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Pedro Zamora Briseño
6 de mayo de 2014
- Es uno de los ocho maestros de la Universidad de Colima en huelga de hambre
- Demandan transparencia en los fondos de pensión, respeto a la vida sindical y fin al “terrorismo” laboral del rector
- Luego de una semana en huelga de hambre, sólo tiene la indolecia del rector Hernández Nava
- Intimidan a la hija de uno de los huelguistas
COLIMA, Col. (apro).- Carlos Lezama Cervantes, uno de los ocho catedráticos universitarios en huelga de hambre frente al Palacio de Gobierno, levantó el ayuno al presentar problemas de salud por lo que tuvo que ser trasladado a un hospital donde se recupera favorablemente.
Profesor investigador de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad de Colima, Lezama Cervantes fue uno de los primeros en declararse en huelga de hambre el pasado martes 29 de abril, en demanda de legalidad y transparencia en el manejo de los recursos del fondo de pensiones, respeto a la vida interna sindical y cese del “terrorismo laboral” por parte de la rectoría.
Luego de una semana, mantienen la huelga sus compañeros: Leonardo Gutiérrez Chávez, José de Jesús Lara Chávez, Javier Herrera Báez, Pedro Vidrio Pulido, Herminio López Ramírez, Jesús Ponce Ochoa y José Miguel Rodríguez Reyes.
Frente al silencio de las autoridades, el Comité de Apoyo a los Universitarios en Huelga de Hambre denunció la “indolencia” del rector, José Eduardo Hernández Nava, y del gobernador, Mario Anguiano Moreno, quienes no se han interesado en tender puentes para iniciar el diálogo y buscar la solución del conflicto.
Y es que después de la reunión sostenida por una comisión de huelguistas con Anguiano Moreno la mañana del 1 de mayo y que éste se comprometió a mediar para encontrar una solución, hasta el momento los trabajadores universitarios no han recibido ninguna señal en ese sentido.
Integrado entre otros por Marisa Mesina, Sergio Elenes, Ricardo Navarro, Salvador González y Leticia Villarreal, el comité entregó hoy una carta en el despacho del gobernador en la que le solicitan una reunión con carácter de urgente para establecer la agenda de las negociaciones para lograr en forma definitiva y permanente el cumplimiento de los acuerdos firmados hace más de un año por el rector para iniciar la transparencia del Fondo Social de Apoyo al Pensionado (Fosap).
“Apelamos a su sensibilidad como universitario y gobernador para solucionar este serio problema”, señaló el comité en su documento a la vez que advirtió:
“El estado de salud (física) y emocional de nuestros compañeros universitarios se deteriora día a día. Familiares, amigos, universitarios y la sociedad de Colima exigen su inmediata intervención para que el rector cumpla con los acuerdos firmados, se detenga el terrorismo laboral en la Universidad de Colima y se reconozca al Comité Ejecutivo Central del sindicato universitario”.
Por otra parte, la dramaturga y escritora Magda Escareño envió una carta al rector Hernández Nava, en la que se sumó a las exigencias de los huelguistas de hambre y le exigió el cumplimiento de los acuerdos firmados hace más de un año para respetar la normatividad del Fosap, así como el cese de 35 violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo, entre otras.
En tanto, por vestir sobre su uniforme una playera con una leyenda a favor de los trabajadores universitarios en el interior del Bachillerato 13, la presidenta de la sociedad de alumnos de ese plantel, Amira Lara Pérez –hija de José de Jesús Lara, uno de los huelguistas de hambre–, recibió una llamada de atención del director, Cirilo Topete, quien trató de presionarla para que se quitara la prenda.
Amira Lara dijo que ella se negó alegando su derecho a la libre expresión, por lo que el directivo realizó algunas llamadas y posteriormente fue a visitarla la vicepresidenta de la Federación de Estudiantes Colimenses (FEC), Alejandra Jiménez, para tratar de convencerla de que no usara esa playera, pero no lo logró.
Finalmente, el presidente de la FEC, Héctor Magaña Lara, le llamó a Amira Lara invitándole a reunirse con él en las oficinas del organismo estudiantil, pero la joven no aceptó porque iba a acompañar a su padre en el plantón.
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