Académicos de trabajo social de la UNAM realizaron estudio sobre el ‘Bullyng’

Académicos de trabajo social de la UNAM realizaron estudio sobre el ‘Bullyng’

  • El acoso escolar es una conducta aprendida, identifican expertos
  • Es causado por prejuicios, hostigamiento, subyugación, cosificación, estigma, acoso y benevolencia
  • Al agresor se le incita a ser ‘hombrecito’ y a la víctima se la hace pasiva, indolente y dependiente

  • Imagen. ‘Bullyng escolar’.
  • Cortesía de <bitacoraacosoescolarbullying.blogspot.com>

Emir Olivares Alonso

La Jornada/030614.

Un estudio realizado por académicos de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) identificó varios factores por los que se presentan el acoso y las agresiones escolares que tanto preocupan a la sociedad.

De acuerdo con Javier Carreón Guillén, investigador de la entidad universitaria que encabezó los análisis (que deberán extenderse a otros colegios (sic) para dar mayor sustento a las conclusiones);

“La violencia escolar no sólo es física, sino que también incluye variantes sicológicas y morales. La violencia, inhibe el diálogo, los acuerdos y las responsabilidades orientados a la construcción de una identidad ciudadana de cara a su relación con el Estado”.

La investigación tiene un carácter cuanticualitativo e incluyó a más de 260 jóvenes en un centro escolar de Chimalhuacán, estado de México. Los resultados (preliminarmente) señalan que las agresiones en el ámbito escolar se enmarcan en un concepto de violencia formativa organizacional, es decir, responden a causas aprendidas por los individuos en los entornos donde se desarrollan.

El académico de la ENTS indicó en entrevista;

“Este problema se presenta por varios factores: prejuicios, hostigamientos, subyugación, cosificación, estigma, acoso y benevolencia. Este último punto, fue el de mayor incidencia en los resultados”.

Explicó asimismo que;

“La benevolencia tiene que ver con la permisividad en la sociedad mexicana a ciertas circunstancias, como tolerar la impuntualidad, no sancionar a quienes vulneran la ley, aprobar a un estudiante aun cuando no lo merece e incluso cierto paternalismo del Estado mexicano, entre otras”.

 “Los jóvenes están educados en esta cultura de ‘no pasa nada’ y así se les castra, no aspiran a más y todo se lo dan los padres”.

Lo anterior se puede expresar tanto en agresores como en agredidos;

“En el primer caso se incita al menor a ser ‘hombrecito’ (incluye a mujeres) y a comportarse de cierta forma, a que se gane el respeto mediante la violencia; en el segundo, los hacemos pasivos, indolentes y dependientes. Es una visión paternalista muy propia de México: los hacemos dependientes, se les resuelve todo y los orillamos a la violencia o a ser víctimas de la misma”.

El acoso escolar se ha convertido en un problema nacional, pues de acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE):

  • México ocupa el primer lugar de incidencia de este fenómeno entre los países miembros, ya que 18 millones 781 mil 875 estudiantes de primaria y secundaria, tanto públicas como privadas, lo sufren.

Según cifras recientes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH);

  • El acoso escolar creció 10 por ciento en dos años, pues en 2011, 30 por ciento de los menores de educación básica reportaba haberlo sufrido, y en 2013 la cifra subió a 40 por ciento.

Un reporte elaborado en 2011 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) advierte:

  • 25.3 por ciento de los alumnos de primaria y secundaria han sido insultados o amenazados;
  • 16.7 fueron golpeados y,
  • 44.4 por ciento vivieron algún episodio de violencia en la escuela.

Además, en el país, 11 por ciento de los alumnos de primaria y 7 por ciento de los de secundaria acepta haber robado o amenazado a otros compañeros.

La violencia no se resuelve con más violencia, sino con cultura y educación.

El investigador finalizó diciendo;

“Debemos brindar a niños y jóvenes programas que les ofrezcan espacios adecuados para que convivan, se ejerciten o se distraigan: la música, la natación, el ballet, el estudio de idiomas, la práctica de otros deportes. Motivarlos a realizar actividades más allá de la escuela. Sólo las estrategias públicas amplias e integrales en la materia podrán erradicar las agresiones”.

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Nota mía: Respetuosamente me permití modificar levemente la estructura de la nota de Emir Olivares Alonso, con la exclusiva finalidad de facilitar su lectura en el formato de Odiseo. Alfredo Macías Narro.


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