Inés Esmeralda Hernández Ruiz
Centro Universitario Casandoo
Resumen:
En la presente reflexión, se analiza el aula como un espacio de aprendizaje comunitario, donde maestro y estudiante se complementan a partir del diálogo crítico y democrático, mismo que parte del reconocimiento de su propia ignorancia e inacabamiento. Metodológicamente se delimitó el objeto de reflexión, se determinaron y analizaron las fuentes de información y se redactó el artículo. El fundamento teórico se encuentra principalmente en los aportes de Rendón, Martínez Luna y en las bases pedagógicas, políticas y filosóficas de la Nueva Escuela Mexicana, pues ven en la comunidad a un elemento potenciador de la transformación social.
Palabras clave: Comunidad, Aprendizaje, Diálogo.
Abstrac:
The classroom as a community learning exercise.
In the current study, the classroom is analyzed as a community learning space, where teacher and student complement each other through critical and democratic dialogue, which is based on the recognition of their own ignorance and incompleteness. Methodologically, the object of reflection was delimited, the sources of information were determined and analyzed, and the article was written. The theoretical foundation is found mainly in the contributions of Rendón, Martínez Luna and in the pedagogical, political and philosophical bases of the New Mexican School, since they observe in the community an element that enhances social transformation.
Keywords: Community, Learning, Dialogue.
Introducción
El hombre, para Aristóteles (2017), es un zóon politikón, es decir, un animal político, con esto, hace referencia a la apremiante necesidad del hombre de vivir en comunidad, puesto que, solo en esta desarrolla sus facultades y, como consecuencia, consigue su fin último: la felicidad. Para el profesor, Cruz:
La ciudad o polis, es una de las cosas naturales y el hombre es por naturaleza, un animal político, debido a que su autosuficiencia la encuentra en los otros, como el animal gregario que es; puesto que, de no tener el impulso hacia la comunidad o la polis, no sería más que un Dios o una bestia. Por tanto, el hombre necesita de lacomunidadpara el pleno desarrollo de sus potencialidades y lograr con esto, la consecución de la felicidad, dicho de otro modo, en la polis convergen: naturaleza, política, ética y educación. (E. Cruz, Comunicación personal, 25 de septiembre de 2024).
Siguiendo la tesis aristotélica, es posible adecuar lo expuesto por Martínez (2009) cuando menciona que, como sujetos políticos:
Somos Comunalidad, lo opuesto a la individualidad, somos territorio comunal, no propiedad privada; somos compartencia, no competencia; somos politeísmo, no monoteísmo. Somos intercambio, no negocio; diversidad, no igualdad, aunque a nombre de la igualdad también se nos oprima. Somos interdependientes, no libres. Tenemos autoridades, no monarcas. (p.17).
Y mediante esta afirmación, exige dejar de medirse y compararse con parámetros que vienen de otras latitudes, llámese neoliberalismo, eurocentrismo o colonización cognitiva.
Desarrollo
Vale aclarar que, en la presente reflexión, cuando se habla del aula, no se hace haciendo referencia a lo que históricamente se comprende por ella, es decir, aquel espacio escolar o institucional de cuatro paredes, conformado por pupitres o mesabancos y de profesores y alumnos que asisten regularmente de forma presencial. Un ejemplo de ello es que, a partir de la pandemia por COVID-19, las aulas, como espacios de aprendizaje, se transformaron radicalmente; pasaron a ser espacios interactivos digitales que, si bien presentaron muchas barreras y hasta el día de hoy, algunas resistencias, siguen funcionando como espacios comunitarios de aprendizaje, vale aclarar que, si bien estos espacios no sustituyeron al espacio áulico físico tradicional, resultan ser herramientas poderosas para el aprendizaje en comunidad.
En la actualidad, el aula se puede comprender desde otros parámetros, puesto que, esta se ha convertido en una herramienta digital que complementa la actividad magisterial desde otra dinámicas, un ejemplo de ello es el denominado ‘classroom’, una herramienta de Google que permite gestionar clases on line, crear documentos, compartir información, agendar reuniones, en la cual interactúan directivos, profesores, estudiantes y padres de familia, por medio de contenidos educativos, tareas o evidencias, por lo tanto, facilita la comunicación y permite la retroalimentación de manera interactiva. Para Montemayor:
“Las aulas virtuales deben ser comprendidas no como réplicas del salón de clases tradicional, sino como espacios digitales que facilitan la participación sin estar limitados a los requisitos de las clases presenciales, espacios en donde se encuentran alumnos y profesores con la finalidad de realizar tareas de aprendizaje, en una interacción virtual que permite el desarrollo del proceso educativo”. (s.f., p. 2).
Por su parte, el filósofo argentino, Sztajnszrajber (2018), en un lenguaje que, según el esquema educativo tradicional, cae en lo herético, afirma la muerte del aula, resultado de una permanente crisis educativa, pero vista como una oportunidad que se ha aprovechado y transformado en una herramienta tecnológica de gran envergadura, pues para este filósofo, la crisis significa estar en estado vivencial de transformación y reinvención de nuestros propios postulados. Para Sztajnszrajber, el aula ya no erotiza, es decir, no provoca el deseo, ese deseo que impulsa y que mueve, dicho en otras palabras, el aula ya no incomoda al estudiante, al profesor, ni a la escuela misma. Con esto elabora una analogía del deseo visto desde la óptica de Schopenhauer, es decir, el saber cómo deseo y el deseo como carencia. Carencia que debería provocar y que erotizar.
En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), menciona que la educación “Será de excelencia, entendida como el mejoramiento integral constante que promueve el máximo logro de aprendizaje de los educandos, para el desarrollo de su pensamiento crítico y el fortalecimiento de los lazos entre escuela y comunidad”. (1917, Artículo 3).
Por su parte, Onrubia, menciona que, las comunidades de aprendizaje
Son contextos en los que los alumnos aprenden gracias a su participación e implicación, en colaboración con otros alumnos, con el profesor y con otros adultos, en procesos genuinos de investigación y construcción colectiva de conocimiento sobre cuestiones personal y socialmente relevantes (s.f., p.1).
Es decir, la educación es vista como un proceso intrínsecamente social y el conocimiento como una construcción comunitaria.
De forma paralela, la Ley General de Educación (2018), en su artículo 11, párrafo I, menciona que, es necesario “concebir a la escuela como un centro de aprendizaje comunitario en el que se construyen y convergen saberes, se intercambian valores, normas, culturas y formas de convivencia en la comunidad y en la Nación”, en otros términos, poner a la comunidad al centro del sistema educativo.
De acuerdo a los cuatro elementos fundamentales de la comunalidad que plantea Rendón (2011), a saber: el territorio comunal, el poder político comunal, el trabajo comunal y la fiesta comunal, es necesario reforzar el vínculo entre escuela y comunidad, esto es, hacer del aula y de la institución escolar un espacio comunitario, un ejercicio que rebase los muros escolares y que se enfrente con la realidad histórica concreta de la comunidad, dicho de otro modo, involucrar a la educación y la práctica docente en el trabajo comunal, hacer de la educación un ejercicio democrático, en el que las asambleas escolares ocupen un lugar privilegiado para la toma de decisiones a partir del diálogo crítico, en el que se involucre a todos los actores educativos, directos e indirectos, para el debate, la crítica, la formulación de propuestas y la toma de acuerdos mediante el consenso. Con esto, se exhorta por una educación que procure y defienda la equidad y la inclusión, rebasando a esta última desde su enfoque médico, procurando, en la medida de lo posible, el enfoque sociocultural.
Para el profesor Cruz (2024), hay discursos que niegan el pensamiento vivo de un aula que ha muerto, ya que, al seguir la lógica del filósofo Darío Sztajnszrajber, menciona que, “El aula no es aquel espacio aislado de la esfera política y social, y si el aula ha muerto, la práctica docente y los saberes que ahí se desarrollan también, por tanto, es inevitable pensar en reinventarla y transformarla” (Párr. 9). Por lo que se exhorta a no desvincular a la educación con la esfera de lo político, por mejor decir, con el poder político comunal, desde el ejercicio de la autoridad comunal, el trabajo y la fiesta, es decir, donde la autoridad esté al servicio de los demás, donde la educación se practique como un ente vivo, activo; que se ejercita en la calle, en la palabra, en el trabajo, en la gozona, en la milpa, en la fiesta que es comunalidad.
Para Hernández et al., (2015) y Onrubia (s.f.), en cuanto al ejercicio comunitario, se señala que ha surgido a fin de estudiar problemas del ámbito social dentro de la educación, este en consecuencia de una crisis de identidades colectivas y gran aumento de desigualdades; a causa de ello, se efectúan las aulas comunitarias de aprendizaje, momento en donde todos los alumnos poseen el derecho de recibir los mismos conocimientos mediante los mismos métodos y al mismo tiempo; he aquí, donde las aulas se constituyen como comunidades de aprendizaje, pues se lleva un conocimiento colectivo desde los alumnos hasta la figura docente, dándose primordialmente sobre el dialogo y a la libertad de cada educando para aprender con otros, tener la capacidad de convivir y obtener diversidad de conocimientos de estas comunidades que como se menciona, son generadoras de calidad, es decir, sus procedimientos están establecidos en el educando y el aprendizaje, pero sin anclarse en la individualidad, siempre en comunidad.
La NEM pretende eliminar los comunicados alienados y alienantes del docente, a pesar de que la práctica docente, muchas veces de manera inconsciente, se encarga de reproducir viejas estructuras sociales que abogan más por el opresor que por el oprimido, afectando de esta manera a los estudiantes más desfavorecidos. Estos discursos parten desde un esquema jerárquico vertical, puesto que desestiman las dudas, preguntas y participaciones de los estudiantes. Por tanto, se hace necesario que, partiendo de un diálogo crítico, docente y estudiante asuman un rol activo como sujetos políticos y pedagógicos, a través de la problematización de la realidad y con esto, abonen por la transformación de la misma.
Conclusión
Es necesario enfatizar la importancia de trabajar de acuerdo a la lógica de las aulas como espacios comunitarios de aprendizaje, puesto que, estas fomentan el aprendizaje colaborativo, refuerzan el vínculo entre la escuela y la comunidad y eliminan las barreras que separan al estudiante de su realidad histórica. La educación, por tanto, no es un ejercicio neutral, puesto que esta tiene una carga axiológica y política que fungen como ejes rectores para su puesta en práctica, por eso mismo, el educador es visto como un sujeto político y pedagógico, es decir, un sujeto de transformación social.
Un claro ejemplo de esto es la reciente pronunciación del secretario de Educación Pública de México, al sugerir la transformación de los Consejos Técnicos Escolares (CTE) en comunidades de aprendizaje, al expresar que estas, “No sean un mandato de la autoridad, que les imponga más trabajo burocrático, cuando lo que queremos es que tengan más tiempo para que este tipo de ejercicios, de concursos, de mejores prácticas, se lleven a cabo”. (Delgado, 2024).
No obstante, las comunidades de aprendizaje exigen maestros y estudiantes que, desde la óptica socrática y freireana, reconozcan su ignorancia y su estado de inacabamiento, es decir, que estén dispuestos a aprender del otro y establecer un diálogo crítico, honesto y amoroso.
Referencias
Aristóteles. (2017). Política. Biblioteca Nueva
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos [C.P.]. (1917). Artículo 3. [Título I]. https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/CPEUM.pdf
Cruz Aguilar, E. (2024). El profesor como militante político. Odiseo. Revista Electrónica de Pedagogía. https://odiseo.com.mx/articulos/el-profesor-como-militante-politico/
Facultad Libre. (26 de septiembre de 2018). La Educación [Archivo de video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=35PiXDPb9BI&t=2169s
Hernández-López, CA, Jiménez-Álvarez, T., Araiza-Delgado, IY, & Vega-Cueto, M. (2015). La escuela como una comunidad de aprendizaje. Ra Ximhai, 11 (4), 15-30.
Ley General de Educación (07 de julio de 2024). Artículo 11. [Título II].
Maestro mx. (06 de octubre de 2024). Menos trabajo burocrático, CTE se convertirán en comunidades de aprendizaje Mtro. Mario Delgado SEP. [Archivo de video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=YQ7y6fkCAT0
Montemayor Flores, B. G. (s.f.). El aula virtual como complemento de clase presencial. reporte de experiencia. [Archivo PDF]. http://www.somece2015.unam.mx/anterior/MEMORIA/35.pdf
Onrubia, J. (s.f). Las aulas como Comunidades de aprendizaje. [Archivo PDF] http://hemerotecate.fe.ccoo.es/assets/20040114.pdf
Rendón, J. J. (2011). La Flor Comunal. Explicaciones para interpretar su contenido y comprender la importancia de la vida comunal de los pueblos indios. CNEII – CMPIO – CEEESCI – CSEIIO. https://es.scribd.com/doc/154374595/La-Flor-Comunal
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