Las dos caras de Santa Lucía

Las dos caras de Santa Lucía

Alfredo Macías Narro/041118.

*Imagen cortesía de ‘El Fisgón’ y La Jornada-111018.

Hemos apoyado de manera pública y sin tapujos, la cancelación absoluta e irrestricta del bodrio empresarial texcocano, esa cueva de ladrones de cuello blanco y conciencia negra, eufemísticamente llamada ‘Nuevo Aeropuerto de México’ (NAIM). [1]

MORENA, a iniciativa del presidente electo, llamó a una suerte de consulta pública, con el fin (real o supuesto) de conocer la postura popular respecto del NAIM. El hecho es que la consulta (que no lo fue), era una especie de ejercicio político-ideológico de carácter plebiscitario, cuyo resultado era, por decir lo menos, ampliamente sabido o esperado.

La cara positiva de  Santa Lucía estribó en ofrecer una opción (que no lo es) a la ciudadanía y de alguna manera legitimar públicamente el NO a Texcoco.

La cara opuesta de Santa Lucía es, justamente, el enorme riesgo evidente de caer en la misma trampa que motivó el NO a Texcoco; despojo y acaparamiento de tierras, destrucción ambiental sin control, cambio violento y profundo en la vocación agrícola e hídrica de la zona, generación de especulación sin límite en los terrenos para la construcción de la infraestructura (desde los edificios, pistas de aterrizaje, ampliación de carreteras, estacionamientos, un posible tren o monorriel suburbano que conecte con la Cd. de México, etc.)

La enorme diferencia es que, mientras las obras del NAIM en Texcoco iniciaron (y continúan) de espalda a la ciudadanía, como un suculento botín de ‘inversionistas’ y con la complicidad criminal del gobierno corrupto de Peña Nieto, de inicio la (falsa) opción de Santa Lucía se ha dado a conocer públicamente desde antes de siquiera iniciar los estudios integrales y de gran visión tan pertinentes e indispensables.

Pues bien el hecho es que el ejercicio plebiscitario, que no consulta, resultó a las mil maravillas: Los participantes votaron por NO A TEXCOCO, pero no por un SÍ A SANTA LUCÍA, y eso se configura como una inmensa diferencia.

De una parte, de manera muy inteligente, Andrés Manuel López Obrador inaugura con este acto plebiscitario un estilo diferente de hacer política, informando (insuficientemente lamentablmente) e involucrando al pueblo y, es de suponerse, que continuará con esta línea de conducta gubernamental en lo sucesivo, fundamentalmente en los grandes temas de interés nacional (recuperación de la minería como propiedad de la nación y modificar los artículos 25, 26, 27 y 28 de la carta magna al efecto. Restitución legal de la propiedad ejidal y recuperación de costas y zonas marítimas privatizadas renacionalización de los ferrocarriles <vendidos al extranjero por el corrupto expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León>, recuperación del petróleo <prácticamente regalado por el corrupto régimen de Enrique Peña Nieto> y la materialización del ‘Tren Maya’, entre muchas otras cosas).

Esta forma de confrontar a la gran burguesía y a las voraces transnacionales, se quiera ver o no, es parte de la lucha ideológica de clases. Es paradójico ver al qué grado se invierten los papeles da la lucha tradicional; ahora es la extrema derecha la que convoca a manifestaciones callejeras y al ‘cacerolazo’, tan estridente como absurdo.

La izquierda mexicana, por otra parte, se hace neciamente a un lado y se limita a observar y criticar la actuación del gobierno en ciernes; los sindicatos (de todo el abanico político-ideológico) se han mantenido asimismo en silencio y al margen, (con la excepción de la CNTE y del Magisterio Democrático del SNTE). El pueblo (ahora denominado descafeinadamente ‘ciudadanía’), tras décadas de ‘gobierno’ del PRI-PAN, es decir de subyugación económica, de dominación y manipulación ideológica, de sometimiento y represión de toda laya debe aprender (y rápido) a tomar un nuevo rumbo en la toma de conciencia y la consecuente participación activa en la construcción de canales y medios de acción política, económica y social y no limitarse a la mera participación,  muy valiosa pero a todas luces insuficiente, de la democracia representativa en las urnas (votar).

De otra parte, las principales razones del por qué Santa Lucía no es opción válida para construcción de un aeropuerto civil saltan a la vista. Veamos lo que dicen algunos expertos:

“La opción de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y trasladar las obras a la Base Aérea de Santa Lucia todavía debe repensarse, pues al igual que Texcoco esta zona tiene una vocación hídrica importante, señaló Pedro Moctezuma Barragán, investigador de la Universidad Nacional Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-I).

Especialista en temas de agua y medio ambiente, señaló estar de acuerdo con la decisión del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de detener la obra en la zona de Texcoco, pero dijo que la opción óptima es quedarse sólo con el mejoramiento del actual aeropuerto Benito Juárez de Ciudad de México y la ampliación del ya existente aeródromo de Toluca”.[2]

“Trasladar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) a la Base Aérea de Santa Lucía tendría consecuencias negativas para el medio ambiente y hábitat de aves. Patricia Ramírez Bastida, bióloga especialista de la UNAM, afirmó que el riesgo es que se expropiarán terrenos de cultivo que se encuentran a menos de 600 metros, pero además peligran 114 especies endémicas y migratorias, entre ellas garzas, patos, zambullidores, rapaces, gaviotas y gallaretas.

Pero no sólo eso, su cercanía con la laguna de Zumpango pondría en riesgo las operaciones aéreas por la gran cantidad de aves. En varios meses de trabajo, la investigadora, junto con un equipo de colaboradores, ha registrado más de 260 mil ejemplares que vuelan en la zona”.[3]

“Continuar con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM <Texcoco>) significaría una catástrofe ambiental de enormes dimensiones, que colocaría a la ciudad y su zona conurbada en gran indefensión ante la escasez de agua, un hundimiento acelerado e inundaciones, aseguró Óscar Monroy Hermosillo, profesor distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especialista en temas hidrológicos .El NAIM ni siquiera funcionaría, pues va contra toda lógica ambiental, además que al avanzar en su construcción se generaría una mayor devastación y descontento social de comunidades al ver su impacto y afectación directamente.

“Apenas en mayo pasado el titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos Zepeda, dijo que la base de Santa Lucía es la más importante, estratégicamente, para el Ejército y la Fuerza Aérea.

La base aérea de Santa Lucía es la instalación estratégica y campo de aviación militar más grande e importante del país, que representa el pasado, el presente y sobre todo el futuro de la Fuerza Aérea Mexicana”, enfatizó.

Durante su discurso en la ceremonia por el 35 aniversario luctuoso del ex presidente Miguel Alemán Valdés, el titular de la Sedena dijo;

‘En la base de Santa Lucía se realizan una serie de misiones.

Desde esta base se llevan misiones de adiestramiento, transporte aéreo, auxilio a la población en caso de desastres naturales, operaciones de logística, de vigilancia aérea y de apoyo a la seguridad’.

“… la Base Aérea Militar No. 1, de Santa Lucía, que en promedio lleva a cabo 47 mil 450 operaciones anuales, es decir, 130 diarias, mismas que dejará de realizar cuando se convierta en una terminal de uso comercial.

La infraestructura es amplia, tiene hangares de mantenimiento, concentra batallones, hay escuelas, banco, un museo y la unidad habitacional para unas 3 mil familias de militares que tendrán que ser reubicadas.

(NB: También dentro de la BAM 1 se encuentra el Museo Militar de Aviación, con un acervo de información invaluable, así como decenas de aviones históricos trabajosamente restaurados y puestos en exhibición).

(NB: Alberga asimismo las instalaciones de la Escuela Militar de Tropas Especialistas de Fuerza Aérea (EMTEFA), que forma especialistas en Mecánica de Aviación, Armeros de Aviación, Electrónica de Aviación y Abastecedores de Material Aéreo, con una población de aprox. 400 cadetes, más el cuerpo administrativo, la plantilla docente y el equipamiento de prácticas).

De acuerdo con información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), esa base opera las 24 horas del día con aeronaves de ala fija y rotativa para realizar acciones de seguridad, combate al crimen organizado y en apoyo a la población en caso de desastres naturales. Cuando se aplica el Plan DN-lll E, ahí se concentran los víveres para ser transportados a las zonas de desastre”.[4]

En cambio, la operación conjunta del actual AICM ‘Benito Juárez’, con el AIT ‘Adolfo López Mateos’ de Toluca es perfectamente viable, toda vez que en la actualidad, este es el alterno al AICM; Veamos:

“El director del Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT), Alexandro Argudín Leroy, aseguró que esas instalaciones se encuentran listas para ser la alternativa real a la terminal aérea de Ciudad de México, pues trabaja al 10 por ciento de su capacidad.

Agregó que no se requieren inversiones extra para recibir más líneas aéreas. Indicó que el AIT, edificado en 1984, remodelado y ampliado en 2005, creció aún más en 2006 y se instaló un sistema de tercera generación para que los aviones puedan aterrizar en condiciones de poca visibilidad, además, cuenta con la pista de aterrizaje y despegue más larga del país, de 4.2 kilómetros”.[5]

Finalmente, solo deseamos agregar que esperamos se abandone la peregrina idea de desmantelar la BAM No. 1 y se adecuen los actuales aeropuertos internacionales de la Cd. de México y de Toluca; el costo financiero es mucho menor, pero el costo político de no hacerlo iría directo al escritorio de AMLO y al bono democrático de MORENA obtenido en las urnas.

Que así sea.


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