Texas Vs. México: Una añeja animadversión

Alfredo Macías Narro
Irapuato, Guanajuato. 180819

A manera de preámbulo

1918 Porvenir Massacre Descendants
1918 Porvenir Massacre Descendants

La masacre de El Paso, Texas como ya se le conoce en los medios de comunicación, ocurrió en esta ciudad fronteriza con México con cerca de 700,000 habitantes, y según datos del Censo más reciente, más del 80 % de la población es de origen hispano.

El centro comercial donde se produjo el tiroteo se encuentra muy cerca de la frontera con México, y es muy popular entre los ciudadanos mexicanos como lugar de compra durante los fines de semana.

Es evidente que en las acciones descritas, hay mucho odio racista que, en buena medida se debe a los disparatados dichos del esquizofrénico que despacha en la Casa Blanca, pero ¿Es sólo eso, o hay mar de fondo en esto? Por lo pronto el saldo es de 22 personas muertas y 25 heridas. Así mismo, es de destacar que los entre los occisos hay una mayoría de ciudadanos norteamericanos.

  1. Andre Pablo Anchondo (estadounidense, 23 años)
  2. Jordan Anchondo (estadounidense, 24 años)
  3. Arturo Benavidez (estadounidense, 60 años)
  4. Leonard Cipeda Campos (estadounidense, 41 años)
  5. María Flores (estadounidense, 77 años)
  6. Raúl Flores (estadounidense, 77 años)
  7. Jorge Calvillo García (mexicano, 61 años)
  8. Adolfo Cerros Hernández (mexicano, 68 años)
  9. Alexander Gerhard Hoffman (alemán, 66 años)
  10. David Alvah Johnson (estadounidense, 63 años)
  11. Luis Alfonzo Juárez (estadounidense, 90 años)
  12. María Eugenia Legarreta Rothe (mexicana, 58 años)
  13. Elsa Libera Márquez (estadounidense, 57 años)
  14. Maribel Loya (estadounidense, 56 años)
  15. Iván Hilierto Manzano (mexicano, 46 años)
  16. Gloria Irma Márquez (mexicana, 61 años)
  17. Margie Reckard (estadounidense, 63 años)
  18. Sarah Esther Regaldo Moriel (mexicana, 66 años)
  19. Javier Rodríguez (nacionalidad desconocida, 15 años)
  20. Teresa Sánchez (mexicana, 82 años)
  21. Angela Sliva-Elisbee (estadounidense, 86 años)
  22. Juan Velázquez (estadounidense, 77 años)

7 de los 22 eran mexicanos, (32%), (1 alemán y 1 jovencito del que se desconoce su nacionalidad) (9%), en tanto que los restantes 13 (59%) aunque de indudable ascendencia latina por sus apellidos, eran ciudadanos estadounidenses. [1]

Retomo un segmento del artículo de Alfredo Jalife Rahme:

“El joven supremacista blanco de 21 años, Patrick Crucius, recorrió mil kilómetros desde Dallas para perpetrar su planeada carnicería en El Paso, que cumplió lo poco que se ha publicitado de su manifiesto contra los invasores hispanos: ‘La Verdad Incómoda’, donde anhelaba asesinar al mayor número de mexicanos.

El mexicanocida (sic) Patrick Crucius se inspiró del libro ‘El Gran Reemplazo’ del escritor galo Renaud Camus quien arguye que las élites en Europa intentan remplazar a los europeos blancos con migrantes del Medio Oriente y Noráfrica (https://amzn.to/2ZG7Lin).

Crucius lamenta que la enorme población hispana en Texas lo convertirá en un bastión demócrata (sic) y expone su angustia demográfica ante el ascenso galopante de los mexicanos en Texas, a punto de ser re-mexicanizada oficialmente cuando se publique el próximo censo en tres años (https://bit.ly/2yXFYy0)”.[2]

Así mismo, cito parte del apartado introductorio del artículo de Arturo Balderas Rodríguez ‘Responsabilidades’,[3] publicado en el diario la Jornada el 12 de agosto de 2019:

“No hay que darle muchas vueltas; las proclamas del presidente estadunidense han sido la causa indirecta de la tragedia que dejó un saldo de 22 personas muertas en El Paso, Texas.

El manifiesto que escribió el perpetrador de tan brutal acto fue una calca del desdén que Donald Trump ha expresado en sus actos públicos por los migrantes y personas de color.

Sus incendiarias referencias han sido un aval a la barbarie de grupos supremacistas blancos de corte fascista que se han sentido alentados por las continuas expresiones racistas del presidente.

¿Cómo explicar la conducta del mandatario estadunidense en el contexto de una sociedad que busca romper con un pasado de exclusión, discriminación y división? Sus ideas –de alguna manera habrá que llamarlas– están cifradas en un código en que se entremezclan y confunden conceptos como nacionalismo, patriotismo y nativismo. Es evidente que Trump está muy lejos de comprender la diferencia entre ellos, y por tanto la única intención que se puede atribuir a sus confusiones es su racismo, entendido como la exclusión de toda aquella persona de color no digna de ser considerada como parte integral de Estados Unidos”.

Estas consideraciones, aunque muy acertadas y válidas desde el punto de vista sociológico y político, ¿alcanzan para explicar el ya centenario encono hacia México y los mexicanos de los norteamericanos supremacistas, particularmente los texanos? Creo que habrá que hurgar un poco en la historia de los dos últimos siglos y lo que va de este.

1 Cuando Tejas (así, con jota) era mexicana

La provincia de Tejas, como todos sabemos, formaba parte de la joven república mexicana, recién independizada de la corona española y dejando de ser, política y administrativamente, el Virreinato de la Nueva España.

Tejas era la parte noroccidental del estado de Coahuila, cuya denominación oficial era estado de Coahuila y Texas.

Antecedentes fundacionales de Tejas

“En los años de 1718 y 1719. el sargento mayor Martín de Alarcón, Gobernador de la Provincia de Coahuila y teniente de gobernador de las Nuevas Filipinas y los Texas, de orden del virrey marqués de Valero, emprendió una entrada a la segunda de las provincias dichas recorriendo una porción importante de ella hasta sus confines nordorientales (…)Para dilucidar la cuestión de límites entre Luisiana y Texas planteada por el gobierno de los Estados Unidos del Norte, la corte de España ordenó al gobierno virreinal de México el envío de todos los documentos pertinentes para defender debidamente los derechos de España. El virrey Iturrigaray comisionó al mercedario fray Melchor de Talamantes para que hiciera un estudio completo sobre los límites referidos, fundándolo en los autos y expedientes relacionados con la provincia de Texas, con inclusión de “los diarios e itinerarios de los diferentes individuos que han reconocido dicha provincia”, informes al rey, compilación de cédulas. etc. (…)Sobre la entrada del gobernador de Coahuila y Texas a la segunda de las provincias mencionadas existen agregados al tomo 360 citado, además del diario escrito por fray Celiz, nueve certificaciones y una carta”.[4]

“… La situación de las misiones de Texas era precaria. Colocadas hacia el noreste, quedaban muy lejos de las poblaciones de Coahuila, de las cuales la más inmediata era la de San Juan Bautista de Río Grande. Era casi imposible enviar provisiones a los misioneros y soldados y éstos tenían que alimentarse de raíces y de los productos de la caza. Posteriormente fue fundada la misión de San Antonio Valero en las márgenes del río San Antonio por fray Antonio de Buenaventura Olivares, quien se estableció allí con los pocos neófitos que no lo abandonaron en su antigua misión de San Francisco Solano en la provincia de Coahuila.

Al gobernador de Coahuila don Martín de Alarcón, que desempeñaba ese cargo desde el 5 de agosto de 1716, le fue encomendada la misión de afirmar la ocupación española en Texas. Para ello debería establecer un presidio[5] intermedio entre San Juan Bautista de Río Grande[6] y las misiones del noreste, introducir cincuenta soldados con sus familias y llevar provisiones a los misioneros.”[7]

 “… En el mismo diario se asientan las ceremonias de toma posesión del lugar en donde se estableció el presidio de Béjar y de la Bahía del Espíritu Santo, la construcción de canales de irrigación para la misión de San Antonio Valero y el citado presidio de Béjar”.

“De 1700 a 1716, el presidio de San Juan Bautista era el más avanzado al norte de la frontera nororiental de la Nueva España, sirviendo de base para la exploración más allá del Río Grande. La misión de San Juan Bautista fue la madre de las misiones de Texas. Los soldados del presidio de San Juan Bautista mantuvieron las escoltas a los viajeros, sus suministros, campañas contra los indios, jugando un papel vital en las exploraciones”.[8] 

“El Álamo, nació hacia 1716 en las márgenes del río Sn. Antonio en la Texas novohispana como un presidio de esos perdidos en el fin de los mundos conocidos con que la corona española creaba sus inciertos límites. Poco más tarde, en mayo de 1718  el fraile franciscano Antonio de Olivares con el apoyo de indios jeremes creó en las cercanías, en el arroyo de Sn. Pedro, la misión de Sn. Antonio, dándole el apellido ‘de Valero’ en honor al virrey, marqués  de Valero; la misión de San Antonio de Valero, junto con el Presidio de San Antonio de Béjar y la Acequia Madre de Valero, constituyen el origen de la actual ciudad de San Antonio en Texas (EE.UU.).

“Esta fortaleza consistía en una iglesia cercada por otras estructuras, construidas por los españoles en el siglo XVIII para la asimilación religiosa y cultural de nativos indígenas de la región (conversión de los indios al cristianismo), y el suministro de educación a estos indígenas después de la conversión. En 1793, la misión fue secularizada y muy pronto abandonada. Diez años después se convirtió en una fortaleza de un grupo del Ejército Mexicano, la Segunda Compañía Móvil de San Carlos de Parras, la cual probablemente fue quien dio a la misión el nombre “El Álamo”.

Por estas fechas, la rebeldía tejana estaba creciendo como la espuma, acicateado por las promesas de riquezas y tierras en abundancia, atrajo muchos ‘voluntarios’ simpatizantes y un enorme número de mercenarios, destacadamente francófonos provenientes de Nueva Orleans y muchos estadounidenses de diferentes lugares.

La situación política de la república mexicana era muy frágil e inestable, situación hábilmente aprovechada por los políticos/militares separatistas, entre los que se destacaban Samuel Houston, Stephen Austin y el mismo Lorenzo (de) Zavala, político y rico hacendado yucateco avecindado en Tejas, convertido en rebelde y conspirador.

El desenlace de la rebelión de Tejas estaba a las puertas.

2 La rebelión tejana

La Batalla de González fue una escaramuza que tuvo lugar el 2 de octubre del 1835, en la ciudad mexicana de Gonzáles (Tx) entre fuerzas texanas y un destacamento del ejército mexicano. Aunque este hecho de armas fue sólo un enfrentamiento militar menor, marcó una clara ruptura entre los colonos estadounidenses, (que en las últimas dos décadas habían entrado en Texas en gran número, muchos de ellos ‘importados’ por Stephen Austin), y el gobierno mexicano.

Este hecho es considerado en la historia de Estados Unidos como el inicio de la Independencia de Texas.

Stephen Austin tomó el mando temporal de las fuerzas de Texas durante el Sitio de Sn. Antonio de Béjar del 12 de octubre al 11 de diciembre de 1835:

A principios de diciembre de ese año (1835) se está gestando la primera batalla formal del ejército rebelde; los días 3 y 4 comienzan un movimiento de cerco sobre Sn. Antonio de Béjar y en los 2 días siguientes comienzan las hostilidades:

“Al amanecer del 4 al 5 de diciembre dos grupos dirigidos por Milam y Johnson van penetrando por las calles (…) el objetivo es la plaza que está cubierta por las barricadas (…) el día 8 avanzan y van tomando casas, ya están prácticamente en el centro de la ciudad, de cara a la plaza (…) el día 11 el general Martín Perfecto de Cos abandona el sitio derrotado y se concentra en El Álamo.

 Posteriormente, para el día de navidad, en franca retirada cruza el Río Grande (Bravo) en dirección al sur”.

En reducido número, el ejército mexicano mantuvo la misión de El Álamo en su poder cuando, hacia el día 15 ó 16 de diciembre de 1835, cuando el general Martín Perfecto de Cos tras su derrota por el ejército rebelde tejano (después del Sitio de Béjar (Sn. Antonio), emprenda la retirada hacia el sur.

Un número relativamente pequeño de soldados tejanos ocuparon entonces el sitio. El general tejano Samuel Houston creyó que los tejanos no tenían las suficientes fuerzas humanas para mantener ocupado el fuerte y ordenó al coronel (irregular) James Bowie que lo destruyera. Bowie no siguió la orden y, en colaboración con el coronel James C. Neil, se abocó a la tarea de fortificar la misión.

Desde el día 7 de noviembre de ese 1835, en que la autoproclamada Junta Provisional (de Gobierno) declara la independencia de la Provincia de Texas, hasta su posterior anexión a los Estados Unidos de América, se suceden una serie de eventos militares, sociales y políticos que van marcando el derrotero del conflicto entre ambas naciones.

“Los delegados tejanos declaran que sus relaciones políticas estaban rotas para siempre (sic) con la nación mexicana y que el pueblo de Texas se constituía en república libre, soberana e independiente, investida de todos los derechos que a las naciones corresponden”. [9]

Notoria es la actuación de Lorenzo (de) Zavala[10], rico hacendado yucateco quien, tras haber fungido como representante del gobierno mexicano en Tejas, en medio del conflicto se puso de parte de los rebeldes; al decir de Justo Sierra:

“Hallábase Dn. Lorenzo de Zavala en el estado de Texas en 1835, cuando los colonos, fundándose en la ruptura del Pacto Federal, se alzaron contra el gobierno existente.

Zavala era propietario de tierras en aquel Estado (sic), y así por esto como por cooperar al restablecimiento de la Constitución de 1824, se decidió abiertamente por los texanos. El distrito de Harrisburg nombrólo su diputado a la ‘Convención de Austin’ que, en 7 de noviembre de 1835 declaró al pueblo de Texas en guerra contra el gobierno de México”[11]

Las provocaciones tejanas de fines de 1835 y principios de 1836 en contra de la república mexicana aumentaron de tono, toleradas y aún auspiciadas por el gobierno estadounidense, que, entre otras acciones tramaban levantamientos armados en Campeche y Yucatán, despachando a tal efecto agentes provocadores salidos de Nueva Orleans a estos estados del sureste de México.

“El señor Mexía (el desertor cubano José Antonio Mejía), pidió a un amigo en Nueva York las armas necesarias para levantar Yucatán”[12]

Las acciones de los rebeldes cundían por doquier; una muestra de ello es la expedición punitiva realizada por el mercenario e intrigante cubano y  ex general del ejército mexicano José Antonio Mejía quien, al mando de cerca de 200 hombres reclutados en los bajos fondos de Nueva Orleans, bajo la promesa de riquezas y botín de saqueo, emprendieron la aventura a bordo de tres goletas que zarparon de esa ciudad y arrumbaron hacia Tampico, arribando y desembarcando el 16 de noviembre de 1835.

El punto focal de su ataque fue el pequeño fortín de Barradas, mismo que tomaron casi sin resistencia de la muy escasa guarnición, en cambio los defensores (militares y civiles) de la ciudad de la llamada por entonces Santa Anna de Tamaulipas (hoy Tampico) los rechazaron y derrotaron, la mayoría de los atacantes fueron apresados y pasados por las armas acusados de piratería; algunos de ellos eran franceses, lo que ocasionó un diferendo diplomático con la república francesa.

El 23 de febrero, el presidente de la república mexicana, general Antonio López de Santa Anna dirigió un importante grupo de soldados mexicanos a San Antonio de Béjar y rápidamente inicio el sitio de la fortaleza.

El sitio finalizó el 6 de marzo, cuando el ejército mexicano atacó El Álamo.

Cuando la ‘Batalla de El Álamo’ finalizó la mayor parte, si no todos, de los defensores de la fortaleza habían resultado muertos en el enfrentamiento. Cuando el ejército mexicano se retiró de Texas, al final de la Revolución de Texas, destruyó algunos de los muros de El Álamo y prendió fuego a parte de las edificaciones.

Mucho se ha dicho acerca de los hechos de El Álamo de ese 6 de marzo; los tejanos aducían que había sido una feroz y despiadada carnicería por parte de las tropas mexicanas, sin embargo ‘los periódicos de la época desmintiéronlo como una atroz impostura: sin duda hubo exageración en aquellas quejas, como la hubo también en la severidad usada por Santa Anna con los extranjeros enemigos…’[13]

A partir de la toma de El Álamo, la persecución contra Samuel Houston y sus tropas rebeldes se intensificó. El general José Urrea, tras la victoria de Sn. Patricio enfrentó a una partida tejana en la Misión del Refugio durante el 13 de marzo; el 14 los tejanos abandonaron la plaza; hacia el día 19 trabó combate con las fuerzas rebeldes de J. W. Fanning y al día siguiente éste rindió sus armas en el llano de ‘El Encinal del Perdido’. Continuó el Gral. Urrea su marcha hacia Goliad (Goliat) que, tras un breve sitio, se rindió dejando armamento, víveres y municiones en poder del ejército mexicano.

La batida generalizada contra las tropas rebeldes de Samuel Houston prosiguió sin tregua hacia el noreste de Texas (algunos historiadores aseveran que su intención era cruzar la más bien incierta frontera con los estados occidentales de los EUA, esperando que las tropas mexicanas lo hicieran y provocar de esta manera un incidente internacional con el gobierno estadounidense); lo cierto es que ambos cuerpos de ejército se encontraron en la llanura de San Jacinto.

Mucho se ha escrito respecto de este encuentro armado y priva la visión de un desarrapado ejército tejano, inferior en número y en armamento, que atacó el día 21 de abril a un desaprensivo e indolente Santa Anna, que había ordenado descanso a discreción a las tropas mexicanas y que el propio General en Jefe fue sorprendido durmiendo a la sombra de un árbol. Lo cierto es que en el momento mismo del ataque tejano, la sorpresa aunque grande, no fue generalizada y algunos cuerpos trabaron combate con los rebeldes, causándoles importantes bajas incluido Samuel Houston quien, herido severamente en un tobillo, al poco tiempo se vio en la necesidad de ceder el mando a su segundo al mando, Thomas J. Rush. Houston había mandado tocar a retirada al haber sido desorganizada su ala izquierda por un contraataque mexicano. Al caer la noche sin embargo, el ejército mexicano se dispersó  en confusa retirada. A la mañana del día siguiente, 22 de abril, ocurre la captura de Santa Anna y varios jefes y oficiales.

“La verdadera importancia de la derrota de San Jacinto estuvo en la prisión que de Santa Anna hicieron los texanos. Sin ella el revés hubiera carecido de importancia (militar)… El grueso de ellas (las tropas mexicanas) permanecía a las órdenes de Filisola y de Sesma y Urrea a buena distancia del lugar de la acción”.[14]

Pocos momentos después de su aprehensión Santa Anna dictó un primer memorándum dirigido a Vicente Filisola, su segundo al mando, en el que manifiesta ser prisionero de guerra y ordena que se disponga el Gral. Gaona retirarse a Béjar (San Antonio), así como las tropas del propio Filisola; al Gral. Urrea se le ordena replegarse a Guadalupe Victoria “… pues se ha acordado con el general Houston un armisticio, ínterin se arreglan algunas negociaciones (sic) que hagan cesar la guerra para siempre… Dios y Libertad, Campo de San Jacinto.- Abril 25 de 1836.- Antonio López de Santa Anna.”

Santa Anna fue trasladado al puerto de Velasco (Tx), pretextando su seguridad personal. El día 14 de mayo Santa Anna firma con David G. Burnett, un convenio “en que se comprometía a no tomar las armas contra el pueblo de Texas; a hacer cesar inmediatamente las hostilidades y a que las tropas mexicanas evacuasen el territorio texano pasando al otro lado del Río Grande (río Bravo).” [15]

La rebelión estaba consumada…

La consigna se generalizó: “Expulsar de Texas a TODO MEXICANO…”

3 La pérdida de Tejas

“El tratado fue cumplido por Santa Anna y retira sus tropas del territorio texano, pero al llegar, el gobierno de México se negó a aceptarlo por cuanto argumentaron que Santa Anna estaría en calidad de prisionero y que no estaba facultado para tomar una decisión de esa magnitud, y que no tenía poder legal para hacerlo, por lo que además de no aceptar el tratado, tampoco aceptaron, ni la independencia de Texas, ni los límites establecidos en este tratado”.[16]

Filisola recibe el comunicado el día 26 en su campamento de Arroyo del Mujerero y lo firma en presencia de Benjamin Smith y Hermy Tezl, enviados acreditados por el general Rush.

Filisola procede a exigir al comandante general de nuevo León y Tamaulipas, Sr Francisco Vidal Fernández el acatamiento de las órdenes de Santa Anna. En cuanto conocieron el contenido de tales comunicados, tanto Vidal, como el general Urrea y otros altos mandos se negaron a acatar tan deshonrosas órdenes.

El oficio de Urrea fechado el 1° de junio, es un ejemplo de dignidad y solvencia moral pues dice, entre otras cosas que:

“He visto con dolor que ha abandonado la línea del río de San Antonio, en la que se contaba con la población de Béjar (San Antonio), las fortificaciones del Alamo (sic) y Goliat (sic) y el puerto de Cópano, línea única que convenía, una vez abandonados el río Colorado y el de Brazos (…) ¿Qué se dirá de nosotros cuando se sepa que el ejército mexicano en Texas ha dado al enemigo el ejemplo de pusilanimidad (…) pues abandonó  sus posiciones y dio principio a una retirada que, hablando con la franqueza de un soldado, no puede llamar de otro modo que vergonzosa fuga (…) V.E. (dirigiéndose a Santa Anna), según sus comunicaciones, reconoce en los sublevados de Texas a su gobierno como legítimo, con menoscabo y deshonra de la nación mexicana (…) Si bien sus órdenes son en todo tiempo respetables, ¿deberán acaso ser acatadas con la misma ceguedad hoy que desgraciadamente y con oprobio nuestro se halla prisionero con los enemigos?”    

En atención a la situación, el gobierno mexicano reconoció la valentía y el patriotismo de las acciones del General José Urrea y le nombra el 31 de mayo General Efectivo de Brigada y le encomienda el mando interino del ejército, cosa que le comunican a Filisola el 25 de junio.

Dejamos hasta aquí la situación militar y política que arrojó la rebelión tejana y la traición de Antonio López de Santa Anna.

4 la continua persecución contra los mexicanos

Foto tomada del libro “Forgotten Dead” (“Los muertos olvidados”). En la imagen, un par de hombres descendientes de mexicanos son observados por la multitud después de ser linchados en la localidad de Santa Cruz, California. A través de “El viejo hábito de linchar mexicanos”. J. Jaime Hernández/La Jornada/Sin Fronteras

La ‘cultura’ tejana ha sido históricamente una sucesión de tergiversaciones, mentiras y mitos, todo mezclado; tan es así que el estado de ‘la estrella solitaria’ se autoconsidera un tanto al margen de la propia Unión Americana y se percibe a sí mismo como un reducto de una suerte de ‘americanismo tejano’ muy sui generis. Cuando desde la primera mitad del siglo 19 se permitió (y fomentó) la llegada de neocolonos europeos o descendientes de ellos a Tejas, estos dieron inicio a una política de segregación racial, pero también económica y social de los mexicanos residentes y su descendencia. Dicho en términos simples, se acentuó la persecución de mexicanos por todo el estado tejano, así fueran ciudadanos estadounidenses de tercera o cuarta generación.

“… Pasada la batalla de San Jacinto, los especuladores de tierras comenzaron una ofensiva contra las comunidades mexicanas. Hubo todo tipo de fraudes para quitarles la tierra: transferencias dudosas de títulos de propiedad, juicios repletos de falsos testimonios, prolongados litigios validados por la fuerza. En 1839 un centenar de familias en Nacogdoches huyeron hacia Louisiana o México. Hacia 1840 200 familias de San Antonio abandonaron sus tierras bajo la presión de asaltos, motines y despojos y se fugaron a Coahuila; familias de Goliad se fueron a Tamaulipas y Nuevo León. Rodríguez (?) cuenta cómo en Laredo corrió ampliamente la consigna en actos públicos “Esto es Estados Unidos y los mexicanos deben ser expulsados”. [17]

“Linchar migrantes no es algo nuevo en Estados Unidos. ¿Alguien sabía, por ejemplo, que el linchamiento de ciudadanos de EU de origen mexicano o de inmigrantes hispanos es una práctica que lleva casi tres siglos de historia en nuestro vecino del norte?

A manera de ejemplo, el número de personas descendientes de mexicanos en Estados Unidos que fueron linchadas entre 1848 y 1928 ascendió a un total de 547 personas, según el estudio realizado por distintas organizaciones defensoras de los derechos civiles y publicado en la obra “Los muertos Olvidados” (‘Forgotten Dead’) de William D. Carrigan y Clive Webb por la editorial Oxford University Press.

¿Que dónde tuvieron lugar esos linchamientos y asesinatos a sangre fría?

Por orden de importancia en Texas (232= 42.4%), California (143), Nuevo México (87), Arizona (48), Colorado (25) y el resto (12) en Nevada, Louisiana, Nebraska, Oklahoma, Montana, Oregon y Wyoming.

Y eso que sólo estamos hablando del lapso registrado entre 1848 y 1928”.[18]

Continúa J. Jaime Hernández diciendo al respecto:

“La escala de la violencia contra personas de origen mexicano en Estados Unidos alcanza dimensiones de limpieza étnica cuando uno se asoma al trabajo de otros historiadores en distintas universidades de la Unión Americana.

Según estos hallazgos, entre 1910 y 1920 unas 5,000 personas de origen mexicano fueron asesinadas o desaparecieron en Estados Unidos”.

La masacre de El ‘Porvenir’

“Los muertos olvidados”

AP/ ALBUQUERQUE, Nuevo México, 8 de agosto 2019.

La Jornada/ Sin Fronteras.

En la imagen, Arlinda Flores, bisnieta de ciudadano de origen mexicano asesinado

“Veinte años atrás, alguien golpeó la puerta de Arlinda Valencia y la hizo revivir el pasado.

Un familiar que fue a darle el pésame por la muerte de su padre le reveló también un secreto que la conmovió: La familia era descendiente de sobrevivientes de una matanza ocurrida en 1918 en la frontera con México. 

La versión fue confirmada posteriormente por un tío abuelo de Valencia de 96 años: ‘Rangers de Texas’ y soldados del ejército habían matado a su bisabuelo y a otros 14 hombres y niños. La masacre, que prácticamente acabó con un pueblito llamado ‘‘Porvenir’’ en Texas[19], fue parte de una campaña de terror en contra de los mexicano-estadounidenses”.

A family photo shows Arlinda Valencia’s grandfather, Rosendo Mesa, left, and great-grandfather, Longino Flores, right, in ‘Porvenir’, Texas. Longino Flores was among the 15 men and boys killed in the 1918 massacre. (Photo: SPECIAL TO THE TIMES)

“Nuestros mayores nunca nos dijeron nada. Ni una palabra”, dijo Valencia. “No podíamos creerlo”.

En momentos en que Estados Unidos se prepara para conmemorar el 100° aniversario del “Verano Rojo” –en el que turbas de blancos mataron a afroamericanos en decenas de ciudades de todo el país–, algunos historiadores y activistas dicen que llegó la hora de reconocer la experiencia similar que vivieron los mexicano-estadounidenses en la misma época.

En pueblos y ciudades del oeste del país, los mexicano-estadounidenses fueron sometidos a torturas, linchamientos y otras formas de violencia por parte de turbas de blancos y organismos policiales como los Rangers de Texas.

Las familias mexicanas a veces acudían a las autoridades y sufrían violentas represalias, según historiadores.

La matanza de ‘Porvenir’ fue la que generó mayor convulsión entre los reformistas mexicano-estadounidenses y la prensa internacional.

En la madrugada del 28 de enero de 1918, algunos Rangers y cuatro ganaderos blancos de la zona rodearon ‘‘Porvenir’’ (apenas una ranchería de 140 habitantes) porque sospechaban que sus residentes apoyaban a bandidos y ladrones de ganado. Con ayuda de un regimiento de la caballería estadounidense, despertaron a los residentes, se llevaron a 15 hombres y niños (11% de la población) y los mataron.

“Durante unos diez segundos no pudimos escuchar nada. Luego fue como si todas las mujeres empezasen a gritar al mismo tiempo”, escribió posteriormente el soldado Robert Keil. “También escuchamos lo que parecían ser plegarias y, desde ya, a niños que lloraban de miedo”.

El ejército regresó al pueblo días después y le prendió fuego.

(Photo: SPECIAL TO THE TIMES)

Una comisión legislativa texana investigó el asunto y el representante J.T. Canales, el único hispano de la legislatura, llevó testigos que relataron el terror vivido por los mexicanos. Pero Canales fue tildado de delirante y la comisión absolvió a los Rangers. Canales perdió su banca en 1920.

Nueve años después, ayudó a fundar la organización de derechos civiles ‘Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos’, que todavía existe.

Más recientemente, un grupo de académicos, activistas y periodistas formó una organización llamada Refusing to Forget” (‘Negándose a Olvidar’) para educar al público acerca de la violencia contra los mexicanos y establecer pautas para conmemorar los episodios más violentos.

John Morán González, director del Centro para Estudios Mexicano-Estadounidenses de la Universidad de Texas, dijo que ese grupo enfrenta la resistencia de sociedades históricas locales. “Dicen cosas como ‘¿por qué sacan todo esto a la luz ahora? ¿Por qué alientan las tensiones raciales?’”, dijo Morán González. “Se sienten avergonzados”.

Organización llamada “Refusing to Forget” (‘Negándose a Olvidar’) para educar al público acerca de la violencia contra los mexicanos y establecer pautas para conmemorar los episodios más violentos.

Valencia consiguió que se marcase el sitio de la matanza de ‘Porvenir’, a una hora de auto al este de El Paso. No queda nada del pueblo y los cadáveres de los muertos descansan en tumbas del lado mexicano del río Bravo (Grande en Estados Unidos).

Al investigar la matanza, Valencia encontró un ‘affidavit’ (en español ‘declaración jurada’) de su bisabuela en la que describía la matanza de su marido. Pero nunca se hizo justicia.

“Ella se suicidó”, dijo Valencia.

Su tío abuelo Juan Flores, quien tenía 13 años cuando ocurrió la masacre y encontró el cadáver mutilado de su padre y otros cuerpos, tuvo pesadillas por el resto de su vida y recibió terapia de electroshock.

Flores, quien aún vive, no habló de la matanza con su familia hasta que Valencia le preguntó sobre el tema.

“Todos pensaron que estaba loco”, cuenta Valencia. “Pero vivía con un secreto que los consumía por dentro”.

Pongo aquí un fragmento de la investigación del profesor e historiador John Moran Gonzalez, difundido a través de la radio:

“University of Texas English professor John Moran Gonzalez is one of six scholars in a group called Refusing to Forget. They are drawing attention to a violent chapter of Texas history known as “La Matanza” or “The Massacre.” During the early 1900s, Texas Rangers, law officers and vigilantes are thought to have killed hundreds, possibly thousands, of Mexicans and Mexican Americans along the Texas Mexico border”.[20]

También considero pertinente incluir aquí un fragmento del recordatorio hecho y difundido por la U. de Sull Rose titulado ‘Throwback Thursday: The 100th Anniversary of the Porvenir…’

“In late January, 1918, Captain J.M. Fox of Texas Rangers Company B ordered Ranger Bud Weaver to investigate the tiny border town of Porvenir, Texas after the Brite Ranch Raid. Over 1500 dollars worth of merchandise from the Brite Ranch store and three people on the arriving mail coach were killed during the raid. Porvenir had about 140 people living there, mostly of Mexican origin. At 1 a.m. on January 24, Rangers roused the sleeping people and searched their jacales, mud huts, which housed most of the villagers. They found two rifles and a shotgun which they confiscated. The Rangers held three men for questioning after discovering they wore a type of shoe that had been sold at the Brite Ranch store, though they released them several days later. The Rangers requested help from the US Army to subdue Porvenir.

Troop G, after presenting Captain Henry H. Anderson with a letter from Colonel Langhorne asking for army assistance at Porvenir, arrived shortly after midnight on January 28 where they once again woke everyone in the village and searched their homes. About 40 cavalrymen from Troop G joined the Texas Rangers at Porvenir.  They could find no stolen Brite property.

The rangers then selected 15 men between the ages of 16 and 72, marched them to a rock bluff about a mile south of town, and shot them to death. The Rangers immediately left by horse, yelling drunken Comanche-like shouts. The killings were said to be a retaliation for the Brite Ranch raid. Upon discovery of the bodies, most of the survivors fled across the river to Pilares to bury their dead. Most of the victims were fathers with large families. Some had been unlucky enough to be visiting their families at the time of the massacre…”[21]

*Mónica Muñoz Martínez es una galardonada autora, educadora e historiadora pública dedicada al desarrollo de soluciones que aborden la violencia racial y la injusticia.[22]

“Al parecer, las cosas no han cambiado mucho en el caso de Texas. El estado que podría considerarse como la zona cero del racismo y la violencia contra los migrantes o ciudadanos de origen mexicano (…) De un tiempo acá, la llamada actualidad informativa parece llevarnos a lomos de un ciempiés enloquecido. Dando tumbos por aquí y por allá. Mientras nos arrastra en medio de ese desvarío informativo, no pocos experimentamos esa sensación de encontrarnos a la deriva, incapaces de saber lo que nos deparará el próximo ciclo informativo.

¿Cuándo será la próxima masacre?…

¿El próximo atentado terrorista?…

¿El próximo escándalo?…

¿El próximo linchamiento de mexicanos en Texas?…”[23]

A manera de corolario, sin serlo

Las relaciones entre México y los Estados Unidos de América históricamente han sido de toda índole, menos tersas o amistosas.

En el siglo XIX, desde sus inicios, los Estados Unidos habían construido su visión de política de seguridad nacional, mediante la implantación forzada en toda América de su hegemonía militar, política y comercial, a través de la expansión territorial, económica e ideológica:

“Ya desde 1823 el Presidente de los Estados Unidos, James Monroe había enunciado la ahora famosa doctrina que lleva su nombre y que se resume en la frase “América para los americanos” que entrañaba una clara advertencia a las potencias europeas para que no se entrometieran en los asuntos internos de América Latina.  Más tarde, con la teoría del Destino Manifiesto (1845) de John L. O’ Sullivan, los Estados Unidos enfatizarían su “destino revelador” de paladines y defensores de los derechos de los países latinoamericanos ante los gobiernos tiranos de Europa. Estados Unidos, había establecido como estrategia la compra y conquista de nuevas tierras. Pasando por tres etapas claramente diferenciadas en el siglo XIX: 

Primera etapa: (1800 a 1819).- Busca la anexión ya sea por compra o por cesión de territorios que aún controlan Francia y España en Norteamérica. De esta forma, se anexan la Louisiana, Indiana, Illinois, Mississippi, Alabama y Florida, tierras de gran importancia desde el punto de vista agrícola y comercial. En el caso de la Louisiana fue comprada a Francia por once millones de dólares obteniendo con ella una salida al Golfo de México a través del puerto privilegiado de Nueva Orleáns que les serviría para sus avances comerciales y territoriales.

Segunda etapa: (1835 a 1848).- Pretenden extender su frontera hasta el Océano Pacífico. El hecho más importante de este período es la separación (1836) y la anexión de Texas (1845) y la guerra con México (1846-1848) a través de la cual adquirían los estados de Nuevo México, California y Arizona. En California se podía contar con el Puerto de San Francisco para comerciar con Asia.

Tercera etapa: (1860 a 1890).-Se define como un desplazamiento hacia el oeste y exterminio de tribus indias, impulsada por la búsqueda de oro y tierras”. [24]

El expansionismo estadounidense tuvo dos marcados rumbos; la expansión al oeste, en busca de unir el atlántico con el pacífico y adueñarse de las extensas praderas del medio y bajo oeste y el extensionismo territorial hacia el sur.

No nos vamos s detener en el análisis de las causas de la guerra contra México, excepción hecha quizá del paralelismo causal de la política en nuestro país, entonces y ahora, así como las personalidades presidenciales gringas, concomitantemente dignas de consultorio psiquiátrico, del James K. Polk de entonces y el Donald Trump de ahora principal y más notorio instigador de la violencia racista en contra de musulmanes y latinos, especialmente mexicanos.[25]

En una carta de septiembre pasado (2016) Marshall Sahlins, admirable antropólogo nacido en Chicago en 1930, escribió:

‘Los mexicanos son para Trump lo que los judíos eran para Hitler: violadores, traficantes de drogas, asesinos, una degenerada raza criminal que debe ser arrestada y deportada para preservar la pureza de los estadunidenses y la mera existencia de la patria’.[26]

En boca del energúmeno que habita la Casa Blanca, los mexicanos, TODOS, somos los ‘Bad hombres’ (sic).

Sin palabras de más…

Bibliografía y referencias

“El Álamo; una historia no apta para Hollywood”. Paco Ignacio Taibo II. Ed. Planeta. Méx. 2011.

“México a través de los siglos”. Vicente Riva Palacio. Ed. Cumbre. Méx.

 “México y la primera intervención norteamericana”. Tte. Navío SDN. Prof. Leticia Rivera Cabrieles Mtra. en Historia. Documento en PDF.

 El viejo hábito de linchar mexicanos”. J. Jaime Hernández/La Jornada/Sin Fronteras.

 “La carnicería de El Paso. Re-mexicanización de Texas”. El gran reemplazo y los WASP.

 “El presidente Trump y la República Mexicana”. Adolfo Gilly. La Jornada. 151116.

México… Al filo de la navaja”. Alfredo Macías Narro. Odiseo Revista Electrónica de Pedagogía. Febrero de 2017.

https://es.wikipedia.org/wiki/Misi%C3%B3n_de_%C3%81lamo_(Texas)

https://es.wikipedia.org/wiki/San_Antonio_(Texas)

https://es.wikipedia.org/wiki/Presidio_de_San_Antonio_de_B%C3%A9jar

https://en.wikipedia.org/wiki/Adina_Emilia_De_Zavala

https://www.history.com/news/who-were-the-texians

https://borradopedia.com/index.php/Jos%C3%A9_Antonio_Mej%C3%ADa

https://books.google.com.mx/books?id=b8i6JWiye64C&printsec=copyright&source=gbs_pub_info_r#v=onepage&q&f=false

https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/6/2746/45.pdf

https://www.revistadelauniversidad.mx/articles-files/70ecd7d1-e2b8-4ed4-a335-faeb5dc62895

https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Gonz%C3%A1lez

https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Velasco

2]La carnicería de El Paso. Re-mexicanización de Texas”. El gran reemplazo y los WASP.

La Jornada/Bajo la lupa-Alfredo Jalife-Rahme/140819.        https://www.jornada.com.mx/2019/08/14/opinion/012o1pol

[3] https://www.jornada.com.mx/2019/08/12/opinion/016o1po

[4] N. del A. VITO ALESSIO ROBLES. ”Después de doscientos catorce años exhumamos el diario de la expedición de Alarcón y, aunque tardíamente cumplimos con su voluntad, desenterrando esos papeles que hasta hoy han sido páginas ignoradas de la historia de Coahuila y Texas”. En “UNAS PAGINAS TRASPAPELADAS DE LA HISTORIA DE COAHUILA y TEXAS”.

https://www.revistadelauniversidad.mx/articles-files/70ecd7d1-e2b8-4ed4-a335-faeb5dc62895

[5] Presidio. La palabra presidio, en español, ha venido perdiendo su sentido original, que era ‘Puesto avanzado’.

[6] N. del A. VITO ALESSIO ROBLES. “El diario de la expedición a Texas comienza el 19 de abril de 1718 y termina el 6 de febrero de 1719. Fray Francisco de Celiz lo escribió en estilo pintoresco y sencillamente ingenuo, no desprovisto de gracia”.

[7] La misión de San Juan Bautista se fundó el día de San Juan, el 24 de junio de 1699, en el Río de Sabinas, a veinticinco millas al norte de Lampazos, Nuevo León, con 150 indios coahuiltecas, pero meses después se reubicó el 1 de enero de 1700, a donde hoy está la villa de Guerrero, Coahuila.

http://www.zocalo.com.mx/opinion/opi-interna/mision-de-san-juan-bautista-i

[8] Ibíd.

[9] Olavarría y Ferrari, Enrique de (1880). «México independiente 1821-1855, tomo IV, libro II, capítulo I». En Vicente Riva PalacioMéxico a través de los siglos. México: Ed. Cumbre. Consultado el 23 de agosto de 2019.

[9] Op. Cit.

[10] La importancia de este hombre, (calificado en su momento como ‘traidor a la patria’), perdura hasta nuestros días, toda vez que su descendiente Adina Emilia de Zavala (nieta) (hija de Augustine de Zavala (hijo) logró en 1994 que la Texas Historical Commision otorgara a ‘El Álamo’ el más alto reconocimiento a una construcción histórica y donde se colocó una placa conmemorativa a Lorenzo de Zavala.

[11] Op. Cit. “Declaración del Pueblo de Texas, reunido en Convención General”

[12] Op. Cit.

14] Olavarría y Ferrari, Enrique de (1880). «México independiente 1821-1855, tomo IV, libro II, capítulo II». En Vicente Riva PalacioMéxico a través de los siglos. México: Ed. Cumbre. Consultado del 23 de agosto al 9 de septiembre de 2019.

[15] Op. Cit.

[16] https://www.historiademexicobreve.com/2016/10/el-tratado-de-velasco.html

[17] “El Álamo; una historia no apta para Hollywood”. Paco Ignacio Taibo II. Ed. Planeta. Méx. 2011.

[18] El viejo hábito de linchar mexicanos”. J. Jaime Hernández/La Jornada/Sin Fronteras

https://tshaonline.org/handbook/online/articles/hrp53

[19] PORVENIR, TEXAS. Porvenir is a community in northwest Presidio County on the banks of the Rio Grande across from Pilares, Chihuahua. Isolated by the Sierra Vieja range, Porvenir is twenty-four miles southwest of Valentine and U.S. Highway 90. The town’s name means “future” in Spanish. Porvenir may be best known for an incident in 1918 called the Porvenir Massacre, in which the Texas Rangers , assisted by United States Army troopers of the Eighth Cavalry and ranchers on a search for outlaws, shot and killed fifteen Mexican men. The village was abandoned for several years after the massacre. In 1918 the population of Porvenir was estimated at 140. A post office was established in 1926. By 1940 Porvenir had a single business and a population of twenty. In 1948 the post office was discontinued, and no further population figures were recorded for the town.

[20] https://www.tpr.org/programs/texas-matters 

[21]Throwback Thursday: The 100th Anniversary of the Porvenir Massacre”

By Lisa Zakharova|Archives of the Big BendThrowback Thursday

[22] https://monicamunozmartinez.com/about/

[23] El viejo hábito de linchar mexicanos”. J. Jaime Hernández/La Jornada/Sin Fronteras.

 [24] “México y la primera intervención norteamericana”. Tte. Navío SDN. Prof. Leticia Rivera Cabrieles Mtra. en Historia. Documento en PDF.

[25] Alfredo Macías Narro. México… Al filo de la navaja”. Odiseo Revista Electrónica de Pedagogía. Febrero de 2017.

[26] Adolfo Gilly. ‘El presidente Trump y la República Mexicana’. La Jornada. 151116.

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