Gasto público y educación
en Querétaro durante el porfiriato
La autora expone el desarrollo de la educación
pública en el estado de Querétaro (México)
durante el período porfirista (1876-1911). En relación
al momento histórico anterior, el servicio educativo mejoró
en calidad y se extendió no sólo en la capital del
Estado, sino también en los municipios. La escuela pasó
de manos de los Ayuntamientos de cada municipio a depender directamente
del poder ejecutivo estatal. El optimismo y la euforia del momento
no fue suficiente sin embargo, para impedir que al final del período,
el 80 por ciento de los niños entre 6 y 14 años, no
tuvieran posibilidades de ingresar a la escuela.
Dra. Blanca
Estela Gutiérrez Grageda
Facultad de Filosofía
Universidad Autónoma de Querétaro
Educar en tiempos de Don Porfirio
a
llamada pax porfiriana hizo posible la expansión
cuantitativa y la transformación cualitativa de la instrucción
pública en Querétaro. Más y mejores escuelas
fueron estableciéndose en diversas regiones del estado, gracias
a un sostenido y permanente incremento del presupuesto destinado
a educación primaria.1
Los planes de estudio fueron reformados y los métodos de
enseñanza se modernizaron dejando atrás -particularmente
en lo que a las escuelas de la capital del estado se refiere- los
castigos corporales y la temida ley de la palmeta. El
papel del maestro poco a poco fue revalorado y dejaron de representar
(aunque no de manera absoluta) el repugnante papel de cabos
de escuadra y buscaron convertirse en los sacerdotes
de la enseñanza. La difusión del método
objetivo en la enseñanza, la persuasión y el
estímulo en la relación maestro-alumno, son algunos
de los cambios cualitativos que se registraron en los establecimientos
de instrucción primaria durante el periodo.
Es importante mencionar que durante el periodo de 1876 a 1911 el
Estado asume de hecho y no sólo en la letra, su papel rector
en materia educativa. Esto posibilitó la materialización
de algunos ideales educativos de la época. Sin embargo, y
sin dejar de señalar los avances registrados tanto en la
expansión cuantitativa como en las reformas de los planes
de estudio y métodos de enseñanza, debo mencionar
que éstos estuvieron muy lejos de alcanzar las metas trazadas
en los proyectos. Querétaro continuó siendo una sociedad
cuya población, mayoritariamente analfabeta (alrededor del
80%), no tenía posibilidad alguna de acceder a la instrucción
primaria.
Al restablecerse la República, en 1867, el panorama de la
instrucción pública en Querétaro era por demás
lamentable. Al respecto, la prensa de la época atestiguó:
La enseñanza primaria se encuentra en la municipalidad
[de Querétaro] tan abandonada, que con sólo decir
que no hay un reglamento que la uniforme y que por consiguiente
cada preceptor adopta el que le parece mejor, está dicho
todo.2
El balance hecho escuela por escuela reportó que la Uno de
niños se encontraba en un edificio ruinoso y
que la falta de llaves y puertas ocasionaba absoluta inseguridad,
lo que había facilitado el robo de los objetos del establecimiento.
No hay pizarrón, [
] ni un solo tintero, ni una
pluma, en fin, ni una mesa para el Preceptor. El salón
de la escuela de Santiago, por su parte, se encontraba muy
destruido, con particularidad del piso; las mesas casi todas
rotas e imperaba una completa inseguridad por la falta de
cerraduras en las ventanas; [
] libros, ninguno [
].
La escuela de niños de San Sebastián, al igual que
las anteriores, estaba en un estado de inseguridad absoluta
y el establecimiento había sido desmantelado de todo
útil, ni silla para el Preceptor, no hay pizarrón,
no hay un tintero ni una pluma, ni una muestra de escritura, ni
una pizarra, en fin, una absoluta carencia de todo elemento.
El resto de los establecimientos presentó un panorama análogo.3
Para 1870, Hipólito A. Vieytez, en su calidad de miembro
de la Comisión de Instrucción Pública del Congreso,
advirtió al gobernador que la instrucción se encontraba
tan escandalosamente atrasada, que sin temor de sufrir
una equivocación podía asegurar que el abandono
era tan punible y alarmante, que si continuaba así
por un mes más, desaparecería del todo
la instrucción primaria gratuita en la ciudad. El panorama
era prácticamente igual al descrito tres años atrás:
En los establecimientos no hay útiles suficientes y los
escasos que hay están casi inservibles, no hay uniformidad
de enseñanza, cada Preceptor señala en su programa,
materias diversas, no hay locales adaptados para su objeto, son
estrechos é incómodos [
] el de niñas,
de la Cruz, está desplomándose con grave riesgo de
las educandas. Por último, á los Preceptores [
]
se les adeudan grandes cantidades que es preciso cubrir de preferencia.4
Un año más tarde, el periódico La Palabra
señaló: porque nos da vergüenza no decimos
cómo se hallan las escuelas, principalmente en los distritos
foráneos.5
La situación lamentable de la instrucción primaria
en Querétaro fue expuesta también por José
Díaz Covarrubias, quien en su extensa y completa obra La
Instrucción Pública en México, señaló:
La instrucción primaria en el Estado de Querétaro,
no ha tenido el desarrollo que era de desearse, pues según
los informes ministrados por su Gobierno, no se nota incremento
alguno en estos últimos años ni en la enseñanza
primaria ni en la profesional.6
Con pocos avances, al iniciar el régimen porfirista, en
Querétaro la instrucción estaba bajo la inmediata
inspección del Ejecutivo, pero en el distrito del Centro
depositada en manos de la Junta de Caridad e Instrucción
Pública y en los distritos foráneos en las prefecturas
y subprefecturas respectivas. La Junta y los ayuntamientos eran,
pues, los encargados de difundir y vigilar la instrucción
primaria en la entidad.7
Con relación a su sostenimiento, cada Ayuntamiento asumía
políticas propias. Distritos como los de Amealco, Tolimán
y Jalpan sostenían la instrucción pública primaria
mediante la imposición de una "contribución personal"
y los varones de 18 a 50 años que percibían un salario
diario o jornal de 18 centavos en adelante o que tuvieran un capital
con una utilidad semejante, tenían la obligación de
cubrir el monto del impuesto que iba de "dos á diez
y ocho centavos mensuales".8
Este impuesto comenzó a exigirse desde el primero de enero
de 1878, pero la población no siempre mostró disposición
a cubrirlo, como lo reconoció la misma autoridad de Peñamiller
al señalar que la escasez de fondos para la instrucción
hacía que los planteles del municipio sufrieran graves
necesidades, ya que los recursos disponibles no alcanzaban
para el pago de los preceptores, menos para la compra de útiles.9
Pero no todos los municipios obtenían recursos para la instrucción
mediante los impuestos personales. Otros gravaban la propiedad raíz
o la introducción de mercancías en la región.
Así, excepto en el distrito del Centro donde la Junta de
Caridad e Instrucción Pública destinaba poco más
de diez mil pesos al ramo de instrucción, en el resto de
las municipalidades los recursos destinados eran bastante limitados.
En Amealco, por ejemplo, en 1882 fueron destinados cerca de dos
mil pesos para el ramo de instrucción pública; en
San Juan del Río tres mil trescientos pesos; en Cadereyta
poco más de mil trescientos cincuenta pesos; en Tequisquiapan
seiscientos cincuenta; en Tolimán mil doscientos cuarenta
y en Santa María Peñamiller novecientos setenta pesos.
Ante la escasez de recursos, el gobierno del estado dispuso, en
noviembre de 1883, que las economías de guerra se aplicaran
al ramo de instrucción, hecho que hizo que en algunos lugares,
como en Tolimán, fueran suprimidos los impuestos personales.10
Considerando la necesidad de uniformar la enseñanza centralizando
su dirección, a partir del mes de mayo de 1884 la instrucción
pública "en todas sus partes" quedó, por
ley, bajo la inmediata dirección y vigilancia del Ejecutivo.
Lo anterior explica porqué, en el presupuesto de egresos
del año fiscal de 1884-1885, la partida destinada a instrucción
pública pasó abruptamente de un total de 9,682 a 38,131
pesos. A partir de este año, los presupuestos registraron
puntualmente los apoyos dados por el gobierno del estado a cada
distrito y municipalidad. Esta tendencia centralizadora de la educación
hizo que al finalizar el régimen la mayoría de las
escuelas públicas existentes en la entidad dependieran directamente
del poder Ejecutivo.11
Conforme las finanzas públicas sanearon y el ramo militar
requirió menor cantidad de recursos, el presupuesto destinado
a instrucción fue registrando una tendencia sostenida a la
alza, impactando de manera directa en el número de establecimientos
educativos existentes en la entidad. Mientras que en 1875 había
en el estado 58 escuelas con un presupuesto destinado a instrucción
de 2,1000 pesos,12
una década después, en 1887, el número de establecimientos
escolares se había incrementado a 78 con un presupuesto de
más de treinta mil pesos.13
El crecimiento del número de escuelas continuó y tan
sólo en el año de 1891 se registró un aumento
de 21 planteles.14
Al rendir su informe ante el Congreso local, el gobernador Francisco
González de Cosío dio cuenta de la creación
de ocho nuevos establecimientos en el año de 1900, lo que
daba un total de 165 escuelas oficiales en el estado, que más
las 12 subvencionadas por el gobierno y 78 particulares, daban una
cifra global de 255 escuelas. Así, en poco más de
una década (1887-1901), la entidad tuvo cien nuevos establecimientos
educativos.15
La expansión de los establecimientos de instrucción
pública inyectó un optimismo inusitado en las esferas
oficiales con relación al futuro de la sociedad queretana.
Fue tal la euforia registrada, que surgió la propuesta de
convertir a los panaderos en profesores:
[...] en vez de hacer sus panes, bizcochos, galletas,
roscas, etc., en figura de estribo, alfajor, luna, borrego, mano
ó tantas otras de capricho, le den a cada pieza la forma
de una letra, ya mayúscula, ya minúscula, así
como la de los diez números [...].
Con esta práctica, comenzarán por que aprendan á
conocer las letras todos los empleados de la panadería ó
biscochería; después el criado que va por el pan,
á quien se le encargarán tales o cuales letras, y
luego el niño, que le gustará más en el desayuno
el biscocho L, que el pan O.16
Si bien la propuesta no tuvo el respaldo esperado, las batallas
emprendidas en pro de la educación continuaron. Año
con año, el Ejecutivo destinaba un apartado especial al ramo
educativo en su informe rendido ante el Congreso, en el cual dejaba
puntual registro de los avances registrados en la materia.
El incremento de los establecimientos escolares sembró un
gran optimismo en las esferas oficiales con relación al porvenir
de la entidad, y el gobierno invitó a todos los sectores
a involucrarse de manera directa en las labores educativas de la
sociedad; para ello, ofreció a los hacendados que establecieran
escuelas rurales abonarles su costo descontándolo de las
contribuciones.17
En dicho contexto, al finalizar el siglo XIX, la prensa oficial
anunciaba gustosa que en Querétaro había más
de 500 planteles de instrucción entre liceos, colegios, seminarios,
institutos, escuelas públicas, normal y particulares, diseminadas
en ciudades, villas, haciendas y rancherías. Sin embargo,
este crecimiento se registró de manera diferenciada en las
diversas regiones del estado. La distribución espacial no
fue equitativa y registró una concentración en el
distrito del Centro. En 1892 se encontraban repartidas de la siguiente
manera: en la capital del estado estaban concentradas 29.26% del
total; en San Juan del Río 12.18%; las escuelas de Amealco
sólo representaban 4.88%, mientras que las de Cadereyta 23.17%,
las de Jalpan 15.86% y las de Tolimán 14.64%.18
El incremento del número de alumnos asistentes a las escuelas
estuvo sesgado a favor del sector masculino. De hecho, años
antes de iniciar el régimen porfirista, las estadísticas
registran un porcentaje significativamente mayor de niños
que de niñas asistentes a los establecimientos escolares.
En 1874, por ejemplo, a las escuelas municipales existentes en la
entidad asistían 2,289 niños, contra 644 niñas.19
La marcada disparidad entre la asistencia masculina y femenina en
las escuelas públicas se mantuvo constante durante todo el
régimen. Para 1892, el 30% de la población escolar
estaba conformado por niñas.20
ASISTENCIA POR SEXO A LAS ESCUELAS DEL ESTADO.
ENERO DE 1885.
|
DISTRITO |
VARONES |
NIÑAS |
TOTAL |
Centro |
1,165 |
714 |
1,879 |
San Juan del Río |
408 |
117 |
525 |
Jalpan |
277 |
---- |
277 |
Amealco |
169 |
53 |
222 |
Tolimán |
463 |
162 |
625 |
Cadereyta |
195 |
153 |
625 |
Total |
2,677 |
1,199 |
3,876 |
Fuente: AHQ, 3ª. Secc.,
1885, exp. 61 |
En las estadísticas del periodo habría que distinguir
entre alumnos matriculados y asistencia real a la escuela. En la
escuela de niños de Hércules, por ejemplo, de 91 matriculadas
en enero de 1882, sólo asistían en promedio 56; en
la escuela de niños de Santa Rosa el número de alumnos
matriculados fue en este mismo año de 59, asistiendo con
regularidad 40. En la municipalidad de Tolimán en 1884 se
matricularon 416 niños y niñas, aunque asistían
en promedio cerca de 265; en la escuela de niños del pueblo
de San Sebastián de Bernal en el libro de matriculados figuran
105 niños inscritos, sin embargo la asistencia diaria no
era mayor de cincuenta, con temporadas en que sólo asistían
veinte. Por su lado, un preceptor de instrucción primaria
de Cadereyta, al rendir el informe sobre el estado de la instrucción
en su escuela, señaló: se omite [
] el
número de faltas de cada alumno por ser muy complicado, y
basta decir que sólo ocurren al establecimiento dos o tres
días de cada semana o una semana en todo un mes.21
Pero no sólo el número de matriculados y el de asistentes
reflejaba importantes disparidades. La regularidad en la asistencia
de los alumnos era también inconstante: en enero de 1887,
por ejemplo, asistieron a clases un total de 2,891 alumnos en todo
el estado, mientras que dos meses después dicho número
ascendió a 3,433.22
Un buen indicativo de la importancia del rubro educativo en la
administración pública, es el análisis del
monto económico destinado a la instrucción pública
durante el periodo. Así, mientras que en 1871 la fuerza militar
absorbía 84,350 pesos del presupuesto de egresos contra 16,822.60
destinado a instrucción pública,23
en 1875 en el estado de Querétaro se destinaba un monto global
de 15,666 pesos para las escuelas primarias públicas. A partir
de 1884, año en que quedó centralizada la instrucción
pública primaria en el Ejecutivo estatal, los presupuestos
destinados a instrucción, con algunos altibajos, inician
una tendencia ascendente: en 1884, incluido el presupuesto destinado
al Colegio Civil, el total de recursos públicos destinados
a instrucción era de 38,131 pesos, en tanto que el de guerra
había descendido a 32,000. Una década después,
las partidas destinadas a instrucción pública daban
un total de 40,726, en tanto que el ramo militar recibía
un total de 38,000 pesos. Al finalizar el régimen, en 1910,
instrucción pública tenía un presupuesto de
74,351, en tanto que para el ramo militar se registraban 50,000
pesos.
GASTO PÚBLICO Y EDUCACIÓN EN QUERÉTARO.
1876-1911
|
AÑO FISCAL |
PRESUPUESTO |
INSTRUCCIÓN |
% |
1876-1877 |
174,610 |
8,757 |
5.01 |
1877-1878 |
167,102 |
8,592 |
5.14 |
1878-1879 |
187,656 |
8,592 |
4.57 |
1879-1880 |
178,688 |
8,772 |
4.90 |
1880-1881 |
162,288 |
7,727 |
4.76 |
1881-1882 |
154,216 |
8,647 |
5.60 |
1882-1883 |
155,341 |
9,502 |
6.12 |
1883-1884 |
162,821 |
9,682 |
5.95 |
1884-1885 |
208,357 |
38,131 |
18.30 |
1885-1886 |
205,677 |
37,135 |
18.05 |
1886-1887 |
208,512 |
34,146 |
16,38 |
1887-1888 |
210,204 |
34,446 |
19.39 |
1888-1889 |
207,990 |
36,486 |
17.54 |
1889-1890 |
210,098 |
38,252 |
18.21 |
1890-1891 |
210,515 |
38,564 |
18.32 |
1891-1892 |
223,968 |
39,644 |
17.70 |
1892-1893 |
224,198 |
40,078 |
17.88 |
1893-1894 |
224,608 |
40,258 |
18.00 |
1894-1895 |
226,297 |
40,726 |
18.00 |
1895-1896 |
228,023 |
41,958 |
18.40 |
1896-1897 |
203,567 |
42,726 |
20.99 |
1897-1898 |
205,277 |
43,318 |
21.10 |
1898-1899 |
215,218 |
49,778 |
23.13 |
1899-1900 |
215,218 |
48,152 |
22.37 |
1900-1901 |
220,855 |
49,432 |
22.38 |
1901-1902 |
231,712 |
52,115 |
22.50 |
1902-1903 |
234,890 |
53,632 |
22.83 |
1903-1904 |
240,064 |
56,233 |
23.42 |
1904-1905 |
241,830 |
57,119 |
23.62 |
1905-1906 |
244,787 |
57,536 |
23.50 |
1906-1907 |
247,269 |
58,461 |
23.64 |
1907-1908 |
279,960 |
70,433 |
25.15 |
1908-1909 |
280,076 |
70,433 |
25.15 |
1909-1910 |
280,076 |
70,433 |
25.15 |
1910-1911 |
294,854 |
74,351 |
25.21 |
Fuente: Cuadro
elaborado con la información registrada en los presupuestos
generales de egresos del estado. 1876 |
El porcentaje de los presupuestos globales de egresos destinado
a instrucción pública, de igual manera, fue cada vez
mayor. Así, mientras que en 1876 el gobierno estatal destinaba
sólo 5% de su presupuesto general a instrucción pública
¾para estas fechas la instrucción primaria era competencia
municipal¾, para 1884, cuando el Ejecutivo absorbió
la responsabilidad de la instrucción primaria, se destinó
18% del presupuesto a instrucción. Para 1896 el porcentaje
había ascendido al 21% y para 1910 representaba el 25%.
DISTRIBUCIÓN DEL
PRESUPUESTO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y PORCENTAJES (I)
|
AÑO FISCAL
|
INSTRUCCIÓN
|
INSPECTOR
|
COLEGIO CIVIL
|
QUERÉTARO
|
SAN JUAN
|
Amealco
|
1884-1885
|
38,131
100% |
960
2.51% |
10,246
26.87% |
8,236
21.60% |
3,420
8.97% |
2,136
5.60% |
1890-1891 |
38,564
100% |
600
1.55% |
11,908
30.88% |
9,184
23.81% |
3,240
8.40% |
1,488
3.86% |
1895-1896 |
41,958
100% |
768
1.83% |
13,506
32.19% |
10,032
23.91% |
3,444
8.21% |
1,680
4.00% |
1900-1901 |
49,432
100% |
960
1.94% |
14,010
28.34% |
12,336
24.95% |
4,374
8.85% |
1,920
3.88% |
1905-1906 |
57,536
100% |
1,248
2.17% |
15,231
26.47% |
12,955
22.52% |
5,052
8.78% |
2,184
3.79% |
1910-1911 |
74,351
100% |
1,656
2.23% |
17,406
23.41% |
17,789
23.92% |
6,444
8.67% |
3,360
4.52% |
Fuente: Leyes
de presupuestos. |
DISTRIBUCIÓN
DEL PRESUPUESTO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y PORCENTAJES (II)
|
AÑO FISCAL
|
CADEREYTA
|
JALPAN
|
TOLIMAN
|
SUBVENCIONES
|
OTROS |
NORMAL
|
1884-1885 |
2,808
7.36% |
1,925
5.05% |
2,096
5.50% |
2,284
5.99% |
4,020
10.54% |
|
1890-1891 |
3,012
7.81% |
2,388
6.19% |
2,712
7.03% |
1,032
2.68% |
3,000
7.78% |
|
1895-1896 |
3,216
7.66% |
2,784
6.63% |
2,760
6.58% |
768
1.83% |
3,000
7.15% |
|
1900-1901 |
3,792
7.67% |
3,360
6.80% |
4,212
8.52% |
300
0.61% |
3,000
6.07% |
1,168
2.36% |
1905-1906 |
4,296
7.47% |
5,016
8.71% |
4,414
7.67% |
300
0.52% |
3,000
5.21% |
3,840
6.67% |
1910-1911 |
5,820
7.83% |
6,960
9.36% |
4,980
6.70% |
300
0.40% |
3,000
4.03% |
6,636
8.92% |
Fuente: Leyes
de presupuestos. |
Si bien las autoridades reconocían ¾ya en pleno contexto
revolucionario¾ que las escuelas existentes no alcanzaban
para atender a una población escolar de cerca de cuarenta
mil niños y que el personal docente, en su mayoría,
no [tenía] la preparación necesaria para desempeñar
el magisterio, se defendían al señalar los sensibles
progresos que en la materia se habían alcanzado al compararla
con épocas anteriores: se puede decir que ha habido
un verdadero progreso aún cuando no se haya llegado y se
esté todavía muy distante del desideratum de la educación.
Tenían razón. Las estadísticas entre el inicio
y el final del régimen reflejan avances considerables; sin
embargo, para 1912 el Estado sólo atendía el 12% de
los niños en edad escolar, en tanto que las escuelas particulares
cubrían el 6%.24
Para este año en Querétaro poco más del 80%
de la población escolar (niños de 6 a 14 años)
no tenía opción para ingresar a algún centro
educativo.25
Notas
1. En la
documentación del periodo se utilizan los términos
instrucción y educación, con
claro predominio del primero. Sin embargo, se insiste ya en la necesidad
de utilizar el término educación, que
remite más a un proceso formativo integral, desplazando la
concepción tradicional de la escuela como simple trasmisora
de conocimientos.
2. La
Sombra de Arteaga. Periódico Oficial del Gobierno del Estado,
Querétaro, (en adelante, La Sombra de Arteaga)
abril 29 de 1869, núm. 114, p. 1.
3. Loc.
cit.
4. La
Sombra de Arteaga, julio 31 de 1870, núm. 1, p. 3.
5. La
Palabra. Periódico Liberal Independiente. Querétaro,
enero 20 de 1871, núm. 2, p. 1.
6. José
Díaz Covarrubias, La instrucción pública
en México. Estado que guardan la instrucción primaria,
la secundaria y la profesional en la República. Progresos
realizados. Mejoras que deben introducirse, México, Impr.
del Gobierno, 1875, p. 125.
7. La Junta
de Caridad e Instrucción Pública empezó a administrar
las escuelas del distrito del Centro a partir octubre de 1875. Véase
Memoria que el C. Secretario del Despacho presentó a la
H. Legislatura del Estado, en cumplimiento del artículo 85
de la Constitución, el 17 de marzo de 1879, Querétaro,
Imp. del Comercio, 1879, p. 5; y La Sombra de Arteaga, enero
16 de 1876, núm. 7, p. 1. Véase también José
Díaz Covarrubias, op. cit., p. 126.
8. En Tolimán,
el impuesto personal para instrucción fue suprimido en 1884,
ya que el ahorro de 8 soldados que fueron dados de baja permitió
canalizar más recursos al rubro educativo. Ver Colección
de Decretos y Leyes del Estado Libre y Soberano de Querétaro
Arteaga, desde marzo de 1877 hasta 31 de diciembre de 1881,
tomo III, Tip. de González y Comp., 1886, pp. 69 y 70 y Archivo
Histórico de Querétaro (en adelante AHQ), 2ª.
secc., 1881, exp. 211; 2ª. secc., 1884, exp. 27.
9. AHQ, 1ª.
secc., 1884, exp. 23, Informe del Ayuntamiento de la municipalidad
de Peñamiller, Santa María de Peñamiller, marzo
16 de 1884.
10. AHQ,
2ª. secc., 1882, exp. 227; 2ª. secc., 1884, exp. 27 y
2ª. secc., 1884, exp. 88.
11. La
Sombra de Arteaga, abril 26 de 1884, núm. 17, p. 66,
y noviembre 14 de 1888, núm. 45, p. 545. Véase la
ley en La Sombra de Arteaga, mayo 3 de 1884, núm.
18, p. 68.
12. José
Díaz Covarrubias, op. cit., pp. 126 y 127. En esta obra el
número de escuelas municipales registradas para 1875 fue
de 57, con un gasto anual de $15,180.00.
13. Archivo
General de la Nación (AGN), Ramo Instrucción Pública
y Bellas Artes, caja 271, exp. 19, Congreso Nacional de Instrucción
Pública, 1889. En 1888, el número de establecimientos
reportado fue 71. Véase Informe presentado por la Secretaría
del Gobierno á la H. Legislatura del Estado, en cumplimiento
de la fracción XIII del artículo 86 de la Constitución
del mismo, Querétaro, Imp. de Luciano Frías y
Soto, 1888, p. 9.
14. La
Sombra de Arteaga, mayo 8 de 1892, núm. 16, p. 243.
15. "Discurso
del Ciudadano Gobernador", en La Sombra de Arteaga,
septiembre 30 de 1900, núm. 33, p. 201; y febrero 19 de 1902,
núm. 7, p. 77.
16. El
ejemplar del periódico donde apareció la propuesta
fue repartido gratis a los panaderos de la entidad, acogiendo la
idea sólo la "Panadería de las Damas". Véase
La Sombra de Arteaga, mayo 12 de 1879, núm. 19, p.
168, y mayo 20 de 1879, núm. 20, p. 185.
17. Moisés
González Navarro, op. cit., p. 595.
18. La
Sombra de Arteaga, octubre 12 de 1892, núm. 38, p. 547.
19. José
Díaz Covarrubias, op. cit., p. 126.
20.
La Sombra de Arteaga, septiembre 12 de 1879, núm. 36,
p. 295. En su informe de gobierno de 1880, Antonio Gayón
reportó una asistencia de 7,451 alumnos en los establecimientos
sostenidos por el gobierno en todo el estado. Dicha cantidad nos
parece exagerada tomando en cuenta la poca inversión en el
rubro educativo durante los primeros años del régimen
porfirista en la entidad. Véase La Sombra de Arteaga,
marzo 21 de 1880, núm. 12, p. 106 y agosto 13 de 1892, núm.
27, p. 378.
21. Véase
AHQ, 1ª. secc., 1884, exp. 23, Informe rendido por el Prefecto
del distrito de Cadereyta, marzo 22 de 1884; 3ª. secc., 1884,
exp. 35, de Rosalío Balvanera al secretario del Despacho,
Querétaro, enero 31 de 1884; 3ª. secc., 1885, exp. 16,
Acta fechada el 24 de octubre de 1884. La Sombra de Arteaga,
agosto 23 de 1884, núm. 34, p. 134 y agosto 13 de 1892, núm.
27, p. 377.
22. Véase
los cuadros estadísticos por distrito en AHQ, 3ª. secc.,
1882, exp. 1 y 1887, exp. 105.
23. La
Palabra, enero 20 de 1871, núm. 2, p. 1.
24.
Informe presentado por el Sr. Farmacéutico Alejo Altamirano,
delegado por el estado de Querétaro al Tercer Congreso Nacional
de Educación Primaria, Querétaro, Tip. de Miguel
M. Lámbarri, 1912, pp. 11 y 12.
25. Informe
presentado por el Sr. Ingeniero Luis M. Vega, delegado por el estado
de Querétaro al Cuarto Congreso Nacional de Educación
Primaria, Querétaro, Tip. Moderna, 1913, p. 7.
Odiseo, revista electrónica
de pedagogía. Año 1, núm. 2. 15 de
enero de 2004.
http://www.odiseo.com.mx/2004/01/02gutierrez_gasto.htm (ISSN
1870-1477).
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