Educación y sociedad. Pedagogía y control social I. Evolución de la Función Social de la Pedagogía

Educación y sociedad I. Pedagogía y control social, de Alfredo Macías Narro

 

Índice temático.

 

Primera parte.

 

Autor: Alfredo Macías Narro.

Editorial: Edición privada.

Año de edición: 2005.

 

Introducción.

 

 

1. Evolución de la Función Social de la Pedagogía.

 

 

1.1. La Educación en Occidente. De la Comunidad Primitiva a la Revolución Industrial.

 

 

1.1.1. Evolución Cultural y Tecnología.

 

1.1.2. La Educación en las Comunidades Primitivas.

 

1.1.3. La Educación en Grecia.

 

1.1.4. La Educación en Roma.

 

1.1.5. La Educación en la Edad Media.

 

1.1.6. La Educación en el Renacimiento.

 

1.1.7. La Educación en la Revolución Industrial.

 

 

 

Introducción.

 

El estadio actual de los procesos de generación de conocimientos, en especial los referentes a la creciente incorporación de tecnología en las sociedades, no puede sustraerse al impacto, positivo o negativo de las nuevas tecnologías, en especial de las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación)

Es un hecho, es este sentido, que el impacto fundamental, esencialmente se está viendo en el fenómeno de lo que la Dra. Alicia Bárcenas, directora de la División de Medio Ambiente de la CEPAL ha sugerido como una nueva definición de pobreza, (en voz del economista e investigador Julio Boltvinik), según la cuál, “Son pobres las comunidades que han perdido el control sobre sus procesos vitales”, así como, a sugerencia de otro asistente a la reunión, “Un indicador de la pobreza, es el grado de organización de la población”.

 

Para interpretar estas nuevas definiciones, es preciso determinar correctamente el contexto en que se producen y se ubican.

En primer término, nosotros concordamos en que la generación y acumulación y transmisión del conocimiento, en particular el científico y tecnológico, forma parte medular del hecho educativo de cualquier sociedad. Así mismo, la educación es, sin lugar a dudas, un proceso vital de toda sociedad (mexicana, venezolana o sudafricana), tanto en el nivel general del sentido universalista de la educación, como en el nivel específico y preciso de una comunidad particular. Es decir, nos referimos a cada poblado, caserío, barrio o colonia y al grado de interrelación que posee con su microsistema educativo concreto.

 

En segundo término, comenzaremos por decir que es necesario establecer una visión integral del quehacer educativo, en el seno mismo de la comunidad en que se inserta cada plantel en lo singular y hacer copartícipe a la propia comunidad en las tareas cotidianas, tanto internas, como aquéllas diseñadas ex professo como medios y mecanismos de vinculación entre el propio plantel y sus miembros, con los habitantes del medio social inmediato al mismo.

El desarrollo de nuevas y renovadas acciones y actividades sistematizadas, pertinentes y relevantes para ambas partes, permitirá ir fortaleciendo los lazos de convivencia comunitaria.

Dicho de otra manera, si estamos de acuerdo en que la educación, en especial al nivel básico, es un proceso vital de cada comunidad (y por tanto de cada plantel), es válido pensar que también es un medio muy poderoso para incrementar y orientar el grado de organización de la comunidad y entonces, de acuerdo con las nuevas acepciones del concepto de pobreza, el sistema educativo mexicano, actuando desde el nivel particular de cada uno de sus planteles, estará coadyuvando en el combate a la pobreza, sin tintes demagógicos y sin metas incumplidas siempre por incumplibles.

Finalmente, solamente podemos agregar que, la única manera de no repetir los errores del pasado es, justamente, conocer el proceso de evolución histórica de la educación, desde las comunidades primitivas, hasta nuestros días, en tanto que la educación es un fiel reflejo del proceso evolutivo de la sociedad en su conjunto y esto permitirá ir gestando las maneras de recuperar el control sobre los modos fundamentales de relacionarse con el objeto social que nos ocupa: LA EDUCACIÓN. Estas son las realidades y las expectativas, de una sociedad capaz de visualizar su futuro y de establecer los medios y mecanismos de orientación y dirección suficientes y necesarios para construirlo.


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