Luis Hernández Navarro
La Jornada
http://www.jornada.unam.mx/2011/09/06/
Marcada por la ilegitimidad de origen, Elba Esther busca ansiosamente rodearse de personajes notables que amortigüen su descrédito social. Profundamente desprestigiada en la opinión pública, se rodea de intelectuales a los que corteja con regalos, comidas en restaurantes de lujo, viajes, edición de libros y conferencias pagadas. Aprovechando que el sol no se oculta en su nómina, busca que el lustre de su compañía compense su mala fama.
A comienzos de mayo de este año, la profesora Gordillo invitó a Fernando Savater a dar una conferencia titulada Desarrollo educativo y progreso social en el quinto Congreso Nacional de Educación del sindicato magisterial y el tercer Congreso Nacional de Padres de Familia y Maestros. Aunque la conferencia fue de una superficialidad digna del ilustre filósofo (www.snte.org.mx/?P=articulo&Article=1345), le proporcionó a la líder vitalicia de los trabajadores de la educación la posibilidad de presentarse públicamente como una mujer preocupada por la educación. Ya antes el SNTE le publicó un libro al Julio Iglesias de la filosofía.
Elba Esther se vanagloria de su relación con los intelectuales. En una entrevista difundida hace unos días en Milenio se le preguntó quién le ha dado más a la educación de este país: ella o Carlos Fuentes. La profesora Gordillo sacó a relucir los favores hechos: Depende desde qué perspectiva la veamos. No hay duda, mis respetos a Carlos Fuentes siempre. Es más, le quiero decir: Carlos Fuentes escribió un libro a petición del sindicato
.
El próximo personaje en su lista de cortejos es Tenzin Gyatso, conocido en el mundo como el último Dalai Lama. El 11 de septiembre en la tarde sostendrá un encuentro organizado por Elba Esther Gordillo e impartirá la conferencia titulada Afilando la mente y nutriendo al corazón, una aproximación holística a la educación.
El evento forma parte de la agenda de la tercera visita del Dalai Lama a México. Su gira fue organizada por la Casa Tibet de México, fundada en 1989, como una representación cultural del líder religioso. Según Marco Antonio Karam, su presidente, la casa cuenta con cerca de 2 mil miembros activos en 15 centros en la República Mexicana, 500 de ellos en la ciudad de México.
Como se sabe, el Dalai Lama reivindica ser no sólo un líder espiritual, sino el representante del pueblo tibetano. La República Popular China y la mayoría de los países en el mundo no lo reconocen como tal. No obstante, Tenzin Gyatso es visto por muchos ciudadanos como una figura de paz. El apoyo a su causa de figuras intelectuales y artistas como Philip Glass, Richard Gere, Harrison Ford y Melissa Mathison le ha permitido sumar simpatías.
México no reconoce al Tibet y no tiene vínculo ni relación con el Dalai Lama. No siempre fue así. En 1989, cuando la cabeza del budismo tibetano recibió el Premio Nobel de la Paz, el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, le abrió las puertas de Los Pinos, considerándolo un líder de opinión moral. En 2004, en medio de un pequeño escándalo, Tenzin Gyatso fue recibido en una reunión privada por el entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel, y por Marta Sahagún.
En respuesta a un artículo de Carlos Ornelas en Excélsior, el presidente de la Casa Tibet dio su versión sobre el encuentro entre el Dalai Lama y Elba Esther Gordillo. “El SNTE, por medio de su secretario general, profesor Juan Díaz de la Torre –escribió Marco Antonio Karam–, en fechas pasadas extendió una invitación a SS el Dalai Lama para que compartiera con la comunidad magisterial mexicana su propuesta de filosofía educativa basada en la en la promoción de una formación ética secular. Este acto, que inicialmente se propuso fuera transmitido a alrededor de 264 mil maestros a través del circuito cerrado del SNTE, ahora también lo será a través del Canal 7, en dos programas especiales (…) la invitación del SNTE cobra enorme importancia como el espacio propicio para que el mensaje de Su Santidad al magisterio pueda llevarse a cabo y así lograr, siquiera de forma modesta, una reflexión en torno a la dirección que debe acompañar a la formación educativa en México y el mundo”.
El encuentro ha levantado una ola de legítima indignación entre un buen número de personas que respetan y admiran al Dalai Lama. Les parece inconcebible que el jerarca asocie su nombre y reputación a una persona que simboliza la corrupción y el uso de la violencia contra sus detractores.
Víctor Ariel Bárcenas, antiguo dirigente magisterial víctima de la represión de la cúpula sindical, gran conocedor del budismo y ahora dedicado a defender el medio ambiente, le preguntó a Marco Antonio Karam: “¿cuál puede ser la contribución que una envilecida cacique (…) podría integrar a un diálogo de este nivel y de esta naturaleza? Pooor faaaavor, si a la envilecida cacique nadie, nunca, le ha conocido por haberse distinguido por haber construido propuesta alguna de desarrollo educativo. ¡Por favor! A esta corrupta lo que le interesa es el ‘poder’ y, hasta donde estamos enterados, ése no es uno de los objetivos de Casa Tibet, ¿o sí? (digo, con todo respeto)”.
Marco Antonio Karam respondió en una entrevista con Newsweek a cuestionamientos similares diciendo:
Lo que nosotros hemos subrayado reiteradamente es que este es un evento que el Dalai Lama tiene con el magisterio y que, bueno, se puede tener. Yo, que he tenido la oportunidad de tratar directamente con la maestra, podría afirmar que he hallado a una persona, que aunque parezca increíble, es sensible a lo que representa la figura del Dalai Lama, una persona que tiene, a su manera, aspiraciones espirituales y de desarrollo personal, y que desde esta perspectiva creo yo, una óptica generosa y genuinamente identificada con lo que el Dalai Lama representa. En este sentido, lo que nos resulta relevante es que finalmente el SNTE invita al Dalai Lama a poder comunicar un mensaje que no hemos podido comunicar con la Universidad Nacional y que no hemos podido comunicar con la Secretaría de Educación Pública.
Así, el encuentro entre Elba Esther Gordillo y Tenzin Gyatso, pactado a nombre de la educación, no es más que un cómodo matrimonio por conveniencia, una iniciativa al gusto de sus patrocinadores, una indulgencia comprada a cuenta de los fieles
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