Las políticas educativas omiten la perspectiva pedagógica

Las políticas educativas de las recientes dos décadas han colocado en el banquillo de los acusados al maestro, cuando fue la reforma curricular establecida por el Estado en 1997 la que hizo de lado la “mínima formación profesional” al eliminar materias como filosofía de la educación, teoría educativa y didáctica, esta última una de las asignaturas centrales para formar en la enseñanza, expresó Angel Díaz Barriga, especialista en educación superior y ex director del Centro de Estudios sobre la Universidad, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El experto cuestionó que siempre se señale al maestro y no se analice el problema de la profesión docente en un contexto mucho más amplio y abierto. Sobre esto manifestó que en las políticas educativas no sólo hay olvido, sino omisión permanente sobre las perspectivas pedagógicas, que son elemento fundamental en la renovación del trabajo docente.

Explicó que la reforma curricular establecida a finales de los años 90 es “sumamente pragmática” porque se hizo bajo la bandera de “abajo el teoricismo”. De esa manera se eliminaron materias como las antes mencionadas, además de historia de la educación (general y de México), sicología educativa, sicología del aprendizaje, sicología de la infancia y/o adolescencia, entre otras.

Pero también se eliminó didáctica general y didáctica de cada una de las asignaturas. “Es como si se formaran arquitectos sólo con programas de diseño de cómputo o ingenieros con computadoras que hacen cálculos.”

Por otra parte, los salarios de los maestros no sólo son malos, sino tampoco hay condiciones laborales en las escuelas: “No tienen biblioteca, cómputo, lugar particular para trabajar, preparar clases, no tienen material didáctico ni un sitio donde realizar reuniones con sus colegas”, resaltó.

Díaz Barriga cuestionó: “¿Cuándo se ha hecho un taller sobre resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) con docentes?” Dijo que no basta con decir que los alumnos mexicanos están en el lugar 32, ya que mientras no se sepa desde una perspectiva pedagógica qué es lo que significa ocupar ese sitio no se podrá hacer nada.

Por otro lado, expresó que a lo largo de todos estos años las políticas educativas han logrado que el docente pierda la motivación por su trabajo, por lo que manifestó que cuenta con evidencia empírica de que “un docente con alta motivación puede revertir muchos problemas de formación. Un docente sin motivación no realiza su trabajo pedagógico”.

El especialista apuntó que si bien es importante que existan y se den a conocer los indicadores educativos, éstos distan todavía de expresar la realidad. “No sé de dónde obtuvo el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) la idea de que el estándar de escolaridad para ser docente de la escuela primaria era la licenciatura. Hasta 1984 sólo se otorgaba en México el título de profesor de Educación Primaria”, manifestó.

Recordó que fue después de 1984 cuando las normales (prescolar, básica y superior) concedieron títulos de licenciatura.”Es un error garrafal del instrumento definir como escolaridad deseable la licenciatura”, consideró.

El país, añadió, tiene más de 800 mil profesores de primaria y 550 mil de secundaria. Esto representa un reto enorme para crear programas de actualización que realmente funcionen, destacó.


Fuente:
AVILÉS, Karina. “Experto: se juzga al maestro sin contextualizar su situación”. La Jornada. México. 23 de mayo de 2005. http://www.jornada.unam.mx/2005/may05/050523/045n2soc.php (23 de mayo de 2005).


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Un comentario

  1. Estoy de acuerdo con la nota, no se debe culpabilizar al docente por el poco éxito de las enseñanzas. Me llama profundamente la atención la poca predisposición a operar sobre otras variables en las políticas educativas. Escribo desde Argentina, y supongo un contexto similar al sur del Rio Grande, ¿Puede un pueblo sin hábitos de lectura engendrar una escuela exitosa?, ¿Una comunidad cautiva de la televisión es capaz de tener escuelas que cumplan sus objetivos?, ¿Se puede distribuir equitativamente los bienes culturales, sin hacer lo mismo con los económicos?
    Les envío un saludo e invito a visitar mis blogs a los que se accede mediante http://edusanluis.blogspot.com y a dejar vuestros valiosos comentarios
    Alberto

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