nuestros sistemas de evaluación de los que enseñamos y de lo que aprenden los estudiantes; presentándoles a éstos nuevas posibilidades de trabajos técnicos, de oficios y de artes aplicadas, en que colabore la nación entera en una política de educación y de empleo cada vez más calificado.”

(Se creó el CCH, p. 2; cursivas propias)

El CCH no sólo es “un motor permanente de innovación de la enseñanza universitaria” y no concluye su misión. Puesto que,

“Naturalmente, un proyecto de esta naturaleza ofrece múltiples posibilidades de combinación entre disciplinas que será necesario explorar en el futuro. En rigor, una de las características esenciales del Colegio debería ser su flexibilidad y fácil adecuación a las necesidades e iniciativas futuras de cooperación entre universitarios y el generar y auspiciar constantemente iniciativas de cooperación e innovación. Estos objetivos deseables deberán ser cubiertos gradualmente a través de esfuerzos conjuntos de la más diversa índole.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 4; cursivas propias)

Esta cualidad, la flexibilidad, del Colegio de Ciencias y Humanidades es esencial para promover la cooperación universitaria no sólo a nivel de Escuelas, Facultades, Centros e Institutos; puesto que,

“En rigor, podría pensarse en la creación de nuevas Escuelas Preparatorias que reprodujeran la estructura organizativa y académica del bachillerato actual. Sin embargo, la obligación de que la Universidad cumpla sus objetivos académicos de acuerdo con las nuevas exigencias del desarrollo social y científico, al mismo tiempo que confiere una flexibilidad mayor y nuevas opciones y modalidades a la organización de sus estudios, sugieren la conveniencia de poner las bases para una enseñanza interdisciplinaria y de cooperación inter-escolar, también en el ciclo de bachillerato, la cual contribuirá a la formación polivalente del estudiante, capacitándolo mejor para seguir distintas alternativas: estudios profesionales, investigación o inclusive su incorporación más rápida al mercado de trabajo, en salidas laterales que son indispensables en un país moderno.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 3; cursivas propias)

Al asumir estas atribuciones: mayor flexibilidad y nuevas opciones y modalidades de estudios, el Colegio confirma su papel de instancia universitaria. En este paso de la Universidad por fortalecer su cualidad de verdadera Universidad, es obvio que el Colegio de Ciencias y Humanidades adquiere un valor esencial por su papel estratégico en el conjunto de la reforma universitaria; porque:

“Así, parece necesaria la movilización de los recursos universitarios para su mejor aprovechamiento sobre las bases de una vinculación cada vez más estrecha e imaginativa. Indudablemente este esfuerzo rendirá frutos óptimos a corto plazo: nuestra Casa de Estudios estará en mejores condiciones para crear y transmitir un saber que sea, al mismo tiempo, profundo y más universal.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 2)

Aquí se menciona al CCH en general; pero hay que recordar que la propuesta inicial que se aprobó en enero de 1971 se refería, exclusivamente, al nivel bachillerato. Por ende, se agrega que:

“Además de la proposición para que se establezca el mencionado Colegio, este proyecto se refiere específicamente a la creación de nuevas Unidades Académicas en el ciclo del bachillerato, es decir, a la formación del nivel de enseñanza media superior del Colegio de Ciencias y Humanidades.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 3)

Por consiguiente, se mencionan sus cualidades:

“El Colegio de Ciencias y Humanidades, al nivel de bachillerato, permite la utilización óptima de los recursos destinados a la educación, permite la formación sistemática e institucional de nuevos cuadros de enseñanza media superior; y permite un tipo de educación que constituye un ciclo por sí mismo, que puede ser preparatorio, pero también terminal, también profesional, a un nivel que no requiere aún la licenciatura, y que está exigiendo el desarrollo del país.”

(Se creó el CCH, p. 1; cursivas propias)

Así, se establecen y definen los fines que le corresponden a este nivel educativo; no es suficiente señalar “el Colegio de Ciencias y Humanidades abre nuevas perspectivas a la juventud, al magisterio, a los investigadores.” Por eso es obvio que,

“El ciclo el bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades, no sólo va a generar una fructífera cooperación de todas las facultades y escuelas de la Universidad para la educación del joven y la formación de nuevos profesores, sino que va a liberar una serie de fuerzas para la educación.”

(Se creó el CCH, pp. 1-2)

El Colegio de Ciencias y Humanidades adquiere un valor único y una importancia de inestimable utilidad para la Universidad porque no sólo va a cumplir con los objetivos que, socialmente, le corresponde atender a la Universidad Nacional Autónoma de México; sino que además se establecen, claramente, los fines particulares e institucionales que le asigna la propia UNAM. También se reconoce la posibilidad de diseñar nuevas opciones de desarrollo institucional y vale un ejemplo:

Las unidades académicas constituirán un verdadero punto de encuentro entre especialistas de diferentes disciplinas, así como un laboratorio de formación de profesores e investigadores de la Universidad. Al efecto se buscaría siempre que en toda unidad académica hubiera profesores de la Escuela Nacional Preparatoria, y profesores-estudiantes de las facultades. Estos últimos para ser profesores tendrían que cubrir los requisitos del personal docente, y hasta dos de las materias que impartieran se les contarían como créditos equivalentes a materias optativas de la especialidad que están cursando en la facultad o escuela correspondiente.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 4; cursivas propias)

El Colegio de Ciencias y Humanidades, en la modalidad del bachillerato universitario, se constituye como punto de encuentro; no sólo de los nuevos alumnos con los nuevos planes de estudio. Además de docentes que aportaban su experiencia como profesores de la Escuela Nacional Preparatoria con los profesores-estudiantes o los profesores del CCH que aún continuaban sus estudios en el nivel de licenciatura y que, por ende, participaban de un proceso de formación en el campo de la docencia universitaria.

En conclusión, podría decirse son tres los fines institucionales que le corresponden al CCH en el ciclo bachillerato:

“El Colegio de Ciencias y Humanidades resuelve por lo menos tres problemas que hasta ahora sólo habíamos planteado o resuelto de forma parcial:
1º. Unir a distintas facultades y escuelas que originalmente estuvieron separadas.
2º. Vincular la Escuela Nacional Preparatoria a las facultades y escuelas superiores así como a los institutos de investigación.
3º. Crear un órgano permanente de innovación de la Universidad, capaz de realizad funciones distintas sin tener que cambiar toda la estructura universitaria, adaptando el sistema a los cambios y requerimientos de la propia Universidad y del país.”

(Se creó el CCH, p. 1; cursivas propias)

A los fines se agregan los señalados antes. El Colegio de Ciencias y Humanidades es un motor permanente de renovación; resulta de una propuesta conjunta de escuelas, facultades e institutos universitarios y, consecuentemente, promueve la colaboración interinstitucional. Además, inicia con el nivel bachillerato la intención es llegar a proporcionar educación con planes de estudios flexibles e interdisciplinarios en licenciatura y posgrado.

Fines académicos.- En este rubro destacan los fines que se le atribuyen al Colegio de Ciencias y Humanidades, conservan gran consistencia y una mutua implicación entre las líneas generales de la reforma universitaria; por eso se recuerda que en el nivel macro de la UNAM se tienen los siguientes objetivos:

  • 1.- Democratizar el acceso a la educación superior.
  • 2.- Incorporación rápida de egresados al mercado laboral.
  • 3.- Crear nuevas especialidades profesionales y la consiguiente demanda para estas nuevas profesiones.
  • 4.- Propiciar mayor interacción entre ciencias y humanidades en la formación de profesionales.
  • 5.- Promover la participación de los profesionistas universitarios en la solución de los problemas nacionales.
  • 6.- Elevar el nivel cultural de los universitarios y promover el estudio.
  • 7.- Buscar una preparación universitaria equiparable a las de otras universidades del mundo.
  • 8.- Aumentar la solidaridad entre la comunidad universitaria.

En consecuencia, le corresponden al Colegio los siguientes fines académicos:

  • 1.- Democratizar el acceso a la educación superior.
  • 2.- Incorporación rápida de egresados al mercado laboral.
  • 3.- Propiciar mayor interacción entre ciencias y humanidades en la formación de profesionales.
  • 4.-Promover la participación de los profesionistas universitarios en la solución de los problemas nacionales.
  • 5.- Elevar el nivel cultural de los universitarios y promover el estudio.
  • 6.- Buscar una preparación universitaria equiparable a las de otras universidades del mundo.
  • 7.- Aumentar la solidaridad entre la comunidad universitaria.

De los ocho fines institucionales al Colegio de Ciencias y Humanidades le corresponden al menos 6. Porque a “la Unidad Académica del ciclo de bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades, tendrá como función impartir enseñanza media superior en los términos de la Ley Orgánica y el Estatuto General de la Universidad.” (Art. 1º. del Reglamento de la Unidad Académica del Ciclo de Bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades)

A partir de este fin académico se derivan el conjunto de disposiciones correspondientes al bachillerato en el Colegio de Ciencias y Humanidades según las Reglas y criterios de aplicación del plan de estudios. Así la primera regla señala que:

“1.- El estudiante que haya cubierto todos los créditos del presente plan podrá seguir cualquier carrera de la Universidad o cualquiera de las combinaciones de carreras interdisciplinarias que establezca el Colegio de Ciencias y Humanidades a nivel de licenciatura.”

(Reglas y criterios de aplicación del plan de estudios de la Unidad Académica del ciclo de bachillerato, p. 69)

Así, se enfatiza el papel formativo del Colegio y una de las opciones que tiene el egresado para seguir sus estudios de licenciatura ya sea en las carreras existentes en la UNAM o en caso de que así lo desee, esperar las licenciaturas que el propio Colegio organizaría en un futuro. Por eso, “se extenderá diploma de bachiller a los alumnos que hayan cubierto todos los créditos”. El alumno que termina sus cursos adquiere el diploma de bachiller y podrá continuar sus estudios.

En otro sentido, se indica qué tipos de conocimientos debe alcanzar el egresado; es decir, el conjunto de habilidades, conocimientos y destrezas que adquiere el alumno como resultado de cada una de las áreas. Así, se hace evidente que el alumno debe ser capaz de demostrar, según la misma regla:

“Su dominio básico de las matemáticas, del método experimental, del análisis histórico-social, su capacidad y hábito de lectura de libros clásicos y modernos, su conocimiento del lenguaje para la redacción de escritos y ensayos, su capacidad de informarse y documentarse para elaboración de trabajos y de organizar el material en ficheros, notas, cuadros, así como la posibilidad de leer y traducir un idioma extranjero, en particular el inglés o el francés.”

Todos estos conocimientos y saberes “le permitirán, con posibilidades de éxito, seguir las carreras existentes o las interdisciplinarias que se creen”. Pero agrega la primera Regla, con este diseño curricular:

“Se buscará que al final de su formación sepa aprender, sepa informarse y estudiar sobre materias que aún ignora, recurriendo para ello a los libros, enciclopedias, periódicos, revistas, cursos extraordinarios que siga fuera de programa, sin pretender que la Unidad le dé una cultura enciclopédica, sino los métodos y las técnicas necesarias y el hábito de aplicarlos a problemas concretos y de adquirir nuevos conocimientos.”

En otras palabras:

“Se pretende preparar a un bachiller que sepa leer, sepa hablar, sepa escribir o redactar, sepa matemáticas modernas, conozca el método científico experimental y sus aplicaciones, conozca el método histórico político, sepa informarse, sepa aprender lo que no sabe y tenga el gusto por la lectura de autores clásicos (y) contemporáneos.”

(Bernal Sahagún, Alfonso: “El Colegio de Ciencias y Humanidades” (en) Cuadernos del Colegio, no. 31 abril junio 1986, p. 85; cursivas propias)

Por ende, se reitera en que el egresado tenga dominio de técnicas, de métodos y de lenguajes sin que estos saberes se caractericen como una educación de índole enciclopédica.

En conclusión, se identifican tres distintos fines que le corresponden al Colegio de Ciencias y Humanidades. Los que se refieren al ámbito social son los relativos a la respuesta a la demanda de ingreso a la educación media superior y ser una respuesta, entre otras, en la reforma universitaria. Los fines institucionales son más amplios y tienen que ver con cuestiones como, por ejemplo, ser una propuesta conjunta de facultades, escuelas e institutos de investigación; ser un instrumento de colaboración intrainstitucional; desplegar un plan de estudios flexible, novedoso y centrado en el estudio de métodos y lenguajes; ser un permanente motor de renovación. En el caso del bachillerato se le reconoce como una etapa preparatoria y terminal -con la diferencia de que la terminación adquiere un valor especial por la apertura de las llamadas opciones técnicas.

También se reconoce del CCH su papel como espacio de encuentro entre especialistas de distintas disciplinas y ser un importante laboratorio de formación tanto de docentes como de investigadores que se incorporarán a las actividades de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Finalmente, los fines académicos son importantes porque hacen referencia a una serie de atributos que se esperan sean adquiridas por el egresado del CCH; esto es, el preparar para los estudios profesionales o bien separar e incorporar, a la mayor brevedad, a sus alumnos a través de la capacitación profesional mediante las opciones técnicas.

3.- Los contenidos académicos

El verdadero profesor es aquel que sigue estudiando y el verdadero estudiante es aquel que también aprende a enseñar.
Pablo González Casanova

En este apartado se describen los contenidos académicos que corresponden al Colegio de Ciencias y Humanidades; esto es el conjunto de materias que constituyen el plan de estudios e implica tanto la forma en que están organizadas las materias como el sentido que esta organización establece a través del conjunto de parámetros del modelo pedagógico.

No es necesario recordar cuáles son los elementos que se consideran pertenecientes a los contenidos académicos, para empezar a desarrollar este apartado. Pero sí repetir lo peculiar el plan de estudios del CCH.

“El plan de estudios propuesto es la síntesis de una vieja experiencia pedagógica tendiente a combatir el vicio que hemos llamado enciclopedismo, y a proporcionar una preparación que hace énfasis en las materias básicas para la formación del estudiante; esto es, en aquellas materias que le permitan tener la vivencia y la experiencia del método experimental, del método histórico, de las matemáticas, del español, de una lengua extranjera, de una forma de expresión plástica.”

Por ende,

“El plan hace énfasis en aquel tipo de cultura que consiste en aprender a dominar, a trabajar, a corregir el idioma nacional en los talleres de redacción; en aprender a aprender; a informarse, en los talleres de investigación documental; así como en despertar la curiosidad por la lectura, y en aprender a leer y a interesarse por el estudio de los grandes autores.”

Más aún,

“El plan está igualmente abierto a fomentar las especialidades y la cultura del especialista, incluye algunas especialidades del mundo contemporáneo que son de la mayor importancia, como la estadística y la cibernética. Los cursos optativos previstos conducen al estudio de las profesiones, en tanto que sus materias básicas permiten que el alumno adquiera una gran flexibilidad y pueda cambiar de vocación, de profesión, así como aprender a combinar profesiones distintas y a realizar actividades interdisciplinarias.”

(Se creó el CCH, p. 2; cursivas propias)

El plan de estudios del Colegio se caracteriza, por combatir al enciclopedismo y recurre a contenidos académicos muy específicos reunidos en proceso de enseñanza aprendizaje centrados: en el método científico experimental, en el histórico social; pero también en el lenguaje de las matemáticas, del español y de una lengua extranjera.

En el caso particular de los talleres, una de las novedosas innovaciones en el plan de estudios del Colegio, se busca promover el “aprender a dominar, a trabajar, a corregir el idioma nacional”; pero también “aprender a aprender; a informarse”. Esto significa que el alumno adquiere un papel protagónico en su propio proceso de formación y cambia el rol reconocido del maestro como simple repetidor.

Además, se consigue con la participación activa del alumno “despertar la curiosidad por la lectura, y en aprender a leer y a interesarse por el estudio de los grandes autores”; cualidades todas no sólo necesarias sino además innovadoras. Sólo de esta manera será posible el combatir al enciclopedismo de una manera eficaz.

Por ende, existen tres tipos distintos de cursos en el CCH cada uno con sus propios atributos, como por ejemplo: los básicos en las que el alumno “adquiera una gran flexibilidad” y sea capaz de cambiar su vocación y futura profesión. Esto implica que el alumno podrá “aprender a combinar profesiones distintas y a realizar actividades interdisciplinarias”. Por otro lado, los cursos optativos conducen al “estudio de las profesiones.” Finalmente, los cursos especiales buscan “fomentar las especialidades y la cultura del especialista”; que se logra con los planes de estudio a nivel licenciatura y posgrado que más tarde serán proporcionados por el Colegio de Ciencias y Humanidades.

El plan de estudios promueve en el estudiante el “aprender a combinar profesiones distintas y a realizar actividades interdisciplinarias”, junto con una mayor flexibilidad en lo que estudia y en cómo lo estudia. El plan se convierte en un amplio campo de posibilidad de desarrollo personal. La petición es más contundente:

“Por los motivos expuestos se propone la creación del Colegio de Ciencias y Humanidades y de las unidades académicas correspondientes al mismo en las que se impartirá enseñanza del ciclo de bachillerato, Esas unidades académicas del ciclo de bachillerato como parte del Colegio de Ciencias y Humanidades, se organizarían conforme a los siguientes reglamentos y planes.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 4)

Los datos previos del plan de estudios del Colegio son necesarios para ubicar de manera más eficaz el papel que le corresponde a cada una de las asignaturas en la búsqueda y conformación del tipo de alumno a formar.

Las asignaturas del plan de estudios del Colegio de Ciencias y Humanidades en nivel bachillerato están organizadas en cuatro áreas básicas; a saber: matemáticas, científico experimental, histórico social y talleres. El total de las materias del plan de estudios del Colegio de Ciencias y Humanidades corresponden a cada una de estas áreas y son las siguientes:

  • Área de Matemáticas: Matemáticas I, Matemáticas II, Matemáticas III, Matemáticas IV, Matemáticas V y Matemáticas VI; Lógica I, Lógica II, Estadística I, Estadística II.
  • Área Científico Experimental: Física I, Física II, Física III; Química I, Química II, Química III; Biología I, Biología II y Biología III; Método experimental: física, química y biología.
  • Área histórico social: Historia universal, moderna y contemporánea; Historia de México I e Historia de México II; Teoría de la Historia; Estética I, Estética II; Ética y conocimiento del hombre I y Ética y conocimiento del hombre II; Filosofía I, Filosofía II.
  • Área de talleres: Taller de Redacción I y Taller de Redacción II; Taller de Redacción e investigación documental I y Taller de Redacción e investigación documental II; Taller de lectura de clásicos universales; Taller de lectura de clásicos españoles e hispanoamericanos; Taller de lectura de autores modernos universales; Taller de lectura de autores modernos españoles e hispanoamericanos.
  • Materias optativas: Economía I, Economía II; Ciencias políticas y sociales I y Ciencias políticas y sociales II; Psicología I, Psicología II; Derecho I, Derecho II; Administración I, Administración II; Geografía I, Geografía II; Griego I, Griego II; Latín I, Latín II. Ciencias de la salud I, Ciencias de la salud II; Cibernética y computación I, Cibernética y computación II; Ciencia de la comunicación I, Ciencia de la comunicación II; Diseño ambiental I, Diseño ambiental II; Taller de expresión gráfica I, Taller de expresión gráfica II.

De los contenidos académicos que incluyen materias obligatorias (a cursarse entre el primero y el cuatro semestre) y materias optativas (a elegir una asignatura de cada área en los semestres quinto y sexto) se establece de manera obligatoria el acreditar una lengua extranjera. Al respecto comenta Bernal Sahagún que “el idioma extranjero, que complementa los requisitos fijados en el plan, puede ser cualquiera y estudiado en cualquier parte, no sólo en el CCH”; pues lo que importa es que “el estudiante sólo deberá demostrar que alcanzó los objetivos de entenderlo oralmente y cuando lo lee.”

En Reglas y criterios de aplicación del plan de estudios, se establecen nuevos elementos que caracterizan el plan de estudios del Colegio de Ciencias y Humanidades; porque el conjunto de contenidos académicos peculiares del Colegio de Ciencias y Humanidades hacen, según la misma Primera Regla, posible que:

“El estudiante estará capacitado igualmente para desempeñar trabajos y puestos en la producción y los servicios por su capacidad de decisión, innovación, estudio y por la formación de la personalidad que implica el plan académico, pudiendo complementar su cultura con otras, técnica y aplicada, ya sea mientras sigue los cursos académicos del plan, ya una vez terminado el mismo.”

(Reglas, p. 69)

El Colegio adquiere un evidente compromiso en el proceso de formación de sus alumnos mediante los contenidos académicos; además, el Colegio se compromete, en la 3ª Regla, a “permanentemente revisar y, en su caso, actualiza el plan de estudios”. Por ende, se establece el principio de que “los programas deberán ser publicados anualmente.” (Reglas …, p. 70)

La formación que proporciona el Colegio de Ciencias y Humanidades es, en primera instancia, una formación fundamentalmente académica; una formación que prepara al egresado para continuar estudios profesionales y de postgrado. Pero la opción novedosa e innovadora es que el Colegio abre una inédita oportunidad de carácter terminal: proporcionar a todos los alumnos, independientemente de los logros académicos, la preparación para cuando terminen o cuando no concluyen sus estudios preparatorios.

Esta posibilidad de índole terminal, en el Colegio, se designa como “opciones técnicas”; que consisten en la oportunidad única para que los estudiantes, junto con los estudios académicos, se capaciten en áreas laborales de reconocida importancia o de novedosa incorporación en el mercado de trabajo. En el artículo 3º. del Reglamento se indica que:

“La unidad combinará el estudio académico con el adiestramiento práctico, en la proporción y forma que lo determinen los reglamentos que se expidan sobre el particular.” (Reglamento de la Unidad Académica del ciclo de bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades)

No era suficiente. Porque, en la 2ª.  Regla, no sólo se define la doble cualidad de reunir la preparación académica con el adiestramiento práctico para el campo laboral; sino además se establecen las siguientes condiciones:

“Unidades Técnicas y de Artes Aplicadas. La Unidad Académica elaborará próximamente planes de estudio para el adiestramiento de los alumnos en técnicas, artes aplicadas u oficios que se impartirán a los alumnos: a) en las propias escuelas de la Universidad que ya participan en este tipo de enseñanza, como la Escuela Nacional de Artes Plásticas, en la Escuela Nacional de Música, los centros de extensión universitaria; b) en las unidades que se funden en lo sucesivo; c) en los centros de producción o de servicios que establezcan planes de cooperación para la formación de personal técnico. Estos estudios tendrán carácter optativo. Se extenderá diploma de técnico nivel de bachillerato a los estudiantes que cumplan con los planes respectivos y podrá extenderse antes de que el estudiante termine el plan académico del bachillerato.”

(Reglas …, p. 70)

Por ende, en lo que corresponde a las opciones técnicas se abren nuevas posibilidades de desarrollo a nivel académico, al reunir los conocimientos teóricos con la puesta en práctica de esos mismos conocimientos; sino además al hacer posible la capacitación laboral de los egresados del Colegio o de los que sin terminar los estudios académicos cursan alguna de las opciones técnicas y así incorporase al mercado laboral con conocimientos específicos en un área profesional determinada. En este sentido se recuerda que:

“Para hacer al ciclo preparatorio del Bachillerato también terminal se ofrecen las llamadas ‘Opciones Técnicas’, opciones, como su nombre lo dice, en un doble concepto: el alumno puede o no tomarlas, sin que ello afecte la posibilidad de lograr certificado de bachiller, y puede optar entre una lista grande de ellas, y aún proponer la creación de la que fuera de su interés personal.”

(Bernal Sahagún, Alfonso: “El Colegio de Ciencias y Humanidades” (en) Cuadernos del Colegio no. 31, abril junio 1983; p. 86)

Más aún: “la forma en que están previstas y estructuradas, permiten una elasticidad y adaptabilidad amplia. Se han agrupado en cinco áreas: Comercial, Administrativa, de Servicios, Técnica y Artística.” En consecuencia,

“Los elementos que las conforman son:
Materias Teóricas (cuatro por área, algunas estudiadas de manera autodidacta).
Práctica Laboral (se realiza en los lugares de trabajo)
Investigación (a través de un cuestionario con amplios enfoques).
Las opciones técnicas, más que especialistas o técnicos aspiran a preparar promotores laborales y a coadyuvar a la satisfacción del problema ocupacional del País.”

(Bernal Sahagún: “El Colegio…, p. 86; cursivas propias)

Este conjunto de habilidades a desarrollar por los alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades son importantes; pero siempre que conserve su carácter de opción técnica: complemento a la formación académica o verdadera posibilidad de desarrollo laboral alejado de la academia.

Se identifica el conjunto de contenido académicos que dan especificidad al Colegio de Ciencias y Humanidades en su nivel de bachillerato constituido, con la modalidad de talleres, reunidas en torno a cuatro grandes ejes. En primer lugar, el lenguaje de la matemática, después con el método de análisis histórico social, además del lenguaje del castellano y finalmente el método científico experimental.

La importancia de las opciones técnicas en el marco institucional del Colegio de Ciencias y Humanidades se destaca; aunque no se conoce su impacto en el mercado laboral desde su implementación.

Todo esto, se entiende tiene por finalidad formar a un sujeto social concreto y con cualidades específicas y concretas; como se explicó antes.

4.- Las estrategias didácticas

En este apartado se describen las estrategias didácticas que se consideran pertinentes para lograr, a través de los contenidos académicos, los fines académicos. Esto es, recordar que:

“Atendiendo particularmente al carácter interdisciplinario de la enseñanza en estas unidades, en que se conjugarían las matemáticas y el español, y el método científico-experimental con el histórico-social, cuatro facultades universitarias han tomado la iniciativa de organizar en sus aspectos más generales la estructura académica de estas nuevas unidades, basándose para ello en estudios y sugerencias de muchos universitarios”.

(González Casanova: Proyecto…, p. 3)

Por ende,

“De acuerdo con estas consideraciones, se ha pensado que la formación del estudiante del ciclo de bachillerato en algunas disciplinas fundamentales -el método científico-experimental, el método histórico-social, las matemáticas y el español- le proporcionarán una educación básica que le permita aprovechar las alternativas profesionales o académicas clásicas y modernas.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 3)

Por ende, se establece en la 6ª. Regla que:

La metodología de la enseñanza hará énfasis en el ejercicio y la práctica de los conocimientos teóricos impartidos.
En todos y cada uno de los cursos se deberán utilizar no sólo libros de texto convencionales o programados, sino antologías de lecturas (de matemáticas, física, química, literatura, etc.)”.

(Reglas…, p. 71; cursivas propias)

Esto es importante cuando se recuerda que “los programas o temas estudiados en cada materia no son, en última instancia, más que reglas para alcanzar objetivos de aprendizaje perfectamente definidos.” (Bernal Sahagún; El Colegio…, p. 85)

Para ejemplificar cómo debe ser esta metodología de la enseñanza se indica que:

“Así, en el curso de biología -por ejemplo- no sólo se estudiará un texto de biología, sino una antología de ensayos o artículos destacados sobre las ciencias biológicas, la investigación básica en biología, la investigación aplicada, que den una imagen viva de lo que es esta disciplina en el conocimiento humano y de sus múltiples y variadas posibilidades. Otro tanto se hará con las matemáticas, o con la historia, y en general con todas las materias.”

(Reglas …, p. 71; cursivas propias)

Por ende, se establece que esta modalidad educativa más que un simple curso; tiene el carácter de una oportunidad para el estudiante de acceder a un conjunto de conocimientos que le permitan adquirir una visión completa, panorámica de todas y cada una de las disciplinas que conforman el plan de estudios del Colegio de Ciencias y Humanidades. Así, los laboratorios, son otra novedosa incorporación, porque:

“En los laboratorios se hará que los estudiantes construyan algunos de los aparatos de observación y que los apliquen, sin que se limiten al uso de los ya construidos, así como que discutan textos sobre la respectiva materia en forma de mesas redondas.”

Esto significa que en el laboratorio se busca aplicar los conocimientos teóricos adquiridos por el alumno a través de la construcción de equipos que se emplean en los propios laboratorios; pero también, participe en la discusión académica de textos escolares, en la modalidad de mesas redondas.

En otras áreas se buscará que corresponde a las modalidades educativas y en especial

“En los talleres de redacción se harán ejercicios de composición, resúmenes, cuadros clasificadores, notas, ensayos o artículos.
Se enseñará al alumno a revisar, corregir y perfeccionar un escrito mediante la elaboración de varias versiones del mismo.

Los talleres de redacción son necesarios para poder participar en otro momento de la carrera académica del alumno:

“En los talleres de redacción e investigación documental se escogerá un tema sencillo de investigación para redactar un artículo durante el semestre correspondiente y se enseñarán al alumno las técnicas de información y documentación y la forma de hacer fichas de referencia para clasificarlas y usarlas.”

(Reglas…, p. 72; cursivas del autor y propias)

En igual sentido, se hace evidente la importancia de participar:

“En los talleres de lectura se deberá buscar un equilibrio constante de obras de poesía, teatro, historia, filosofía y política, debiendo los estudiantes leer, resumir y comentar las obras, por escrito o verbalmente, en grupos grandes y pequeños, en que se vea su comprensión, interpretación, apreciación, capacidad de promover y participar en la discusión, y su interés en leer por cuenta propia esas y otras obras que les permiten adquirir directamente una cultura literaria, filosófica, histórica y política. El profesor podrá darles a leer también algún libro o capítulo de introducción general a la cultura correspondiente a la época de los autores, pero siempre deberá hacerlos leer un mínimo de textos clásicos y modernos, llevándolos directamente a las fuentes. Para los talleres usará de preferencia las colecciones publicadas por la Universidad.”

Así se proporciona a los alumnos del Colegio una formación académica que descansa, en gran medida, en una participación activa del alumno en este proceso educativo. Por eso se insiste en que “es más importante que el alumno sea preparado para ‘aprender a aprender’ que solamente se le impartan conocimientos que pueden, antes de terminar su carrera, y aún en el bachillerato, perder actualidad y ser superados”.

Por consiguiente:

“Se piensa que, si se quiere aprender a hablar, se debe hablar, a escribir, se debe escribir, a experimentar científicamente, de debe experimentar, etc., y no caer en la actitud tradicional en México de preparar al alumno para el futuro, para después, para cuando salga de la escuela.”

(Bernal Sahagún: “El Colegio…, p. 85; cursivas propias)

Mediante la Regla 7ª. se reconoce, que con esta formación no se alcanzan los fines académicos del Colegio; por ende, señala el propio Bernal Sahagún que “en el bachillerato del CCH, se aspira a aprovechar de manera total el tiempo de permanencia del alumno en el aula, el taller o en el laboratorio”. Pero tampoco es suficiente; es necesario, se diseñan otras estrategias didácticas para poderlo hacer, que “en los planteles se organizarán y estimularán actividades deportivas y estéticas permanentemente.” (Reglas…, p. 72). Pero a pesar de estos conocimientos académicos y de índole técnico a nivel bachillerato, adquiridos por el alumno, se reitera que:

“Debe enfatizarse que esta iniciativa contempla la posibilidad de que el ciclo de bachillerato constituye no sólo el requisito académico previo para cursar las diferentes licenciaturas universitarias, sino un ciclo de aprendizaje en que se combinen el estudio en las aulas y en el laboratorio con el adiestramiento en el taller y en los centros de trabajo. En otras palabras, se persigue que, en esta etapa, el estudiante adquiera también el necesario adiestramiento que lo capacite para realizar ciertas actividades de carácter técnicos y profesional, que no exigen la licenciatura. Así, la formación en este nivel sería una síntesis de actividades propiamente académicas con un aprendizaje práctico. La Universidad podría incluso reconocer, para efectos académicos, el trabajo de adiestramiento que realizarían los alumnos, tanto en las unidades académicas de la Universidad como fuera de ellas.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 3)

La educación completa: “una síntesis de actividades propiamente académicas, con un aprendizaje práctico”, que proporciona el Colegio de Ciencias y Humanidades se complementará con actividades adicionales, según se desprende de la 4ª. Regla, por ejemplo:

“Cada plantel de la Unidad Académica organizará conferencias destinadas a explicar el presente plan de estudios y sus reglas de aplicación. Organizará conferencias y mesas redondas explicando el significado de las materias por las que tiene que optar; las combinaciones de materias útiles para los distintos tipos de trabajo interdisciplinario, etc.
Las conferencias de orientación deberán versar también sobre técnicas, oficio y artes aplicadas. Se publicarán cuadernos de orientación profesional sobre las distintas materias y su relación con la formación científica, tecnológica, humanística, etc.”

(Reglas…, pp. 70-1)

En consecuencia, como había señalado el rector de la UNAM, la noción de escuela cambia de manera radical; puesto que no se trata únicamente de un espacio de formación académica. Bernal Sahagún, insiste “las actividades complementarias en la formación estudiantil o en el aprovechamiento del tiempo diario del alumno, deben tender a ser hechas ‘con el pueblo’ no ‘para el pueblo’.”

La escuela va a complementar su labor en la fábrica, en el taller, también en el laboratorio se pondrá en práctica el conocimiento adquirido por el alumno. Así la escuela y el taller; la escuela y la fábrica; la escuela y el laboratorio se complementan de manera peculiar y cumplirán con los fines sociales, institucionales y académicos del Colegio de Ciencias y Humanidades.

En este caso, el Colegio se caracteriza por proporcionar una nueva opción para sus alumnos y consiste en la apertura -necesaria, desde el punto de vista administrativo- de cursos de lenguas extranjeras, con un atributo adicional: “los alumnos podrán, sin asistir a clases, acreditar los cursos de lengua extranjera mediante un examen en el que demuestren su capacidad de traducción y comprensión del inglés o francés.” (5ª Reglas…, p. 71)

La última estrategia para conseguir la plena formación académica de los egresados del Colegio de Ciencias y Humanidades consiste en la conformación de una planta docente de cualidades específicas:

“En cada plantel de la Universidad Académica deberá haber una planta de profesores de carrera y de asignaturas y de ayudantes. Se procurará integrar esta planta con profesores y alumnos de las facultades y escuelas de la Universidad y de manera especial se tratará de asegurar la máxima movilidad y las posibilidades de intercambio de los profesores con las dependencias mencionadas. Se propondrá a las facultades y escuelas que otorguen créditos equivalentes de materias optativas de licenciatura, maestría y doctorado, a los alumnos de las mismas que trabajen en la Universidad como profesores.”

(Reglas…, p. 72)

Así los profesores del Colegio deben de contratarse, conforme a la legislación universitaria, como docentes de carrera y por asignatura; pero estos atributos no deben ser obstáculo para “asegurar la máxima movilidad y las posibilidades de intercambio.” Intercambio que no sólo implica un proceso de diálogo entre los distintos profesionistas; sino, además, la vinculación de docentes cecehacheros con su propia formación a través de los cursos de la licenciatura, maestría y doctorado.

Las estrategias didácticas se constituyen a partir de un conjunto definido de elementos. Por un lado, es una organización académica de las asignaturas en cuatro áreas; se tienen materias básicas y optativas que promueven el aprendizaje de métodos y lenguajes con énfasis en la interdisciplina.

De cada una de las asignaturas, se establece un programa -que se revisa, actualiza y publica anualmente- que es una guía para alcanzar los objetivos de aprendizaje; por ende, la enseñanza enfatiza los ejercicios y la práctica de los conocimientos teóricos. De estos programas se desprende el uso de libros de texto y de antologías que contengan, entre otras cosas, ensayos, artículos y reportes de investigación básica y aplicada que proporcionen una “imagen de la ciencia y sus posibilidades”. También se proponen nuevas modalidades educativas como talleres y laboratorios que implican un trabajo distinto al de la clase tradicional.

Desde luego, también los planteles del Colegio organizarán actividades deportivas y artísticas para promover una educación integral; entre éstas las conferencias y en especial las conferencias de orientación para informar sobre las características y las modalidades de operación del plan de estudios del CCH. De manera simultánea se promueve la publicación de antologías y de cuadernos de orientación para los alumnos.    

Además, como otra innovación aparecen las opciones técnicas, que otorgan diploma de técnico nivel bachillerato y proporcionan un adiestramiento a los alumnos mediante tres modalidades de trabajos: asignaturas teóricas, las prácticas laborales y la investigación.    

Finalmente, se menciona el asunto de los maestros, con el fin de promover la necesaria movilidad y la posibilidad de intercambio se reclutan tanto en la ENP como en las Facultades que participaron en su creación; además su figura contractual se ajusta a los lineamientos de la legislación universitaria.  No se cierra este apartado sin antes hacer referencia a otro aspecto esencial del Colegio de Ciencias y Humanidades y consiste en la diferenciación necesaria entre estas nuevas unidades académicas y la tradicional Escuela Nacional Preparatoria. Así dice el rector González Casanova al respecto que:

“También es importante mencionar las diferencias básicas entre las nuevas unidades académicas cuya creación se propone, y la Escuela Nacional Preparatoria, ya que ambas instituciones impartirán enseñanza en el ciclo del bachillerato, y ésta cooperaría con las otras cuatro en un esfuerzo universitario y colegiado”.

(González Casanova: Proyecto…, p. 4; cursivas propias)

La primera gran diferencia se produce al comparar las características de los planes de estudio; al respecto señala González Casanova:

“La primera diferencia se refiere a los planes de estudio, como hemos visto, las unidades académicas del proyecto se significan por su carácter netamente interdisciplinario y por la síntesis de los enfoques metodológicos que aportan cuatro facultades universitarias.” (González Casanova: Proyecto…, p. 4; cursivas propias)

(González Casanova: Proyecto…, p. 4; cursivas propias)

Los planes de estudio del Colegio, a diferencia de los de la ENP, se caracterizan por su cualidad interdisciplinario y por el empleo en el proceso de enseñanza aprendizaje de los enfoques metodológicos que se derivan de su cualidad interinstitucional. De esta manera se deriva la segunda cualidad distintiva del Colegio de Ciencias y Humanidades:

“La segunda diferencia se refiere a la combinación entre el trabajo académico en las aulas y el adiestramiento práctico en talleres, laboratorios y centros de trabajos, dentro y fuera de la Universidad. Esta modalidad permitiría, por primera vez, a los egresados del bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades desempeñar tareas de carácter técnicos y profesional que no ameritan estudios superiores y son necesarios en nuestro medio.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 4 cursivas propias)

Entre la Nacional Preparatoria y el Colegio la diferencia está presente en la pretensión del Colegio de incorporar entre sus estudios la combinación del trabajo académico en las aulas y el adiestramiento práctico dirigido a la capacitación laboral de sus alumnos. Pero,

“La tercera diferencia, al hecho de que un porcentaje importante del personal docente de las nuevas unidades académicas provendría de las cuatro facultades de la iniciativa que sumarían su esfuerzo a aquéllos con que contribuya el profesorado de la Escuela Nacional Preparatoria. Tal personal podría ser el que ya presta sus servicios particularmente en la Escuela Nacional Preparatoria; y en parte, el que se reclutará entre los estudiantes de la licenciatura y de las divisiones de estudios superiores de las propias facultades.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 4; cursivas propias)

Esta cualidad consiste en que la planta académica del Colegio se reclutará entre los docentes de las cuatro facultades -junto con la Escuela Nacional Preparatoria- que le dieron origen; por profesores ya contratados por la Universidad o en caso necesario con estudiantes de licenciatura o posgrado.

La última diferenciación, entre la Escuela Nacional Preparatoria y el Colegio de Ciencias y Humanidades, consiste en una educación completa del egresado al reunir “una formación teórica” con el “adiestramiento práctico y técnico”:

“Por último, es necesario hacer notar que los egresados de las nuevas unidades académicas podrían seguir cualquiera de las carreras profesionales que ofrece actualmente la Universidad, o las que en el futuro pudieran ofrecerse, con la particularidad de que el bachiller egresado de estas unidades según se dijo, contaría no sólo con la formación teórica fundamental correspondiente a este ciclo de estudios, sino como es deseable con un adiestramiento práctico y técnico que lo capacitaría para incorporarse productivamente al trabajo.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 4; cursivas propias)

En este mismo sentido, agrega Bernal Sahagún que:

“El análisis de los planes de estudio del bachillerato de la Escuela Nacional Preparatoria y del Colegio de Ciencias y Humanidades conduce a las siguientes consideraciones:
a) En la ENP el plan de estudios está formado por materias, unas aisladas y otras seriadas.
b) En el CCH, aunque aparentemente sucede lo mismo, todas las materias del 1º. al 4º. semestre están enmarcadas y concebidas con el propósito de que se conozcan y apliquen dos lenguajes y dos métodos, a saber: el español y las matemáticas y el método científico experimental y el histórico político.
c) En el 5º. y 6º. semestres se aplican los conceptos y técnicas aprendidas en las otras cuatro series de materias que el alumno puede seleccionar dentro de un amplio número.”

(Bernal Sahagún: “El Colegio…, p 85)

El Colegio de Ciencias y Humanidades es una institución innovadora al propiciar un plan de estudios novedoso con una cualidad: la interdisciplinariedad; pero, además se hace evidente que combina “el trabajo académico en las aulas y el adiestramiento práctico”. Así mismo, los docentes no sólo serán los profesores que imparten clases en la Escuela Nacional Preparatoria; pues también las facultades pueden enviar alumnos de la licenciatura y del posgrado. Por último, no por menos importante, los egresados pueden continuar estudios profesionales.

5.- La periodicidad

En este rubro se describen los datos pertinentes a la periodicidad de la práctica docente; esto es, al conjunto de disposiciones académico-administrativas que hacen posible la reunión en el salón de clase del docente con el alumno.

Para describir esta cualidad del modelo pedagógico en el Colegio de Ciencias y Humanidades se cuenta con Plan de Estudios Académico y Reglas de Aplicación[19]; ahí se indican tanto las horas totales lectivas que el alumno debe de someterse a la interacción con el maestro en el salón de clases. Así señala Bernal Sahagún que: “en la misma institución y a las horas de clase se debe proceder a trabajar con seriedad y con suficiente motivación y no hacer a la labor docente superficial y dejarla para su aplicación posterior.” (Bernal Sahagún: El Colegio…, p. 85)

La relación maestro alumno en el salón de clases, aunque con la modalidad de taller o laboratorio, debería ser un espacio de gran importancia.

La importancia del salón no está determinada sólo por la presencia de alumnos y maestros; sino por tratar de hacer más eficiente el tiempo que ambos permanecen en el aula. Se trata, pues, de “trabajar con seriedad y con suficiente motivación” de modo tal que el proceso enseñanza aprendizaje no sea ni superficial ni exclusivamente teórico.

El Plan de Estudios del Colegio establece un horario total de 20 horas semanales totales, divididas en 4 horas diarias de lunes a viernes los dos primeros y dos últimos semestres; para el tercero y cuarto semestres son 22 horas totales a la semana.

Esta organización de la periodicidad del proceso enseñanza aprendizaje en el Colegio implica conocer algunas definiciones necesarias. En primer lugar, el concepto de crédito[20] que “es una unidad de valor o puntuación de una asignatura”; después valor en créditos del bachillerato.

Todo con el fin de indicar que las 20 horas de los primeros semestres están distribuidos de la siguiente manera: Matemáticas I y II con 4 horas; Física I y Química I con 5 horas; Historia Universal, moderna y contemporánea e Historia de México con 3; Taller de Redacción I y II; Taller de Lectura de Clásicos Universales y de españoles e hispanoamericanos con 2 horas y, finalmente, el idioma extranjero con 3 horas.

En los semestres tercero y cuarto se tiene el siguiente repartimiento: Matemáticas III y IV con 4 horas; Biología I y Método experimental física, química y biología con 5; Historia de México II y Teoría de la historia con 3; Taller de redacción e investigación documental I y II con 3 horas; Taller de Lectura de autores modernos universales y españoles e hispanoamericanos con 2 y el idioma extranjero con 5.

En quinto y sexto semestres del plan de estudios del Colegio se ubican las siguientes asignaturas: una materia seriada del área de matemáticas con 4 horas; una materia del método científico experimental con 5; una del método histórico-social con 3; dos de la primera opción con 3 cada una; y una de la segunda opción con 2 horas.

Esta distribución de horas-clase reconoce que en el salón se desarrollan las actividades docentes; pero la labor no concluye ahí; puesto que, al alumno le corresponde continuar, fuera de la institución educativa, su tarea de investigación de manera autodirigida, como autodidacta. Así, en realidad las 20 o 22 horas de clases son complementadas con las actividades que el alumno desarrolla para cumplir con los objetivos de aprendizaje que se persiguen en cada una de las asignaturas que conforman el plan de estudios del CCH.

Así, la periodicidad en el plan de estudios del Colegio está organizada para que se reúnan alumnos y maestros durante 20 horas a la semana en los salones y también se acumulan las horas de trabajo de investigación y estudio personal que desarrolla el alumno por su cuenta. Por lo cual el total de horas de estudio del estudiante del CCH, rebasan las horas dedicadas a la escuela por los alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria.

Finalmente, en lo relativo a las opciones técnicas que se impartirán en el Colegio de Ciencias y Humanidades en las fuentes consultadas no se hace ninguna referencia a disposición administrativa de la cual se deriven instrucciones para organizar los tiempos escolares, de práctica y de investigación que son propios de estas modalidades.

6.- La direccionalidad

Este apartado se describen las concepciones en torno a los distintos elementos que interviene en el proceso de enseñanza aprendizaje con la intención de detectar y definir cuál es la relación que en el salón de clases se establece entre maestro y alumno. Esto es, reconocer los roles activo y pasivo que asumen o deben asumir alumnos y maestros; este proceso implica reconocer la existencia de disposiciones administrativas para institucionalizar sus concepciones y relaciones entre maestro y alumno.

Las disposiciones administrativas.- El Colegio de Ciencias y Humanidades, a diferencia de la Escuela Nacional Preparatoria, surge en el seno de una institución: la Universidad Nacional Autónoma de México. Así, es necesario referirse no tanto a la historia de la UNAM; pero sí al conjunto de disposiciones administrativas que regulan la vinculación entre alumnos y maestros.

La primera y más importante disposición es la Ley Orgánica de la UNAM vigente desde 6 de enero de 1945; después se expidió el 12 de marzo del mismo año el Estatuto General de la UNAM[21]. En el Estatuto se establece que el Colegio “tendrá la naturaleza jurídica de Escuela Nacional dedicada a impartir docencia a nivel bachillerato” (artículo 55); otras disposiciones relativas al Colegio es el Reglamento del Colegio de directores de Bachillerato[22].

Reseñar toda la legislación universitaria que incumbe al Colegio de Ciencias y Humanidades es muy complejo y abarca diversas disposiciones, por ejemplo, el Estatuto del Personal Académico; los Reglamentos Generales de Ingreso y de Exámenes. Pero no se deja de mencionar el Reglamento de la Unidad Académica del Ciclo de Bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades, aprobado en sesión del 26 de enero de 1971. Con la reforma de la legislación universitaria, el 22 de septiembre de 1998 el Consejo Universitario aprobó la desaparición del posgrado y las licenciaturas vinculadas con el CCH y se le convirtió en Escuela Nacional al nivel bachillerato.

Enseguida se describen las primeras indicaciones generales para la organización académico-administrativa del Colegio; pues, señala el rector González Casanova que:

“Desde el punto de vista académico, el estudio de la organización fundamental, en cuanto a planes, métodos de enseñanza y posibilidades de adiestramiento correspondió a las cuatro facultades de la iniciativa; sin embargo, la ejecución práctica del proyecto y la dirección administrativa y académica necesaria en la nueva institución, deberá corresponder a determinados órganos y autoridades de carácter permanente y directo. Se sugiere entonces que el Colegio de Ciencias y Humanidades tenga un coordinador nombrado por el Rector, previa consulta al Colegio de Directores de la Universidad, y que en cada una de las unidades académicas de nueva creación haya un director nombrado por el mismo Rector, según procedimiento que se indica en el proyecto de reglamento de las Unidades Académicas del Colegio, a reserva de que en un plazo no mayor de tres años se estudie la conveniencia de que los directores de estas unidades sean nombrados como los demás directores de escuelas y facultades de la Universidad.”

(González Casanova, Proyecto …p. 4)

Así se propone, que el CCH se organice a partir de “órganos y autoridades de carácter permanente y directo” como es el cargo de Coordinador General del Colegio; así como un director para cada una de las unidades académicas del propio Colegio. Pero

“Además, sería necesario que, a la mayor brevedad, se integren consejos internos en cada una de las unidades, de tal manera que estén representados adecuadamente los profesores y los alumnos de las mismas. Así, el coordinador del Colegio de Ciencias y Humanidades, los directores y los consejos internos de las unidades académicas de nueva creación, con el asesoramiento general y permanente de las facultades universitarias de la iniciativa, dirigirían estos centros de enseñanza en lo académico y administrativo.”

(González Casanova: Proyecto…, p. 4)

Esto es, se hizo necesaria la creación de instancias específicas dentro de la organización administrativa como son los Consejos Técnicos internos en cada una de las unidades del Colegio; pues como órganos colegiados están abiertos a la representación del sector docente como del estudiantado. Con estas medidas se crea la infraestructura administrativa y de gobierno para el Colegio.

Con una breve revisión de disposiciones administrativas y académicas que constituyen el marco legal del Colegio de Ciencias y Humanidades en el marco institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México se identifican las medidas que rigen la vida del Colegio. Por ende, se hace necesario el pasar ahora a describir las cualidades que debe reunir el estudiante universitario del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Del alumno.- El Estatuto General de la UNAM Título Quinto establece las bases que regulan las relaciones de los alumnos con las distintas instancias universitarias[23]. En este sentido, el artículo 97 establece las responsabilidades de los alumnos y el 98 las sanciones que generan su no observancia.[24] Por consiguiente, se establece como principio que “la Universidad Nacional Autónoma de México selecciona a sus estudiantes tomando en cuenta el grado de capacitación académica y las condiciones de salud de los mismos.” (Art. 1 del Reglamento General de Exámenes)

Para el proceso de selección es evidente se tienen que cumplir algunas indicaciones[25]; también se establece que “en el nivel del bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades sólo se admitirán alumnos de nuevo ingreso en el primero de sus ciclos de tres años.” (Art. 3º. del Reglamento General de Inscripciones)

Una vez como alumno de la UNAM, en el bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades el alumno está sujeto a las demás disposiciones como el Reglamento General de Exámenes, que se menciona más adelante; pero que regula en gran medida las distintas etapas de la carrera académica del alumno a través de sus estudios.

Por eso, “los aspirantes a ingresar a la UNAM que sean admitidos adquirirán la condición de alumnos con todos los derechos y obligaciones que establecen las leyes, reglamentos y disposiciones de la Universidad”. (Art. 12 del Reglamento General de Inscripciones). Además, “una vez inscritos, recibirán un registro de las asignaturas que cursarán con sus grupos correspondientes, y para efectos de identificación, deberán obtener su credencial.” (Art. 13 del mismo Reglamento)

El alumno del Colegio, a diferencia del de la Escuela Nacional Preparatoria, hace frente a distintos pagos que por diversos servicios proporcionados por la UNAM[26]. También el Reglamento General de Inscripciones establece tiempos, condiciones y requisitos para continuar, interrumpir o concluir los estudios correspondientes al bachillerato.

El alumno del bachillerato que egresa del CCH está en condiciones de ingresar a la licenciatura; pero deben antes observarse algunas reglas[27] de modo tal que se privilegien a los alumnos que no sólo cumplieron el ciclo en tres años sino además el tener excelentes calificaciones. El paso del alumno por el Colegio tiene sus implicaciones; así señala Palencia Gómez:

“Ahí es donde hemos de lograr al alumno crítico: el que trascienda la disyuntiva prepotencia apatía; el que trascienda la inhibición ante la dificultad del rompecabezas que le ponemos adelante; el que puede esperar que no está todo perdido; el que es capaz de esperar –sí acaso no ya de inspirar- un mundo mejor y que se vaya ejercitando en la búsqueda e investigación de alternativas, al menos en los niveles a su alcance”.

(Palencia Gómez, Javier: “Hacia la concepción del bachillerato universitario2 (en) Revista de la Educación Superior No. 77, p 30)

A partir de esta cualidad, se definen las características del egresado del Colegio de Ciencias y Humanidades[28].

Del docente.- En el título Cuarto del Estatuto General de la UNAM se definen algunas cualidades, incluso contractuales de los docentes del Colegio de Ciencias y Humanidades. Así el artículo 73 establece que “el personal académico de la Universidad estará integrado por: técnicos académicos, ayudantes profesores e investigadores.” El Estatuto General establece en el artículo 96 las responsabilidades de los docentes y en el 98 se definen las sanciones.

Enseguida se definen diferentes cualidades y requisitos a cumplir para ocupar cada una de estas figuras docentes; pero este aspecto es desarrollado con mayor detalle en el Estatuto del Personal Académico de la UNAM (EPA). En este sentido, señala el artículo 4º. del EPA, “el personal académico de la Universidad estará integrado por técnicos académicos, ayudantes de profesor o de investigador y profesores e investigadores.” Por ende, a partir de distintas figuras contractuales se derivan responsabilidades y obligaciones diversas; aspecto que es importante describir pero que rebasa las pretensiones de este texto.

De cualquier manera, es importante recordar que las figuras académicas más importantes son las de profesor e investigador universitario; porque son los responsables de asumir un papel directriz en la docencia y la investigación desarrollada en y por la UNAM[29].

En lo que corresponde al Colegio sus docentes están regidos por estas figuras contractuales y se promueve la participación tanto profesores de asignatura como profesores de carrera; aunque provengan de distintas instancias universitarias como las facultades e institutos y centros de investigación. Porque, verdaderamente, el Colegio es un espacio de encuentro para distintos profesores de distintas profesiones.

El verdadero reto consiste, para las autoridades del Colegio, en qué hacer con el conjunto abigarrado de docentes; docentes con distintas contrataciones, formaciones y complicadas interrelaciones: aunque todos, tal vez, con un solo deseo: participar en un naciente proyecto de trascendencia para la Universidad Nacional Autónoma de México.

Desde luego para las autoridades la intención es más que clara; se trata de “que el personal docente debe ser distinto o asumir una actitud diferente a la que ha sido acostumbrado, tanto como estudiante, como en su previo ejercicio profesional.” Por eso se insiste en que “el profesor del CCH debe ser un orientador o un guía, no un catedrático que diserta o un maestro que ejemplifica.” (Bernal Sahagún: “El Colegio…, p. 85; subrayado propio)

El perfil del docente del Colegio se propone “para un óptimo logro de los fines del plan de estudios del bachillerato.”[30]

En conclusión, las distintas disposiciones académico administrativos y jurídico legales que conforman el conjunto denominado legislación universitaria aparte de regular la vida institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México en lo general y, por ende, del Colegio de Ciencias y Humanidades. Desde luego, este marco legal también tiene disposiciones aplicables exclusiva o preferentemente al CCH.

La regulación jurídica establece con nitidez las distintas aplicaciones de las normas para los sectores estratégicos de la vida institucional del Colegio como son profesores, estudiantes y autoridades. La regulación tiene la ventaja de que está perfectamente dirigida a los diferentes sectores; pero, al hacerlo no permite describir las cualidades peculiares del Colegio de Ciencias y Humanidades.

La direccionalidad del modelo pedagógico establece claramente cuáles son los dos elementos esenciales del proceso enseñanza aprendizaje y cómo es la direccionalidad; que promueve tanto el cambio de actitud del profesor como en el alumno al propiciar, posibilitar y favorecer su cambio. La innovación que supone el Colegio de Ciencias y Humanidades se puede hacer realidad mediante la transformación de los roles sociales reconocidos tradicionalmente del maestro como el agente activo y del alumno como simple repetidor. Ahora se propone que tanto alumnos como maestros desempeñen roles particularmente activos.

7.- La evaluación

En este rubro se mencionan los distintos elementos que posibilitan el realizar la evaluación en lo que corresponde al Colegio de Ciencias y Humanidades a los estudiantes y los docentes; como lo establece la legislación universitaria.

La acreditación.- En este aspecto del modelo pedagógico del Colegio se hace evidente que en la legislación universitaria no indica ninguna disposición para establecer condiciones determinadas para definir en qué consiste y cuáles son los requisitos para la acreditación; salvo una breve sugerencia: “los consejos técnicos señalarán las asignaturas en que sea obligatoria la asistencia”. Esto recordando que entre los criterios, ahora no escritos existía la indicación de que se debería cumplir con una asistencia mínima del 80% de las horas de clase durante el periodo a acreditar.

Así la acreditación, adquiere un carácter discrecional en manos del docente quien establece el conjunto de requisitos que considera importante para que sus alumnos sean sometidos a evaluación. Esta decisión que parece muy importante propicia que, en muchos casos, la práctica docente sea demasiado laxa en este sentido y que los criterios de acreditación no aparezcan nunca; o por el contrario se tomen como verdades absolutas.

La evaluación.- En este rubro se mencionan algunas de las condiciones, cualidades y características para llevar a cabo la evaluación de los estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades. La primera observación remite en general al Reglamento General de Exámenes que indica en el artículo 1º de esa disposición que “las pruebas y exámenes tienen por objeto:

  • Que el profesor disponga de elementos para evaluar la eficacia de la enseñanza y el aprendizaje;
  • Que el estudiante conozca el grado de capacitación que ha adquirido;
  • Que mediante las calificaciones obtenidas se pueda dar testimonio de la capacitación del estudiante.”

No se trata sólo de calificar o evaluar por evaluar; se le asigna a la evaluación un papel estratégico para evaluar, calificar y certificar. Para evaluar porque el maestro tiene elementos sobre la eficacia del proceso, de la información proporcionada durante el curso, sobre las estrategias didácticas empleadas, entre otras.

Al mismo tiempo se califica; esto es, se puede medir el grado en que cada alumno ha sido capaz de alcanzar los objetivos educativos de la asignatura; y, finalmente, se certifica que el alumno a través de estas calificaciones y evaluaciones ha demostrado su dominio de la información y la formación que se tienen de las asignaturas y en lo general del propio plan de estudios.

Para tener elementos suficientes de la evaluación indica el artículo 2º que los profesores estimarán la capacitación de los estudiantes en las siguientes formas:

  • “Apreciación de los conocimientos y aptitudes adquiridos por el estudiante durante el curso, mediante su participación en las clases y su desempeño en los ejercicios prácticos y trabajos obligatorios, así como en los exámenes parciales. Si el profesor considera que dichos elementos son suficientes para calificar al estudiante, lo eximirá del examen ordinario. Los consejos técnicos señalarán las asignaturas en que sea obligatoria la asistencia;
  • Examen ordinario;
  • Examen extraordinario.”

El Reglamento establece tres criterios para la evaluación de los alumnos; en primer lugar lo eximirá del examen ordinario porque a lo largo del curso se obtuvieron suficientes elementos para calificarlo; en segundo el examen ordinario que viene a ser el final del curso y en donde se debe de hacer un recuento de todos los conocimientos e información proporcionada al alumno y, finalmente, el examen extraordinario; aquel que se realiza fuera de los tiempos ordinarios “normales” del calendario escolar.

Aparte de disposiciones como por ejemplo señalar lugar y fecha para la aplicación de exámenes ordinarios y extraordinarios que deben ser aprobados por los Consejos Técnicos y el plazo de 7 días para concluir el examen y entrega de las calificaciones por los docentes a la administración. También es importante mencionar el proceso para la rectificación de una calificación.

Finalmente, se indica en el artículo 3º que la calificación aprobatoria se expresará en cada curso, prueba o examen” de acuerdo a las letras y su equivalente numérico:

“MB          (Muy Bien)            igual a 10

B             (Bien)                   igual a 8

S              (Suficiente)            igual a 6

NA            (No Acreditada)      sin equivalencia

NP            (No presentada)      sin equivalencia”   

Esto significa que “la calificación mínima para acreditar una materia será 6 (seis), también, “cuando el estudiante no demuestre poseer los conocimientos y aptitudes suficientes en la materia, se expresará así en los documentos correspondientes anotándose: no acreditada”. Finalmente, “en el caso que el alumno no se presente al examen de la materia, se anotará NP, que significa: no presentado.” 

En cuanto a la evaluación, se concluye, que se tienen distintas disposiciones para regular esta etapa del proceso enseñanza aprendizaje aplicables no sólo en el Colegio de Ciencias y Humanidades sino en toda la Universidad. Así, son medidas para garantizar que la calificación represente realmente el grado de aprendizaje alcanzado por cada uno de los alumnos.

Valdría la pena mencionar que en esta escala de calificaciones no representa realmente el grado de aprendizaje logrado por un alumno; pues la evaluación no reconoce los saberes adquiridos que no se ubican necesariamente ni entre el Muy Bien ni el simplemente Bien; es decir, las letras no cubren todas las posibilidades de evaluación. Por eso se reformó el Reglamento de Exámenes el 1 de julio de 1997 y se empleó la escala numeral.

Con estos elementos es posible ya abordar la cuestión de los reconocimientos.

Los reconocimientos.- En este rubro se mencionan los premios y reconocimientos que la Universidad Nacional Autónoma de México -en este sentido el Colegio de Ciencias y Humanidades- otorga a sus alumnos distinguidos. La primera disposición se encuentra en el artículo 89 del Estatuto General que establece: “la Universidad promoverá, con periodicidad fija, diversas formas de estímulo y distinción para los alumnos distinguidos por su aprovechamiento y conducta”.

Consecuentemente, a todos los alumnos de la UNAM, no sólo los del Colegio de Ciencias y Humanidades, se les otorgan los siguientes reconocimientos:

  1. La medalla de plata Gabino Barreda;
  2. La medalla de plata Alfonso Caso;
  3. La mención honorífica en caso de exámenes profesionales o de grado de excepcional calidad, de acuerdo con el reglamento General de Exámenes;
  4. Diploma de aprovechamiento a los tres primeros lugares encada carrera o ciclo de estudio;
  5. Diploma a los tres mejores alumnos de cada uno de los años lectivos de cada carrera.” (Art. 2º. Reglamento del Reconocimiento Universitario)

Aunque el artículo 12º. establece una condición muy concreta: “para que un estudiante se haga acreedor a las distinciones a que se refiere el artículo 2º. de este reglamento, se le exigirá un promedio mínimo de nueve.”

El artículo 10º. del Reglamento de Reconocimiento al Mérito Universitario establece que

“La medalla de plata Gabino Barreda se otorgará al alumno con más alto promedio de calificación al término de sus estudios de bachillerato o de la licenciatura en cada una de las carreras de las facultades y escuelas. El informe será emitido por la Dirección General de Administración Escolar.”

Así el reconocimiento a la perseverancia y al compromiso de los alumnos del Colegio se manifiesta en estos premios que son otorgados a los mejores[31]. Estos reconocimientos son de gran importancia tanto para el alumno como para la institución; porque revalora el papel del estudiante que cumple su papel y merced a su compromiso logra excelentes calificaciones.

A diferencia de la Escuela Nacional Preparatoria, en el Colegio de Ciencias y Humanidades sí le otorga a sus docentes un reconocimiento. Los reconocimientos de los docentes, según el artículo 1º. del mismo Reglamento son:

  1. El otorgamiento del grado de Doctor Honoris Causa;
  2. El nombramiento de Profesor Emérito o de Investigador Emérito;
  3. La Medalla Justo Sierra al Mérito Universitario;
  4. El nombramiento de Profesor Extraordinario.

El reconocimiento de la entrega de la Medalla Gabino Barreda es un acto importante porque se realiza con la presencia de las autoridades universitarias. Claro en actos más caseros, como entrega de diplomas de aprovechamiento y mejores promedios se realizan, preferentemente, con la asistencia del director y autoridades del plantel de que se trata.

Con estos elementos, desde la orientación teórica hasta la evaluación, se tienen datos suficientes para realizar una caracterización completa del modelo pedagógico del Colegio de Ciencias y Humanidades. Esta es una labor que es clarificada una vez que se describieron cada una de las distintas dimensiones o parámetros del modelo pedagógico peculiar del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Fuentes de consulta

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“Se creó el CCH” (en) Gaceta UNAM, Tercera época; vol. II, no. Extraordinario del 1 de febrero de 1971; pp. 1 y ss.

Notas


*Subproducto derivado del Trabajo recepcional para optar por el Grado de Maestro en Ciencias de la Educación por el ISCEEM: El modelo pedagógico del bachillerato universitario: La escuela Nacional Preparatoria y el Colegio de Ciencias y Humanidades. Agradezco al Dr. Rafael de Jesús Hernández el compartir su interesante acervo biblio-hemerográfico para la realización de este tema.

[1] Las corrientes identificadas son; por un lado “1.- la que considera el desarrollo del país no ha estado privado de contradicciones y se traslada la idea del compromiso de la universidad a la búsqueda del conocimiento científico y la libre expresión de la crítica y de la cultura, cuyo deber es construir, en primera instancia un proyecto de educación superior nacionalista, de arraigo popular y de vinculación más directa con los problemas del desarrollo social, también consideran que la articulación entre formación profesional y compromiso político fortalece la autonomía universitaria.” Por el otro, la que “ll. – Manteniéndose en el cauce conservador de las actividades académicas, se afirma que la labor principal de la Universidad Nacional es preparar a profesionistas con un alto nivel de capacidad técnica. La enseñanza debe tener limitaciones en cuanto a contenido político, y no son concebibles las actividades de la universidad con la ruptura y con la oposición permanente al Estado, en este contexto, la autonomía debe ser ejercida exclusivamente en el terreno de lo académico” Soto Rubio; Eduardo, “Diversidad y crisis de un proyecto de universidad: La reforma académica de Pablo González Casanova”, p 26.

[2] Véase, por ejemplo, el mejor texto: Zermeño, Sergio: México una democracia utópica. Pero existen otros como Ramírez, Ramón: El movimiento estudiantil de México; México 1969, Ed. Era 11 Tomos; Villegas, Abelardo: La ideología del movimiento estudiantil en México. México UNAM Col. Deslinde no. 55. Claro en el campo de la literatura existe una extensa bibliografía; por ejemplo, Agustín, José: Días de guardar; Spota; Luis: Las cajas; Poniatowska, Elena: La noche de Tlatelolco; Revueltas, José: México 68: Juventud y revolución entre muchos otros. Incluso ahora existen publicaciones que analizan la producción literaria como por ejemplo Matré, Gonzalo: El movimiento popular estudiantil de 1968 en la novela mexicana y Campos, Marco Antonio y Toledo, Alejandro: Poemas y narraciones sobre el movimiento estudiantil de 1968.

[3] ANUIES: Declaración de Villahermosa, Tabasco, Asamblea XIII de la ANUIES.

En este sentido, los objetivos de la Declaración fueron los siguientes:

1.- La reforma educativa es un proceso permanente cuya esencia consiste en estructurar el sistema educativo nacional con el objeto de que atienda la creciente demanda de educación en todos sus grados, y eleve al mismo tiempo el nivel cultural, científico y tecnológico del país.

2.- La reforma de la educación superior está estrechamente vinculada al resto de la reforma y a otras reformas de las estructuras nacionales, de tal manera que se pueda lograr un desarrollo más justo que incorpore aceleradamente a los grupos marginados y dé más oportunidades a la juventud del país.

Pero las acciones son:

1.- Coordinar los recursos educativos del país y conjugar los esfuerzos de las instituciones de enseñanza que, sin menoscabo de su identidad, crearán un sistema nacional de enseñanza, con créditos académicos comunes y de equivalencias que den la máxima fluidez al sistema y hacer combinaciones de conocimientos y planes de trabajo necesarios y útiles para el desarrollo del país, en una cooperación interinstitucional que haga más fácil la colaboración y la movilidad de profesores y estudiantes.

2.- Movilizar los recursos del país para establecer un servicio social educativo en el que participen los centros de producción y de servicios y en el participen también los propios estudiantes. Así los centros de producción y servicio colaborarían con la educación en los procesos de aprendizaje de técnicas especializadas y particulares y los estudiantes colaborarán con los profesores en la enseñanza nacional.

3.- Especificar lo que el educando debe saber y saber hacer término de cada gado y ciclo de la educación tanto para su acceso al nivel inmediato superior, como para su incorporación productiva a través de una salida lateral.

4.- Con base las especificaciones del inciso anterior, establecer un sistema nacional de exámenes y crear para el efecto un centro nacional para la producción de material didáctico.

5.- Unir conocimientos cuya interacción y relación es indispensable, procurando así que toda la enseñanza de materias básicas esté ligada en el mismo periodo de estudio a una enseñanza de materias prácticas, técnicas o clínicas, y seguir fomentando el que en las universidades se enseñen tecnologías y en los institutos técnicos humanidades.

6.- Dentro de los propósitos indeclinables de construir un sistema nacional de enseñanza, estudiar las variaciones regionales, sectoriales y propias de las distintas instituciones educativas, preservando y fortaleciendo la autonomía, que es también indeclinable.

7 Realizar, a la brevedad posible, los estudios necesarios para reformar la legislación educativa y en particular de la Ley Orgánica de la Educación y de la Ley de Profesiones, que permitan la realización de la reforma educativa.

8.- El nivel superior de la enseñanza media, con duración de tres años, deberá ser formativo, en el sentido genuino de la más que informativo o enciclopédico; se concebirá en su doble función de ciclo terminal y antecedente propedéutico para estudios de licenciatura. Incorporará los conocimientos fundamentales tanto de las ciencias como de las humanidades y, en forma paralela, capacitará específicamente para la incorporación al trabajo productivo.

9.- Es necesario revisar los ciclos de cinco y seis años en la licenciatura, estableciendo planes de estudio y aprendizaje que permitan a la vez salidas laterales y acumulación de conocimientos que vayan desde los más generales, de aplicación más probable, hasta los más especializados. Los consejos técnicos deberán procurar disminuir el número de años que hoy se exige en forma rígida -disminución que es compatible con el incremento de los niveles de conocimiento de licenciatura- mediante el uso de nuevos métodos de enseñanza. Los estudios se comprenderán en dos etapas: la primera eminentemente formativa, entendiendo por ello tanto la adquisición de conocimientos como su aplicación; y la segunda de carácter especializado. Adoptándose el sistema de cursos semestrales. Se hacer más fluido el tránsito de la pasantía a la obtención del título; en consecuencia, para la presentación del examen recepcional se establecerán diversas opciones que podrán ser equivalentes a la tesis profesional. El servicio social podría cumplirse en cualquiera de las etapas del nivel de licenciatura e incluirá, entre otras tareas, las educativas.

10- Es necesario impulsar, con extensión a todo sistema nacional de la educación superior, los estudios de posgrado, tanto los que conducen a la obtención de grados académicos, como los de perfeccionamiento o actualización para fines determinados, con miras a la formación de investigadores, docentes y especialistas de alto nivel para la dirección y administración de la propia educación superior y de la industria, la ciencia y la tecnología Al efecto es conveniente que las universidades e instituciones de educación superior que cuentan con estudios de posgrado y centros de investigación, establezcan en forma permanente programas conjuntos con las demás instituciones.”

[4] La Declaración indica que: “Los rectores y directores de las universidades e institutos de enseñanza superior, conscientes de que la educación no puede permanecer ajena al desarrollo de la nación, sino que, por el contrario, debe dedicar sus empeños a promoverlo, declaran:

I.- Sin excepción, todas las instituciones de educación superior de la República están en un proceso de reforma con el propósito de cumplir plenamente las funciones que tienen asignadas y aprovechar los crecientes recursos que la nación pone sus manos.

II.- Esta reforma es consustancial a la pervivencia de las instituciones. La continuaremos aun cuando entrañe conflicto con quienes se oponen al cambio racional. Estamos convencidos de que con ella se fortalecerá el desenvolvimiento social de la nación.

III,- La autonomía universitaria es imprescindible en el cumplimiento de los fines da la educación superior. Aún en aquellas Casas de Estudio en que la autonomía no forma parte de su estructura jurídica, consideramos inviolable la independencia académica y la libertad de cátedra e investigación que la sustenta.

IV.- Siendo la nación el fundamento de la autoridad moral de las instituciones educativas y la justificación de su propia existencia condenamos todos aquellos procedimientos que intenten impedir las tareas de educación, investigación y difusión de la cultura un clima de libertad.

V.- Condenamos la violencia en todas sus formas y manifestaciones, porque intenta suprimir la libertad de nuestros centros educativos al deteriorar su imagen frente a la sociedad, condenemos las provocaciones y la agresión de dentro y fuera de las comunidades educativas. Consideramos que cualquier género de represión venga de un individuo, de un grupo o una institución, tenga su origen en el seno de la comunidad académica o fuera de ella, o adquiera carácter de presión económica o política o de violencia física, deja el campo libre a quienes se oponen al desarrollo soberano del país.

VI.- Respetar el orden jurídico en que se debe desenvolver la vida nacional significa postular el derecho incontrovertible a ser respetados. Exhortamos a la comunidad educativa nacional a mantener incólume ese derecho. Esto no debe traducirse en la pérdida de nuestras prácticas cívicas. Ejercer el examen y la crítica de la sociedad y sus instituciones es característica propia de una comunidad académica. Este quehacer tiene sólo una limitación: el respeto mutuo.” ANUIES: “Declaración de Tepic” (en) Revista de Educación Superior, publicación trimestral de la ANUIES. Octubre-diciembre 1972; vol. I No. 4; pp. 55 y ss.

[5] Por ejemplo consúltese Varela Petito; Gonzalo Después del 68. Respuestas de la política educativa a la crisis universitaria.

[6] Los datos son contundentes: 1900 sólo 1,123680 mexicanos (el 8.3%) pertenecía a la clase media; en 1950 eran 4,002596 (15.5%) y en 1960 era del 17.1% Cfr. Bartolucci Incico; Jorge; Rodríguez G.: Roberto A: El Colegio de Ciencias y Humanidades. Una experiencia de innovación universitaria, p 56.

[7] Así se recuerda que uno de los elementos para conocer las actividades desarrolladas por la Comisión encargada del proyecto Nueva Universidad, como se percibe en el documento provisional número 4 de la Comisión del 10 de julio de 1970 que a la letra dice:

“Modificar el sistema universitario existente para:

1.- Proporcionar el acceso a la educación superior a todos aquellos que lo soliciten, con un presupuesto limitado al nivel que le corresponde para un éxito probable.

2.- Incorporar a los egresados de la educación superior al sistema productivo y de servicios con una rapidez mayor a la actual.

(Eliminar conocimientos superficiales y formular nuevas síntesis).

3.- Crear especialidades profesionales que permitan atacar los problemas más urgentes del país y crear la demanda para estas especialidades.

4.- Lograr una interacción entre las ciencias y humanidades para crear profesionales con criterios más amplios en la cultura actual. (Grupos interdisciplinario, carreras híbridas, comisiones informativas, orientación a problemas).

5.- Participar directamente en la solución de los problemas nacionales (investigación científica, difusión cultural).

6.- Elevar el nivel cultural de población universitaria y motivarla al estudio.

7.- Lograr que la preparación de los egresados sea comparable a la que se obtiene en las mejores universidades del mundo.

8.- Aumentar la solidaridad entre los componentes del sistema universitario.

9.- Para logar lo anterior la UNAM debe:

a) Dar mayor importancia a los estudios de posgrado y a la investigación científica

b) Operar en el ámbito nacional con personal en la creación de universidades regionales complejas con unidades nacionales y estatales que crearían el Politécnico y las Universidades de los estados.

c) Contribuir a la formación de profesores en todos los niveles de la enseñanza desde la Universidad.

d) Ampliar y diversificar los sistemas de educación básica preuniversitaria”.

Más aún:

“A lo largo de la reunión, se abordaron diferentes temas, a veces simultáneamente. Sin embargo, en lo fundamental, se desarrolló el siguiente esquema:

I Presentación a grandes rasgos del proyecto de la N(ueva) U(niversidad) como respuestas dentro de la UNAM, a la necesidad de crecimiento ante el aumento de demanda, y a la necesidad de cambios, para poder satisfacer dicha demanda.

Con esto se planteó, hecha la crítica del sistema enciclopédico, la necesidad de enseñar a aprender. Se insistió en la preeminencia de la formación sobre la información, sin olvidar la necesidad de transmisión de conocimientos (asignaturas).

1.- Se presentó en plan provisorio el esquema rectangular a base de lenguajes y métodos.

2.- Primeras aclaraciones y objeciones.

a) Discernir si el supuesto fundamental de la unidad de la ciencia, puede fundar una idea de la unidad de los métodos pedagógicos (la U. como escuela, o como centro de ciencia).

b) No perder de vista el elemento humano concreto que llega actualmente a la   ENP y a las facultades.

c)  Ponderar hasta qué punto se puede hablar de las matemáticas o del español como de un lenguaje y no de varios

3.- Nuevos datos sobre la presentación -esto no se reduce al plano profesional, sino que incluye al preuniversitario.

El trabajo graduado y remunerado, integrado a la formación preuniversitaria

Las diferentes posibilidades terminales (por ejemplo, los técnicos para la industria, los profesores de enseñanza media, los investigadores precoces, etc.)

4.- Se planteó la necesidad de definir primero lo que se quiere transmitir antes de determinar los métodos concretos.

b) Una distinción en este ‘lo que se quiere transmitir’ entre lo material (contenidos) y lo formal (actitudes). Se reconoció la preeminencia de esto segundo.

c) Se estipuló que lo que se debe pretender seria formar o cooperar en la auto-formación de personas (hombres libres, responsables, comprometidos, críticos, hábiles, flexibles, sociables, capaces, sencillos, etc.) por el contacto dialogal (dia-logico) más que por la simple transmisión lógica.

d) De aquí la urgente necesidad de un auto-convencimiento y de una heteroconvencimiento (concienüzación) acerca de la verdadera novedad de la empresa, de su importancia y de su viabilidad.

5.- Diversas formulaciones de los objetivos:

a) Formación básica fundamentada en un humanismo científico con posibilidades terminales múltiples (evitar la actual frustración social de los ‘destripados’), con amplia convertibilidad.

b) Producción de profesionales flexibles, a través de métodos activos, responsabilizantes.

c) Creación de un sistema universitario con movilidad todos sentidos.

d) Creación de un sistema universitario, lo más flexible basado en la atención de las personas mismas que ingresen a dicho sistema.

6.- En la enseñanza media, lo fundamental es integrar al adolescente en sí mismo y a la sociedad. En lo personal, hacer hincapié evitar las rupturas artificiales entre diversas disciplinas (ejemplo: hacer de las matemáticas un verdadero instrumento de la ciencia). En lo social, la integración es a través del trabajo. En conclusión, es objetivo de la enseñanza media capacitar al adolescente para el trabajo. (“Documento de Trabajo Provisional” (en) Cuadernos del Colegio Revista Trimestral No. 30 enero-marzo 1986, pp. 94-5; cursivas del autor)

Esto es “El 10 de junio de 1970 surge el Consejo de la Nueva Universidad, instancia académica abocada al diseño integral del proyecto de la universidad del futuro. En éste se elabora un papel encaminado a redefinir las funciones tradicionales de las instituciones de educación superior; así, este Consejo en su proyecto de Nueva Universidad contempla el inicio de proceso de descentralización de la UNAM acompañado de la regionalización de la misma Universidad en zonas estratégicas de desarrollo económico y social en el país.” Cabello Bonilla, Víctor: “Consideraciones generales sobre el proceso político-académico que permitió el surgimiento del proyecto original del CCH. Ponencia en el tercer Foro del Área Histórico social de Bachillerato del plantel Oriente” (en) Lugo, Gabino; Gutiérrez López, Miguel Ángel; et al. op. cit. México UNAM, CCH DUACB p. 29.

[8] Este discurso es el que pronunció el Doctor Pablo González Casanova el 6 de mayo de 1970 en la sesión conjunta de la Junta de gobierno y el H. Consejo Universitario. (Gaceta UNAM 15 de mayo de 1970; pp. 2-5). El discurso establece las nuevas reglas de convivencia entre los universitarios; pero además señala tanto la urgencia de una reforma en la UNAM como al problema de la representatividad de los sectores estudiantil y docente. Además, en este discurso se establecen las estrategias a desarrollar para proponer la reforma en la Universidad.

[9] Declaraciones hechas ante el H. Consejo Universitario, en la sesión del día 26 de enero de 1971 (Gaceta UNAM, 1 de febrero de 1971; pp. 1-7). Esta es la fecha en que se aprueba la creación del Colegio de Ciencias y Humanidades y señala dos cualidades esenciales: “ser órgano de renovación de la Universidad” y además ser la respuesta para las demandas de solicitud de ingreso a la educación media superior en la modalidad de bachillerato universitario. En este sentido, el rector establece que el CCH “resuelve por los menos tres problemas”: “unir a distintas facultades y escuelas”; “Vincular la Escuela Nacional Preparatoria a las facultades y escuelas superiores así como a los institutos de investigación” y “crear un órgano permanente de renovación en la Universidad”.

[10] Nota principal aparecida en la Gaceta UNAM del 1 de febrero de 1970; pp. 1-2

[11] Las Reglas... también aparecen en la Gaceta del 1 de febrero

[12] Entre otros estos son los argumentos: “La reforma educativa se orientó fundamentalmente a actualizar los métodos en el proceso de enseñanza-aprendizaje; a abarcar a la población marginada y a flexibilizar el sistema educativo para hacerlo más expedito. Además, afirma la misma autora que “El Colegio de Ciencias y Humanidades se presentó así, como una hábil forma de encauzar los ánimos, aún candentes, de los estudiantes y nuevos pasantes y titulados que habían participado activamente en el movimiento de 1968”. Padilla Tovar; Ma. Magdalena “Visión retrospectiva del Colegio a veinte años de su fundación”, p. 97

[13] Ápostel, Leo; Berger, Guy; Brices, Asa; Michaud, Guy: Interdisciplinariedad. Poblemos de la enseñanza y de la investigación en las Universidad.

[14] Asociación Internacional de Universidades: Interacción de ciencias y humanidades en la enseñanza superior actual.

[15] Giben; Roger. Las ideas actuales en pedagogía.

[16] Cevallos, Miguel Ángel: Escuela Preparatoria modelo. Proyecto para su fundación. México 1961. UNAM

[17] A manera de ejemplos: Rosas y Novelo; María de Lourdes: “El modelo educativo del Colegio de Ciencias y Humanidades. Motivo, razones y realidad” (en) Cuadernos del Colegio No 45, pp. 16 y ss.

Candela Marín, Pilar. “Algunas reflexiones en torno al enfoque del modelo pedagógico del Colegio de Ciencias v Humanidades en relación con la enseñanza de las ciencias experimentales” (en) Cuadernos del Colegio No. 51; pp. 129 y ss.

[18] El Plan de Once Años fue una medida política y una disposición educativa que formuló el secretario de Educación Jaime Torres Bodet, durante la presidencia de Adolfo López Mateos.

[19] Cfr. Colegio de Ciencias y Humanidades Unidad Académica del Ciclo de Bachillerato: “Plan de estudio académico y reglas de aplicación” (en) Gaceta UNAM I de febrero de 1971: pp. 5-6

[20] El crédito según el IV Acuerdo de Tepic es importante porque “para el establecimiento de un sistema de créditos, se adoptan siguientes definiciones:

a) Crédito es la unidad de valor o puntuación de una asignatura, que se computa en la siguiente forma:

I. En actividades que requieren estudio o trabajo adicional del alumno, como en las clases teóricas y en los seminarios, una hora de clase-semana-semestre corresponde a dos créditos.

2. En actividades que no requiere estudio o trabajo adicional del alumno, como las practicas, los laboratorios y los talleres, una hora-semana-semestre corresponde a un crédito.

3. El valor en créditos de actividades clínicas v de las prácticas para el aprendizaje de la música, las artes plásticas y las asignaturas de preparación para el trabajo, se computarán globalmente según su importancia en el plan de estudios y a criterio de los cuerpos académicos correspondientes.

b) Los créditos se expresarán siempre en números enteros v corresponderán a quince semanas efectivas de clase. Además, esa duración será mínima para un semestre lectivo. Los créditos para los cursos de extensión menor a un semestre se computarán proporcionalmente a su duración y número de horas de clase por semana.

c) El valor de créditos de una licenciatura será de trescientos como mínimo y cuatrocientos cincuenta como máximo (…)

d) El valor créditos del bachillerato será de ciento ochenta como mínimo y de trescientos como máximo, sin incluir actividades o asignaturas de preparación el trabajo. Un título de técnico profesional a nivel licenciatura (salida lateral) tendrá un valor en créditos de ciento cincuenta como máximo.

e) Para establecer las equivalencias se tendrá en cuenta la analogía que debe existir entre las materias, los grupos de materias y los ciclos completos.” ANUIES “Acuerdos de Tepic” (en) Revista de la Educación superior no. 77 enero-marzo 1991; pp. 113-4

[21] El artículo 8° Fracción XXIV del Estatuto General de la UNAM señala el Colegio de y Humanidades; pero por la reforma del 2 de diciembre de 1997 se le señala como Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades. Así mismo, esta norma deroga, no sólo el Reglamento de la Unidad Académica de los ciclos profesional y de posgrado del CCH aprobado el 27 de julio de 1976; sino además los artículos 56 a 62 que se correspondían al Capítulo VIII Del Colegio de y Humanidades con lo cual sólo se conserva el ciclo de bachillerato del CCH y se elimina los ciclos profesional y posgrado” Estas reformas son publicadas en la Gaceta UNAM el 8 de diciembre de 1997.

[22] Aprobado por el H. Consejo Universitario el 22 de septiembre de 1998 v publicado en la Gaceta UNAM el 28 de septiembre del mismo año.

[23] El Artículo 87 señala: “con los reglamentos especiales se determinarán los requisitos y condiciones para que los alumnos se inscriban y permanezcan en la Universidad, así como sus deberes v derechos, de acuerdo con las siguientes bases:

1.- En el momento de la inscripción firmarán la protesta universitaria, por la cual se comprometen a hacer en todo tiempo honor a la institución, a cumplir sus compromisos académicos y administrativos, a respetar los reglamentos generales pretender excepción alguna y a mantener la disciplina ‘

Además de establecer que no se puede inscribir más de dos veces en una asignatura; los plazos para concluir los estudios; los que no concluyan en los plazos deberán ajustarse a las disposiciones del Reglamento General de Exámenes; los alumnos se podrán expresar libremente “sin más limitaciones que el no perturbar las labores” y ajustarse al decoro y respeto debidos a la Universidad y sus miembros”; la libertad para  organización estudiantil y; finalmente, que las observaciones deben presentarse ante los Conejos Técnicos y Universitario por sus representantes.

[24] En torno a las responsabilidades se menciona el incumplimiento de obligaciones señaladas en el artículo 87 y “por actos contra la disciplina y el orden universitario”. Las sanciones son según el numeral 11 del artículo 98: amonestación, negación de créditos, suspensión o separación de cargos o empleos; suspensión de sus derechos escolares hasta un año y expulsión definitiva.

[25] Así señala el artículo 2° del mismo Reglamento: “Para ingresar a la Universidad es indispensable:

a) Solicitar la inscripción de acuerdo con los instructivos que se establezcan.

b) Haber obtenido en el ciclo de inmediato anterior un promedio mínimo de siete o su equivalente.

c) Ser aceptado mediante concurso de selección que comprenderá una prueba escrita y que deberá realizarse dentro de los periodos que al efecto se señalen”.

[26] Los costos por servicios se exponen en el controvertido Reglamento General de Pagos.

[27] El Artículo 8°. indica. “Una vez establecido el cupo para cada carrera o plantel y la oferta de ingreso establecida para el concurso de selección, los aspirantes serán seleccionados según el siguiente orden;

a) Alumnos egresados de la Escuela Nacional Preparatoria y del Colegio de Ciencias y Humanidades que hayan concluido sus estudios en un máximo de cuatro años, contados a partir de su ingreso, con un promedio mínimo de siete.

b) Aspirantes con promedio mínimo de siete en el ciclo de bachillerato, seleccionados en el concurso correspondiente, a quienes se asignará carrera y plantel de acuerdo con la calificación que hayan obtenido en el concurso hasta el límite del cupo establecido.

En cualquier caso se mantendrá una oferta de ingreso a egresados de bachilleratos externos a la UNAM”

El Artículo 9° establece: “Los alumnos egresados bachillerato de la UNAM que hayan concluido sus estudios en un máximo de tres años y con promedio minino de nueve, tendrán el ingreso a la carrera y plantel de su preferencia. Los tres años se contarán a partir del cuarto año en la Escuela Nacional Preparatoria y del primer año en el Colegio de Ciencias y Humanidades.”

El artículo10° define que: “Los alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria y del Colegio de Ciencias y Humanidades que hayan concluido sus estudios en un plazo mayor de cuatro años y un promedio de siete, podrán ingresar al ciclo de licenciatura mediante concurso de selección”

[28] El perfil del egresado, según Rafael Velázquez Campos es el siguiente: “El alumno tendrá conocimientos fundamentales de: lenguaje español, lenguaje matemático, método científico experimental; comunicación tanto en forma oral como escrita; trabajo grupal; información y documentación para elaborar trabajos; análisis y discusión de textos; organización del material revisado en fichas, notas y cuadros; construcción de aparatos parala observación; lectura y traducción de idioma extranjera, uso del material y equipo de laboratorio.

El estudiante poseerá habilidades para: el manejo de dos lenguajes, el español v las matemáticas; el manejo de los métodos; el histórico social y el científico experimental; comunicarse tanto en forma oral como escrita; trabajar grupalmente, informarse y documentarse para la elaboración de trabajos; analizar y discutir textos; organizar el material revisado en fichas, notas y cuadros, construir aparatos de observación; leer y traducir un idioma extranjero; utilizar materiales y equipo de laboratorio.

El alumno mostrará actitudes de responsabilidad ante las tareas por él emprendidas; búsqueda de elementos de juicio y de la realidad como etapa anterior a la toma de decisiones; crítica de su vida personal y de su  compromiso con la sociedad; participación crítica en los proceso de la vida social; aceptación y respeto de sí mismo v de los demás; valoración de los instrumentos científicos y de reflexión, como medio de comprensión de los fenómenos naturales y sociales: rectificación ante los propios errores; interés por renovar continuamente su bagaje cultural; interacción constructiva con su medio ambiente.

El estudiante manifestará una actitud científica caracterizada por su curiosidad, objetividad. flexibilidad, apertura mental, aceptación del determinismo causal o multicausal, espíritu crítico, honestidad intelectual, energía exploradora. creatividad, compromiso social.” (Velázquez Campos, Rafael: “Tesis sobre el bachillerato y el caso particular del Colegio de Ciencias y Humanidades” (en) Cuadernos del Colegio, nos. 43-4, p. 215; cursivas propias.

[29] Según el Estatuto del Personal Académico los profesores e investigadores son ordinarios, o eméritos; pero su contratación obedece a dos condiciones: ser contratados por horas como profesores de asignatura o por medio tiempo o tiempo completo. En el primer caso se tienen dos niveles A y B; en el segundo son dos los niveles: asociado y titular y tres subcategorías A, B y C. En el caso de los investigadores todos son de carrera. Pero en los tres distintos casos, se puede ser ordinario o no definitivo y definitivo; la diferencia no es económica; pero si estatutaria.

[30] El perfil del docente debe incluir las siguientes características: “el profesor tendrá el conocimiento de los contenidos y la estructura conceptual, en la ciencia natural o social de la cual forma parte la materia que imparte: contexto) social y cultural de los estudiantes del bachillerato; las características del desarrollo de sus alumnos (en su mayor parte adolescentes).

El docente poseerá habilidades para:

El manejo de los principios de la tecnología educativa, traducido en: el manejo operativo de las principales teóricas didácticas, la formulación de objetivos de aprendizaje, la selección y organización de experiencias de aprendizaje; la aplicación de técnicas de evaluación y certificación del aprovechamiento escolar; la programación de un curso; aplicar sus conocimientos sociológicos y psicológicos, con el propósito de utilizar v  promover el uso de las técnicas de trabajo en equipo; comunicarse claramente en forma oral y escrita; propiciar la participación de cada uno de los estudiantes en las actividades del proceso de enseñanza aprendizaje.

El maestro mostrará actitudes de confianza en las potencialidades y en la capacidad para aprender de sus alumnos; respeto hacia ellos y hacia sí mismo; aceptación de que el proceso de enseñanza aprendizaje es una actividad del grupo integrado conjuntamente por el maestro v los alumnos.

El profesor, en el plano operativo, promoverá la curiosidad de los alumnos; correlacionará su materia con las otras asignaturas del plan de estudios: proveerá oportunidades para que los alumnos aprendan a diferentes niveles y ritmos: informará a los educandos de las finalidades de su asignatura y, en su caso, de su aplicación en las diferentes profesiones; facilitará la confrontación, con problemas reales, que tengan significado para los estudiantes; les informará desde el inicio, sobre los criterios de evaluación del curso; propiciará la autoevaluación del aprendizaje: utilizará la evaluación como un medida de informar a los alumnos sus logros, así como para la reorganización del programa de su materia y como retroalimentación para sí mismo.” (Velázquez Campos, Rafael: Tesis…pp. 221-2)

[31] Las características físicas de las medallas son las siguientes: “las medallas Gabino Barreda y Alfonso Caso tendrán las siguientes características: serán de plata en forma circular, de cuatro centímetros de diámetro. Estarán suspendidas en un listón con los colores azul marino y amarillo con un broche transversal tricolor.

En una cara grabado el escudo de la Universidad y, en la otra, la efigie y el nombre de Gabino Barreda o Alfonso Caso, según corresponda, así como la inscripción ‘Al Mérito Universitario’. Se otorgarán acompañados de un diploma ” (Art. 11° Reglamento del Reconocimiento al Mérito Universitario)

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