Educación de calidad es la principal preocupación de los jóvenes

[ADITAL] Agencia de Información Fray Tito para América Latina
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13.02.08 – AMÉRICA DEL SUR

La investigación “Juventud e Integración Sudamericana”, coordinada por el Instituto Brasilero de Análisis Sociales y Económicos (Ibase) y por el Instituto de Estudios, Formación y Asesoría en Políticas Sociales (Pólis) revela que la educación es la principal preocupación de los jóvenes sudamericanos. El estudio será presentado oficialmente el próximo lunes (18 de febrero de 2008).

Durante el año 2007, 960 jóvenes y especialistas sobre juventud de Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia fueron entrevistados para que digan lo que quiere y lo que piensa la población entre 15 y 29 años de América del Sur. Con la realización de grupos de discusión y entrevistas individuales, la investigación recogió la opinión desde los cortadores de caña en Brasil hasta las empleadas domésticas de Bolivia.

Según la investigación, los seis temas que más interesan a los jóvenes son: educación, trabajo, ecología, cultura, seguridad y transporte. Una educación pública, gratuita y de calidad, que dé énfasis a la formación profesional es el primer deseo de los jóvenes de la región. Pero esas demandas se expresan con distintas configuraciones.

Para los jóvenes, calidad no se resume sólo a equipamientos y recursos humanos, y sí a la relación de cercanía entre educación y calidad profesional. En Brasil, los jóvenes que trabajan en los cañaverales alertaron sobre la necesidad de conciliar trabajo y estudio, pues el 80% de los entrevistados abandonaron sus estudios entre la tercera y la sétima serie, porque necesitaban trabajar.

De acuerdo con el estudio, la universalización del acceso a la escuela no consiguió dar cuenta de las desigualdades generadas por los sistemas educativos: “La selección (inclusión/exclusión) no se realiza más en el acceso a la escuela, sino en su interior, en la trayectoria educacional, generando nuevas prácticas: el desempeño individual, la competencia, el llamado fracaso escolar”.

Problemas simples a ser resueltos también afectan la frecuencia de asistencia escolar de los jóvenes, como por ejemplo, el transporte. Los jóvenes trabajadores, para alcanzar un nivel más elevado de escolaridad, necesitan muchas veces abandonar sus ciudades y familias, ya que algunas regiones no tienen escuelas de educación secundaria.

La relación de los jóvenes con el transporte público, sin embargo, es más amplia. Para ellos, es necesario que esos transportes sean accesibles para no tener cercenadas las posibilidades de estudio, trabajo, atención de salud, cultura, esparcimiento, diversión. La reivindicación del no pago del pasaje aparece, según la investigación, como garantía de permanencia en el sistema escolar.

En ese sentido, en los últimos años, jóvenes de Brasil (Revolta do Buzu, Salvador), de Paraguay (La demanda del boleto estudiantil, de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios) y de Chile (Revuelta de los Pingüinos, en 2006) hicieron manifestaciones por el pasaje gratuito.

“Es fundamental desarrollar la conciencia de que movilidad es el resultado de políticas públicas. Es necesario que se atienda esa demanda como condición básica para el propio ejercicio de la vida democrática”, dice la investigación.

El desempleo, que alcanza al 16% de las personas entre 15 y 24 años en América Latina es una preocupación constante de los jóvenes. Pero, más que un empleo, ellos exigen un trabajo decente, que implique una remuneración justa y estabilidad.

La cultura, con la demanda de haberse ampliado el acceso a las nuevas tecnologías de información y comunicación, y la ecología, con las movilizaciones de jóvenes argentinos por la no instalación de una fábrica de celulosa en las márgenes del Río Uruguay, también preocupa a los jóvenes.

En Brasil, según la investigación, una preocupación de casi todos los jóvenes entrevistados es la violencia; especialmente, para los jóvenes de los proyectos de Río de Janeiro (Forum de Juventudes de RJ) y los del hip-hop. En los dos casos, la violencia que aflige a los jóvenes está relacionada con el accionar de la policía y el tráfico de drogas ilícitas.

“Para ellos, el antídoto para la violencia (policial y del tráfico) son el fortalecimiento y la valorización de su identidad y de su producción cultural”, resalta la investigación. Y agregó que en todas las áreas, “con la presencia o con la ausencia de la expresión de ‘políticas públicas de juventud’, los/as jóvenes siempre evocan a los poderes públicos para encaminar las resoluciones de sus problemas”.


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