(Nota periodística enviada por Juan Carlos Miranda Arroyo, colaborador de Odiseo, con el artículo: “La lectura: Los maestros y Harry Potter”; como él mismo señala, el artículo refrenda el carácter central que poseen la lectura y la escritura en la formación de los educandos)
Indica Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems) que existe correspondencia entre el número de libros leídos y los aciertos en las pruebas
Los estudiantes que terminan la educación secundaria y no leyeron ni un libro completo en el último año obtuvieron menos aciertos en el examen único de ingreso a la educación media superior que quienes sumaron al menos 10 ejemplares.
La Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems) concluyó en un estudio, basado en un cuestionario aplicado a los aspirantes al concurso de ingreso 2004, que es notable la diferencia entre los resultados de ambos.
Mencionó que en el análisis se asienta que aquellos que no leen ni un libro obtuvieron 58 aciertos, en tanto que quienes practican esta actividad lograron 73, y representaron 2.6% de los 245 mil 687 participantes.
Respecto del número de horas a la semana en que el alumno estudia o hace tareas fuera del horario escolar, señaló que los aciertos aumentan en correspondencia a las horas de estudio hasta alcanzar una media de 71 aciertos por quienes lo hacen más de 10 horas, que representó 7.7% de los asistentes al concurso.
En cuanto a la imagen que el participante tiene sobre sí mismo como alumno, el análisis arrojó que los mejores resultados los tuvieron quienes tienen confianza en comprender textos difíciles, en hacer bien sus trabajos y exámenes; seguridad en sus habilidades de aprendizaje y, en general, en su competencia académica.
Asimismo, agregó, quienes practican la lectura como uno de sus pasatiempos favoritos, obtienen en promedio mejores resultados que quienes leen por obligación.
El documento indicó también que los sustentantes que estudian con sus propios apuntes de clase obtienen, en general, mejores resultados que quienes se basan en los de sus compañeros.
También se encontró que quienes al estudiar revisan lo que recuerdan e identifican los conceptos no comprendidos y utilizan enciclopedias, diccionarios o atlas obtienen un puntaje más alto; en tanto que quienes usan principalmente monografías aciertan menos veces.
Respecto de la actitud de los padres ante las actividades escolares de sus hijos, el estudio permitió detectar mejores resultados en los casos en los que los sustentantes son felicitados por sus logros y cuando son respetadas sus opiniones sobre lo que ocurre en la escuela.
También cuando los padres promueven que sus hijos tomen sus propias decisiones respecto de su entorno escolar; lo mismo ocurre cuando los progenitores, mediante su ejemplo, incentivan la actividad académica de los alumnos, pues dedican ellos mismos tiempo libre a la lectura.
Fuente:
Notimex. El Universal online. Ciudad de México. Miércoles 03 de agosto de 2005. 15:21
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