La cortina de humo tras la cortina de fuego
*‘HUACHICOLERA’/210119. Imagen cortesía del compa Hernández y la Jornada.
Alfredo Macías Narro/210119.
Los trágicos hechos de Tlahuelilpan, Hgo. deben dimensionarse con precisión, prontitud y objetividad; el caso lo requiere de manera indubitable. Las aristas que presenta son diversas y requieren de un análisis crítico, profundo, certero y oportuno; veamos por qué:
El problema petrolero mexicano viene de décadas atrás. La rapiña gubernamental a PEMEX, obviamente iba más allá de la mera aunque descomunal exacción fiscal sobre los ingresos que genera(ba) la industria, otrora de todos los mexicanos.
Antecedentes genéricos
“Al menos 28 muertos y 53 heridos, 115 viviendas afectadas y daños aún incuantificables a la infraestructura urbana a lo largo de kilómetro y medio de las márgenes del río Atoyac fue el saldo que dejó en el municipio poblano de San Martín Texmelucan el estallido de un ducto de 30 pulgadas de Petróleos Mexicanos (Pemex), informaron autoridades federales y estatales…
Según las investigaciones iniciales, el primer estallido se suscitó en una toma clandestina del ducto de petróleo crudo ubicada en la unidad habitacional San Damián, mientras las explosiones posteriores obedecieron a que el hidrocarburo se derramó hacia el (río) Atoyac, donde halló un punto de ignición y extendió el fuego a casas, negocios y oficinas asentados a lo largo kilómetro y medio, aproximadamente…” La Jornada de Oriente/201210.
Recién comenzaba el gobierno actual el tortuoso proceso de destapar la cloaca petrolera y de inmediato, cuando sus efectos fueron resentidos por corruptos y corruptores, por igual. El inefable dizque ‘líder’ de los trabajadores petroleros, corrió a tramitar un amparo contra la acción judicial, aún antes de ser siquiera acusado. Lo mismo ha ocurrido con los demás huachicoleros de cuello blanco y cola sucia (de Vicente Fox a Enrique Peña Nieto), quienes se han apresurado a autoexculparse en los medios y tratar de enrarecer el de suyo denso clima político respecto del huachicoleo, en sus 3 niveles.
La inexperiencia de los recién nombrados funcionarios Octavio Romero Oropeza (director de PEMEX, siendo ingeniero agrónomo) y Rocío Nahle como Secretaria de Energía afloró en los momentos iniciales de la tragedia, no acertando en estructurar una respuesta coherente y apropiada a las dimensiones del evento.
El nivel intra-institucional del huachicol.
Se ha sabido comprobadamente que al interior de las instalaciones de almacenamiento y distribución de combustibles se daba un minucioso sistema de reparto clandestino de producto sustraído de las refinerías y repartido hasta en las propias pipas de PEMEX, a puntos de almacenamiento igualmente clandestinos y a gasolinerías que solamente reportaban un fracción de compra de gasolinas legales; el resto de sus inventarios (que en algunos casos era hasta del 80%) provenía de gasolinas ilegales (huachicol). Esto representa el mayor porcentaje de ganancias ilícitas de los huachicoleros de cuello blanco. Romero Deschamps, Fox, Calderón y Peña Nieto son dueños y/o accionistas de gasolinerías en que se expende huachicol en cantidades ingentes.
Se ha divulgado en redes sociales, por ejemplo, que el polémico cardenal-político Norberto Rivera es dueño de 18 gasolinerías en el estado de México.
A últimas fechas, ha trascendido incluso que la sustracción ilegal de gasolina se daba desde antes que los buques-tanque atracaran siquiera en los puertos de descarga.
“Hay una total impunidad y una total complicidad de funcionarios de Petróleos Mexicanos y de la Procuraduría General de la República. La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda se ha tapado los ojos, esto es lo que está ocurriendo. Si en este momento tomáramos un vehículo y nos fuéramos a Nuevo Laredo, Tamaulipas, podríamos pasar por varios puntos carreteros en donde se permite la venta del combustible robado, podemos verlo en el tramo que va de México a Querétaro, de Querétaro a San Luis Potosí, de San Luis Potosí a Matehuala, y podemos verlo también si nos vamos de la Ciudad de México a la frontera con Guatemala.
Lo que está pasando es que hay una complicidad de funcionarios de Pemex y de estos delincuentes, hay información privilegiada que les es suministrada, pero también tenemos que revisar el huachicol de cuello blanco. La ordeña y el saqueo de la Empresa Productiva del Estado (sic) no solo se reporta en los ductos.
Pemex contrata para los traslados de las gasolinas a empresas que no están registradas. Hay documentos oficiales. Ocho empresas poseedoras de carrotanques cobraron 290 millones de pesos en un año. Esas ocho empresas son inexistentes. Pemex no solo ordeña el combustible que se supone debe de producir, también ordeña ilegalmente -sin una contraprestación real a cambio a empresas transportistas de gasolina- dinero, sin llevar a cabo el servicio de transporte.” (Jorge López Martín Diputado federal panista por Aguascalientes, en Reporte Indigo/May 17, 2017.)
Entonces ¿Qué papel representa la ordeña de ductos y qué porcentaje significa?
“La magnitud y brevedad en que se consolidó este mercado ilícito derivó de la colusión de intereses en el ámbito externo e interno de Pemex. En el caso del número de las tomas clandestinas, al final de cada gobierno se mostraban cifras escandalosas. En efecto, con Vicente Fox se anunciaron 220, con Felipe Calderón mil 749 y con Enrique Peña 12 mil 581 a octubre pasado”. (Mercado huachicol y corrupción en Pemex/Francisco Colmenares. La Jornada/210119).
Poco a poco se ha ido desentrañando el Modus Operandi de los perforadores de ductos.
Se ha sabido que un muchos casos, las perforaciones y la subsecuente instalación de una toma han corrido por cuenta de trabajadores de PEMEX; en otros casos, han sido los propios huachicoleros quienes perforan los ductos. En los centros de distribución, el sistema electrónico de monitoreo detecta rápidamente una caída en la presión del ducto, lo que hace suponer una fuga de combustible. El protocolo de seguridad indica que se debe cerrar el flujo desde la central; pues bien la complicidad interna estriba en demorar hasta por 24 horas el cierre de los ductos, lo que brinda a los sustractores de combustible tiempo suficiente para llenar sus vehículos de transporte del huachicol.
Aquí se prefigura el tercer y más bajo escalón del huachicoleo.
Procurándose una cortina de protección, dejan la toma sin vigilar o, en muchos casos abierta para que los pobladores de las comunidades aledañas se precipiten a recoger el combustible derramado (con todo y que se haya contaminado con tierra y otros elementos ajenos a su composición). La gente borra en su irresponsable accionar las huellas de los transportes huachicoleros y entorpece o inhibe violentamente las labores de las autoridades in situ.
El efecto es siniestramente devastador.
Los surtidores de combustible, de varios metros de alto, generan una enorme burbuja de gases combustibles debidos a la evaporación. Basta un chispazo de electricidad estática para iniciar una ignición en cadena que culmina con una violenta y enorme deflagración (prácticamente es una explosión) y que genera una gran onda expansiva, que contiene gases y llamas a temperaturas superiores a los 800~900 °C.
Esta súbita ola de calor evapora al instante los líquidos corporales y en puntos más lejanos (con menor temperatura) provoca quemaduras secas de diversa magnitud.
Este robo hormiga, realizado por decenas y aun centenas de personas, pobres en su inmensa mayoría, se convierte en una macabra cortina de humo (de fuego, en este caso), destinada a distraer la atención de otros importantes asuntos relativos, de manera cercana y lejana.
De prefigurarse como tal, este Modus Operandi de los ordeñadores de ductos, sería de hecho un acto de terrorismo criminal y deberá ser tratado como tal; no es otra cosa que un homicidio masivo, planeado y ejecutado de acuerdo con la ley de las probabilidades. Los criminales apuestan a que entre más personas estén dentro del punto cero (origen del punto de fuga), mayor será la probabilidad de ocurrencia de un chispazo estático (no quiero pensar que dejaron instalado un detonador térmico de tiempo o de control remoto, pero…)
Aparte de gran distractor mediático, este evento ha servido para tratar generar inestabilidad social contra el gobierno federal y redoblar el golpeteo con argumentos mendaces y ruines. El riesgo es que con más 5mil tomas clandestinas detectadas a la fecha, el evento puede repetirse y si es en un área urbana, la tragedia criminal podría ser mucho peor.
El compañero presidente Andrés Manuel López Obrador ha tenido el tino político y la sensibilidad social y humana de afrontar directamente el problema, lástima que no se pueda decir lo mismo de varios de sus colaboradores.
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