La formación medioambiental del estudiante de arquitectura en el ciclo profesional. Contexto actual

Aymeé Alonso Gatell

Universidad de Camaguey, Cuba

Resumen:

Frente a la crisis del conocimiento y el pensamiento humano, se torna necesario construir nuevas capacidades intelectuales, estratégicas, proyectivas y creativas que acompañen los desafíos que plantea y demandan las complejas y divergentes sociedades actuales. La historia de los programas educativos en torno a la Educación Ambiental nos muestra un crisol muy diverso de propuestas que requiere de voluntades, decisiones y puesta en práctica de acciones políticas, económicas, científicas y educativas.

En el ámbito universitario, la carrera de Arquitectura no escapa a la actual reforma educativa que apuesta por un profesional que encamine el uso de aquellos recursos y estrategias para llevar a cabo la construcción de conocimientos, el desarrollo de valores y la adquisición de actitudes creativas y comprometidas en la mejora del entorno.

Palabras claves: educación, estrategias, medioambiente, universidad, arquitectura

Una introducción necesaria

La interacción entre el hombre y la naturaleza hoy en día ha originado lo que llamamos la problemática medioambiental[1], ante esta problemática se plantea, desde nuestra sociedad una postura alternativa, la sostenible. “El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (López de Asiain, 2005, p. 43), este concepto originalmente nace desde la disciplina económica, tras el informe Bruntland pasa a entenderse como un concepto sociopolítico. El desarrollo económico solo supondrá un “progreso”, una mejora en la calidad de vida humana, siempre y cuando permita una igualdad suprageneracional y supraregional en la utilización de los recursos naturales por todos y para todos sin agotarlos, sin degradarlos, dentro del equilibrio natural del planeta tierra. El desarrollo sustentable se puede representar como un triangulo cuyos vértices, el crecimiento económico, la equidad social y la calidad del ambiente están en un equilibrio dinámico.

La protección del medio ambiente y la concepción del desarrollo sostenible implican un tipo de desarrollo en los campos productivos y sociales que satisfaga las necesidades básicas de la actual generación humana, sin poner en peligro las posibilidades de las sociedades venideras. Esto requiere de voluntades, decisiones y puesta en práctica de acciones políticas, económicas, científicas y educativas (Núñez, 2004, 2), que se deben ver reflejadas en la responsabilidad del individuo, de la sociedad y de los estados frente a los problemas ambientales, para de esta forma contribuir a la educación ambiental en el presente siglo.

Para la solución de los problemas ambientales es muy importante el aspecto social, mediante una transformación real de nuestras actitudes y comportamientos. Es un proceso lento y largo, en tanto que la degradación avanza de forma rápida y con dimensión global. Por tal razón se debe pensar y actuar en correspondencia con el nivel y perfil ocupacional,

…el hombre transforma la naturaleza a medida que se desarrolla, a medida que crece su técnica; el hombre revoluciona la naturaleza, mas la naturaleza tiene sus leyes, y la naturaleza no se puede revolucionar impunemente. Y es necesario considerar esas leyes como un conjunto, es necesario e imprescindible y vital no olvidar ninguna de esas leyes” (Habana, 1964).

La Educación Ambiental es un proceso de carácter educativo, dirigido a formar valores, actitudes, modos de actuación y conductas a favor del Medio Ambiente, por lo que para lograr un enfoque medioambiental, a través de ella, es preciso transformar las actitudes, las conductas, los comportamientos humanos y adquirir nuevos conocimientos, como una necesidad de todas las disciplinas del currículo, "La formación de convicciones y el desarrollo de una conciencia sobre la necesidad de proteger la naturaleza dependen en gran parte del nivel que se alcance en la propagación de los conocimientos sobre la conservación del medio..” (Cuevas, 1981, p. 10). La importancia actual que tiene la Educación Ambiental a nivel nacional y mundial hace que los educadores en todos los campos del saber, se preocupen cada vez más por su docencia, y que su enseñanza u orientación sea cada vez más interesante para los alumnos. Así, lograran interesar, motivar, y sensibilizar y esto se convertirá en acciones reales y soluciones a los problemas del Medio Ambiente y sus comunidades. (Jaramillo, 2007).

Evolución de la Educación Ambiental

El análisis de los enfoques que existen sobre la educación ambiental permite corroborar el papel de la educación en la solución de los problemas ambientales contemporáneos, además de asumir posiciones en la práctica educativa y científica a la hora de abordar cuestiones tan controvertidas como es el caso de la problemática ambiental.

La educación ambiental constituye un movimiento ético y político basado en valores para la transformación social, a partir de la consideración de que solo desde está perspectiva se logra la preparación de los individuos para la solución de los problemas ambientales que se ponen de manifiesto en el panorama mundial contemporáneo. Su finalidad es lograr un cambio profundo en las estructuras, en la forma de análisis y en la gestión de las cuestiones referentes al medio, volviendo la capacidad decisoria a la comunidad directamente afectada en cada caso. (Nogueira de Gallo, 2010)

La concepción de la Educación Ambiental ha transitado por tres etapas, una primera etapa: Concepción naturalista de la educación. (Hasta la década de los años 70 siglo XX) considerada como una fuente de conocimientos y de formación para los niños, en esta etapa la educación relacionada con el medio constituye un grupo de acciones aisladas con el fin de proteger el entorno natural, sin existir programas institucionalizados con tal objetivo, y asociada sobre todo a la enseñanza de las ciencias naturales. Se caracteriza por tener un claro tinte conservacionista; “…las experiencias pioneras se relacionan con itinerarios y actividades en la naturaleza, salidas al campo etc., impulsadas por grupos de maestros y profesores innovadores e inquietos…” (González, 1998, 2).

Producto de las propias limitaciones de la concepción del medio ambiente en esos momentos, en la definición de educación ambiental, no se tienen en cuenta aspectos del medio tan importantes como los sociales, los éticos y los estéticos, los que a la luz de otros análisis, pasan a ser elementos vitales de la educación ambiental.

La Segunda etapa: Desarrollo de la concepción de la educación ambiental (1970 – 1992), se define producto del agravamiento de los problemas ambientales, se efectúan a nivel internacional toda una serie de foros y convenciones, los que sientan pautas para el desarrollo de la educación ambiental. Especiales aportes se hacen a la educación ambiental en la Conferencia de Naciones Unidas Sobre Medio Ambiente Humano, celebrada en Estocolmo, Suecia(1972), donde se insta al desarrollo de la educación ambiental como uno de los elementos más importantes para enfrentar la crisis ambiental mundial; en la 1era Conferencia Intergubernamental sobre Educación Ambiental, celebrada en Tbilisi (1977), la que establece las orientaciones para su incorporación al sistema educativo, desde la educación no formal y los niveles de instrucción básica, hasta la formación universitaria; y en el Primer Congreso de Educación Ambiental celebrado en Moscú (1987), donde se tratan aspectos tales como la información, investigación, experimentación de contenidos y métodos, formación del personal docente, entre otros. En el tratamiento dado a la educación ambiental en este período, se pone de manifiesto la ampliación de su concepción.

La década de los ochenta coincide con el agravamiento y generalización de la crisis ambiental y con el correlativo incremento de la preocupación al respecto. Su carácter global se hace más evidente, y se enfatizan los aspectos relacionados con la desigualdad mundial y con los desequilibrios Norte-Sur. El Informe de Brundtland (1987) alerta sobre la necesidad imprescindible de vincular los problemas ambientales con la economía internacional y sobre todo con los modelos de desarrollo y aporta una concepción de desarrollo sostenible.

A partir del reconocimiento de la educación ambiental como proceso encaminado a la formación de los individuos en materia ambiental, comienza a dársele tratamiento de dimensión de la educación, otorgándosele una especial importancia a su instrumentación por las vías formales de la educación, se reconoce además la necesidad de trabajar desde la perspectiva metodológica y didáctica su implementación.

Específicamente en Cuba, es aprobado en el año 1985 el Programa Nacional de Protección del Medio Ambiente, cuyas indicaciones y recomendaciones plantearon la necesidad de promover el trabajo por parte del Ministerio de Educación y el Ministerio de Educación Superior en la implementación de la dimensión ambiental.

La Tercera etapa: Redimensionamiento de la educación ambiental. (1992 hasta la actualidad), se enuncia a partir de la Conferencia Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro, Brasil (1992) se amplía la concepción de la educación ambiental, proyectándose como uno de los elementos esenciales para el logro del desarrollo sostenible. En esta etapa se le confiere especial atención en los foros y conferencias internacionales a los aspectos didácticos y metodológicos de la educación ambiental. Se insiste en la necesidad de la búsqueda de nuevos enfoques y métodos para su implementación; la integración de todas las disciplinas; el desarrollo de habilidades en la solución de problemas ambientales sobre la base de situaciones reales; la vinculación a la práctica, como vías para lograr mejores resultados en la adquisición y desarrollo en los sujetos en formación de conocimientos, habilidades y valores con respecto al medio ambiente.

Riojas R. J. (1998) en su trabajo Complejidad, interdisciplinariedad y sustentabilidad: una mirada desde la educación superior, precisa que a nivel internacional se han planteado tres estrategias para internalizar la dimensión ambiental en la Educación Superior, dos de ellas en pregrado: La inserción de cursos sobre temas ambientales en los programas de estudio y la ambientalización del currículo; y en el postgrado, a través de programas de corte interdisciplinario abocados al conocimiento y solución de temas ambientales.

En Cuba en el año 1990 es aprobada por el Ministerio de Educación Superior la Estrategia Nacional de Educación Ambiental para los centros de Educación Superior, la que consideró la incorporación de la dimensión y temas ambientales a través de los componentes académico, laboral e investigativo, aprovechándose las potencialidades que brinda a este fin lo curricular, lo extracurricular y lo extraescolar .Estrategia que tuvo mayor aplicación en los Institutos Superiores Pedagógicos que en los centros subordinados al subsistema del MES (Ministerio de Educación Superior).

En el año 1997 es aprobada la Estrategia Nacional de Educación Ambiental en el país. En el caso del nivel universitario, se concibe como la incorporación de un sistema de conocimientos, habilidades, actitudes, aptitudes y valores, consistentemente diseñados y contextualizados en todo el plan de estudios, partiendo de los objetivos generales del Modelo del Profesional, que se deriven en los objetivos específicos y se concreten en los contenidos de todas las disciplinas, de manera que quede bien establecido, como cada área del conocimiento tributa al sistema en su conjunto y que dé como resultado una formación que se exprese en el sujeto por su actuación respecto a su entorno y a la problemática ambiental y del desarrollo, debiéndose preparar a los futuros profesionales para la participación y la competencia en la solución de problemas ambientales, aprovechando además las potencialidades que brindan las actividades extracurriculares y de extensión universitaria.

Esta estrategia le confiere a la formación y capacitación de los profesionales en materia ambiental una especial importancia, al plantearse en la misma que:

“… Serán en el futuro, los que están directamente vinculados a la toma de decisiones, la proyección de políticas sociales y de desarrollo, a la explotación y uso de los recursos naturales y a la prestación de servicios a la población por lo que de su actuación dependerá en gran medida el rumbo que tome el proceso de desarrollo en el país” (1997:17)

Actualmente se sigue la política en el perfeccionamiento de los Planes de Estudio se introduzca la dimensión ambiental como una temática importante a desarrollar dentro de los programas rectores del Sistema Nacional de Educación definiéndose los siguientes principios:

1. Considerar al Medio Ambiente en su totalidad.

2. Establecer procesos permanentes de capacitación a los gestores y poblaciones generales.

3. Tener una visión interdisciplinaria y transdisciplinaria.

4. Pensar globalmente y actuar de forma local.

5. Proyectar hacia el futuro.

6. Estimular la participación ciudadana.

7. Proponer una nueva ética ambientalista.

8. Adecuación permanente a las condiciones concretas locales.

9. Flexibilidad en el actuar.

La historia de los programas educativos en torno a la Educación Ambiental muestra diversas propuestas que comparten entre ellas dos indicadores comunes: la necesidad de vincular el conocimiento de la complejidad del hecho ambiental con estrategias de comprensión respecto al problema de la equidad en la distribución de recursos y, por otro lado, la urgencia de adquirir un enfoque en el modo de pensar los problemas, para programar acciones sostenibles con una ética de acción comprometida (Gutierrez, 1994; UNESCO, 1994, Sauvé, L 1997; Gaudiano, 1999).

Atención particular requiere la educación ambiental si se tiene en cuenta la necesidad de educar una actitud consiente en el cuidado y conservación del medioambiente, la introducción de la dimensión ambiental en el proceso docente educativo a través de los planes de estudio resulta de gran importancia e implica la sensibilidad de los problemas que afectan al medio, la clarificación de valores y actitud para resolver los problemas, se plantea como un proceso continuo y permanente durante la vida y se desarrolla a partir de los problemas inmediatos para abrirse a los ámbitos regional, nacional e internacional.

Una mirada a la carrera de Arquitectura

En el 2004, Núñez precisó dos tendencias visibles en el ámbito universitario a nivel internacional: la inserción de cursos o asignaturas sobre temas ambientales en los programas de estudio, y la integración a los contenidos tradicionales ya establecidos, contenidos referentes a los problemas ambientales, denominada está última como ambientalización del currículo a partir del tratamiento inter., y trasdisciplinario de los contenidos de la educación ambiental. Romanov V. R. (1987), Arroyo Llera F. y Pérez Boldó A. (1997), Riojas R. J (1998). Al realizar el análisis de un conjunto de planes de estudio de la carrera de Arquitectura en diferentes países de America Latina y Europa, se concluyó que la formación del arquitecto de hoy reclama un enfoque más integrado que incluye la formación medioambiental.

De siempre, la formación del arquitecto ha intentado abordar por un lado, el conocimiento humanístico, arte, historia, cultura, sociedad y por otro lado, el técnico, ciencias físicas, cálculo estructural, instalaciones, construcción, procurando el equilibrio y la interrelación entre ambos para elaborar un producto que tuviera en cuenta la habitabilidad del espacio construido para el hombre. Actualmente esta habitabilidad conlleva implícita el respeto al medio ambiente, la no contaminación, la reducción de residuos y en general la adecuación al medio sin degradarlo considerando necesario la introducción de los conocimientos medioambientales necesarios en la formación de los nuevos profesionales de la construcción para reorganizar nuestras ciudades con criterios de mayor y mejor habitabilidad para el hombre al mismo tiempo respeto al medioambiente.

La Educación ambiental tiene su campo de acción en sus estrategias, entre ellas la Estrategia educativa para la formación integral del hombre, que muestra un fuerte lazo entre el ambiente, la cultura y el desarrollo, partiendo de ella se puede realizar una acción de educación tal que involucre a los Arquitectos en la investigación participativa al ser considerados dentro de los profesionales que más influyen en las modificaciones o alteraciones del medio físico tanto natural como construido a partir de su propia actividad laboral. (Alonso, y Leyva, 2006).

La Carrera de Arquitectura se caracteriza por graduar un profesional de perfil amplio, con valores, conocimientos y habilidades, que por la función social que esta posee, le permite poner al servicio de la humanidad y en particular de la sociedad cubana, un Urbanismo y una Arquitectura sostenibles, lo que implica tener en cuenta el marco social y cultural en que se desarrollan, con racionalidad económica, adecuado uso de los recursos humanos y materiales, minimizando el consumo de la naturaleza, el deterioro del Medio Ambiente y preservando los principios éticos de la sociedad.

En 1900 se inician en Cuba los estudios de Arquitectura caracterizado por un carácter academicista, situación que se extendió hasta inicios de los 30 cuando se introducen nuevas asignaturas, en el 40 aparecen avances significativos y ya en los 50 se abren las puertas de la enseñanza a la modernidad[2]. Después de la Revolución se produce un vuelco en la enseñanza donde la Escuela de Arquitectura juega un papel fundamental en las transformaciones sociales y culturales ocurridas con relación a la construcción masiva de viviendas e infraestructura en general. A partir del curso 77-78 se comienza a aplicar el “Plan A”, que tuvo su continuidad de perfeccionamiento con la elaboración del “Plan B” que se implanta en el curso 82-83 y reafirma el perfil amplio del arquitecto con una formación integral en proyectos y construcciones, premisa que mantuvo el “Plan C” introducido en el país en el curso 90-91; el “Plan C perfeccionado” se establece en el curso 98-99 que se pronuncia por lograr la formación de un arquitecto con una actitud consecuente con el cuidado y preservación del medioambiente, de allí su concepción integradora.

Dentro de las bases definidas para la concepción del plan de estudios “D” [3], merece atención especial los aspectos referidos a:

  • El establecimiento de un amplio perfil del egresado, sustentado por una formación básica, que considera e integra los aspectos humanísticos, culturales, económicos, ambientales, técnicos y jurídicos y la posibilidad de profundizar en determinadas áreas temáticas de la Carrera de Arquitectura y Urbanismo a partir de un sistema de asignaturas optativas y electivas detectándose aún un tratamiento inadecuado de la educación ambiental si se tiene en cuenta que no existe una asignatura debidamente estructurada que le brinde a los estudiantes desde los primeros años los conocimientos necesarios para proteger, conservar y cuidar el medioambiente a la hora de concebir, diseñar, construir y habitar una edificación o un área determinada.
  • El enfoque transdiciplinar en el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que significa trascender, en la enseñanza del diseño y la ejecución de la Arquitectura y el Urbanismo, los contenidos de las áreas temáticas o disciplinas que la integran e incorporar todos aquellos elementos de la vida social, cultural y de la propia naturaleza que influyen y en algunos casos determinan la esencia del objeto estudiado, a través de las estrategias curriculares, los objetivos integradores por cada año y los ejercicios de la disciplina principal integradora, considerando medular para esta investigación, el tratamiento de los contenidos medioambientales desde las fases de diseño que se establecen en el proceso de aprendizaje del estudiante.
  • La estructuración de la carrera en dos Ciclos, uno Básico (1ero a 3er año) y otro Profesional (4to y 5to), que crecen en complejidad y nivel de integración y culminan con ejercicios de síntesis, facilitará la organización de los contenidos medioambientales en correspondencia con los temas de proyectos definidos en los años superiores de 4to y 5to a partir de un conjunto de conocimientos y habilidades adquiridos en el resto de las disciplinas que se imparten lo cual contribuye a la formación integral del estudiante.

Contexto actual

Ha de entenderse el hecho de que la enseñanza de cualquier disciplina deba de tener una base encaminada a conseguir una conciencia de protección ambiental y, con mayor motivo, aquellas que tienen una relación muy directa con la modificación de las condiciones naturales del territorio. Por otra parte el hecho de que entre los indicadores de calidad de vida en las ciudades figuren, cada vez en mayor proporción, aquellos que se refieren al medio ambiente, representa una razón adicional que justifica la necesidad de incluir estos temas en los programas de las asignaturas de la carrera de arquitecto.

El arquitecto está en el desarrollo de su profesión, preparando y proponiendo el marco de desarrollo de la vida personal y social de una parte importante de la humanidad. Por ello, las consecuencias ambientales de los diseños surgidos de su actividad son muy importantes, y resulta imprescindible que la formación de todo arquitecto esté presidida por una mínima conciencia ecológica. Esta "sensibilidad ambiental" es en el momento actual una línea de atención preferente en la formación ambiental del Arquitecto.

Actualmente en la carrera de Arquitectura en Cuba, existe el Programa de Educación Ambiental que define objetivos generales educativos como: amar la naturaleza, protegerla y conservarla, utilizar racionalmente los recursos naturales, participar con la comunidad en los programas de educación ambiental y objetivos generales instructivos donde se debe lograr que los estudiantes adquieran los conocimientos necesarios para diseñar y evaluar soluciones técnicas para los problemas de acondicionamiento ambiental a escala arquitectónica y de conjuntos de edificaciones, con el máximo aprovechamiento de los recursos renovables y no renovables disponibles, integrar las soluciones, naturales y artificiales, a los problemas del acondicionamiento ambiental, considerando sus aspectos de diseño, constructivos, económicos y de protección ambiental así como la integración de las soluciones aportadas con la expresión y calidad arquitectónica y urbana, aplicar la computación como herramienta que permita elevar la efectividad de los procesos relacionados con la búsqueda de variantes, así como la agilización de los mismos, elaborar informes y defender las fundamentaciones conceptuales, funcionales y técnico-económicas de las soluciones de proyecto y construcción desde el punto de vista del acondicionamiento ambiental y aplicar los índices técnico-económicos, normas y recomendaciones estatales y ramales así como el sistema internacional de unidades.

El establecimiento de programas docentes en los nuevos planes de estudio con la inclusión de toda la problemática medioambiental se hace absolutamente necesario y de urgente aplicación, pues es evidente la gran demanda de éstos conocimientos a nivel profesional, es necesario ahondar en el grado de responsabilidad de la arquitectura en la destrucción del planeta, planteando una docencia basada en la concepción desde criterios medioambientales. Esta tarea es realmente ambiciosa y debe plantearse desde un exhaustivo análisis de las nuevas necesidades profesionales del arquitecto con el nuevo paradigma actualmente en desarrollo de la sostenibilidad. Este nuevo paradigma implica una manera diferente de entender la arquitectura y sus consecuencias tanto medioambientales como sociales y económicas.

El replanteamiento de los contenidos que actualmente se desarrollan en la carrera de Arquitectura, es una de las razones primordiales para suscitar un cambio estructural que reside en la adecuación profesional a las nuevas tendencias de la sociedad. Sin lugar a dudas, en general, los temas medioambientales se requieren en todos los campos profesionales cada vez más, y en particular en el campo arquitectónico. La Arquitectura también ha de asumir el reto medioambiental como consecuencia del cambio social que se esta produciendo frente a la sostenibilidad del planeta.

A manera de conclusiones

La educación ambiental como dimensión de la formación de los individuos y las comunidades con la finalidad de prepararlos para una adecuada gestión ambiental, es un importante elemento en la solución de los problemas ambientales que existen en la actualidad, tiene como finalidad mejorar la calidad de vida de las presentes y futuras generaciones promoviendo el desarrollo sostenible, el respeto a todas las formas de vida y la formación de sociedades más justas y ecológicamente equilibradas.

La integración de la dimensión ambiental al sistema educativo permite incrementar el nivel cultural sobre el tema, formar criterios de ética ambiental y capacitar al alumno en la búsqueda de soluciones a la problemática ambiental.

En el ámbito universitario existen dos tendencias de implementación de la dimensión ambiental en el pregrado: la introducción en el currículo de una asignatura encargada de la formación ambiental de los estudiantes; y la ambientalización del currículo, a partir de darle tratamiento interdisciplinario a esta dimensión de la educación.

La inclusión de la problemática medioambiental en los programas docentes de los nuevos planes de estudio se hace absolutamente necesario y de urgente aplicación, pues es evidente la gran demanda de éstos conocimientos a nivel profesional, es preciso profundizar en el grado de responsabilidad de la Arquitectura en la destrucción del planeta, planteando una docencia basada en la concepción desde criterios medioambientales.

Referencias bibliográficas

Alonso, A, Leyva, C. 2006. La dimensión medio ambiental en la formación integral del Arquitecto. Editorial Obras. ISBN: 959-247-027-8.

Alonso, A, Leyva, C. 2008. La estrategia de Educación Ambiental y su impacto en los proyectos turísticos de la carrera de Arquitectura (presentado en el Evento Internacional Universidad 2008).

Cuevas, J. 1981. Los recursos naturales y su conservación. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. Pág. 10

Jaramillo, J. 2007. ¿Como enseñar la Educación Ambiental ?. Revista científica. ISBN 1909-2474. Universidad de Caldas. Colombia.

López de Asiain, M. 2005. La formación medioambiental del Arquitecto. Hacia un programa de docencia basado en la Arquitectura y el Medioambiente. Tesis doctoral. España.

Núñez, M. Modelo pedagógico para educar en el valor responsabilidad ambiental a los estudiantes de la carrera de derecho. 2004. Tesis presentada en opción al grado científico de doctor en ciencias pedagógicas. Camagüey.

Nogueira de Gallo, Alma. 2010. “Por un medio ambiente mejor”. www.educar.org/proyectos/medioambiente.asp.

O´ Neill, D. 2010. Medio Ambiente y Desarrollo. Instituto Land Texas.

 

 

Notas finales

[1] Definida como “el deterioro cualitativo del entorno del hombre causado por la industrialización y la urbanización, por el agotamiento de los recursos de energía y materias primas, el aumento continuo de presión demográfica sobre la naturaleza, el desequilibrio de los balances ecológicos naturales, el exterminio de especies de plantas y animales y las consecuencias genéticas negativas de la contaminación de la naturaleza con los desechos de las actividades productivas del hombre”

[2] Se contó con la destacada participación de profesores como Antonio Quintana, Humberto Alonso, Mario Romañach y otros, y estudiantes progresistas que fundan la revista Espacio, donde se unen la visión revolucionaria arquitectónica y política.

[3] Versión presencial. Carrera de Arquitectura y Urbanismo. Ministerio de Educación Superior. República de Cuba. Ciudad de la Habana 2007.

 


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