¿Sociedad del conocimiento o de la privatización del conocimiento?

Autores: Dr. C. Leonor Pérez Zaballa* Dr. C. Ideleichy Lombillo Rivero** MS. c Reinier Martínez García*** Resumen El presente trabajo se inscribe en el marco de un proyecto de investigación, I+D+i “Perfeccionamiento del proceso de universalización de la universidad en la Provincia La Habana. El objetivo de dicho artículo se centra en reflexionar acerca de las principales tendencias de desarrollo y perspectivas de la educación superior en América Latina en la sociedad del conocimiento, así como de las características específicas que adquiere su construcción en un país como Cuba, que ha realizado ingentes esfuerzos por propiciar el acceso a las nuevas tecnologías de información para desarrollar los procesos sustantivos académicos, investigativos y extensionistas. La idea está en brindar una herramienta útil para analizar, abordar, o simplemente reflexionar sobre los debates conceptuales y políticos en torno a esta problemática. Introducción La sociedad de la Información y la sociedad del conocimiento son dos conceptos que a menudo son utilizados de una manera acrítica. La sociedad de la información hace referencia a la creciente capacidad tecnológica para almacenar cada vez más información y hacerla circular cada vez más rápidamente y con mayor capacidad de difusión. La sociedad del conocimiento se refiere a la apropiación crítica y selectiva de la información protagonizada por ciudadanos que saben como aprovechar la información. Una sociedad de la información es aquella en la que la información y el conocimiento tienen un lugar privilegiado en la sociedad y en la cultura: de esto se desprenden que la creación, distribución y manipulación de la información forman parte estructural de las actividades culturales y económicas. Las sociedades de la información emergen de la implantación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en la cotidianidad de las relaciones sociales, culturales y económicas en el seno de una comunidad, y de forma más amplia, eliminando las barreras del espacio y el tiempo en ellas, facilitando una comunicación ubicua y asíncrona. La eficacia de estas nuevas tecnologías -actuando sobre elementos tan básicos de la persona como son el habla, el recuerdo o el aprendizaje-, modifica en muchos sentidos la forma en la que es posible desarrollar muchas actividades propias de la sociedad moderna. Sin embargo, la información no es lo mismo que el conocimiento. La información se compone de hechos y sucesos, mientras que el conocimiento se define como la interpretación de dichos hechos dentro de un contexto, y posiblemente con alguna finalidad. Para la UNESCO1 el concepto pluralista de sociedades del conocimiento va más allá de la sociedad de la información ya que apunta a transformaciones sociales, culturales y económicas en apoyo al desarrollo sustentable. Los pilares de las sociedades del conocimiento son el acceso a la información para todos, la libertad de expresión y la diversidad lingüística. La noción de sociedad del conocimiento (knowledge society) surgió hacia finales de los años 90 y es empleada particularmente en medios académicos, como alternativa de algunos autores para sociedad de la información. La UNESCO, en particular, ha adoptado el término sociedad del conocimiento, o su variante sociedades del saber, dentro de sus políticas institucionales. Ha desarrollado una reflexión en torno al tema, que busca incorporar una concepción más integral, no en relación únicamente con la dimensión económica. Este concepto es más bien la formulación de una utopía, descrita como una etapa posterior a la era de la información, y a la que se llegaría utilizando tanto los medios tecnológicos, como la instrucción o educación universal y la humanización de las sociedades actuales. (Crovi , D; 2004) La instrucción de las sociedades debería realizarse, enfocándose en las técnicas y criterios para tratar la información disponible con discernimiento y espíritu crítico. El enfoque de la sociedad civil abarca una reflexión más amplia sobre el potencial inherente en la combinación de tecnología y conocimiento. Su objetivo es moldear la visión común de la sociedad del conocimiento con la intención de: • reconocer que el conocimiento es herencia y propiedad de la humanidad y, por lo tanto, un “bien común” que hay que preservar en todos los formatos de medios de comunicación para futuras generaciones, por eso; • niega la privatización y explotación comercial de los comunes del conocimiento, pero alienta a que se comparta como medio para alcanzar el desarrollo sustentable y la innovación social, apoyando la creatividad de las personas, la participación política y el dominio público en todo el mundo. Nuestro país, Cuba, a lo largo de los años ha prestado especial atención al pilar de la Educación desde el triunfo mismo de la Revolución y en años más recientes, con el hecho de extender a todo lo largo y ancho del país un proceso, que en el curso 2002 _ 2003 abrió nuevas posibilidades de estudio y formación a nuestros jóvenes y población en general, que condicionó un cambio importante en la política educacional a nivel nacional: La universalización del conocimiento en la Nueva Universidad Cubana. En contraste con las reclamaciones del rol que debe desempeñar la educación moderna y las ideas que han sido proclamadas por nuestro Comandante en Jefe en función de la descentralización y desconcentración de la Universidad Cubana, es que ha tomado especial relevancia en nuestro país los conceptos de: Municipalización de la Universidad, Sedes Universitarias Municipales etc, unido a las aspiraciones del Sistema Educacional Cubano hacia el logro de una verdadera cultura general e integral, irradiado en la elaboración y puesta en práctica de planes de estudio conforme a esta nueva situación educativa. Lógicamente estas exigencias imponen que el proceso de enseñanza_ aprendizaje esté en constante perfeccionamiento y potencie el espacio para incorporar los adelantos científicos técnicos de la Sociedad actual. Lo antes planteado coincide coherentemente con algunas experiencias y antecedentes de investigaciones desarrollados en torno a la problemática, relacionadas con la introducción de las TIC en los procesos de aprendizaje sistematizados a nivel mundial, procurando identificar las dificultades y síntomas que se presentan al aplicar estos actuales medios al proceso de enseñanza aprendizaje. Al respecto, Sigalés Carles, 2004 en su artículo “Formación universitaria y TIC: nuevos usos y nuevos roles”, expresó: “A pesar del creciente interés de las universidades por la incorporación de las TIC a sus actividades docentes y de las numerosas experiencias iniciadas en los últimos años en el uso educativo de las TIC, sólo una pequeña parte de estas experiencias han cuajado realmente y han logrado transformar, con unos costos razonables, la formación universitaria”. DESARROLLO I. PRINCIPALES TENDENCIAS DE DESARROLLO Y PERSPECTIVAS DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN AMÉRICA LATINA. 1.1 Características de la Universidad Latinoamericana actual. En un mundo como el actual, caracterizado por un cambio incesante e inesperado, y por una creciente globalización, el paradigma clásico de una universidad tradicional y casi inmutable no resulta muy congruente con las nuevas realidades y demandas sociales, y científicas, tanto actuales como futuras, resulta evidente que un instrumento esencial del progreso y el desarrollo es la universidad. En la base de estos cambios tecnológicos que abarcan no sólo las TIC están la digitalización y la microelectrónica, que conducen a ampliar el volumen de información disponible, así como a hacer más rápida y eficaz su transmisión. Algunos autores (Castells, 2000; Miège, 1998 y 2002, Mattelart, 2000 y 2002) destacan el aumento en la mediatización de las relaciones sociales que se produce a partir de las TIC. El cual desde mi perspectiva se manifiesta por lo menos en tres dimensiones: a) Tecnológica, referida a la infraestructura material disponible así como al grado de actualización de dicha infraestructura. b) De conocimiento, vinculada a las habilidades y saberes que deben poseer los individuos para apropiarse adecuadamente de los nuevos medios y de las TIC. c) De participación, que significa que los recursos aportados por las innovaciones tecnológicas puedan emplearse en un contexto democrático, con un marco legal y social adecuado, que permita a los individuos y a las naciones igualdad de oportunidades para expresarse e intervenir en las decisiones de un mundo global. Estas condiciones han llevado a algunos autores a cuestionar la existencia misma de la sociedad de la información y el conocimiento, (SIC). A partir de esta premisa surge la necesidad de identificar argumentos que expliquen un proceso tan complejo. La importancia de poder incorporar el instrumento y proceso de la innovación en su moderna acepción, para realizar cambios sustanciales, integrados y prospectivos en las universidades latinoamericanas, a fin de lograr que éstas adquieran una decisiva trascendencia para la transformación y modernización de sus respectivas sociedades, se ha convertido en una prioridad. Desde este punto de vista el concepto de pertinencia desempeña un papel clave y esencial para transformación y perfeccionamiento de la educación superior en estos países, que no se limite exclusivamente a la tradicional graduación de profesionales y de disciplinas liberales. A este respecto, la Dra. Hebe Vessuri; 1998) investigadora del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, contribuyó en la Comisión de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior en París con un documento donde sostiene que la pertinencia es uno de los factores clave de la educación superior en el siglo XXI, y agrega: “El término pertinencia ha sido utilizado para referirse a la coincidencia entre lo que las instituciones de educación superior hacen y lo que la sociedad espera de ellas. Se refiere especialmente al papel y el lugar de la educación superior en la sociedad, pero también comprende el acceso y la participación, la enseñanza y el aprendizaje, la función de la universidad como centro de investigación, la responsabilidad de la educación superior con otros sectores de la sociedad, el mundo laboral y la función de servicio de la educación superior en la comunidad. No menos importante es la participación de la educación superior en la búsqueda de soluciones a los problemas humanos urgentes, como la población, el medio ambiente, la paz y el entendimiento internacional, así como la democracia y los derechos humanos”. (Vessuri, H; 1998) Lo que a nuestro juicio indica que sin una profunda transformación en la política universitaria de estos países, es imposible hacer frente al fenómeno de masificación de la educación por el que se viene abogando en las últimas décadas. Son, en general, demasiado rígidas, poco diversificadas, y carentes de adecuados canales para la inserción de sus egresados al mundo del trabajo. Tünnermann y Chaui, apuntan que “…la homogeneidad de sus programas no les permite atender la amplia gama de habilidades, intereses y motivaciones de una población estudiantil cada vez más extensa y heterogénea; su excesiva compartimentalización contradice la naturaleza esencialmente interdisciplinaria del conocimiento moderno; su apego a los sistemas formales les impide servir con eficacia los propósitos de la educación permanente” (cit. Casas, M; 2005) Pero en el proceso de superación de las limitaciones anteriores, el conocimiento desempeñará continuamente un papel preponderante, tanto en la reestructuración de la universidad como en la transformación de la sociedad y la ciencia del área. Dada la importancia de tales supuestos, citaremos algunas otras precisiones de Tünnermann y Chaui; 2003): “Una de las características de la sociedad contemporánea es el papel central del conocimiento en los procesos productivos, educativos. De allí la importancia de la universidad como factor fundamental para la transformación y el progreso de las sociedades actuales, sean desarrolladas o subdesarrolladas”. Naturalmente, en cada uno de los casos, las estrategias requeridas tendrán grandes diferencias, y las de mayor complejidad corresponderán principalmente a las sociedades que posean un escaso desarrollo y dispongan todavía de unas instituciones y sistemas educativos de insuficiente consolidación. Por ello, la UNESCO, en su reciente declaración mundial sobre la educación superior, reconoce su importancia estratégica en la sociedad contemporánea y concluye que: “La propia educación superior ha de emprender su transformación y la renovación más radical que jamás haya tenido por delante”. (Casas, M; 2005) De hecho las universidades latinoamericanas en la actualidad se caracterizan por poseer un gran número de universidades y de instituciones de Educación Superior, pero todas ellas con niveles de calidad y organizativos sumamente heterogéneos por lo que enfrentan un reto mayor para esta transformación que exige la sociedad contemporánea. Además, dentro de la clasificación de educación superior, se ubica una enorme variedad de organizaciones para estudios y especializaciones, que generalmente emiten títulos refrendados por los respectivos gobiernos y que, como característica común en todos los países, muestran un gran aislamiento, desconexión y dificultad para posibles transferencias. Pretender, en este breve epígrafe, hacer una evaluación objetiva de la realidad Latinoamérica en la Sociedad de hoy resultaría una empresa poco viable, entre otras cosas porque la dinámica de la universidad de estos países está condicionada por numerosos factores que serán imposibles tratarlos aquí. Sin embargo, podemos señalar algunos retos que la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, que tuvo lugar en París en 1998, indicó que deberían responder las universidades de los siglos XX y XXI, aunque en la mayoría de los casos, todavía hoy día, no encuentran respuestas concretas: la preocupación por la calidad, que requiere la organización de procesos de evaluación y acreditación; la preocupación por la pertinencia del quehacer de las universidades; la urgencia de mejorar sustancialmente los procesos de gestión y administración; y la necesidad de introducir las nuevas tecnologías de información y comunicación. 1.1.1 La realidad educativa latinoamericana ante el desarrollo tecnológico mundial. Sobre la base, del contexto mundial imperante apoyado en estrategias que a nivel internacional ya se complementan; la Educación para la mayoría de los países, ha alcanzado especial significación; como también los retos y posibilidades que a su vez imponen las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones a la enseñanza actual, como parte de la sociedad contemporánea que se construye: La Sociedad del Conocimiento, y que se ha visto reflejado en numerosos Foros y Cumbres Internacionales. Un ejemplo de ello se resalta en los discursos que tuvieron lugar, a propósito del Tercer Congreso Internacional de la Educación en el 2001 se consideró que “el uso de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC) en la educación y la formación, va a extenderse, como ya es el caso en la mayoría de los otros sectores profesionales; que para un aprendizaje digital eficaz serán necesarios más docentes con mayor calificación de la que se requería hasta el momento, lo cual tendrá implicaciones en lo que se refiere a la oferta de capacitación y el apoyo”; (Casas, M; 2005) Uno de los componentes de las transformaciones políticas, económicas y sociales que vive el mundo desde hace unos años, es el resultado de un acelerado desarrollo de la Ciencia y la Técnica. Hoy en día las aplicaciones de las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (NTIC) (e-mail, WWW, grupos electrónicos de trabajo etc.) en distintas áreas de desarrollo, se consideran como factor crucial para el crecimiento de un país en esa “sociedad de información”. Paralelo a esto, la llamada “crisis de la educación” que no es solamente exclusiva de América Latina, pero, sin embargo, en esta región se manifiesta de una forma bastante visible y notoria, ha condicionado que el contexto real, para la mayoría de los países latinoamericanos se caracterice por la falta de una educación adecuada, y es este el contexto bajo el cual se discute la introducción de las NTIC en América Latina. “Nadie cuestiona la necesidad de un esfuerzo enorme para mejorar esta situación. Las preguntas que se plantean son el cómo mejorar el nivel, la eficiencia, la calidad de la educación, y cuál es el rol de las NTIC en este proceso. ¿Si las instituciones de enseñanza en América Latina se encuentran en una situación sumamente crítica, si los alumnos en la escuela no tienen ni un lápiz y en su mayoría salen de la escuela sin saber leer ni escribir bien, y sin el verdadero dominio de las matemáticas, es entonces propio hablar sobre la introducción de las NTIC?” (Herzog, R; 2000) Cualquiera que sea la respuesta a esta pregunta o paradoja, uno de los caminos debe dirigirse a que las universidades y sus docentes realicen investigaciones socialmente útiles y responsables, con pertinencia social y educativa. Sin duda, las NTIC pueden ser usadas con mucho provecho siendo innovadoras en la enseñanza. Tienen un potencial muy grande para mejorar la situación crítica. Pero para no caer en errores que ya conocemos de otras innovaciones tecnológicas y de los resultados de los procesos de ajuste de los últimos veinte años en América Latina, hay que ser muy cuidadosos con el cómo introducir las NTIC y para qué usarlas. Los efectos ya existentes de los ajustes neoliberales en la enseñanza, el creciente proceso de privatización de la educación y la creación de sistemas paralelos de educación, se ven acelerados por la integración de las NTIC. El nivel de la enseñanza en América Latina ya está muy segmentada (Gentili; 2000). Por un lado existen Universidades privadas, bien equipadas y en las cuales el número de docentes en proporción con los estudiantes es adecuado, y en las cuales el costo de enseñanza es bastante alto. Es decir, se trata de Universidades para élites económicas. Por el otro lado existe la vasta mayoría de los alumnos que únicamente pueden estudiar en Universidades públicas, es decir subvencionadas por el estado. Y exactamente en estas Universidades existe una realidad catastrófica de la enseñanza. La tendencia de los gobiernos de forzar a las Universidades a buscar fondos para la modernización educativa que no sean del estado está acelerando esta brecha en el sistema educativo. Una modernización hecha de esta manera está por producir y cementar un doble sistema educativo, con Universidades de buena enseñanza e Internet para gente que pueda pagarlo, y la vasta mayoría sin Internet con una enseñanza pobre, en todo el sentido de la palabra. Gentili; 2000, cit. Roman, H; 2000) Al decir de Roman, H; 2000), la aplicación de las NTIC y sus potenciales muestran por lo menos dos caras. Se pueden usar para promover un mejoramiento de la educación en general para todos y se pueden usar para acelerar los procesos de reestructuración neoliberal de los sistemas de educación los países del área latinoamericana. Los siguientes extractos del “Documento de Política para el cambio y el desarrollo en la Educación Superior” de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia) y la Cultura, publicado en 1998, ofrece una perspectiva de los desafíos contemporáneos con que deben enfrentarse los gobiernos y la enseñanza superior; “…estamos viviendo en una época en la que sin una formación e investigación satisfactorias de nivel superior ningún país puede asegurar un grado de progreso compatible con las necesidades y las expectativas de su sociedad”…”la Educación Superior esta siendo llamada en todas partes a ajustarse y responder mejor a las exigencias de los tiempos, en los que las nuevas oportunidades van acompañadas de nuevos desafíos y conmociones…la educación superior, al igual que otros muchos niveles y formas de educación, se ve obligada a examinar nuevamente, con miras a sus relaciones con la sociedad. Este mismo documento concluye: “Algunas de las tendencias dominantes descritas (aumentos rápidos y constantes de la matrícula, movilidad internacional creciente, elevados índices de gasto e incremento de los costos de la enseñanza superior) ofrecen un punto de partida necesario para establecer nuevas directrices políticas que orientarán la enseñanza superior en el próximo siglo y por otra parte las disciplinas se multiplican a un ritmo vertiginoso y cada vez se utilizan más las telecomunicaciones (en particular, Internet), otros métodos didácticos asistidos por computadora y varias formas “virtuales” de instituciones de enseñanza superior/ terciaria., por tanto las posibilidades de replantear los objetivos resultan más patentes y necesarios a medida que se avecina el nuevo siglo. Los desafíos que depara este exigirán más que nunca las contribuciones excepcionales de la enseñanza superior. “La revolución de la información y de las tecnologías de la comunicación constituye un formidable factor de aceleración de la mutación. Sus repercusiones son ya considerables en múltiples esferas y van a dejar también una huella profunda en nuevos ámbitos, sobre todo en la educación donde tan sólo han comenzado a producirse. La educación superior debe hacer frente a la vez a los retos que suponen las nuevas oportunidades que abren las tecnologías, que mejoran la manera de producir, organizar, difundir y controlar el saber y de acceder al mismo. Deberá garantizarse un acceso equitativo a estas tecnologías en todos los niveles de los sistemas de enseñanza”. (UNESCO; 1995) En fin, los países de América Latina han de percibir lo necesario de la introducción de las TIC a los procesos universitarios, sin embargo las nuevas tecnologías por sí mismas no significan un cambio hacia un mejoramiento de su sistema educativo, tratar de aplicar estas herramientas tecnológicas al trabajo científico, no usándolas como un elemento dentro del proceso de la privatización de la educación, sino demostrando, que es posible realizar educación con el uso de las NTIC sin que esto signifique una mercantilización del proceso educativo tiene que ser lo que hoy en día, constituya una de las metas principales de la organización de la enseñanza en estos países. El compartir y fortalecer el conocimiento global para el desarrollo, puede llevar a un acceso a la información mejor y más equitativa si eliminamos barreras… y facilitamos el acceso a la información que es de dominio público. Un dominio público rico es un elemento esencial para el crecimiento de la sociedad de la información, que crea múltiples beneficios como: un público mejor preparado, nuevos trabajos, innovaciones, oportunidades de negocios y el avance de la ciencia. La información en el dominio público debe ser de fácil acceso para apoyar a la sociedad de la información, y protegerla de cualquier apropiación indebida. Las instituciones públicas como bibliotecas y archivos, museos, colecciones culturales y otros puntos de acceso con base comunitaria deben fortalecerse para promover la conservación de registros documentales y el acceso libre y justo a la información. Es nuestro deseo y compromiso común construir sociedades de la información y la comunicación centradas en la gente, incluyentes y equitativas. Sociedades en donde todos puedan crear, utilizar y compartir libremente la información y el conocimiento, así como acceder a estos, con el fin de que particulares, comunidades y pueblos sean habilitados para mejorar su calidad de vida y llevar a la práctica su pleno potencial. 1.1 Cuba: Contexto tecnológico En Cuba, fue declarado el carácter gratuito y democrático de la educación desde el mismo triunfo de la Revolución, en enero de 1959 a partir del cual el Estado garantiza la escolarización de todos los niños y jóvenes en edad escolar y brinda múltiples facilidades a todas las personas que están en disposición de continuar estudios especializados y superiores. Un importante momento histórico a nivel mundial que repercutió positivamente en nuestro país, lo constituyó la Reforma Universitaria que permitió determinar las tendencias en el desarrollo de la Educación Superior en Cuba en estos años, y mediante la cual, entre otros aspectos, se modificó el régimen de gobierno universitario, se organizó la estructura de las universidades, se crearon nuevas carreras y un sistema de becas universitarias, se estableció además la combinación del estudio con el trabajo, principio básico de la educación cubana que está presente en todos los niveles del Sistema Nacional de Educación. Las propias transformaciones económicas, sociales y culturales emprendidas por la Revolución, condicionaron el papel que debía desempeñar la nueva universidad en la transformación de la sociedad, tanto por su responsabilidad en la formación de profesionales y científicos, como por ser vía para que la ciencia y la tecnología que ella encerraba, se pusiera en función del desarrollo ascendente y sostenible del país. Por estos primeros años surgen y se desarrollan los cursos universitarios para trabajadores, y posteriormente entre los años 1972 y 1976 se crea un número significativo de filiales y sedes universitarias, dependientes de las tres universidades existentes, con el objetivo de extender la educación superior a diferentes regiones del país que se irían convirtiendo posteriormente en centros de educación superior independientes, posibilitando de esta manera con la nueva red de IES resolver el problema de la masividad en el nivel universitario. Hoy las universidades cubanas investigan fundamentalmente para resolver problemas con pertinencia, impacto y consecuencia tecnológica en función de los intereses del desarrollo socioeconómico del país, todo lo cual se manifiesta en el satisfactorio cumplimiento de sus elevados compromisos en los planes de resultados estatales y su generalización. Todo esto ha sido posible porque el país considera el desarrollo científico tanto como un prerrequisito como una consecuencia del desarrollo económico y social, y por una política acertada de potenciar el papel de las universidades en este desarrollo. El modelo cubano de universidad humanística, científica y tecnológica tiene como estrategia clave la flexibilidad organizativa, la innovación pedagógica, la cooperación nacional e internacional y la búsqueda de recursos materiales y financieros por las más diversas vías.(MES; 2003) En la actualidad, se ha llegado a un estadio superior de este concepto, entendiendo la Universalización de la Educación Superior como la extensión de la Universidad y de sus procesos sustantivos a toda la sociedad a través de su presencia en los territorios, permitiendo alcanzar mayores niveles de equidad y de justicia social en la obtención de una elevada cultura integral de los ciudadanos y de una mayor toma de conciencia de la importancia fundamental que este tipo de educación reviste para el desarrollo sociocultural y económico. Este nuevo concepto impone a la universidad cubana nuevas transformaciones que se correspondan con el desarrollo científico técnico alcanzado en la sociedad moderna, lo cual conduce a adaptar estas nuevas tecnologías a las necesidades nacionales y locales, velando por que los sistemas técnicos, educativos, institucionales y de gestión las apoyen y de esta manera darle respuesta a las necesidades del territorio desde el mismo territorio, que constituye además, la comunidad donde se insertan estas sedes universitarias municipales. De esta manera la Universidad en los Municipios no se fragmenta o atomiza sino que se multiplica y enriquece. En este espacio físico que constituyen las sedes municipales o en distintas localidades del territorio, y con un pequeño equipo de trabajo, liderado por profesores universitarios, e integrado además por profesionales en ejercicio y bajo la orientación metodológica de la Universidad madre que asesora y apoya a las distintas sedes, se concibe formar una parte importante de los futuros egresados en sus propios territorios. CONCLUSIONES Posibilitar el acceso a las TIC de cualquier ciudadano e influir de una forma más abarcadora y positiva, a eliminar la brecha digital y la privatización del conocimiento es vital para propiciar la adquisición de una cultura general e integral de los ciudadanos y su desarrollo pleno en la actual sociedad del conocimiento. La educación superior ha de proporcionar nuevos recursos que reclamen el desarrollo de nuevas habilidades para desempeñarse de acuerdo con las exigencias de la sociedad actual. En tal sentido, corresponde a estas formar profesionales competitivos con capacidad de aprender en forma autónoma y de manera permanente, mejorar su calidad de vida y su desempeño laboral utilizando la tecnología apropiada, integrarse a las comunidades científicas en su área de saber, buscar y seleccionar información para aplicarla a la solución de problemas con sentido crítico, innovar procesos, enfrentarse con éxito ante situaciones desconocidas, adaptarse a los acelerados cambios del mundo moderno, utilizar más de un idioma, conocer y valorar otras culturas, entre otros. BIBLIOGRAFÍA • Alfonso, Ileana (s.f) Los medios de enseñanza y el modelo educativo virtual. CEPES. Universidad de la Habana. • Arancibia, Marcelo y Pérez, Héctor (2006) Antecedentes conceptuales, tecnológicos y pedagógicos para la propuesta de un modelo educativo a distancia. Universidad Austral de Chile. Facultad de Filosofía y Humanidades. 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