Titulo: ¿Español con Fines Específicos o Español como Lenguaje de Especialidad?
Autora: Lic. Yaikibel Soto Navarro
Dra. Mercedes Cathcart Roca
MSc. Trinidad Atiés Cabllero
Categoría: Instructor
Institución: Facultad de Tecnología de la Salud, Dr. Juan Manuel Páez Inchausti
RESUMEN
Resulta evidente que vivimos en una sociedad que cambia constantemente, que exige, y exigirá cada vez en mayor medida, el conocimiento de diversos idiomas. Asimismo, ha adquirido una gran importancia el conocimiento de los llamados lenguajes específicos. Hoy en día resulta un poco difícil encontrar una misma denominación en todas las bibliografías referentes a este tema, específicamente al español con estos fines. Muchos autores lo tratan como español con fines específicos, otros lo denominan español para fines específicos, y otros lo llaman español como lengua de especialidad. En este trabajo no se pretende instaurar una única forma de denominar a estos lenguajes sino más bien reflexionar acerca de las varias formas de aludir a un mismo aspecto.
Palabras Claves: lenguajes específicos, español con fines específicos.
ABSTRACT
We live in a constantly changing society that clearly demands a lot to know different languages. Nowadays, to know about the specialized languages is vital. However, there are many terms used by several authors to refer to the same aspect, specifically to refer to the Spanish language with this purpose. Many of these authors call it Spanish for specific purposes, others, Spanish with specific purposes. The aim of this work is not to establish a unique form to make reference to the same aspect but to reflect on the different forms used to call this kind of Spanish language.
Key Words: specific languages, Spanish for specific purposes
INTRODUCCIÓN
El origen de la enseñanza de lenguas de especialidad se sitúa en los años 60(siglo XX) en relación directa con la lengua inglesa, acuñándose la denominación de ESP (English for Specific Purposes) para denominar a esta disciplina. La necesidad de especialización, las demandas de determinados sectores de la sociedad de una mayor conexión entre las necesidades del mundo laboral y la formación de sus profesionales, por un lado, así como las nuevas teorías e ideas sobre la lengua y el aprendizaje, junto a los avances en los campos de la Lingüística, la Psicolinguística y la Sociolingüística por otro lado, sentaron las bases para nuevos enfoques didácticos que perseguían desarrollar la capacidad de comunicación del estudiante en determinados campos de la lengua extranjera .
Según María del Carmen Navarro en su articuloLa enseñanza del español con fines específicos en la universidad italiana (2007) para entender la situación actual del español para propósitos específicos, es necesario remontarnos a los últimos años de la década de 1990, cuando en algunas facultades, sobre todo en las de Lengua y Literatura Extranjeras, se activan nuevos planes de estudio cuyo objetivo es el de formar profesionales lingüística y conceptualmente capaces de operar en el mundo de la organización empresarial, con especial atención a las empresas que se ocupan del turismo (currículum Management Turístico) y a las que operan en los mercados extranjeros (currículum Commercio Internazionale). Se introducen asignaturas como Economía y Gestión de Empresas, Marketing, Derecho Comercial o Legislación del Turismo, pero sobre todo se fomenta la enseñanza de las lenguas para propósitos específicos.
En esos mismos años (1999), nace en la universidad de Bérgamo el CERLIS. Es un centro de investigación que se ocupa de promover el estudio de las lenguas de especialidad en clave tanto sincrónica como diacrónica y entre cuyos objetivos destaca la elaboración de materiales destinados a la didáctica de los lenguajes de especialidad.
Es, sin embargo, a partir del 2001 cuando las universidades italianas comienzan a poner en marcha dispositivos para la renovación de los planes de estudio de acuerdo con la Reforma Universitaria, lo que da lugar a la creación de nuevas carreras, perfiles, itinerarios y especialidades, cuya gran novedad es la introducción de las lenguas extranjeras como disciplina específica y no como hasta ese momento, en que la lengua era, más que nada, un instrumento al servicio del estudio de la literatura. El Ministerio de Universidad e Investigación Científica, con la Ley de Reforma Universitaria (MIUR, en su sigla italiana), reconociendo la función y la experiencia de las Escuelas Superiores para Intérpretes y Traductores, realiza una profunda modificación de la estructura curricular en lo que concierne al estudio de las lenguas extranjeras; a partir de ese momento, en las facultades de Filosofía y Letras y de Lengua y Literatura Extranjeras se ponen en marcha diversas carreras en el área de la mediación lingüística. En este nuevo mapa de titulaciones, el Español Lengua Extranjera desempeña un papel destacado: por un lado, se consolida como la segunda lengua más estudiada en la universidad italiana; y, por otro, debido al creciente reconocimiento de la importancia de la lengua española en el campo de las relaciones internacionales, se potencian los cursos dirigidos a la enseñanza/aprendizaje de los recursos lingüísticos específicos utilizados en ámbitos profesionales.
La Reforma Universitaria permite tomar conciencia de la importancia que tiene la comunicación para las gestiones y las relaciones internacionales, comerciales o culturales en un mundo donde las transformaciones económicas y sociales han motivado un intercambio continuo de personas e información. Esta reforma responde a la necesidad de una formación profesional especializada en ciertos ámbitos y reconoce la creciente importancia que tiene el conocimiento de segundas lenguas y, sobre todo, el conseguir una competencia elevada en la comunicación especializada. Otra innovación importante que acompaña a dicha reforma es el cambio del contenido didáctico y científico de la enseñanza de lenguas extranjeras, que asume, además de autonomía, una nueva denominación. Hasta ese momento se contaba sólo con la asignatura de Lengua y Literatura Española como única disciplina, salvo poquísimos casos de Lengua o Lingüística Española.
Por lo que se puede apreciar se habla de una disciplina que no es relativamente nueva y que hoy en día goza de un prestigio mundial. Ahora bien muchos autores en disímiles de indagaciones han abordado el tema de este tipo de español y lo denominan de varias formas. No cabe duda de la importancia que ha cobrado este tema pero ¿cual seria la mejor forma de llamar a este español?
DESARROLLO
Según Almudena Nevado Llopis en su artículo La Enseñanza del Lenguaje Especifico de la Economía existen diferentes denominaciones para lo que se conocen como lenguajes específicos: lenguas especiales, microlenguajes, lenguajes sectoriales, etc.
El rasgo principal al que nos enfrentamos al tratar con los lenguajes específicos es lo ilimitado de su número y su carácter heterogéneo. En la búsqueda de una definición de este tipo de lenguajes imperan más las definiciones por exclusión o negación (por oposición a la lengua común, a los dialectos y a los niveles de lengua) que definiciones explícitas positivas. Existen dos características comunes a todos ellos:
1.- Los lenguajes específicos no son dialectos (criterio geográfico), ni niveles socioculturales del lenguaje (criterio sociológico).
2.- Son variaciones del sistema de la lengua común en tanto que son identificables en el léxico y, en menor grado, en la sintaxis. Por lo general, es difícil establecer la frontera entre una lengua especial y la lengua común.
Este autor hace referencia a Bonifacio Rodríguez Díez [1] quien distingue tres tipos de lenguajes específicos o lenguas especiales:
a) El argot: “El de los grupos sociales cuya vida ronda el margen de la sociedad constituida en un país o en una región, en donde viven, a menudo, enmarcados desde el nacimiento en el grupo, como es el caso de ciertos malhechores. Se trata de lenguas esotéricas, con finalidad críptica”.
b) Los lenguajes sectoriales: “En general, las jergas profesionales y lenguajes afines, que identifican un determinado dominio social y de actividad. En los lenguajes sectoriales no existe finalidad críptica”.
c) Los lenguajes científico-técnicos: “Forman este grupo las nomenclaturas específicas de cada una de las ciencias o disciplinas científicas en cuanto tales productos científicos”.
Los tres tipos de lenguajes específicos tienen algunas características en común, como son el carácter técnico, la dependencia del lenguaje común y la presencia de préstamos. Se diferencian, en cambio, en que los dos primeros presentan numerosos casos de polisemia, sinonimia y, en cambio, el tercero se caracteriza por la univocidad, la denotación y la ausencia de figuras retóricas.
La función básica de los lenguajes específicos es la designación o referencia a materias de contenidos especiales o distintos (objetos, ideas, relaciones, etc.) dentro del conjunto de contenidos designados por la lengua común.
Por otro ladoM. Teresa Cabré y Josefa Gómez de Enterría en el articulo El español lengua de especialidad (ESLE) expresan que el español con fines específicos se sitúa en el marco de la enseñanza/ aprendizaje de las llamadas lenguas o lenguajes de especialidad, estamos ante una disciplina viva y en constante proceso de renovación, de ahí que no pueda mantenerse ajena a los cambios científicos, técnicos y sociales que afectan a su objeto de estudio.
Según José Ramón Gómez Molina en su articulo La competencia léxica en el currículo de español para fines específicos (2003) existen tantas lenguas de especialidad como actividades humanas (finanzas, comercio, turismo, derecho, política, medicina, etc.) y, además, como apunta Widdowson, cualquier uso que hagamos del lenguaje siempre será ‘específico’ porque servirá para un fin concreto. De ahí la preferencia de algunos autores y profesores, por denominarlo ‘Español Profesional y Académico’, integrado, por supuesto, en el español con fines específicos. Toda planificación del proceso de enseñanza-aprendizaje del español para la comunicación profesional debe centrarse en el establecimiento de las condiciones adecuadas para que los estudiantes adquieran y desarrollen las capacidades, habilidades y técnicas de comunicación que es necesario aplicar en un contexto determinado. Y añade que dichas capacidades requieren el conocimiento de la lengua, el conocimiento del contexto de uso y el conocimiento de las características y procesos de comunicación, entre otros.
M. Teresa Cabré y Josefa Gómez de Enterría en el artículo antes mencionado señalan que la lengua española se ha impuesto en el mundo actual con fuerza y con prestigio. Muestra de ello es la superación actual de los 400 millones de hispanohablantes que la convierten en la segunda lengua más hablada del mundo, tras el chino mandarín, y una de las más difundidas, demandadas y estudiadas en nuestro entorno globalizado del siglo XXI.
En este panorama parece digno de mención el uso de la lengua española como lengua de especialidad de todas las materias científicas y técnicas y de las actividades económicas y culturales, así como el lugar que ocupa hoy como lengua vehicular de la comunicación profesional, sin olvidar al mismo tiempo el potencial económico que representa. Es ésta la razón por la que su demanda para la enseñanza/aprendizaje por parte de los profesionales y técnicos cualificados de los ámbitos empresariales, científicos y tecnológicos aumenta de día en día.
Hablamos de una lengua como lengua especializada para referirnos de manera simplificada a dos aspectos del uso lingüístico:
a) los recursos del sistema lingüístico que seleccionamos cuando actuamos en un determinado ámbito profesional o científico-técnico;
b) la finalidad profesional que tenemos cuando empleamos estos recursos. Se trata de una selección de todos los recursos posibles que la lengua en cuestión ofrece a sus hablantes, en tanto que profesionales, para hablar de un tema específico. Usamos preferentemente las palabras propias de este tema, o dicho de otro modo, la terminología propia de este tema. Es la misma selección que de manera espontánea realiza el profesional de una actividad para expresarse en situación profesional y para fines profesionales.
En el mundo del diseño curricular, el español con fines específicos es un área que requiere atención especial. Se distingue por su enfoque en lo que se ha llamado “lenguas de la especialidad”. Obviamente, si uno quiere aprender español con un fin específico resulta muy beneficioso enfocarse en la lengua especializada del área de interés. Unos ejemplos de las lenguas de especialidad son las de las ciencias, las de áreas técnicas y las profesiones.
Las lenguas de especialidad son para llevar a cabo la transmisión de conocimientos especializados. Todas las lenguas de especialidad se basan en la lengua común. Así que la común siempre es importante, pero hay que mantener un equilibro apropiado entre la lengua común y la muy especializada. Mucho acercamiento a la común corre el riesgo de perder el rigor y la precisión de la lengua especializada.
Juan A. Martínez López en su artículo Lenguas de especialidad y léxico: algunas dificultades en la traducción de términos (2006) lo denomina también lenguajes de especialidad o lenguas especializadas, ya que se trata de variedades que la lengua adopta cuando se utiliza como instrumento de comunicación entre especialistas en una determinada materia. Estamos, por tanto, ante variedades funcionales de la lengua. Atendiendo a su grado de abstracción, y a la artificiosidad de sus expresiones (tipo y nivel de especialización), se han establecido cuatro niveles (Duarte, 1986 apud A Martínez, 2006):
a) Lenguajes profesionales: Propios de un marco de producción específico, un grado de abstracción no demasiado elevado; utilizan la lengua natural con una proporción muy elevada de términos específicos.
b) Lenguajes técnicos: Se desarrollan en ámbitos técnicos, alto grado de abstracción. Su base es la lengua natural, pero con un elevadísimo número de términos específicos.
c) Lenguajes científicos: Propios de las ciencias experimentales, presentan un alto grado de abstracción, con uso de elementos y símbolos artificiales (no existentes en la lengua natural).
d) Lenguajes simbólicos: Se desarrollan en el marco de disciplinas científicas de carácter teórico, con un grado máximo de abstracción y suelen utilizar en su expresión símbolos artificiales.
En el artículo al que se hizo alusión anteriormente de José R. Gómez Molina el autor destaca que existe una opinión mayoritaria acerca de que toda lengua con fines específicos no se refiere solo a un vocabulario profesional o técnico, sino que forma parte del marco de esa lengua con fines generales, pero requiere un enfoque metodológico diferenciado relacionado con el material didáctico, la motivación de los aprendices y las actividades. Ante el planteamiento de si la enseñanza-aprendizaje del EpFE es posterior a la de EpFG, si se produce en paralelo o si se puede empezar directamente con EpFE, se piensa que ello depende del tipo de destinatarios con que nos encontremos, pero siempre es paralelo o posterior a la lengua general. Es cierto que puede haber alumnos que estudian español por necesidades académicas o laborales y ello requiere tratar ciertos tópicos y tipos de actividades en el aula, pero, por lo general los estudiantes desean practicar también con actividades y áreas temáticas generales, como complemento de aquellas que son relevantes para su estudio o trabajo.
Nadie duda de que el EpFE tiene unos objetivos particulares y que puede considerarse una disciplina en nuestras universidades Ahora bien, un curso de estas características debe basarse en un análisis de necesidades que permita especificar de forma certera qué es lo que los aprendices desean hacer mediante el español, ya que se asume con frecuencia que los estudiantes no son principiantes, sino que han estudiado español general durante algún tiempo y que estos cursos deben contemplar contenidos y terminologías especiales. Actualmente se requieren profesionales que, además de las habilidades propias de la dinámica tecnológica y sociológica, sean capaces de desarrollar otras capacidades, entre ellas, habilidades de comunicación y de procesar información en lenguas extranjeras. Esta perspectiva epistemológica y didáctica es defendida por varios autores; así, Fente (1988: 59) señala que la enseñanza de una lengua con fines específicos no es un área de conocimiento separada del resto de la enseñanza de la lengua general, sino que es tan solo una parte dentro de la esfera de la didáctica de lenguas; Beaugrande (1989: 6) opina que se trata de un continuum más que de una división; Robinson (1991: 2-5) sugiere que un curso de lengua con fines específicos no debe incluir solo contenidos y terminología especiales, sino que será la selección de textos especializados y otra clase de materiales la que conseguirá que dicho curso sea de fines específicos; para Llobera (2000: 17), no podemos asociar la especificidad profesional con una especificidad puramente léxica; y, por último, como señala Aguirre varios autores consideran que el léxico de contenido (EpFG) y los términos (EpFE) deben tratarse con distintas estrategias didácticas (Vangehuchen, 2000: 97).
Por todo lo anterior, cuando nos planteamos como profesores de EpFE qué contenido léxico debe ser objeto de enseñanza-aprendizaje en el aula, no podemos olvidar que junto a la consecución de una competencia comunicativa específica que mejore las capacidades productiva y receptiva necesarias para desenvolverse en un determinado campo profesional, hemos de facilitar la comunicación general, pues es evidente que el discurso económico, científico, jurídico, etc., no solo se compone de términos técnicos (léxico especializado o tecnoléxico), sino que la proporción de léxico funcional (gramatical) y de contenido nocional-general es elevada.
La autora de este trabajo considera pertinente hacer referencia a estas opiniones puesto que primeramente, se debe tener bien claro el no establecer barreras entre la lengua de especialidad y la lengua común o general ya que la segunda le da entrada a la primera, la lengua de especialidad es parte de la general. El aprendizaje en general, y el de lenguas en particular, responde a un fin general aprender la lengua.
Segundo, ya sea lenguajes de especialidad, lenguajes especializados, lenguajes con fines específicos, lenguajes para fines específicos, lenguas de especialidad o lenguaje especial, todos tienen objetivos comunes: transmitir un conocimiento de un área o sector en específico, sirven como instrumento de comunicación formal y funcional entre especialistas de una misma materia en una determinada materia. Estos lenguajes se caracterizan por utilizar, en términos generales, la gramática de la lengua común.
CONCLUSIONES
Se pueden encontrar disímiles formas de hacer referencia al español con fines específicos: lenguaje profesional, lenguaje científico, lenguaje simbólico, lenguaje técnico, lenguaje sectorial, microlenguaje, lenguaje de especialidad, lengua de especialidad, español para fines específicos entre otras. Hasta hoy, no hay un acuerdo unánime sobre la denominación más idónea para definir estas variedades lingüísticas. Se pudiera llenar una lista lo suficientemente extensa. Lo que si queda claro es que no se debe diferenciar el lenguaje general del especifico, al final lo que se quiere es contribuir al desarrollo del español con fines específicos aportando nuestro granito de arena, y no es que la autora de este trabajo haya escogido decir Español con Fines Específicos, es que si al final todos persiguen el mismo objetivo para que preferir uno o el otro. ¿Creo que esto también nos quedaría claro verdad?
BIBLIOGRAFÍA
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Centro Virtual Cervantes
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12- Robinson, P: 1991, English For Specific Purpose, Oxford. Pergamon Press.
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