Resumen.
En el ámbito universitario el profesor es el recurso humano fundamental y su desarrollo profesional y científico pedagógico constituye una premisa esencial para lograr calidad en la formación del educando. Durante años ha sido importante preparar los claustros para enfrentar los cambios que se producen en sus funciones sustantivas. La investigación se centra en la determinación de las competencias para la formación y desarrollo que deben caracterizar a los profesores universitarios. Atendiendo a las peculiaridades y características de este tipo de recurso humano se establecieron tres grupos de competencias: básicas, genéricas y específicas. La estructuración de este trabajo fue posible mediante la aplicación de diferentes instrumentos, como la revisión de documentos, consulta a especialistas, la entrevista y el cuestionario, donde fue encuestada una muestra de 92 profesores universitarios, llegándose a definir las competencias necesarias a desarrollar, posteriormente validadas por el criterio de 15 especialistas.
Palabras claves: formación, competencia, desarrollo, profesor y educación superior.
Sobre los autores.
Autor principal.
Nombre y Apellidos: Gilberto Suárez Suárez
Categoría docente: Profesor Auxiliar
Categoría científica: Máster en Educación.
Centro de trabajo: Universidad de Cienfuegos.
Cargo Actual: Director de centro universitario municipal de Aguada de Pasajeros.
Se desempeña como director de un centro universitario municipal, imparte clases en post grado en las asignaturas de Teoría de la Enseñanza y Tendencias Pedagógicas contemporáneas, y en pregrado: Metodología de la Investigación y Taller de Tesis en las carreras de Psicología y Estudios Socioculturales. Coordino un proyecto sobre Gestión universitaria del conocimiento y la innovación para el desarrollo. Estoy matriculado en doctorado de Ciencias Pedagógicas e investigo sobre el tema de evaluación y formación de los profesores universitarios en la educación superior. He participado en diferentes eventos nacionales e internacionales tales como el 4to y 5to Congreso Internacional de Universidad 2008 y 2010, y en los Seminarios Internacionales de Docencia Universitaria.
Introducción:
El perfeccionamiento de la Gestión de los Recursos Humanos en las instituciones educativas es fundamental en los momentos actuales, ya que constituye una necesidad vital sostener y desarrollar los individuos como el principal factor competitivo a aprovechar, de este modo la gestión constituye uno de los elementos claves en cualquier institución.
En ello radica la importancia que se le debe otorgar a las competencias del profesor universitario como elemento clave para que su formación se convierta en uno de los componentes fundamentales de los sistemas de gestión de los recursos humanos en las distintas instituciones. Un acercamiento a la definición de las mismas es un proceso que hay que priorizar ya que se reconoce como mecanismo impulsor del desarrollo individual y por extensión institucional, pues constituye la base para la organización y desarrollo de todos los subsistemas del Sistema de Gestión de Recursos Humanos en las Instituciones Educativas en general, con énfasis en el subsistema de formación y específicamente en la Filial Municipal Aguada de Pasajeros.
La Educación Superior tiene que ocuparse de la renovación de sus planes de formación basados en la identificación y personalización de las competencias laborales que respondan a las necesidades del profesor universitario, teniendo en cuenta las trasformaciones del entorno, pues es el profesor es el medio por donde fluye el desarrollo de la Universidad.
El anterior planteamiento justifica la importancia del tema en los centros universitarios que vienen siendo testigos de profundas transformaciones, condicionado por la necesidad de concebir la organización de los procesos sustantivos donde interviene el profesor desde perspectivas renovadoras y pertinentes, sobre todo si se considera que hoy, como consecuencia de la Universalización de la Educación Superior, el claustro universitario ve extendidos sus horizontes a cada rincón del país, fenómeno que ha traído consigo el acceso a los Centros de Educación Superior de un recurso humano que reúne, entre sus distinciones, la avidez de conocimientos y la posesión de nuevas necesidades de desarrollo, cuestiones que han de ser asumidas como un reto y con toda la atención que ello supone, en este caso se hace referencia a los profesores universitarios que se desarrollan como docentes en cada Centro Universitario Municipal (CUM) existente en el país.
Desarrollo.
La formación y desarrollo basado en competencias del personal académico en la Universidad Cubana.
La formación del personal docente en la universidad constituye un problema de enorme trascendencia teniendo en cuenta la misión asignada a estos profesionales, lo que ha provocado un cambio en las funciones de las instituciones y del personal docente en dependencia del contexto actual, de los modos culturales, de los cambios sociales, del desarrollo tecnológico y en la actualidad, del fenómeno de la globalización que permite mayor intercomunicación entre diferentes culturas, economías y sociedades. Con la creación de los Centros Universitarios Municipales se produce la necesidad de un cambio de paradigma en los sistemas de formación con un enfoque de competencias, vinculado al desempeño, tanto en el ámbito laboral como profesional, y con una mayor dependencia de los retos del entorno.
Este proceso exige de una conducción que considere como requisito esencial su carácter contextualizado, un enfoque sistémico y dinámico, y valorar como componente curricular rector, los problemas profesionales que deben ser resueltos por el futuro egresado. Esta realidad impone un reto a la dirección de los diferentes procesos: desarrollar las competencias necesarias que permitan alcanzar eficacia en la labor de directivos y profesores, recordando que en estos tiempos es difícil hablar sobre formación sin que surja la palabra competencias como un elemento importante a la hora de dar soluciones a los problemas y cuestionamientos que los cambios científicos, tecnológicos y la globalización económica han impuesto a las antiguas maneras de vincular las clasificaciones relacionadas con la formación profesional.
En la universalización se materializa la misma a través de diferentes vías que tienen como objetivo estructurar y ejecutar una oferta flexible, coherente y sistemática de conocimientos basados en competencias y con énfasis en los resultados del desempeño cuantitativo y cualitativamente superiores para lo que realizan además un estudio de necesidades de formación que se articula con exigencias organizacionales atendiendo a su visión y misión.
Los conceptos de competencias y de gestión por competencias aparecen con fuerza en la década del setenta del siglo pasado, siendo uno de sus precursores más notables David C. Mc Clelland (1973) profesor de Psicología de la Universidad de Harvard. Este enfoque, asociado a las características psicológicas del sujeto que posibilitan un desempeño superior, ha tenido un desarrollo ulterior significativo sobre todo a partir de 1995, con la evolución del concepto de Inteligencia Emocional (Goleman, 1999:16)
En la Universidad Cubana actual se desarrollan estudios sobre las competencias del profesor universitario que se basan o tienen como premisa las funciones generales y especificas del profesor universitario que se declaran en el Reglamento de categorías docentes (MES 2006: 20).
En la bibliografía consultada sobre competencias se pudo constatar que existe variedad de criterios al respecto, algunos de ellos se reflejan a continuación.
En algunas definiciones de competencia predomina lo cognitivo como esencia. En otras, la tendencia conductista está presente como en la de Dalziel y Cubeiro (1996). Sin embargo ya con Boyatzis (1982) y en los estudios posteriores de Ansorena Cao (1996), Feliú Salazar (1996) y Mertens (1997, 2000), aparece la perspectiva psicológica con protagonismo significativo en la definición de competencia. En este sentido, hay un análisis de Vargas (2001, Citado por González, 2002:47)) acerca de la utilización del término competencia en el ámbito gerencial donde lo más significativo, entre sus apreciaciones, está en que destaca que “…las competencias combinan lo cognoscitivo, lo afectivo y lo conductual”.
En el ámbito educativo “se considera importante aceptar el término competencia no sólo asociado a un conjunto de saberes, sino asociado también a un conjunto de valores y comportamientos que determinan el desempeño y actuación de la persona y que además, no son obtenidas de una vez y por todas, sino a través de un proceso de continuo perfeccionamiento y adaptación durante toda la vida laboral del individuo” (Sosa Castillo, Iñigo Bajos, 2004: 4).
Un elemento importante a considerar es el perfil de competencias para el cargo (o cargos). “Estos superan a los tradicionales perfiles de cargo o profesiogramas que comprenden funciones descritas en un plano puramente cognitivo. El clásico contenido del puesto de trabajo expresado en funciones o tareas, es superado por las competencias” (Cuesta Santos, 2001: 6).
“La competencia profesional es el resultado de la integración, esencial y generalizada de un complejo conjunto de conocimientos, habilidades y valores profesionales, que se manifiesta a través de un desempeño profesional eficiente en la solución de los problemas de su profesión, pudiendo incluso resolver aquellos no predeterminados”. (Forgas J. en Cejas, 2007).
En la legislación laboral cubana, en la Resolución No 21(1999:12) del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, contempla como competencia laboral al ¨ conjunto de conocimientos teóricos, habilidades, destreza y aptitudes que son aplicados por el trabajador en el desempeño de su ocupación o cargo, en correspondencia con el principio de idoneidad demostrada y los requerimientos técnicos, productivos y de servicio, así como los de calidad, que le exigen para el adecuado desenvolvimiento de sus funciones ¨.
Este, ha sido llamado un enfoque holístico en la medida en que integra y relaciona atributos y tareas, permite que ocurran varias acciones intencionales simultáneamente y toma en cuenta el contexto y la cultura del lugar de trabajo. Posibilita incorporar la ética y los valores como elementos del desempeño competente.
La adquisición de competencias implica formar capacidades como las de iniciativa, de comunicarse, de establecer relaciones estables y las de asumir riesgos y retos. “Las competencias combinan los conocimientos con el comportamiento social, es algo más que habilidades, implican el dominio de procesos y métodos para aprender de la práctica, de la experiencia y de la intersubjetividad” ha señalado el autor mexicano (Bazdresch 2000:46).
Las competencias se revelan sólo en la actividad y además sólo en aquella actividad que no puede realizarse exitosamente sin su presencia. Esta idea expresa con claridad la interacción de las competencias y el desempeño como expresión externa concreta, del proceso de integración cognitivo-afectivo en la solución de problemas, al decir de (Perrenoud, 1999: 25), posibilita la facultad de movilizar un conjunto de recursos cognitivos, como saberes, habilidades e informaciones para solucionar con pertinencia y eficacia una serie de situaciones.
Por tanto el autor de este trabajo considera que las competencias son el conjunto de elementos que le permiten al ser humano integrar y movilizar sistemas de conocimientos, habilidades, hábitos, actitudes y valores para la solución exitosa de aquellas actividades vinculadas a las satisfacción de sus necesidades cognitivas y profesionales, demostradas en su desempeño, posibilitando además tomar decisiones y solucionar las situaciones que se presenten en su esfera de trabajo.
Partiendo del análisis anterior se concluye que las competencias laborales:
Son características permanentes de la persona. Se ponen de manifiesto cuando se realiza una tarea o se ejecuta un trabajo. Están relacionadas con la ejecución exitosa en una actividad, sea laboral o de otra índole. Tienen una relación causal con el rendimiento laboral, es decir, no están solamente asociadas con el éxito, sino que asumen que realmente lo causan. Pueden ser generalizables a más de una actividad.
Por lo que, a la hora de definir qué son las competencias existen aspectos que se repiten en la literatura especializada que ratifican su esencia. Estos aspectos son:
Los sistemas de conocimientos.
Sistemas de hábitos y habilidades.
Actitudes.
Expectativas.
Relación con la actividad.
Solución de problemas.
Toma de decisiones
Plantear estas alternativas para la formación de profesores para las instituciones educativas del nivel superior, permite reconocer una nueva realidad educativa en la construcción de modelos, sistemas y programas educativos flexibles, pertinentes y relevantes para una educación que potencialice los marcos de información disponibles, pero en esquemas de organización de saberes integradores, con vinculación pertinente y útil, y sobre todo con una valoración constante de todo ello en la conciencia, enfatizando la capacidad del individuo para enfrentar y administrar los cambios, además de considerar la enseñanza como un proceso de toma de decisiones y al profesor como el profesional encargado de asumirlas.
Al término de competencia profesional se le han otorgado distintas clasificaciones, atendiendo a diversos criterios, todos ellos orientados a la creación del paquete de competencias más idóneo a desarrollar en el contexto de la educación superior, esta investigación se basa en la clasificación dada por Conocer en 1997 por su correspondencia con las del profesor universitario la cual fue utilizada en los estudios realizados por (Acosta Y, 2006:80) y (Naranjo Y, 2007:91).
Por lo que la clasificación asumida es:
Competencias básicas: describen los comportamientos elementales que deberán mostrar los trabajadores, y que están asociados a conocimientos de índole formativa.
Competencias genéricas: describen los comportamientos asociados con desempeños comunes a diversas ocupaciones y ramas de la actividad productiva, como son la capacidad de trabajar en equipo, de planear, programar, negociar y entrenar, que son comunes a una gran cantidad de ocupaciones.
Competencias específicas: identifican comportamientos asociados a conocimientos de índole técnico, vinculados a un cierto lenguaje tecnológico y a una función productiva y/o de servicios determinada.
A continuación se muestran los resultados obtenidos a través de la utilización de diferentes técnicas y herramientas, tales como la revisión de documentos, la consulta a especialistas, la entrevista y la aplicación del cuestionario como instrumento de medición, donde fue encuestada una muestra de 92 profesores universitarios de la Filial Universitaria de Aguada de Pasajeros, llegándose a determinar las competencias necesarias a desarrollar, posteriormente validadas por el criterio de 15 especialista en su mayoría directivos y coordinadores de carrera de esta.
Se concluyó que las competencias que debe poseer un profesor universitario para su formación son las siguientes:
Competencias Básicas:
Capacidad de interpretación.
Capacidad de expresión oral.
Capacidad de escuchar.
Capacidad de comunicación.
Capacidad de expresión escrita.
Capacidad de lectura.
Competencias Genéricas:
Capacidad de educar e instruir.
Capacidad para desarrollar los valores e ideología de la Revolución.
Cultura general.
Desarrollo del aprendizaje continúo desde diversas fuentes.
Pensamiento crítico y reflexivo.
Aptitudes de autodesarrollo.
Autoconfianza para asumir retos y riesgos.
Competencias Específicas:
Dominio de los contenidos propios de la asignatura.
Capacidad de organizar, planificar y controlar el proceso docente educativo.
Dominio del uso de los medios que se utilizan en el programa, el libro, las guías y las TIC.
Dominio del trabajo metodológico e investigativo.
Capacidad de organizar, planificar y controlar el trabajo de los estudiantes.
Necesidad e importancia de la formación y desarrollo basado en competencia en el ámbito de la Universidad cubana actual.
El término de competencias profesionales se utiliza no por simple moda, sino porque se ajusta al sentido que tiene como capacidades o aptitudes que le proporcionan idoneidad y excelencia en su desempeño a un profesional como el profesor. El cual cobra mayor importancia en medio de los cambios que en diferentes esferas de la ciencia se producen que condicionan al perfeccionamiento de la Educación Superior Cubana.
Ocupa un lugar relevante en estas trasformaciones el empleo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, (TIC), que si bien no determinan por sí mismas la calidad de la educación, si son un factor importante en su logro. Para hacer frente a esta realidad la universidad necesita preparar al personal docente, como principal exponente en esta batalla.
En medio de estas realidades la innovación se ha convertido en una necesidad y el talento de los profesionales, en el principal recurso de las organizaciones, si bien con el paso del tiempo los medios de trabajo quedan obsoletos, igual suerte corren las habilidades y destrezas si no se combinan y conjugan con otros atributos que le permitan perdurar en el tiempo.
Como respuesta ante estos fenómenos, se desarrolla la formación por competencias donde la universidad como gestora del conocimiento es la principal responsable de llevar a cabo esta tarea, teniendo como primer destinatario al propio profesor universitario, el cual identifica y plasma en su trabajo los resultados de la formación por competencia, mediante la conjugación de conocimientos, habilidades, actitudes y valores.
La formación por competencias es la materialización de los principios de profesionalización y fundamentalización de los contenidos, que hoy más que nunca, ante una revolución científico-técnica y el uso de las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones en la sociedad, se hace necesaria. Las competencias pueden ser unos excelentes indicadores de necesidades de formación individualizada, que redundará en beneficio del centro por un mejor desempeño de las funciones que exige la labor del docente.
La importancia de la formación por competencias se hace evidente en los éxitos profesionales de un profesor que combina acertadamente los diferentes elementos que conforman el concepto de competencia y lo pone en práctica en la docencia, la investigación y la interacción con la sociedad.
A la luz de las nuevas condiciones, en el ámbito universitario el profesor adquiere un nuevo lugar y sentido: las relaciones interpersonales con colegas, directivos y estudiantes, el papel del colectivo laboral, la organización y el trabajo ahora son tenidos en cuenta como variables fundamentales y decisivas en la evaluación y análisis de la eficiencia del trabajo, lo mismo en la actividad docente, investigativa o extensionista, guiados no por criterios de la racionalidad instrumental propios de la organización, sino por otros enfoques más personalizados y humanistas. Esta es otra razón por la que las necesidades y motivaciones de los profesores, los valores y actitudes de todo tipo, que conforman el lado subjetivo de su actividad alcanzan mayor relevancia.
Se ha hecho evidente que la formación profesional hoy, no responde a objetivos simplemente académicos, unido a ello deben desarrollarse una serie de actitudes, motivaciones, habilidades que los complementan y los hacen más duraderos y efectivos.
En un mundo con volúmenes de información cada vez mayores, se modifica la forma de elaboración, adquisición y transmisión de los conocimientos, lo cual exige dominar las habilidades para procesar la información y convertirla en conocimientos valiosos. Los profesores universitarios se apoyan de las competencias laborales que:
1) Dan la posibilidad de diagnosticar la calidad de la actividad, la eficiencia, con que ocurre el aprendizaje y las necesidades de este.
2) Certifican el nivel académico, profesional, tecnológico y científico del individuo. Es competente el profesional instruido, cuyos conocimientos han sido comprobados y ha sido capaz de demostrar la experiencia adquirida en su quehacer.
Se puede afirmar que la formación por competencias ofrece un punto de referencia más práctico y real, sobre el cual apoyar la labor educativa en la universidad, ya que facilita la posibilidad de asumir los retos que actualmente ésta tiene planteados. En la medida en que el profesor sea capaz de entender, e incorporar a la práctica las sustantivas transformaciones que implica la formación por competencias, será posible mejorar la calidad de los procesos formativos universitarios.
Se perciben los beneficios de la formación por competencias en las diferentes esferas de la vida, pues las formas de actuación de las personas no es sólo en el aspecto profesional, estas se manifiesta también en lo ético y humano en general. Se contempla entre sus frutos la formación de valores profesionales y sociales, apreciación cultural, sensibilidad y compromiso con las obras sociales y organizativas.
En la práctica diaria se demuestra que hay notables diferencias entre los resultados del docente que ama su profesión y se siente identificado con los proyectos de su centro de estudios y los fines de la nación, y el que vive en una burbuja y sólo le interesa cumplir con los objetivos del día. Citando un ejemplo, se señala el caso de una institución que tiene a su cargo la formación de ingenieros y licenciados. Se demuestra que educar a profesionales competentes puede hacerlo un profesor de la facultad de Ciencias Económicas Empresariales de la Universidad de Cienfuegos, que de antemano comprende, conoce y siente la especificidad de su misión en la formación socio-humanista del profesional, misión que tiene el sentido de crear una cultura de y para la tecnología apropiada, portadora de los valores y actitudes profesionales específicos de un futuro profesional. Trasmite todos estos principios un profesor competente que cree en lo que enseña y su vida es eco de ello.
Es importante reconocer que la competencia laboral no es una probabilidad de éxito en la ejecución del trabajo, es una capacidad real y demostrada. Razón por la cual se confía el nuevo proceder y el futuro de los docentes universitarios al desarrollo de competencias, que guían su desempeño en dos direcciones fundamentales:
• Asumir los principales cambios que en la esfera de la ciencia y la técnica ocurren a ritmos acelerados, con una visión humanista.
• Desarrollar una educación que promueva, a partir de las disciplinas, una concepción integral que genere capacidades y competencias para la interrelación con los cambiantes procesos del entorno internacional y de las necesidades surgidas del país.
Son numerosos los beneficios que se desprenden a partir de la determinación de las competencias como elemento fundamental para la formación, a través de las combinaciones de conocimientos, destrezas, capacidades y habilidades se concibe el trabajo del docente como algo más grato, placentero y exitoso. A medida que los profesores vayan incorporando diferentes competencias en su desempeño docente irán ganando prestigio y reputación tanto en lo personal como el colectivo docente al que pertenece y los estudiantes disfrutaran una formación más integral.
El enfoque de competencias le da la posibilidad al profesor universitario de “ir más allá”, “sobrepasar la mera definición de tareas, ir hasta las funciones y los roles. Le facilita conocer los objetivos de su trabajo docente y lo que de él se espera” (Vargas F., 2001:35)
Es así que el profesor al desarrollar con calidad, es decir, con pertinencia y excelencia, su responsabilidad social e individual de educar a un profesional de la Enseñanza Superior, se enfrenta a un complejo e integral proceso de formación de la personalidad, propia y la de sus educandos, que abarca tanto la esfera del conocimiento como la de los sentimientos, valores y comportamientos, históricamente condicionados.
Entre las exigencias fundamentales para la formación de profesionales se encuentra la determinación de las necesidades de superación para los cuales deben organizarse los sistemas de superación del profesorado en sus diversas modalidades, incluyendo aquellos que demandan la autogestión del docente y del colectivo en los que participan.
Dentro de la formación del profesorado hay que prestarles especial atención a los profesores universitarios que laboran en las filiales universitarias municipales, teniendo en cuenta sus necesidades, por constituir el peso fundamental del personal académico que labora en las universidades.
En los Centros Universitarios Municipales adquiere relevancia el debate sobre las competencias que deben desarrollar los profesionales que desempeñan sus funciones en estos ya que relaciona directamente la cultura universitaria con el aprendizaje a lo largo de la vida y el mundo del trabajo. Aquí se le plantea al docente universitario nuevos retos, con una nueva tarea: enseñar para aprender; de modo tal, que los estudiantes desarrollen procesos cognoscitivos para ser aplicados a situaciones cambiantes, para lo cual debe desarrollar habilidades, actitudes y competencias. Es en este contexto, que la universidad y en particular las Filiales Universitarias Municipales deben preparar al hombre para la vida, desarrollar su capacidad de aprender a aprender y de resolver problemas y situaciones
La educación superior cubana tiene la necesidad de organizar la formación, adiestramiento y capacitación de los profesores mediante el desarrollo de competencias. La institución debe saber que el profesor no sólo es un recurso humano, el más importante y estable, sino que es, además, el sujeto cuya formación exige más esfuerzos y tiempo. La noción de formación a lo largo de toda la vida es aplicable en primer lugar al profesor y es indispensable para lograr la calidad en todos los procesos y resultados del sistema educativo.
Conclusiones.
1. Se comprueba la necesidad de determinar las competencias de los profesores universitarios que se desempeñan en la Universidad Cubana actual, específicamente en la FUM Aguada de pasajeros, como un importante componente para su formación y para el perfeccionamiento de los subsistemas que conforman la Gestión de los Recursos Humanos en las instituciones educativas.
2. Las competencias necesarias a desarrollar en los profesores universitarios de las filiales municipales son clasificadas en básicas, genéricas y específicas constituyendo las mismas un instrumento de gran valor para el perfeccionamiento de la Gestión del Personal universitario de la FUM Aguada de Pasajeros.
3. Se demuestra que la formación y desarrollo por competencias de los profesores universitarios de los centros universitarios municipales contribuye a que estos alcancen el desempeño necesario para enfrentar con éxito los retos del entorno.
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