Las empresas más contaminantes del planeta, la agencia que diseñó la campaña para lavar la cara a la dictadura militar, los ideólogos del megacanje, el especulador internacional George Soros y fabricantes de armamento, se encuentran entre los auspiciantes de la fundación Leer, una ONG dedicada a promocionar la lectura de los niños, en las escuelas de Hurlingham y
otros distritos.
Leer es fundamental
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Por Jorge Pagés
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La Fundación Leer es una organización no gubernamental que se dedica a incentivar la lectura y promover la alfabetización de niños y jóvenes en el país “generando un impacto duradero y positivo en su desarrollo personal que facilite su inserción plena en la sociedad”
Al menos estos son los objetivos que la Fundación declara perseguir, tal como figuran en la fachada de su página web y de su Boletín para Educadores del bimestre noviembre-diciembre de 2005.
La entidad ofrece sus servicios principalmente a los colegios primarios, en conjunto con los cuales desarrolla alrededor de una decena de programas dedicados a los chicos.
Organiza Jornadas y Maratones de lectura, regala libros, crea rincones de lectura en instituciones educativas o centros comunitarios, promueve la alfabetización en niños y madres jóvenes, promueve el uso de la computación, el software educativo e Internet. Nadie podría negar que se trata de una institución filantrópica.
Pero ¿se trata en verdad de filantropía? ¿Quiénes están detrás de la Fundación Leer?
Dime quién te financia y te diré quién eres
La Fundación Leer de Argentina es la representante en el país de “Reading is Fundamental” (RIF) de los Estados Unidos, con sede en Washington. La versión local de RIF fue fundada en 1997 por Félix de Barrio, quien se inició en las tareas de ayuda escolar mientras se desempeñaba como presidente del grupo Liquid de Argentina, formado alrededor de la empresa estadounidense Liquid Carbonic.
Entre los patrocinantes de Leer se encuentran varias de las empresas más contaminantes del planeta. Tres de ellas, la Dow Chemical (que adoptó en el país la denominación de Dow Química Argentina); Shell y Procter & Gamble, figuran en las listas de las diez peores corporaciones, que anualmente elabora la prestigiosa revista norteamericana Multinational Monitor, honor que comparten con la Coca Cola y Merril Lynch, dos de las auspiciantes de “Reading is Fundamental”, la “casa matriz” de Washington.
Pero no sólo están las empresas más contaminantes en la lista de patrocinadores de la fundación, sino también las agencias de relaciones públicas que se encargan de diseñar campañas y estrategias para mejorarles la imagen, como Burson & Masteller sobre la que hablaremos más adelante. Las estrategias son variadas, e incluyen la “filantropía”.
Los patrocinadores y la contaminación
Dow Chemical, Monsanto, Minera Alumbrera, Shell, Chevron, Tecpetrol, Pan American Energy, Procter & Gamble, son algunas de las empresas que figuran en el listado de patrocinadores de la Fundación Leer, que puede consultarse en su página web: www.leer.org.ar. ¿Qué le parece Doña Rosa si vemos algunos antecedentes de estas empresas que quieren (contaminar) al país, y sobre todo a sus niños?
Dow Chemical
Dow Chemical es uno de los creadores del agente naranja, compuesto sumamente tóxico a base de dioxinas, utilizado como desfoliador en la guerra de Vietnam.
Anticipándose al encargo que poco después le haría el gobierno de los EE.UU., la Dow contrató en 1964 a un dermatólogo de la Universidad de Pensilvania para que hiciera ensayos con dioxina utilizando a reclusos de la Prisión de Holmesburg, de Filadelfia. Los ensayos se realizaron sobre 70 internos y sus ‘avances’ serían usados a gran escala contra la población civil vietnamita.
El agente naranja era una mezcla de 2,4,5-T y 2,4-D, dos herbicidas fabricados y comercializados de manera habitual por la compañía, el primero de ellos de comprobado efecto cancerígeno. A pesar de ser perfectamente consciente de esta cualidad del 2,4,5-T, la Dow utilizó todas sus influencias para seguir manteniéndolo en el mercado el mayor tiempo posible, y logró prolongar su fabricación y venta hasta 1983 en Estados Unidos y hasta 1987 en Nueva Zelandia.
El 2,4-D, con menor cantidad de dioxinas pero también de fuerte toxicidad, se sigue usando de manera creciente a pesar de estar en la lista de sustancias peligrosas. Según un meticuloso informe del departamento de salud de Nueva Jersey, una exposición prolongada al 2,4-D puede provocar irritación severa de la piel, los ojos, nariz y garganta; edema pulmonar; dolor de cabeza; contracciones musculares; nauseas; vómitos; diarrea y pérdida de peso. Puede causar daño al hígado, los riñones y la reproducción.
En los últimos años las fábricas de 2,4-D fueron transferidas de Estados Unidos y Europa hacia los países en desarrollo. En la actualidad, los grandes fabricantes se encuentran en China, Taiwán, México, Brasil, Argentina e Indonesia
Entre 1970 y 1971, la factoría de la Dow en Midland, Michigan, vertió más de 17.000 millones de litros de aguas residuales diariamente al río Brazos y al golfo de México, contaminó la cuenca del río Tittabawasee, y en Canadá fue demandada por contaminar con mercurio el río y el lago St. Clair, el río Detroit y el lago Eric.
En 1971, la empresa continuó sus ensayos con presos esta vez para probar un pesticida tóxico en el organismo humano. El resultado, al parecer satisfactorio, les valió para descubrir un nuevo agente nervioso, el Chlorpyrifos.
Union Carbide, responsable de la tragedia de Bhopal en la India, fue absorbida por la Dow Chemical con posterioridad al accidente. En la medianoche del 2 al 3 de diciembre de 1984, la fábrica de pesticida de Union Carbide en Bhopal sufrió una fuga de 27 toneladas de gases letales que mataron inmediatamente a unas 8.000 personas y envenenaron a miles más. En la actualidad, al menos 150.000 personas padecen problemas de salud graves como cáncer y daños neurológicos, y más de 20.000 se ven obligadas a beber agua con niveles peligrosos de mercurio, tetracloruro de carbono y otros contaminantes orgánicos persistentes y metales pesados.
Activistas de todo el mundo se han movilizado para exigir que Dow Chemical asuma sus responsabilidades por la tragedia pero la empresa se mantiene firme en su negativa. Union Carbide y su ex presidente, Warren Andersen, han sido acusados de homicidio por las muertes de Bhopal, pero se niegan a comparecer ante los tribunales indios.
En Argentina Dow Chemical es una de las responsables junto a Solvay Indupa de la contaminación de la Ría de Bahía Blanca. La ong ecologista Greenpeace tomó muestras de efluentes y sedimentos en el canal colector común empleado por dichas empresas en el polo petroquímico de Bahía Blanca, y las hizo analizar en el laboratorio de la Universidad de Exeter, Inglaterra. Los resultados arrojaron la existencia de una gran variedad de contaminantes orgánicos y altos niveles de metales pesados.
Entre los contaminantes presentes se hallaron mercurio, triclorobencenos, hexaclorobenceno, hidrocarburos aromáticos policíclicos, bifenilo, nonilfenol, cloroformo, diclorobencenos, tetracloroeteno, benceno, alquilbencenos, ésteresftalato y zinc.
¿Cuántos libros habrán recibido a cambio los niños de Bahía Blanca?
Monsanto
Monsanto no le va en zaga a Dow Chemical en materia de contaminación. Fue el creador
del PCB y su principal fabricante. Durante mucho tiempo el centro mundial de la producción de PCB fue la fábrica de Monsanto en los suburbios de St.Louis Este,
Illinois. La ciudad tiene la tasa
más alta de muerte fetal y nacimientos prematuros en todo
el estado, la tercera tasa más
alta de mortalidad infantil, y una de las más altas tasas de asma en todos los EE.UU.
Al igual que Dow Chemical produjo el agente naranja para el ejército de los Estados Unidos, pero el que elaboraba Monsanto tenía concentraciones de dioxina mucho más altas que el de Dow.
También produce el edulcorante artificial aspartamo que según investigadores de la Federal Drugs Administration es un potencial inductor de tumores cerebrales.
Monsanto es líder en la producción de organismos genéticamente modificados (GM) y un especialista en introducirlos clandestinamente burlando las legislaciones de los países en que actúa. La papa GM New Leaf Plus fue detectada en Japón, donde estaba prohibida, en una partida de las papas fritas Pringles elaboradas por Procter & Gamble, otro de los auspiciantes de la fundación Leer.
En Argentina Monsanto introdujo ilegalmente una variedad de maíz RoundUp Ready y en Bolivia, el Foro Boliviano de Medio Ambiente y Desarrollo denunció que entre los componentes de la ayuda alimentaria proporcionada por la Agencia Internacional de Desarrollo de los Estados Unidos (USAID) fue hallado también el Round Up Ready, y otros dos tipos de maíces GM no aprobados, el Star Link y el BTXtra, este último también producido por Monsanto.
En 1986, la multinacional fue condenada a pagar 108 millones de dólares por su responsabilidad en la muerte por leucemia de un empleado en Texas. En 1991 fue multada en un millón de dólares por el Fiscal General de Massachussets, por un escape de 756 mil litros de ácido. Para la misma época tuvo que hacer frente a 39 millones de dólares en Houston, Texas, por depositar elementos químicos peligrosos en fosas no protegidas. En 1995, Monsanto era la quinta empresa de los EE.UU en el Inventario de Residuos Tóxicos, habiendo descargado cerca de 17 mil toneladas de productos contaminantes en el aire, tierra, agua y subsuelo.
Minera Alumbrera
Minera Alumbrera Limited es propiedad del grupo suizo Xstrata, y explota la tercera mina más grande de oro y cobre de América, Bajo de la Alumbrera, ubicada en la provincia de Catamarca.
Pese a que los camiones trabajan las 24 horas de los 365 días del año, las reservas de casi 400 millones de toneladas de oro y cobre de la mina catamarqueña les aseguran trabajo como mínimo hasta 2017.
La provincia de Catamarca percibe apenas un 2% de lo que la empresa declara que extrae de boca de mina. Si un funcionario quiere penetrar esa fortaleza custodiada cuasi militarmente, debe avisar (o pedir permiso) con 48 horas de anticipación. La falta de control hace que la AFIP-Aduana se base en las planillas presentadas por Minera Alumbrera, por lo que el estado paga devoluciones o exenciones por algo que no controla, según denunció en una extensa nota el periodista Sergio Carreras del diario cordobés La Voz del Interior.
Teniendo en cuenta el monto de lo abonado hasta el momento en materia de regalías, se estima que a lo largo de 20 años Alumbrera habrá pagado alrededor de 135 millones de dólares, apenas el 0,00013% de las ganancias previstas para el 2017, que tienen un piso de 15.000 millones de dólares netos.
Minera Alumbrera ni siquiera da trabajo, porque el mineral es extraído por maquinarias, y luego transportado por un mineraloducto de 350 kilómetros de extensión directamente al puerto de Rosario y de allí a países desarrollados donde tiene lugar el procesado final que no se hace en Argentina.
Instalada en una zona de intensa sequía, donde los pobladores para abastecerse de agua deben recurrir al río Belén que permanece seco la mayor parte del año, la Alumbrera utiliza más de 51 millones de litros por día, que obtiene de seis pozos perforados en una reserva acuífera subterránea. Poblaciones en la zona de Belén y Santa María en cambio ya no tendrán acceso al agua potable, porque el mineraloducto traspasó tres napas.
En la localidad de Cruz Alta, en Tucumán, se le extrae el agua al material transportado por el mineraloducto, la cual es tirada al río Salí sin proceso previo. Los peces muertos y el agua de esa cuenca fueron estudiados por Gendarmería Nacional encontrando la presencia de químicos como cobre, cromo y arsénico, y contaminación con material radioactivo. La concentración de cobre por litro de agua encontrada fue 100 veces superior a la tolerable.
El ingeniero en Minas, Héctor Nieva, realizó un estudio que demostró que el dique de cola de Bajo de la Alumbrera presenta filtraciones de aguas ácidas que contaminan a los ríos Vis Vis y Amanao. El agua de la localidad de Los Baños, a 4 kilómetros del dique de cola, registró la duplicación de la presencia de sulfato entre 1999 y 2000.
La provincia de Santiago del Estero denunció a la empresa por la contaminación de Río Hondo. El 30 de mayo de 2002, el Defensor del Pueblo santiagueño, Oscar Beltrán, inspeccionó el río Salí-Dulce, constató la contaminación y pidió que se analice la planta de secado de Minera Alumbrera en Tucumán.
El día 17 de septiembre de 2004 se produjo la rotura del caño que transporta el concentrado de cobre y oro desde la mina. Cuentan los vecinos que el chorro tenía unos 12 metros de altura. El concentrado viajó por la cuenca del río Villa Vil unos dos kilómetros aguas abajo. Los habitantes del pequeño pueblito de Villa Vil, son productores de hortalizas. Toda la vida vivieron de eso y de la ganadería. A partir de hoy, el río por donde les llega la escasa agua de la que disponen les ha quedado contaminado para siempre, con uranio, mercurio, plomo, cobre y arsénico, entre otras cosas.
Las petroleras
En el que se ha dado en denominar “Juicio del Siglo”, el Frente de Defensa de la Amazonia (FDA) trata de lograr que la transnacional estadounidense Chevron asuma la responsabilidad por la destrucción ecológica y de vidas humanas que ha causado en la Amazonia ecuatoriana. La petrolera se niega a reparar los daños por más de seis mil millones de dólares que ha provocado en la Cuenca alta del Amazonas, entre 1971 y 1992.
Según las organizaciones ambientalistas, Chevron es responsable de la deforestación de por lo menos un millón de hectáreas en los bosques pluviales del Ecuador, el derramamiento de alrededor de 17 millones de galones (1 galón = 4 litros) de petróleo crudo; la quema de 235 mil millones de pies cúbicos de gas natural de deshecho y el “vertido intencional” de 19 mil millones de galones de residuos tóxicos sin tratamiento en el ambiente.
En un estudio realizado en la población de San Carlos, en la cual funcionan más de 30 pozos petroleros construidos por Chevron-Texaco, los índices de cáncer detectados superaban hasta 30 veces la media normal. Sobre las mujeres de comunidades cercanas a los pozos y estaciones de petróleo el mismo afirma que “presentaron un riesgo de abortos espontáneos 2.5 veces más alto, es decir, un 150 % más, que las mujeres que viven en comunidades no contaminadas”.
Chevron es el nombre que tomó la antigua Standard Oil de California (SOCAL), de la familia Rockefeller, al fusionarse con Texaco. Uno de los Rockefeller, Steven, forma parte del Consejo Asesor de la Fundación Leer.
Steven es nieto de Nelson Rockefeller, quien a comienzos de la década de los cincuenta ya había señalado la importancia que tendrían en el futuro los recursos naturales de los países tercermundistas, así como la necesidad de asegurarse su control, tesis que luego fue adoptada con puntualidad por el Departamento de Estado norteamericano.
La petrolera Exxon, también de la familia Rockefeller, conjuntamente con su antecesora, la Standard Oil, son responsables de haber liberado en la atmósfera entre el 4,7 y el 5,3 por ciento del total de emisiones de dióxido de carbono del mundo en los últimos 120 años, según un informe de la organización ambientalista Amigos de la Tierra Internacional (FOEI).
Mientras la Exxon acelera el recalentamiento global, Steven recorre el mundo en misiones filantrópicas, que incluyen programas económicos para ayudar a salir de la pobreza a los pueblos del tercer mundo, cuyas riquezas naturales fueron ya hace medio siglo, filantrópicamente codiciadas por su abuelo.
La Exxon Mobil fue la compañía de combustibles que más contribuyó donando fondos a la campañas electorales de George W. Bush (ver)
La Royal Dutch Shell, otra de las patrocinadoras de la fundación Leer, fue condenada en Nigeria a pagar 1.500 millones de dólares a la comunidad indígena Ijaw, que vive en el Delta del Niger, virtualmente arrasado por la petrolera inglesa conjuntamente con la estadounidense Chevron. Según una decisión de la Suprema Corte de los EE.UU., la empresa británica podría ser juzgada además en Estados Unidos por su presunta vinculación con las muertes del escritor Ken Saro-Wiwa y otros ocho activistas nigerianos de la tribu ogoni, ejecutados en 1995 por la dictadura militar de aquel país.
Chevron se enfrenta a un posible juicio, similar al de Shell, pues los Ijaws la acusan de haber prestado helicópteros a la junta militar para la represión de la Fuerza de Voluntarios del Delta del Níger (FVDN) en su guerra civil con la etnia isekeri (colaboradores de las petroleras en el Delta).
Tecpetrol, otra de las compañías auspiciantes de Leer, pertenece al grupo ítalo-argentino Techint. Junto con Pluspetrol (Repsol) y la texana Hunt Oil tiene a su cargo la construcción del gasoducto de Camisea, en Perú, que sufrió cuatro derrames en menos de un año, y podría sufrir un quinto, de acuerdo a un estudio realizado por la consultora estadounidense E-tech International.
Dos explosiones incendiaron el bosque de Yungas, un área en estado crítico de conservación, y hogar del casi extinguido jaguar. La contaminación de las aguas de los ríos Urubamba y Ucayali ha ocasionado la muerte de miles de peces, principal alimento de los lugareños y se han registrado múltiples casos de intoxicaciones, diarreas e infecciones en la piel.
Estos estragos al medio ambiente y a los pobladores no son fruto de la casualidad, sino el resultado de una política constante de las empresas petroleras, que con el visto bueno y complicidad de las autoridades locales, invaden las reservas naturales provocando la devastación del entorno.
En la provincia de Salta, por ejemplo, Pan American Energy -también auspiciante de Leer-, realiza trabajos de prospección y explotación hidrocarburífera en el Área Reservada del Valle de Acambuco, en jurisdicción del Municipio de Aguaray, del departamento San Martín. Pan American Energy es una Unión Transitoria de Empresas formada por Bridges (inglesa), Amoco (norteamericana), Repsol YPF y Bridas (de los Bulgeroni).
Los dirigentes sociales salteños y ex trabajadores de la estatal YPF, Juan Carlos “Gipi” Fernández y José “Pepino” Fernández, denunciaron las secuelas de la contaminación provocada por las petroleras en esa misma provincia, en un área de 150 km. que abarca al departamento de General San Martín y tiene como eje a Tartagal y General Mosconi, en la que viven alrededor de 200.000 habitantes.
Las empresas descargaron durante años y siguen descargando en la tierra cientos de miles de litros de emulsión inversa, un líquido altamente contaminante que se utiliza en los yacimientos del noroeste para perforar más rápido el suelo rocoso. La contaminación de suelo y agua está provocando el lento envenenamiento de los pobladores: diabetes crónica, salmonelosis (fiebre tifoidea), insuficiencias cardíacas y renales, colitis parasitaria y cáncer intestinal son algunas de las enfermedades denunciadas por los trabajadores, que aseguraron que en General Mosconi, el 75% de la población sufre de diabetes.
“Bolland, Halliburton, Tecpetrol, Pluspetrol, Panamerican Energy, CGC, todos ellos saben esto. Repsol también lo sabe y sigue perforando, Petrobrás, Ingenio Ledesma, Chevron-Texaco, British Petroleum… ellos saben que están matando gente” -sostuvo “Pepino” Fernández, en una entrevista realizada por el cineasta “Pino” Solanas para el Movimiento de Recuperación de la Energía “Moreno”.
Otras
Procter & Gamble, al igual que Nestlé y Colgate-Palmolive -auspiciantes estas últimas de Reading Is Fundamental– están acusadas de realizar crueles experimentos con animales en sus laboratorios para probar químicos, cosméticos y alimentos balanceados.
La organización británica por los derechos de los animales Uncaged, acusa a Procter & Gamble de realizar experimentos dolorosos, invasivos y letales en gatos, perros y otros animales. Alergias severas inducidas en cachorros de Husky y gatos muertos en experimentos abdominales invasivos son algunos de los mencionados.
PETA (People for Ethical Treatment of Animals) otra organización protectora de animales con un cuarto de siglo de antigüedad y sede en Virginia, Estados Unidos, logró introducirse en uno de los laboratorios de Iams, empresa adquirida en 1999 por P&G y declara haber encontrado perros que se habían vuelto locos tras un intenso confinamiento en jaulas con barrotes de acero, otros a los que se les habían extirpado las cuerdas vocales y animales languideciendo en sus jaulas, abandonados y sufriendo, sin asistencia veterinaria.
Encabezados por Uncaged, activistas de Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelandia, Australia, Brasil, México, Argentina, Francia, Alemania, Luxemburgo, Italia, Israel y Croacia realizaron un día de boicot a P&G en mayo de 2005, que repetirán este año, el 26 del mismo mes (hacer click sobre la imagen a la derecha para ver volante del boicot con fotos de experimentos en animales.
Nestlé Purina Petcare -antes Ralston Purina, adquirida por Nestlé-, lleva experimentando desde el año 1926 en un complejo llamado Purina Pet Care Center, ubicado en St. Louis, Missouri, donde alojan casi 600 perros y 500 gatos en 13 edificios. Ellos mismos publican los experimentos en periódicos científicos con el objeto de engordar las carreras y currículos de sus investigadores. Entre los que realizan, destacan estudios en los que inducen a fallos renales a perros y otros animales para después intentar curarlos con una dieta baja en proteínas.
Colgate-Palmolive realiza sus pruebas en el Hill’s Pet Nutrition, en Topeka (EEUU). Hace unos años, la Unión Británica contra la Abolición de la Vivisección dio a conocer detalles de un experimento llevado a cabo por la compañía en la Universidad de Columbia en el que se encerraban conejillos de indias en pequeños tubos de plásticos y se les aplicaba una solución fuerte de sulfuro durante cuatro horas al día por espacio de tres días, causando que la piel de los animales se quebrase y sangrase.
Nestlé es uno de los principales patrocinadores de RIF, la casa matriz norteamericana de Leer, junto con la Coca Cola. En el listado del periodo 2003-2004, aunque con contribuciones mucho menores también figura la fundación Weyerhauser Company.
Weyerhaeuser es una transnacional de la madera con sede en Estados Unidos que se dedica al procesado de pasta de celulosa, al igual que las cuestionadas Botnia y Ence que pretenden instalarse en el Uruguay. Pocos saben sin embargo que no son estas últimas las únicas “pasteras” contaminantes que intentan operar en el vecino país. Otras dos multinacionales más ya han desembarcado en su territorio. Una es Stora Enso, de capitales sueco finlandeses, la otra es la estadounidense Weyerhaeuser, que proyecta construir por lo menos cinco plantas de procesado de madera, que estarán ubicadas en los departamentos de Rivera, Tacuarembó y Paysandú.
Si bien apoya a Reading Is Fundamental, Weyerhaeuser no figura entre los patrocinantes de su filial argentina Leer, aunque sí se puede encontrar en esa lista a la embajada de Finlandia. Casualidad o no, ese es el país de donde provienen Botnia y Stora Enso, que desarrollan -y no por casualidad- una actividad sumamente contaminante, por ahora en la orilla de enfrente.
Los pobladores del ayuntamiento San Roque, en el Campo de Gibraltar, España, se quejan de los olores nauseabundos de Voridian, auspiciante también de Leer. Dicen que son penetrantes, que ocasionan malestar, dolor de cabeza, sensación de náuseas, y afectan la calidad de vida de los sanroqueños. Hablan de aumento de las afecciones bronquiales y alergias.
Nada que no conozcan o que no hayan sufrido en carne propia los vecinos de Villa Tesei a manos de Rousselot Argentina, otro de los tutores de la Fundación, bajo cuyo patrocinio se presenta en las escuelas de Hurlingham.
Operación maquillaje
Preocupadas por las denuncias y los boicots organizados por agrupaciones ecologistas y humanitarias, las corporaciones más contaminantes del planeta, reunidas en el “Centro para el Aprendizaje de las Organizaciones” del Massachusets Institute of Technology (MIT), comenzaron a diseñar una estrategia tendiente a mejorar su imagen pública, de la mano de un grupo de agencias de relaciones públicas. La misma incluye desde las acciones filantrópicas y de ayuda humanitaria, hasta la participación en organizaciones “preocupadas” por el medio ambiente, que por supuesto todas ellas siguieron contaminando.
Las multinacionales integrantes de la plataforma empresarial Business Roundtable, uno de los tantos centros de poder desde donde se diseñan las políticas globales, anunciaron la adopción de medidas voluntarias para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, en el marco del proyecto “Climate Resolve” (Solución Climática).
Entre los integrantes de Bussines Roundtable que adoptaron el disfraz ecologista, se encuentran varios de los patrocinadores de la fundación Leer y de RIF, entre ellos Chevron, Coca Cola, Dow Chemical, General Electric, IBM, Morgan Stanley, Pfizer, Pricewaterhouse Cooper y Procter & Gamble.
Dow Chemical y Monsanto forman parte además, aunque usted no lo crea, junto con la Chevrón y la Exxon de los Rockefeller, la Shell y la papelera Weyerhaeuser, del “Centro Mundial para el Medio Ambiente”, sobre el cual el escritor uruguayo Eduardo Galeano ironiza en uno de sus escritos diciendo que debería mejor llamarse “Asociación para el Exterminio del Planeta y sus Alrededores”.
También invierten dinero en organizaciones conservacionistas que se dedican a comprar tierras “ambientalmente comprometidas”, casualmente ricas en fuentes de agua potable o en biodiversidad, dos de los rubros que las multinacionales apuntan a transformar en mercancías valiosas en la economía del nuevo milenio
Una de esas organizaciones conservacionistas es The Nature Conservancy (TNC), quien a pesar de sus propósitos “ecologistas”, no parece tener inconveniente en recibir contribuciones de algunos de los contaminantes amigos de Leer y de RIF como General Electric o Chevron Texaco.
Procter & Gamble integra el directorio de TNC,que es presidido por Henry M. Paulson, Jr, Director de Goldman & Sachs, uno de los bancos más grandes de los Estados Unidos, poseedor de numerosas acciones de la Reserva Federal. The Natural conservancy, ha creado también un Consejo de Líderes de la Conservación, del cual forma parte nada menos que Dow Chemical.
La organización “conservacionista” posee más de 40 millones de hectáreas de tierras en el mundo y además de las contribuciones empresarias recibe también donaciones del gobierno de Estados Unidos. Con similares propósitos “altruistas”, el millonario norteamericano Douglas Tompkins lleva compradas más de 200.000 hectáreas en la Argentina. Tompkins es hoy por hoy uno de los terratenientes más grandes del país, junto con el financista George Soros, quien también auspicia a la Fundación Leer a través del Open Society Institute.
Esta postura “ecologista” de las corporaciones es una fachada que nada tiene que ver con sus verdaderos propósitos. Si hace falta una situación para graficarlo, se la puede encontrar por ejemplo en el enérgico rechazo expresado por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de México a la intención del gobierno de sancionar una ley de Responsabilidad Civil por Daño y Deterioro Ambiental.
Leyes de este tipo existen en Estados Unidos y también en la Unión Europea, es claro entonces que tal como fue denunciado por la filial mexicana de Green Peace, lo que buscan las empresas al rehusarse a aceptar esta normatividad en México es aplicar un “doble estándar” en sus procesos productivos: reglamentación y buena letra en los países centrales, impunidad y contaminación en los periféricos.
El CEE mexicano que se opone a que las empresas se hagan responsables del deterioro ambiental que producen, está integrado por poderosas corporaciones. Entre ellas se encuentran las “ecologistas” Dow Chemical, General Electric e IBM. Y Xerox, que al igual que ellas también patrocina a la Fundación Leer.
Los patrocinadores y la Dictadura
Una de las agencias que tiene larga experiencia en campañas para mejorar la imagen de las empresas que cometen algún desaguisado ambiental es Burson & Masteller(B&M).
Realizó trabajos de este tipo entre otros para Babcok y Wilcox, fabricante del reactor nuclear que provocó el grave accidente de Three Mile Island en la década del 60, para Union Carbide tras el desastre de Bhopal y para la petrolera Exxon luego del hundimiento del Exxon Valdez, en marzo de 1989 en Alaska. También para los fabricantes de PVC y de alimentos transgénicos en Europa.
Pero B&M no sólo se ha especializado en limpiar la imagen de las peores corporaciones, sino también la de gobiernos dictatoriales en diversas partes del mundo, como por ejemplo en Nigeria y Corea del Sur. Y también en Argentina.
En nuestro país Burson & Masteller fue contratada por la dictadura militar del “Proceso” para mejorar su imagen en el exterior, cuando empezaron a arreciar las denuncias por la desaparición forzada de personas. El por entonces Secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger fue quien sugirió a la Junta, en una de sus visitas a la Argentina, que invirtiera 500 mil dólares para contratar a la empresa. “Los argentinos somos Derechos y Humanos” fue la frase “gancho” de una campaña con la que se intentó lavar la cara de quienes estaban cometiendo las más abyectas, aberrantes y sistemáticas violaciones de todos los derechos.
Burson & Masteller, como ya hemos dicho es otro de los patrocinadores de la Fundación Leer.
También lo es la Fundación Acindar, rama benéfica de una empresa cuya imagen aparece fuertemente ligada a la dictadura militar. Los archivos de la Conadep dan cuenta de la fuerte represion que hubo en Acindar durante aquellos oscuros años de nuestra historia.
Hacia mediados de la década del 70, el presidente de Acindar era el tristemente célebre José Alfredo Martínez de Hoz, un hombre formado en la escuela económica de Chicago y fuertemente vinculado con poderosos grupos económicos transnacionales, que renunció a su cargo para asumir como Ministro de Economía del “Proceso”.
La partida de Martínez de Hoz no significó sin embargo una ruptura de la empresa con la filosofía de quien había dirigido sus destinos hasta el momento, ni tampoco de su simpatía por las Fuerzas Armadas, ya que el economista fue reemplazado de inmediato por el General Alcides López Aufranc.
Durante este oscuro periodo de nuestra historia, y favorecida por la ubicación estratégica de uno de sus hombres en la estructura del poder, Acindar tomó créditos en el exterior por más de 600.000 dólares. Su abultada deuda externa sería luego estatizada en 1981 por Domingo Cavallo, cuando estaba al frente del Banco Central, vale decir que comenzamos a pagarla entre todos.
Otra de las “patas” del golpe de 1976 fue la vieja oligarquía agropecuaria, algunos de cuyos exponentes se encuentran también entre los patrocinadores de Leer. Es el caso de la Sociedad Importadora y Exportadora de la Patagonia, fundada por las tradicionales familias Braun y Menéndez, propietarios también de la estancia Anita, luego heredada por los Menéndez Behety.
La estancia Anita fue el escenario de una de las más brutales masacres de trabajadores, relatadas en el libro “La Patagonia Trágica”, de Osvaldo Bayer, conocido en su versión cinematográfica como “La Patagonia Rebelde”.
El hecho ocurrió durante el gobierno de Hipólito Irigoyen, cuando fueron enviadas tropas del ejército para reprimir una huelga de trabajadores rurales en el sur. Antes de que llegaran los soldados, los huelguistas de la Anita ya habían decidido en asamblea su rendición, pero igualmente fueron apresados y confinados en un galpón.
Al día siguiente los pusieron en fila, los estancieros apartaron a los empleados que les convenían e identificaron a los delegados, y éstos fueron obligados a cavar sus fosas y luego fusilados. El periódico anarquista “La Antorcha” calculó por entonces en 250 los trabajadores muertos en el lugar.
Estancia Anita y la Sociedad Importadora y Exportadora de la Patagonia forman parte también de la pléyade de patrocinadores de Leer, conjuntamente con la Fundación del Diario La Nación, vocero histórico del sector agropecuario.
Los patrocinadores y el capital financiero
Martínez de Hoz sentó las bases del capitalismo financiero en la Argentina, modelo económico que generó un fuerte endeudamiento externo, la destrucción del aparato productivo, un brutal aumento en la tasa de desempleo, la precarización del trabajo y la aparición de una clase marginal antes desconocida, de excluidos del sistema.
La dictadura del capital financiero iniciada entonces se prolongó durante la democracia, y alcanzaría su plenitud durante el gobierno de Carlos Saúl Menem.
Al terror militar sucedió el terror económico y sus instrumentos de dominación psicológica. Los argentinos aprendimos a vivir pendientes del “riesgo país”.
El inventor y “dueño” de este siniestro indicador usado para someter voluntades
y domesticar conciencias no fue otro que el JP Morgan Chase, la entidad que también se encargó de llevar a cabo el tristemente célebre “Megacanje” de Domingo Cavallo.
El nivel que alcanzara el “riesgo país” dependía también de otro tenebroso invento: las calificadoras de riesgo como Merril Lynch.
Fue a Merril Lynch a quien el gobierno menemista encargó la tasación de YPF. El banco norteamericano redujo deliberadamente en un 30% las reservas de petróleo disponibles para subestimar el valor de la petrolera estatal antes de su venta. Los operadores financieros que habían comprado a bajo precio las acciones de la empresa obtuvieron fabulosas ganancias gracias al aumento de la cotización en bolsa de las acciones de YPF.
Fue también Merril Lynch quien tasó en 60 millones de dólares las rutas aéreas de Aerolíneas Argentinas cuyo valor real rondaba los 800. Sus aviones Boeing fueron vendidos por el precio simbólico de 1 dólar con 54 centavos.
El JP Morgan Chase es otro de los patrocinadores de la Fundación Leer, y Merril Lynch de RIF, su casa matriz en Washington.
El JP Morgan Chase conjuntamente con el Citigroup, constituyen el verdadero núcleo impulsor del nuevo sistema de dominación global, como veremos un poco más abajo.
No podía faltar entre los patrocinadores de Leer, teniendo en cuenta las características de sus auspiciantes, un especulador internacional de la talla de George Soros, el hombre que en septiembre de 1992 derrumbó el Banco de Inglaterra lanzando un ataque contra la libra esterlina. Este verdadero paradigma de una especulación financiera que jugaba a derrumbar economías, cuyos sacudones descargaban hambre y miseria hacia las orillas del mundo (efecto tequila, etc.), también aporta su granito de arena filantrópico a través del Open Society Institute.
En su página web, la Fundación Leer nos cuenta cuantos niños crecen y se desarrollan bajo la línea de la pobreza, cuántos repiten o dejan la escuela, cuántos argentinos son analfabetos funcionales. Lo que no dice en cambio es quiénes son los responsables del cuadro que describe. Si lo hiciera, seguramente perdería unos cuantos auspiciantes.
Pensamiento nacional
De las instituciones educativas que más inteligencias aportaron al “Think Tank” del proyecto neoliberal, sólo tres figuran entre los auspiciantes de Leer: la Universidad Católica Argentina (UCA); la Universidad de Belgrano (UB) y la exclusivísima Universidad de San Andrés (USA). Más que suficiente.
En la segunda de ellas, la UB, se formó la Directora Ejecutiva de la Fundación Leer, Patricia Mejalelaty, quien luego decidió dedicarse a la problemática de la lectura, cursando su especialización en Reading Is Fundamental de los Estados Unidos, de quien es representante en la actualidad.
Mejalelaty es miembro de International Reading Association y de la Association for Supervision and Development, y en 1997 finalizó un posgrado en Dirección de Empresas en el Centro de Estudios Macroeconómicos Argentino (CEMA).
El ex ministro de economía de Carlos Menem, Roque Fernández, es uno de los integrantes del cuerpo docente del CEMA, al igual que el economista Jorge Ávila, fervoroso partidario de la dolarización, ambos doctorados en la Universidad de Chicago. También enseña allí otro conocido exponente del pensamiento económico liberal como Juan Carlos de Pablo, doctorado en Harvard, y el mediático y algo grotesco politólogo Carlos Escudé, doctorado en Yale.
El rector y el vicerrector del CEMA están también doctorados en la Universidad de Chicago, el secretario académico en la de Kentucky, y la Secretaria General es Master de la Universidad de Carolina del Sur.
Los patrocinadores y la guerra
A la hora de sumar auspiciantes, Reading Is Fundamental, la “casa matriz” de Washington, no parece tener pruritos ni límites éticos. De otro modo sería imposible entender cómo una entidad que dice dedicarse a fomentar la cultura para mejorar el futuro de los niños, acepta entre sus auspiciantes a un fabricante de armas. O tal vez sería más correcto decir a varios.
Durante el año 2004, General Dynamics integró el “Círculo Dorado” de auspiciantes de RIF. La empresa tiene su sede en Falls Church, en el estado de Virginia, controla más de la mitad de los astilleros que construyen barcos para la marina de guerra de los EE.UU., y se encuentra entre los cinco principales proveedores del pentágono. Entre sus “productos” más importantes se encuentran el submarino de propulsión nuclear Virginia, el destructor Aegis, el tanque de guerra digitalizado Abrams M1A2 y el carro de asalto Stryker. También fabrica municiones y armamento de mediano calibre y sistemas de comunicaciones tácticas para el campo de batalla.
General Dynamics -auspiciante de RIF-integra el “selecto grupo” de favorecidos con contratos para la destrucción de Irak, y General Electric y Lucent Technologies – auspiciantes de Leer-, están en cambio entre los elegidos para su reconstrucción. En realidad GE participa de los dos grupos, en el primero de ellos a través de su “Aircraft Divission”.
Estos contratos no son fruto del azar. Es conocida la relación directa de los funcionarios de la administración Bush con poderosos grupos empresarios, entre los que se encuentran varios de los auspiciantes de Leer y de Reading is Fundamental.
George W. Bush en persona, por ejemplo, es accionista de General Electric. Su vicepresidente Dick Cheney tiene contactos empresariales en Procter & Gamble; Collin Powell y Donald Rumsfeld en General Dynamics; el Secretario del Tesoro Paul O’Neill, en Lucent Technologies; y la Secretaria de Agricultura, Ann M. Veneman, en Monsanto.
Un capítulo aparte merece la Consejera de Defensa, Condoleezza Rice, quien hasta antes de asumir formó parte del directorio de Chevron-Texaco, de la cual era además accionista y administradora. La Junta Directiva de Chevron le puso su nombre a uno de los petroleros de 130.000 toneladas de su flota, en gratitud por los servicios prestados.
¿Cuántos niños morirán en Irak, por cada uno que reciba un libro en otra parte del mundo?
Business is business
Es claro que todas estas multinacionales “filantrópicas” y “ecologistas” que auspician a la Fundación Leer, lo hacen sólo porque aman tiernamente a los niños, claro que si el mejoramiento de su imagen les permite hacer de paso algunos buenos negocios esto nunca viene mal. Y para eso siempre han contado con el apoyo de la Embajada y de la Cámara de Comercio de Estados Unidos (AMCHAM), que para no dejarlos solos decidieron integrar también la lista de patrocinadores de Leer.
Aunque se define a sí misma como “una organización independiente sin fines de lucro”, la Cámara de Comercio de Estados Unidos, con tres millones de miembros, es la mayor organización empresarial del país del norte, y un importante aliado de la Casa Blanca en su estrategia de negociar acuerdos comerciales con los países de América Latina, tan beneficiosos para sus asociados como ruinosos para las débiles economías nacionales.
Durante el año pasado presionó al Congreso norteamericano para que se aprobara el Tratado de Libre Comercio con América Central y República Dominicana (TLCAC), y expresó reiteradas veces su apoyo a los que se negocian con Colombia, Perú, Ecuador y Panamá.
Con más de 200 millones de dólares invertidos entre 1998 y 2004 para “aceitar” las relaciones comerciales entre sus miembros y el gobierno norteamericano, la Cámara se ubica cómodamente en el primer puesto del ranking de lobbystas publicado por The Center for Public Integrity. Un poco más abajo, en el tercer lugar, figura General Electric, con más de 90 millones, y otros ocho patrocinadores de Leer y de Reading Is Fundamental están entre los 100 mayores “aportantes”. Estos son: AT&T, J.P.Morgan, Ford Motor, IBM, HSBC, Merril Lynch, Monsanto y Procter & Gamble.
Las compañías sin embargo no suelen entregar sus “aportes” de manera personal y utilizan para ello a distintas agencias. Entre las encargadas de vehiculizar estas generosas “donaciones”, se encuentra otra conocida auspiciante de Leer que ya hemos mencionado: Pricewaterhouse Cooper (PwC), quien tuvo la delicada, aunque a esta altura ya un poco rutinaria tarea de “acercar” al gobierno norteamericano 50 millones de dólares de sus representados. El patriótico gesto la ubica en el decimoquinto lugar, entre los 250 mayores “arrimadores de fondos”.
PwC representa los intereses de la derecha política y económica más rancia de los Estados Unidos.
Los patrocinadores y el poder global
No es extraño que estando el JP Morgan Chase en la lista de patrocinadores de Leer, figuren también en la misma representantes de la vieja oligarquía agropecuaria y de los grupos económicos locales más concentrados surgidos al calor de la rapiña privatizadora, junto a monopolios internacionales de la peor calaña, incluyendo a los que hoy mueven la maquinaria de la guerra. Como buenos socios se dieron ayer la mano para sentar las bases en el país del nuevo orden económico internacional, y hoy se la siguen dando para repartirse los beneficios de esa política que concentró en sus manos la riqueza, como nunca antes, y sumió a las mayorías en el desempleo, la miseria y el hambre.
El JP Morgan Chase, surgido de la fusión del JP Morgan con el Chase Manhattan, de la familia Rockefeller, junto con el Citigroup, también controlado por los Rockefeller, constituyen hoy por hoy el núcleo duro del poder global. A través de los fondos de inversión captaron -y captan- el dinero de millones de ahorristas y lo transformaron -y transforman- en acciones de las multinacionales más poderosas. Estas acciones fueron -y son- luego usadas para aumentar sus votos en las asambleas de accionistas de las corporaciones, y con capital de otros controlan el mundo, como bien señala el colombiano Héctor Mondragón en su trabajo “el núcleo de la globalización”.
Las juntas directiva del JP Morgan Chase y del Citigroup, ofrecen una buena imagen del grupo tejido a su alrededor. Sus integrantes son a la vez directivos de otras poderosas transnacionales como la Exxon-Mobil que llevó a los Rockefeller al liderazgo mundial.
En los asientos del directorio del JP Morgan Chase encontramos directivos de la Exxon, la Boeing, General Dynamics, los laboratorios Pfizer, Merck y Schering, Ford Motor Company, Honeywell International (filial de General Electric), Johnson y Johnson, y The Home Depot.
En los del Citigroup se sientan, entre otros, hombres de United Technologies Corporation (fabricante de helicópteros y material bélico), de las petroleras Halliburton y Chevron, de AT&T, Dow Chemical, Siemens, Bayer, Xerox, Time Warner, Lucent Technologies y PepsiCo.
El grueso de la administración Bush proviene de estos “megagrupos” armados alrededor del JP Morgan Chase y el Citigroup. Son la mano oculta de la globalización, el poder silencioso que desde sus centros de planeamiento estratégico como el Council on Foreing Relations (CFR), la Conferencia Bilderberg o la Trilateral Comission, diseña el nuevo orden económico mundial.
El Rockefeller más emblemático, David, es presidente vitalicio del CFR, fundador y presidente de la Trilateral, y miembro de la Conferencia Bilderberg. También se lo puede encontrar, y no es un dato menor, en los cuerpos directivos de las universidades de Chicago y Harvard.
La Universidad de Chicago, donde se ha formado lo más granado del pensamiento económico neoliberal, responde directamente a los Rockefeller. Fue fundada en 1890 por John D. Rockefeller, el magnate petrolero iniciador de la dinastía y de la fortuna familiar,
quien más tarde se referiría a ella como “la mejor inversión que jamás hice”. La de Harvard es controlada por el actual socio de David, la banca Morgan. De allí han salido las teorías económicas que provocaron el endeudamiento y la destrucción de las economías latinoamericanas.
Este proceso se inició en Argentina con el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, y no es casual que tres años más tarde, David Rockefeller en persona volara en dos ocasiones para indicarle a la junta que no era “conveniente” remover de la jefatura económica a José Alfredo Martínez de Hoz. Tampoco es casual el apoyo que brindaron posteriormente a Cavallo a través de la Americas Society, brazo latinoamericano de las instituciones del poder global como la CFR o la Trilateral. David no faltó a la cita, ni siquiera cuando el polifacético “Mingo” volvió a asumir como Ministro de Economía, esta vez de la Alianza. Tal como describió en su momento Adrián Salbuchi, en su trabajo “El caso Cavallo: el imperio contraataca”, el magnate norteamericano viajó para participar en una reunión de la Americas Society, perfectamente sincronizada, y “aprovechó” para dar su total respaldo al economista de la Fundación Mediterránea.
Una nota de color: en el Consejo Asesor de la Fundación Leer, junto a Steven Rockefeller, se encuentra además un viejo conocido de los televidentes argentinos: el periodista Mariano Grondona.
No me va a decir que se sorprendió.
La voluntad de las corporaciones
Entre los numerosos programas que desarrolla la Fundación Leer en todo el país se encuentra el de Voluntariado Corporativo. Según detalla en su página web, más de 300 voluntarios del Citibank, Western Union, General Electric, la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la República Argentina, DHL Internacional (otro contratista de la guerra de Irak), Dow Química y la Universidad Argentina de la Empresa, han participado en el mismo.
Conociendo las corporaciones de las que proceden esas voluntades, su esfuerzo debería ser retribuido con la vieja pero siempre vigente fórmula de agradecimiento:
“Señores, gracias, pero no necesitamos que nos den una mano; lo que necesitamos es que nos saquen las manos de encima”.
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