- Investigador en el rubro asegura que ese nuevo método destruye sistemas educativos
- Parece una receta para producir animales que puedan hacer cosas, y no para formar seres humanos, señala Marginson
- Las universidades públicas, con más capacidad humanista y de autorreflexión
La llamada “educación para el empleo”, en la que sólo importa proporcionar a los alumnos “pedazos de información” y “habilidades concretas” que les permitan insertarse en el mercado laboral -como se plantea en la reforma que se pretende imponer en las secundarias del país- es la forma en la que los sistemas de enseñanza en el mundo “se han destruido” en años recientes, pues parece “una receta para producir animales que puedan hacer cosas, y no para formar seres humanos”, afirma el director del Centro Internacional de Investigación de la Facultad de Educación en la Universidad de Monash, Australia, Simon Marginson.
Entrevistado por La Jornada, el reconocido investigador en este ámbito expresa que el “peligro de esta ideología” es que el alumno puede optar por una vía que le hace mantenerse al margen de la experiencia universitaria. Así, en lugar de promover el pensamiento crítico, la creatividad y la formación humanista de carácter amplio con ideas que representan retos intelectuales, esa visión enfatiza la producción de certificados que permitan al estudiante acceder al mercado de trabajo, añadió.
El experto, quien se encuentra de visita en México para participar de una conferencia organizada por el Seminario de Educación Superior de la UNAM, advierte que para contradecir esta iniciativa, tan en boga hoy día, “es muy importante reinvindicar la autodeterminación, la complejidad y la necesidad de que lo educativo responda a los requerimientos sociales, al entorno y al contexto en el que se desarrolla.
Reforma a secundarias, errónea
-En México se plantea una reforma a la educación secundaria en la que se habla precisamente de fortalecer habilidades y, por otro lado, se reducen asignaturas del área de humanidades. ¿Qué tipo de estudiante se estaría formando?
-Esta es la forma en la que nuestros sistemas de enseñanza se han desarrollado y destruido en años recientes, con el argumento de que las áreas del conocimiento se vuelven obsoletas con rapidez, como si las habilidades continuaran en forma permanente, lo cual es una falacia total porque tanto el conocimiento como las habilidades cambian a lo largo de la historia, y dependen de condiciones y de contextos históricos…
“Esta es una receta para producir animales que puedan hacer cosas y no para formar seres humanos. Hay pocas cosas tan destructivas para la educación como esta idea de las habilidades genéricas, independientes del contexto. Además, esa visión es paralela a la idea de entender la enseñanza como una mercancía para el mercado, como si hubiera una sola mercancía y como si todos los mercados fueran iguales.”
El autor de The enterprise university (La universidad empresa) y ganador del premio de la Asociación Estadunidense de Investigación Educacional para publicaciones sobre educacción media y superior, puntualiza que en la enseñanza para el empleo no quedan vestigios de los currículos liberales, humanistas. Ahora, lamenta, éstas se integran por “pedazos de información en función de necesidades y de una visión basada en habilidades específicas para la operación instrumental del trabajo, pero no para la reflexión”.
Así, se proporciona información sobre cómo debe comportarse un individuo en el mercado, cómo se desarrolla una empresa, cómo funciona administrativamente un espacio laboral, pero los alumnos “de ninguna manera son estimulados para cuestionar o para pensar críticamente sobre estas ideas rígidas de lo que es el mercado, el papel de cada uno en el mundo mercantil, en el trabajo o en las relaciones laborales”.
Por ello, añade, la educación para el empleo “rompe las relaciones tradicionales de solidaridad entre los grupos de trabajo y de alguna manera abre la mente de esos empleados para recibir ideas administrativas, empresariales, es decir, la ideología de los organizadores del trabajo”.
El presidente del Foro Internacional de la Asociación para Estudios en Educación Superior de Estados Unidos y miembro del Colegio Australiano de Educación explica que hay dos de influencias que limitan o coersionan el desarrollo de una formación cultural crítica, ciudadana y de interacción con lo social.
La primera es la educación de carácter vocacional, cuyo fundamento principal, “en cualquiera de sus niveles, es preparar a la gente para el trabajo”; la segunda es “la universidad elitista de investigación”, cuya concepción fundamental consiste en que los estudiantes reciben “bienes de carácter privado”, y su modelo se orienta a “reproducir la estructura de la sociedad y la posición de los alumnos de la clase media alta y sus familias en esta estructura social”.
Esta “nueva idea de universidad”, explica, pone en cuestionamiento a las universidades nacionales, públicas y de investigación que tienen una relación muy intensa con su entorno social, como es el caso de la UNAM”.
Y añade: “uno puede experimentar en forma análoga lo que es la universidad elitista de investigación cuando se accede a un centro comercial, donde supuestamente se tiene la libertad de escoger y comprar lo que se quiera, pero esta libertad está muy determinada por toda una serie de elementos externos que dan forma a este espacio comercial”.
Así, añade, la universidad elitista de investigación -que se plantea como un espacio muy selectivo en cuanto al acceso de los alumnos- se juzga sobre la base de qué tan bien cumple las expectativas de sus estudiantes “como clientes que participan en un mercado”. De tal manera que la ideología neoliberal, aplicada a la universidad, reduce “severamente el papel de la misma como agente de cambio y de transformación social”.
En cuanto a la enseñanza informal como medio de formación del pensamiento crítico, Marginson observa que este aprendizaje -que tradicionalmente tenía lugar en casa y era promovido por organizaciones sociales en los centros de trabajo- “parece tener un enorme potencial para la formación de la conciencia, pero en la práctica es posible identificar la influencia de espacios laborales que limitan esta experiencia educativa, en la mayoría de los casos, hacia un aprendizaje sobre necesidades específicas”.
Señala que en la universidad pública tradicional, como en los espacios informales de educación, se observa “un movimiento que se aleja de la idea del estudiante como un sujeto capaz de reflexionar sobre sí mismo y de autotransformarse, pues busca convertirlo, ya sea de la universidad o del espacio no formal, en un sujeto económico”.
Sin embargo, precisa que en este contexto, las instituciones públicas de educación superior han preservado más la capacidad humanista, de autorreflexión, y de cambio, que el espacio educativo informal, el cual de alguna manera ha sido dominado por la “enseñanza para el trabajo y por esta comercialización de los espacios de aprendizaje”.
En el seminario también participan especialistas como Roberto Rodríguez, Imanol Ordorika y Humberto Muñoz.
Fuente:
ÁVILES, Karina. ” La educación para el empleo, lejana de la esencia real de la enseñanza”. La Jornada. 16 de agosto de 2005. http://www.jornada.unam.mx/2005/ ago05/050816/046n1soc.php (16 de agosto de 2005).
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