Imprescindible, el consenso para la evaluación docente

Imprescindible, el consenso para la evaluación docente

  • La imposición deriva en boicot, señala especialista chileno
  • En América Latina debe preservarse el normalismo: Jorge Manzi Astudillo

  • Imagen. Jorge Manzi Astudillo, durante su participación en el segundo ‘Congreso Latinoamericano de Medición y Evaluación Educacional’.
  • Foto. Guillermo Sologuren y La Jornada.

Laura Poy Solano

La Jornada/150315.

La Experiencia chilena

 “La aplicacióde un sistema de evaluación docente requiere la construcción de una base política que permita avanzar. Se trata de un proceso que no se puede imponer, porque si lo haces sabemos qué pasa: los gremios magisteriales se resisten y lo boicotean”; advirtió Jorge Manzi Astudillo, director del Centro de Medición UC (Mide) de Chile y experto en evaluación educativa.

Pionero en el desarrollo de herramientas de valoración del desempeño de maestros, reconoció;

“Uno de los mayores desafíos en la aplicación de mecanismos como ése, es enfrentar la resistencia de los docentes. La clave es identificar en qué se puede avanzar y aceptar que hay momentos en que se puede hacer algo y otros en que no es posible”. 

En entrevista con este diario, tras participar en el segundo ‘Congreso Latinoamericano de Medición y Evaluación Educacional‘, el especialista destacó que todo sistema de evaluación debe ir acompañado de un proceso de validación. Expresó, asimismo;

“De lo contrario, existe el riesgo de que nos dediquemos a poner en marcha un sistema que no necesariamente aporte la información que se requiere y, en el peor de los casos, que no esté al servicio de los propósitos declarados (…) Por ello los procesos de evaluación del magisterio deben partir de la construcción de los estándares que sustentan el proceso y de su consenso con los actores centrales, es decir, los profesores”.

Señaló también;

En Chile, el avance inicial no fue la evaluación misma, sino el diseño de un marco de la buena enseñanza. Fue lo primero que se aprobó, y cuando se demostró que era una herramienta valiosa, se consensuó. Se dijo: ‘esto es lo que queremos y lo que esperamos que sea capaz de hacer un buen maestro’. Se puede partir con un sistema de evaluación que no tenga consecuencias para luego ir evolucionando”.

Interrogado sobre el perfil docente que se busca construir mediante la evaluación de determinadas habilidades y competencias en la labor educativa, reconoció;

“Aunque el mundo más globalizado tensiona los sistema educativos, por su demanda de formar nuevas generaciones capaces de interactuar de forma global, al mismo tiempo en nuestros países tenemos tradiciones que queremos preservar, como los maestros clásicos (normalistas)“. 

En el caso de México, donde subsiste una larga tradición de formación normalista, afirmó que es necesario asegurar que el sistema de evaluación que se aplique sea sensible a esto y que no contribuya a socavarlo.

Al respecto subrayó;

“Es el gran desafío en nuestra región; debemos encontrar la forma de preservar esta tradición. Debemos ser cuidadosos. Tener un avance respetuoso con las distintas realidades que existen y al mismo tiempo reconocer que hay un mundo que está cambiando”.

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Nota mía: Respetuosamente me permití modificar levemente la estructura de la nota de Laura Poy Solano, con la exclusiva finalidad de facilitar su lectura en el formato de Odiseo. Alfredo Macías Narro.


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