Reflexiones teóricas entorno al proceso histórico de desarrollo de la Universidad y la definición del término valor

Titulo: Reflexiones teóricas entorno al proceso histórico de desarrollo de la Universidad y la definición del término valor
Autores: MSc. Sixto Ramón Toledo Amat. Profesor Instructor
MSc. María Rosa Núñez González. Profesora Auxiliar.
Lic. Yanet Rodríguez López.
Resumen
La universidad es una institución social que tiene la función de preservar, transmitir y desarrollar la cultura de una sociedad. Entendida la cultura como conjunto de ideas y realizaciones de la humanidad, es decir, que contempla tanto lo material como lo espiritual; así como los procedimientos para crearlos, aplicarlos y transmitirlos, obtenidas por el hombre en el proceso de práctica histórico social como institución educativa se encuentra condicionada históricamente, es decir, responde a las exigencias e imperativos de una época determinada. Los educadores son un elemento activo y fundamental del proceso de formación de valores. En su labor diaria es necesario tener presente qué valores se encuentran en formación, pues la apropiación de éstos es un resultado esencialmente educativo. Concepto de valores sobre la base de la relación sujeto- objeto, correlación entre lo material y lo ideal. Los valores funcionan, se hacen realidad, en la medida que son incorporados al funcionamiento de instituciones como el Estado, la escuela, la familia, organizaciones políticas, de masas y sociales.
Son formaciones motivacionales de la personalidad, que orientan e inducen la actividad del hombre, y dentro de la estructura de la personalidad tienen una estrecha relación con los sentimientos, las vivencias afectivas, los ideales, la voluntad, y cuando son afectivos tienen la capacidad de regular la conducta, se manifiestan en el comportamiento.

Palabras claves
Desarrollo de la Universidad, principios de la enseñanza, cultura, definición del término valor.

Reflexiones entorno al proceso histórico de desarrollo de la Universidad
La universidad ha constituido un pilar fundamental en el desarrollo de la sociedad contemporánea. Con la aparición en el mundo occidental la universidad ha ido aumentando de forma progresiva y constante su protagonismo en el progreso de la ciencia, la tecnología y cultura de la humanidad.
En la actual llamada época del conocimiento, ésta cobra su más alto rol en los destinos de los pueblos, ya que en la misma se forman los futuros profesionales y el desarrollo de nuevos conocimientos.
Al triunfar la Revolución en nuestro país existían tres universidades, con posibilidades de ingreso a los que poseían recursos económicos suficientes para costear los estudios.
Durante el proceso revolucionario y cumpliendo lo prometido por Fidel desde la Sierra Maestra, la universidad en Cuba ha consolidado su protagonismo activamente en la sociedad, ofreciendo oportunidades a todos los ciudadanos a cursar estudios superiores, incrementando y diversificando las instituciones, distribuidas a lo largo y ancho de nuestro país, elevando la calidad de la formación de los estudiantes y vinculándose a las necesidades más apremiantes para el desarrollo económico, político y social de la nación; como ha expresado nuestro Comandante en Jefe, Cuba se ha convertido en “capital pedagógica del mundo”, basándose en el profundo desarrollo en el campo de la educación que hemos alcanzado en las últimas cuatro décadas y que es reconocido internacionalmente, incluso hasta por parte de muchos de nuestros enemigos. Este desarrollo abarca todo el sistema educacional desde el preescolar hasta el postgrado.
La universidad es una institución social que tiene la función de preservar, transmitir y desarrollar la cultura de una sociedad. Entendida la cultura como conjunto de ideas y realizaciones de la humanidad, es decir, que contempla tanto lo material como lo espiritual; así como los procedimientos para crearlos, aplicarlos y transmitirlos, obtenidas por el hombre en el proceso de práctica histórico social como institución educativa se encuentra condicionada históricamente, es decir, responde a las exigencias e imperativos de una época determinada.
Se estará proyectando hacia el futuro y cumpliendo su encargo social en la medida en que no se abstraiga de las contingencias histórico sociales en las que se desenvuelve y las enfrente de manera crítica y constructiva, potencie la investigación científica, cree nuevos conocimientos, diseñe y ponga en práctica los programas que redunden en la mejora de las condiciones sociales, y estime siempre que su función es contribuir a la felicidad del hombre.
En 1998 se llevó a cabo en París, convocada por la UNESCO, la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y Acción, en cuyo documento de trabajo se expresaban las características del mundo contemporáneo, identificadas a partir de lo económico, lo cultural, y lo educacional.
Desde el punto de vista económico se plantea que existe un proceso de mundialización de la economía debido a la formación de empresas multinacionales controladoras de los mercados y que traen como consecuencias las pérdidas de empleos y hacen peligrar las economías regionales, generando quiebras, entorpeciendo los crecimientos económicos de las naciones, acentuando el reparto más desigual de los ingresos que provoca una mayor polarización entre ricos y pobres, culturalmente se presenta el fenómeno de la internacionalización de la cultura, como resultado del desarrollo de los medios de comunicación, especialmente de la televisión considerada como el más poderoso instrumento de influencias. A través de la televisión y los demás medios se difunde un producto seudo cultural -cultura de masas- que trata de alejar a los pueblos de sus verdaderas condiciones de existencia y desproveerlos de su identidad, al convocar al pensamiento único esta aldea global.
Desde el punto de vista educacional, la educación superior cubana cumple los principios de la enseñanza y responde al proyecto de sociedad revolucionaria que estamos construyendo, entre ellos se mencionan los siguientes:
• Principio del carácter educativo de la enseñanza: se fundamenta en la ley de la unidad de la instrucción, la educación y el desarrollo de la personalidad.
• Principio del carácter científico de la enseñanza: expresa la necesidad de que en la selección del contenido se incluyan los resultados novedosos de la ciencia y la tecnología
• Principio de la asequibilidad: J. A. Comenio afirmó” enseñe todo conforme a la capacidad, que aumenta con la edad y delante de los estudiantes”, por lo que se ha considerado el aumento gradual de la complejidad en las actividades a desarrollar en coherencia con los diferentes años de la carrera
• Principio de la sistematización de la enseñanza: es necesario que toda actividad del profesor y de los estudiantes sea consecuencia de una planificación y secuenciación lógica, teniendo en consideración las habilidades de la lengua materna y su tránsito en el transcurso de la carrera
• Principio de la vinculación de la teoría con la práctica: no sólo brindar elaboraciones teóricas, sino enfrentarse a la práctica, al saber hacer y al saber cómo hacer, aplicar conocimientos propios de la profesión teniendo en cuenta relaciones interdisciplinarias
• Principio del carácter consciente y activo de los alumnos bajo la guía del profesor: la asimilación consciente de los alumnos y el desarrollo de la actividad cognoscitiva generan motivación.
• Principio de la solidez en la asimilación de los conocimientos, habilidades y hábitos: se debe dirigir el proceso de manera tal que en la mente de los estudiantes perduren los conocimientos
• Principio de la atención a las diferencias individuales: educar a los estudiantes para el colectivo sin perder la atención a las diferencias individuales
El autor ratifica que cada uno de los principios anteriores está presentes de manera permanente a lo largo de todo el proceso de enseñanza aprendizaje y en cada una de las etapas que conforman la Estrategia Pedagógica que se propone.
Otra de las premisas consideradas en el proceso revolucionario cubano en torno a la esfera educacional ha sido la de ofrecer posibilidades a todos los ciudadanos, sin discriminación de ningún tipo, para acceder a la educación superior, estas posibilidades han ido agrandándose progresivamente al aumentar, diversificar y extenderse a todas las provincias del país las instituciones de carácter superior.
Desde esta perspectiva, la implementación de diversas modalidades de estudios, tales como cursos regulares por encuentros para trabajadores, educación a distancia y universalización de la educación superior facilita que no sólo los jóvenes una vez concluido el preuniversitario puedan matricular en la universidad, sino todos aquellos trabajadores o no, que lo deseen en cualquier etapa de la vida.
En las universidades cubanas, no sólo se prepara al individuo en el orden teórico y práctico para desempeñarse en determinada profesión, sino que se ofrece una formación que abarca de manera integral el desarrollo de la personalidad de los estudiantes, caracterizados por su humanismo, vocación revolucionaria, sólidos conocimientos teórico-prácticos y actitudinales, así como el desarrollo de una mentalidad científica.
Cuando se habla de formación integral entendemos aquella cuyas dimensiones son la espiritual (ser), la cognitiva (saber), la socio afectiva (sentir), la técnico-profesional (saber hacer) y la comunicativa (saber expresarse).
La universidad cubana ha buscado una integración entre el saber, el hacer y el ser, atendiendo así al desarrollo pluridemensional de la personalidad. Junto a los conocimientos propios de determinada especialidad y el saber operar con ellos en la praxis, ha prestado atención a la formación humanístico – cultural que le permita a los educandos el cultivo de su espiritualidad, su desarrollo como hombres y prepararse moralmente para el ejercicio de la profesión.
La formación de los profesionales se realiza con un currículo amplio y flexible, es decir, se persigue formar a un profesional de perfil amplio, que pueda asumir diversos campos de acción una vez graduado. El currículo enfatiza en los contenidos básicos de la profesión y permite que el estudiante tenga la opción de elegir asignaturas a partir de sus necesidades, gustos, e intereses.
Un principio que se ha seguido siempre es ofrecer la posibilidad real de educación universitaria para todos, pero educación de calidad. Una calidad que parta desde la concepción misma de la Educación Superior, el diseño y desarrollo de los currículos de las carreras, la preparación de los claustros.
Los centros de Educación Superior se encuentran distribuidos por todas las provincias del territorio nacional, incluyendo el municipio especial de la Isla de la Juventud. En ellos se estudian alrededor de 94 carreras en correspondencia con las demandas del desarrollo económico social y científico del país.
El proceso formativo que se lleva a cabo en los Centros de Educación Superior se realiza mediante un estrecho vínculo con las instituciones de la producción y los servicios y se le ofrece una importancia especial al desarrollo de la investigación científica.
Con el desarrollo sistemático de las universidades y el sistema de enseñanza a todo lo largo del país, da la posibilidad y la necesidad fundamentada de la presente investigación para el fortalecimiento del valor responsabilidad en los estudiantes de la carrera de Ingeniería Industrial de la SUM de Abreus.
Concepciones teóricas e históricas acerca de la formación de valores
Uno de los problemas que más ha inquietado a los pensadores de todos los tiempos, es el concerniente a las relaciones recíprocas entre los hombres, las de ellos con la sociedad y, sobre todo, el nexo que se establece entre los valores individuales y los sociales. Los educadores son un elemento activo y fundamental del proceso de formación de valores. En su labor diaria es necesario tener presente qué valores se encuentran en formación, pues la apropiación de éstos es un resultado esencialmente educativo.
La tarea educativa es una actividad que se ha realizado desde que el ser humano vive en sociedad. Primero tuvo que enfrentarse a los reto de la naturaleza y seguido a la convivencia diaria. La división del trabajo y las funciones sociales estaban fundamentadas en principios biológicos. Como consecuencia existía la división del trabajo por sexo y edad en el seno del colectivo.
Las sociedades primitivas estaban divididas en cuatro grupos por edades:
1. Los niños
2. Los adolescentes
3. Los miembros en la plenitud de vida, es decir, plena capacidad para el trabajo
4. Los de edad madura, estos son los ancianos que ya no tenían la fuerza física necesaria para participar plenamente en la vida de la sociedad
El niño se educaba e instruía en el proceso de su propia actividad vital. Él no se preparaba tanto para la vida sino que directamente se incorporaba a lo que era más asequible para su actividad y junto a los mayores y bajo su dirección se preparaba para el trabajo colectivo en la vida diaria.
Se observa que en esta etapa existía un nivel de laboriosidad alto, la comunidad vivía del trabajo y para el trabajo, se ocupaban por perfeccionar sus instrumentos y técnicas para trabajar.
Con el paso del tiempo aparece la división social del trabajo y surge la propiedad privada lo que propicia el surgimiento de la moral como forma de la conciencia social siendo en la actividad productiva y en las relaciones de producción entre los hombres donde se reflejan y fijan en su conciencia determinadas formas de regulación moral.
Durante la colonización de España en Cuba, la Iglesia jugó un papel imprescindible como dueña del conocimiento y se establece entre otras la enseñanza memorística a la que muchos educadores cubanos se opusieron. Entre ellos podemos citar a Félix Varela quien enseñó a sus alumnos a pensar, a investigar, por lo que fue criticado y repudiado por las clases dominantes de aquella época que no les convenía un pueblo culto. Pasado un tiempo se hizo imprescindible capacitar masivamente a la población a causa del rápido desarrollo de la industria especializada y del cambio que ocurre en las relaciones sociales por lo que fue necesario crear un Sistema Educativo, independientemente del régimen imperante y al cual se le dió la tarea de educar y formar a las nuevas generaciones.
Con el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959, se inician todas las transformaciones sociales, que daban respuestas a los objetivos programáticos del Movimiento 26 de Julio, con un carácter nacional, agrario y antiimperialista; y con la connotación de ser un programa social avanzado con raíces en el proyecto revolucionario de José Martí.
El altruismo, el colectivismo y el compañerismo fueron cualidades morales cultivadas como expresión de una actitud revolucionaria, que se exigía como proceso de concientización de los individuos en su comprometimiento con la obra transformadora, en su disposición para acometer y llevar adelante las diversas tareas, pero que también requería de la transformación del propio individuo.
El deber moral, en su correlación con la responsabilidad individual y colectiva, adquirió un lugar preponderante en la ética de la Revolución.
En estos primeros años, el valor de la solidaridad adquiere una gran significación.
Por otro lado la solidaridad tuvo una gran significación, asumida por los países socialistas, y en especial por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética.
El patriotismo representó diversas exigencias morales para los cubanos, y dentro de ellas defendernos y prepararnos para la defensa, que se ubica como uno de los deberes primeros de la nueva escala de valores sociales, retroalimentado por las tradiciones de luchas patrióticas del pueblo, y por la capacidad de resistencia, probado en la derrota a la invasión mercenaria a Playa Girón.
Otro indicador del progreso moral se aprecia en la concepción y posición antirracistas, íntimamente vinculadas a la dignidad humana, en las nuevas condiciones.
En la década de los 90 en la realidad cubana se evidenció una crisis en la economía, con un impacto en la vida espiritual y en la esfera de valores, en la que se manifestó la lucha entre las tendencias progresistas y reaccionarias en la moral, que no tiene el carácter de crisis de valores en la comprensión fatalista del término, sino como expresión de la necesidad de la victoria de los valores y moral socialista que defendemos.
En tales circunstancias, se profundizó en la necesidad de trabajar intensamente en la formación de valores y cualidades morales en los niños y jóvenes, de afrontar el presente con sus cambios y contradicciones de una forma inteligente, optimista y protagónica, con una cultura general, científica, técnica y laboral, sustentada en la riqueza espiritual interna, dada por un conjunto de valores con un contenido moral y una orientación humanista para preservar la cubanía y la conciencia nacional y dar continuidad a la obra socialista de la Revolución Cubana.
Un repaso a la definición del término valor
La época actual se caracteriza por la globalización neoliberal, hecho que condiciona la agudización de las contradicciones globales que afectan crecientemente la existencia misma del género humano.
Dichas contradicciones implican un crecimiento en todos los órdenes en las naciones industrializadas, a cambio de un atraso mayor en los llamados países del Tercer Mundo.
Los efectos de este orden mundial han favorecido el debilitamiento y/o ruptura de ciertas escalas o jerarquías de valores que fueron aceptadas y consideradas estables por la sociedad hasta este momento. Este fenómeno ha sido reconocido universalmente como “crisis” de valores.
Estos fenómenos ocurridos a escala mundial corroboran lo planteado por la Dra. N. Chacón Arteaga, en su Folleto de ética sobre moral y valores morales en el mundo de hoy.” cuando declara que:
”La moral es un reflejo de las condiciones en que viven los hombres a partir de las condiciones históricas, de las aptitudes y conductas en el transcurso de sus vidas en cuanto a principios, normas, sentimientos, valores y representaciones sobre el bien y el mal.”Dra. N. Chacón Arteaga, (2000).
El autor de la presente investigación asume este criterio dado por la Dra. N. Chacón Arteaga sobre la moral ya que las condiciones históricas sociales y las relaciones que establece el individuo lo van transformando y sembrando en él los sentimientos, convicciones, conductas acordes al momento en que vive.
Vladimir Ilich Lenin decía que todo el trabajo de la educación, enseñanza e instrucción de la juventud debe contribuir a la educación de la moral comunista, la tarea de la educación es la de garantizar el desarrollo de una personalidad positiva en los niños, adolescentes y jóvenes.
Se puede añadir que la educación es un proceso organizado, dirigido y sistemático de formación y desarrollo del hombre mediante la actividad y la comunicación donde se establece la transmisión de los conocimientos y experiencias acumuladas por la humanidad.
En este proceso se produce el desarrollo de capacidades y habilidades y se forman convicciones y hábitos de conducta. Inciden además las manifestaciones de las vivencias afectivas.
Sólo en el desarrollo de la teoría marxista se da una fundamentación dialéctico materialista conciente al fenómeno de la moral.
Para referirse a la formación de valores es necesario partir del concepto de valor moral dado por Turner Martí, L. y colaboradores (1994) cuando expresaron que el valor moral es: “El sistema de representaciones morales, como son los ideales, los principios y las normas que orientan y regulan la conducta de las personas, es decir, que actúan como puntos de referencia constantes en la actitud del sujeto”.
Dra. C. E. Báxter Pérez, (2003), señala que: “…los valores son una compleja formación de la personalidad contenida no sólo en la estructura cognitiva sino fundamentalmente en los profundos procesos de la vida social, cultural y en la concepción del mundo, que existe en la realidad como parte de la conciencia social y en estrecha correspondencia y dependencia del tipo de sociedad en la que los niños, adolescentes y jóvenes interactúan y se forman”
Experiencias adquiridas, tanto en nuestro país como en otros países socialistas, corroboran que la formación de los niños, adolescentes y jóvenes de una conducta estable y el surgimiento, sobre su base, de cualidades de la personalidad, se logra cuando el ejercicio de determinadas formas de conducta se realiza por un motivo positivo, reconocido y sentido por ellos.
La psicología marxista aplica en unidad dialéctica el aspectos cognoscitivo (intelectual) el afectivo (emocional), el comportamiento (conductual). De manera que las normas, valores, y principios de la sociedad son individualizados de forma activa y personal, y encuentran su lugar en la regulación del comportamiento, a través de la personalidad. El sujeto en su integridad asume la experiencia histórico – social de forma individual e irrepetible para convertirse en fuerza reguladora en su comportamiento.
No son, por lo tanto, simples conceptos intelectuales, tienen una vinculación profunda con el área afectiva de la personalidad, por cuanto expresan significaciones personales, implican al área volitiva, porque surgen de una adhesión consciente y afectan el comportamiento, dado su carácter regulador e inductor y su manifestación a través de la conducta del individuo.
Estos, como atributo del ser humano, se adquieren en la actividad práctica cognoscitiva, valorativa y pueden presentarse a través de la comunicación e influencia personal, donde el ejemplo y la identificación juegan un papel decisivo convirtiéndose en orientador y regulador de la conducta.
Se puede agregar que los valores son formaciones complejas y constituyen un sistema ya que guardan una estrecha relación entre ellos con respecto a la personalidad del individuo como los sentimientos, las actitudes, las cualidades, los intereses y las motivaciones personales.
Es por ello que contribuir a la formación y desarrollo integral de la personalidad de los niños, adolescentes y jóvenes no sólo consiste en fomentar sólidos conocimientos incidiendo en el desarrollo de la esfera cognoscitiva de la personalidad sino también influir en el desarrollo de la esfera afectiva.
Por otra parte la Dra. Nancy Chacón Arteaga puntualiza en su tesis “Moralidad histórica, (1996) una premisa para un proyecto de la imagen moral del joven cubano”, que: “…los valores expresan la significación social positiva buena, en contraposición al mal, de un fenómeno (hecho, acto de conducta) en forma de principio, normas o representaciones sobre lo bueno o malo, lo justo, lo digno, que posibilita la valoración, orientación y regulación de la aptitud y conducta de los individuos hacia la reafirmación del proceso moral, crecimiento del humanismo y el perfeccionamiento humano”.
El autor de esta investigación apoya estos preceptos de la Doctora, ya que una vez más demuestra que la moral cambia según el momento histórico en que se desarrolla el individuo y las influencias positivas o negativas que recibe de él.
Los valores constituyen el objeto de estudio de diferentes ciencias tales como, la Filosofía, la Axiología (Teoría de los valores), la Psicología, la Pedagogía y la Sociología.
Es la Axiología la rama del saber filosófico que se encarga de estudiar el conocimiento relacionado con los valores y definir las nociones de lo valioso relacionado con aquellos objetos y fenómenos que tienen una significación socialmente positiva y a su vez regulan la conducta del hombre en cuanto a sus relaciones humanas.
Los clásicos del marxismo hicieron un profundo análisis crítico de todo el sistema de valores de la sociedad capitalista que sirve de fundamento para el reconocimiento de los verdaderos valores de la humanidad.
A partir de estos análisis se comienza a abordar el concepto de valores sobre la base de la relación sujeto- objeto, correlación entre lo material y lo ideal.
Algunos filósofos cubanos han puesto al descubierto sus criterios en cuanto al tema, ejemplo: El Dr. José Ramón Fabelo Corzo, desde el punto de vista filosófico, (1991) señala que los valores expresan las necesidades objetivas de la sociedad y son expresión de las tendencias reales del desarrollo social, como resultado de la necesidad histórica.
Más tarde, este autor lo expone más diferenciado, más amplio, aunque mantiene su esencia objetiva estableciendo tres planos de análisis:
• Plano objetivo
• Plano subjetivo
• Sistema de valores institucionalizado
Los valores funcionan, se hacen realidad, en la medida que son incorporados al funcionamiento de instituciones como el Estado, la escuela, la familia, organizaciones políticas, de masas y sociales.
Son formaciones motivacionales de la personalidad, que orientan e inducen la actividad del hombre, y dentro de la estructura de la personalidad tienen una estrecha relación con los sentimientos, las vivencias afectivas, los ideales, la voluntad, y cuando son afectivos tienen la capacidad de regular la conducta, se manifiestan en el comportamiento.
Ellos tienen carácter bipolar:
a) El valor es todo aquello que es deseable, importante y beneficioso para las personas; que contribuye a desarrollar el nivel de vida personal o de toda la sociedad. Es apreciable y digno porque incide directamente en la calidad de la vida de las personas
b) Puede expresarse también en forma negativa, puede ser un freno para el desarrollo personal o social. Se manifiesta entonces como un antivalor.
También son una parte importante de la vida espiritual e ideológica de la sociedad y del mundo interno de los individuos, los mismos son el producto de la conciencia social e individual y existen en unidad y diferencia con los antivalores son el motor impulsor de la sociedad y están implícitos en la personalidad de cada individuo, manifestándolos de diferentes formas con mayor o menor calidad.
Además, los valores morales existentes son el resultado de las condiciones socioeconómicas y del carácter clasista de cada régimen, en consecuencia reflejan el contenido humano. Estos se educan en el proceso de socialización del hombre.
Conclusiones
1. La importancia de vincular a la familia y la comunidad en estas tareas, darles responsabilidades para que se sientan elementos activos en el fortalecimiento de la educación en valores, es una necesidad actual en la que los valores:
• Constituyen el tipo de motivación que definen la forma en que nos implicamos en los distintos sistemas de relación de lo que somos parte.
• Son una expresión de la realidad viva y actuante de cada uno de los sectores constitutivos de la trama social, así como de los individuos que la integran.
• Es un fenómeno en el que está presente la relación entre lo subjetivo y lo objetivo, lo interno y lo externo que conforman la personalidad del individuo.
• Conforman un sistema dentro de la personalidad, donde sus configuraciones individuales se integran en otra cada vez más compleja, que aumentan el potencial regulador de cada valor concreto.
2. Se hace necesario en este sentido, crear un adecuado sistema de acciones que propicien la formación y desarrollo de la esfera motivacional en sus distintas formas de manifestación con contenidos socialmente valiosos, profundos, sentimientos morales, estéticos, intelectuales y prácticos, entre otros, para formar las nuevas generaciones y a todo el pueblo en la concepción científica del mundo, la del materialismo dialéctico e histórico, desarrollar en toda su plenitud humana, sus capacidades y fomentar elevados sentimientos, convertir los principios políticos, ideológicos y morales en convicciones personales y en valores de la personalidad.
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