Juez podría invalidar peritaje de Ayotzinapa
*Mercedes Doretti, miembro del Equipo Argentino de Antropología Forense. Fotos. Blanche Petrich
Blanche Petrich/La Jornada.
110216.
La posible siembra de casquillos en la parte alta del Basurero de Cocula contaminó a tal grado la escena del crimen que, legalmente, un juez podría declarar inválida todo el peritaje de balística que contiene la averiguación previa de la Procuraduría General de la República sobre el caso Ayotzinapa.
En el dictamen del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) se aporta el siguiente análisis;
“En total, fueron recolectadas y analizadas por peritos especialistas 132 evidencias balísticas. De estas, 87 por ciento son casquillos de armas largas, calibres .22 LR o bien calibre 5.56mm. Se trata de rifles de asalto”.
En otros segmentos del expediente, figuran las declaraciones de los seis presuntos sicarios que aseguran haber estado en la escena del crimen y haber participado en la ejecución e incineración de los 45 normalistas. Según declaraciones hechas ante los investigadores de la PGR, los inculpados, que dicen ser miembros de la organización criminal Guerreros Unidos, aseguran que se les instruyó “que no llevaran armas largas” esa noche.
Refieren;
“La mayoría llevaba armas 9mm (se encontraron 12 casquillos de ésta) y 7.62mm (4 casquillos). Con éstas, se ejecutaró a los 43 antes de quemarlos”.
La irregularidad más notable es que, entre las 132 piezas de balas, 43 de éstas corresponden a un lote que fue recolectado por personal de la PGR en una diligencia digna de toda sospecha.
Peritos de la procuraduría acudieron al basurero el 15 de noviembre, una semana después de que se concluyera la primera etapa de inspección y recolección de evidencias conjunta PGR-peritos del EAAF.
Hubo un lapso de tiempo (al menos del 16 de octubre al 27 de noviembre) en el que la escena del crimen permaneció totalmente sin custodia. Decenas de periodistas son testigos de ello, ya que acudieron, recorrieron y hasta filmaron dentro del cráter que conforma el sitio.
Ahí la PGR afirma haber encontrado 43 nuevas piezas que fueron incorporadas a la Averiguación Previa sin informar antes al EAAF. Cuando el Equipo se percató de ello protestó y reclamó, pero no fue atendida su observación. Estas piezas fueron “halladas” debajo de una piedra en la zona alta del basurero, denominada zona “A”, justo en un lugar usado como sitio de descanso durante los días de trabajo conjunto por todos los participantes.
Aun así, las piezas presuntamente sembradas son calibre .22(*), precisamente para el tipo de armas que, en los dichos de los sicarios, ellos no llevaban.
Por las irregularidades en la recolección de estas evidencias balísticas, legalmente podrían ser desechadas como prueba.
*Nota mía: Probablemente se refiere al cartucho de uso militar Remington .223 y no al .22 de uso deportivo. La diferencia entre ambas es muy grande en peso de la bala, velocidad de salida y potencia de pegada.
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Nota mía: Respetuosamente me permití modificar levemente la estructura de la nota de Blanche Petrich, con la exclusiva finalidad de facilitar su lectura en el formato de Odiseo. Alfredo Macías Narro.
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