La Prensa Libre
http://www.prensalibre.cr/pl/comentarios/40918-enganosa-y-vergonzosa-publicidad-educativa.html
Escrito por Roy Alfaro Vargas
Hace algunos días, decía yo en este mismo periódico (La desmembrante educación costarricense) acerca de las políticas del MEP, las cuales tienden a la producción de bachilleres, con atender a criterios de volumen más que de calidad. Pero, aparte de esta brillantísima estrategia, se han creado dos anuncios televisivos, donde se ofrece su producto (la educación costarricense) de una manera bastante superficial e irresponsable. Me refiero al anuncio donde se publicita un grupo coreográfico y muestra una banda musical. Muestran cómo el colegio es fuente de diversión, popularidad, disfrute; pero no de desarrollo académico. ¿Por qué no se hace publicidad el cual represente el esfuerzo implicado supuestamente en aprender y enseñar de manera adecuada?
¿Será porque a nadie le gusta la idea de esforzarse en el proceso de enseñanza-aprendizaje? ¿Será que el "relajo", el disfrutar la vida como el requerimiento de una sociedad (capitalista) nos hace tender hacia el placer y el MEP asume como su objetivo primordial? ¿Posiblemente la razón, el principio freudiano de realidad, no resulta conveniente para los intereses de algunos aprendices de dictador, quienes hoy pululan en pares en Costa Rica y prefieren una educación para dominar y no para liberar?
Lo cierto de ello, uno se asusta cuando el proceso educativo se vende como una mercancía más. Al mejor estilo de las películas estadounidenses de ínfima calidad, desarrollados en las High Schools (los colegios) donde se nos pinta este panorama: De disfrute alrededor de la chica porrista (y promiscua), el chico jugador (machista e idiota) y un séquito de individuos ignorantes, escasamente inteligentes, entregados al placer. O al estilo RBD, en donde los jóvenes se ven en actividades musicales, pero nunca involucrados en el estudio.
O en Atrévete a soñar (la novela mexicana) el ritmo está, encima de la música, marcado por un montón de niños quienes juegan de grandes en un ambiente de amor, odio y venganza. El estudio de cada niño y joven costarricense se visualiza, según la publicidad difundida por el MEP, como un proceso de consumo irracional de ciertos clichés o etiquetas (el popular, la chica dadivosa, el atleta, etc.); y no de un proceso de desarrollo de habilidades lingüísticas y matemáticas, los cuales permitan un adecuado desarrollo cognitivo.
Al contrario, aparentemente el MEP gasta millones de colones para que nuestros niños y jóvenes se conviertan en bailarines y músicos aficionados. Millones de colones para que cuando estos niños y jóvenes crezcan, tengan una historia por contar y recuerdos que compartir sobre las cosas que "pasan" en el colegio. Un asunto tan irreflexivo, ni siquiera se dan cuenta de que en el mercado de la publicidad circula un anuncio de una marca de agua embotellada, donde una mujer, en escaso ropa y con una semiótica bastante erótica, pregunta si vas a vivir las cosas o a verlas "pasar" (aquí hace un gesto de desaprobación).
Al igual que en la propaganda educativa del MEP, este anuncio del agua embotellada apunta al placer, a fin de erotizar el agua y así llegar al inconsciente del consumidor, todo alrededor de las cosas las cuales pueden "pasar". Empero, el anuncio del MEP también va a la líbido del estudiante. Sumemos: formar parte de una banda igual popularidad, este equivalente a ser conocido y quizás admirado, conocido y admirado igual tener más acceso al sexo, sexo, sexo… Sin embargo, si bien el placer y el sexo conforman una parte importante del ser humano, también se considera claro que estos pichones de adulto no se encuentran en capacidad de asumir su sexualidad y, por otra parte, el colegio y la escuela son espacios para el desarrollo intelectual, cognitivo, epistemológico. Así, la política de masificación de la educación del MEP va acompañada de una igualmente desacertada publicidad. En apariencia, la educación costarricense se sitúa más en manos de economistas que de personas quienes saben realmente de educación.
Espero que la desesperación del MEP, con el paso de los años, no los lleve a usar los videos eróticos producidos en las mismas escuelas y en los mismos colegios, para su campaña "en el colegio pasan cosas". De este modo, aparentemente para el MEP es mejor: Los estudiantes pasen las cosas a que las vean pasar, aunque el pasar de año sea no signifique pasar a transformarse en una mejor persona. ¡Son cosas las cuales pasan, aunque realmente no pase nada! No sé, pero da a entenderse que este juego de producir bachilleres en masa (aunque pudiera ser dar como costo de regalar calificaciones y de hundir a nuestros estudiantes en un vulgar hedonismo) tiene réditos para algunos. Tal vez para aquellos quienes viajan a Europa, con todo y comitiva, para acreditar los resultados de la mentira de las pruebas de bachillerato y la calidad de la educación costarricense.
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