Exponen Zapatistas su modelo educativo

 

Exponen Zapatistas su modelo educativo

Hermann Bellinghausen.

La Jornada/Jueves 5 de agosto de 2010.

  • Es alternativo al oficial; la finalidad es “compartir, aprender entre todos”

La comisión de educación de la zona del caracol de La Garrucha, en la selva tzeltal, expuso que “la educación la estamos construyendo con las ideas de las comunidades” y a partir de sus demandas. Esto, durante un encuentro con miembros de la brigada europea de solidaridad con los zapatistas que permanecieron en Chiapas después del recorrido formal de ésta.

En lo que resulta una radiografía del proceso educativo autónomo en los cuatro municipios zapatistas de la zona, promotores y promotoras describieron que la finalidad “es compartir, aprender entre todos”.

Cabe señalar que la experiencia educativa en las comunidades rebeldes ha debido ser experimental necesariamente desde hace tres lustros, construida a contracorriente de la enseñanza oficial, ante la cual se planta como alternativa desde la resistencia.

En 2008 se renovó la dinámica educativa de La Garrucha al constituirse, después de haber sido trabajado varios años en los cuatro municipios”, la escuela autónoma zapatista “Semillita del Sol”, que se habrá de organizar en tres niveles, de los cuales hasta ahora funcionan dos en todas las escuelas de las comunidades.

Describió la comisión zapatista:

 “En el primer nivel, los niños aprenden a escribir y dibujar; en el segundo, a entender las demandas zapatistas, y en el tercero se manejan textos, comunicados, denuncias, estrategias del gobierno, la situación del porqué luchamos y la construcción de la autonomía”.

En todos los niveles, se manejan cuatro áreas (y no “materias”, como la escuela oficial, advierten los promotores indígenas):

Las historias, las lenguas, vida y medio, y matemáticas.

“En nuestra historia, los antepasados cuidaban la tierra, la naturaleza, y se debe enseñar para que estas experiencias no se pierdan”, explicaron. Y que como indígenas, construyen su autonomía “llevando el paso de las historias de los antepasados, cuidando la tierra y amándola”. Estudian la historia pasada y la actual, el cuidado de las semillas, el trabajo colectivo, y “cómo se fortalecen la comunidad y la resistencia”.

Se toma en cuenta la lengua materna, que puede ser tzeltal (la más numerosa en la zona), tzotzil, chol o tojolabal.

Los contenidos de enseñanza incluyen el cuidado y la conservación de la tierra y la naturaleza, la destrucción y la contaminación, el manejo sustentable de la tierra. Y las matemáticas se aprenden “a partir de las medidas de los ataques a los pueblos indígenas, de la explotación”. El tema de la agroecología se habla en las distintas áreas y niveles, “ya que se encuentra en las demandas de las comunidades”.

Según reporta la brigada europea: 

“En la escuela autónoma no se manejan calificaciones pero se hacen evaluaciones, se explica cómo va el niño o la niña. Tampoco hay edad fija para ir a la escuela, hasta los adultos pueden entrar”.

La comisión autónoma sostuvo que los niños van a la escuela

“para servir al pueblo, no para ir a trabajar luego para el capitalismo, en circunstancias en las que nadie sabe más, nadie sabe menos”.

Por su parte, la capacitación de los promotores se realiza en dos centros: uno en el Caracol de la Garrucha y otro, “Compañero Manuel”, en la comunidad “La Culebra”.

Los contenidos educativos, como en general la existencia cotidiana de las comunidades rebeldes, están articulados en su propio proceso de lucha.

 


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