Autoritarismo y evaluación; enemigos de la educación

Autoritarismo y evaluación; enemigos de la educación 

• Consideran que la escuela ya no es el único espacio para aprender

*Cartón cortesía de El Fisgón-160416 y La Jornada.

Laura Poy Solano/Grupo de Redacción

La Jornada/210916.

Especialistas e investigadores asistentes al 13° Foro de Consulta sobre el Modelo Educativo y la Propuesta Curricular advirtieron que uno de los mayores obstáculos para impulsar cualquier intento de mejora en el sistema educativo puede ser la propia evaluación, si ésta no refleja la transformación curricular que se busca construir.

Afirmó Roberto Cantoral, experto en la enseñanza de las matemáticas y miembro del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN);

“Si esto no ocurre, en dos años esta propuesta estará muerta, va a ganar la evaluación. Es necesario mejorar la articulación entre las distintas instancias que tienen que ver con la evaluación, los profesores y los estudiantes, si no se desmoronará toda la propuesta”.  

Al respecto, José Antonio Pérez Islas, coordinador del Seminario de Investigación en Juventud de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó;

“Un actor central en el proceso de transformación del modelo educativo y curricular, al menos en la educación media superior, son los jóvenes”. 

“Por primera vez, estamos ante una generación en la que los jóvenes tienen, a veces, muchas más habilidades y conocimientos que los adultos. Hoy reconocemos que ya no se aprende sólo en la escuela, y el centro escolar olvida esas cosas, los contenidos (propuestos) vuelven a mencionar todo, como si no estuviera pasando nada alrededor”. 

“A ello se suma, que en la propuesta no se definen con claridad muchos conceptos, entre ellos gobernanza y equidad, pero también quedó claro que se trata de un modelo muy autorreferenciado, pareciera como si el modelo por sí mismo pudiera articularse. No se parte de la realidad ante las deficiencias que hay dentro y fuera de las escuelas mexicanas”. 

Por su parte, María de Ibarrola, experta del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav, consideró;

“En la propuesta curricular para educación media superior se incluyen temas muy limitantes, como el tipo de profesor que se contrata, el tiempo que se les asigna, los materiales con que se acompaña, y sobre todo la forma cómo se va a evaluar ese aprendizaje, lo que puede llegar a determinar absolutamente todo”. 

Durante la sesión en mesas de trabajo, explicó;

“Si se hace determinado tipo de exámenes, eso va a determinar el plan de estudios, y veo muchas buenas intenciones. Aprender a ser, a convivir, a hacer, pero por otro lado está el planteamiento de las competencias (que deben desarrollar los alumnos), y no veo claramente cuál es el eje curricular que se está planteando”.

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En otro escenario, durante la inauguración del foro de análisis ‘El modelo educativo 2016’, realizado en la Universidad Iberoamericana, su rector, David Fernández Dávalos planteó;

“La educación debe ser un modelo para la democracia; por ello los cambios necesarios en el sistema de enseñanza no deben decidirse autoritariamente, sino en un debate público en el que participen el gobierno, la empresa, la docencia y la sociedad civil”.

Señaló asimismo Javier Loredo, director del Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana.

“El encuentro, en el que  participaron expertos provenientes de más de una decena de casas de estudio e institutos de investigación, tuvo por objetivo criticar y debatir la coherencia, claridad y pertinencia del modelo educativo que afecta a 26 millones de estudiantes de educación básica y millón y medio de profesores”.

“Aunque la reforma educativa pretendía recuperar la rectoría del Estado, esto es lo menos que se ha visto”. 

Para Juan Carlos Silas, experto del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente;

“El modelo educativo es una especie de capirotada conceptual que junta conceptos sin ton ni son, aunque se trata de un documento optimista. Sin embargo, el modelo es más parecido a una declaración de principios que señala qué es lo que le inspira, adónde se pretende llegar, pero no menciona cómo lograrlo”.

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*Nota mía: En ambos escenarios, se pone en evidencia la pobreza conceptual, las limitaciones operacionales y los yerros en la visión de lo que debiera ser un Modelo Educativo, pero que no lo es… Ni lo será.

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Nota mía: Respetuosamente me permití modificar levemente la estructura de las notas de Laura Poy Solano y el Grupo de Redacción de La Jornada, con la exclusiva finalidad de facilitar su lectura en el formato de Odiseo. Alfredo Macías Narro.