El componente cívico-tributario como proceso pedagógico en educación secundaria básica

Orlando Fonseca Báez

Universidad de Granma. Dirección Provincial de Educación

Resumen: El presente artículo sintetiza los principales presupuestos teóricos de partida para la modelación del componente cívico-tributario de la formación ciudadana en la educación Secundaria Básica, como un proceso pedagógico en interrelación con las agencias y agentes del contexto sociocultural formativo en que se desarrollan los educandos. Caracteriza epistemológicamente el proceso de formación ciudadana, con énfasis, el componente cívico-tributario en la educación Secundaria Básica, lo que fundamenta y explicita las relaciones que se producen para la apropiación y aplicación de cualidades cívicas en los educandos

Palabras clave: componente, cívico-tributario, pedagógico, contexto sociocultural

Introducción

En los últimos años la sociedad cubana se ha manifestado de manera peculiar, las afectaciones de la crisis general del capitalismo y más cercano aún, la repercusión en la Isla de la Covid-19, conducen a la búsqueda de alternativas para sufragar los gastos del aumento de la carestía de la vida, los artículos de primera necesidad y la alimentación, donde la educación juega un papel determinante para el fortalecimiento de los valores cívicos, morales y jurídicos. En este contexto, la recaudación de impuestos para generar ingresos al Estado, motiva la inserción de temas tributarios en la formación ciudadana de las nuevas generaciones, en tanto fortalece su cultura integral.

Si bien los tributos no los rige el sistema educacional, es decir; no se fijan en las instituciones educativas, sí es necesario ir creando una cultura cívico-tributaria en los educandos -dentro del proceso de formación- que les permita como futuros sujetos sociales la aplicación consecuente en la sociedad, de una conciencia y cultura tributaria con responsabilidad, lo que incentiva esta necesidad estatal y social; dándole cumplimiento a una adecuada y completa formación ciudadana.

De lo anterior se deriva la importancia del tratamiento a la cultura tributaria como proceso pedagógico en las edades más tempranas, por consiguiente; se precisa la adolescencia; a partir de los cambios físicos y psicológicos que ocurren; como la etapa crucial para la inserción de contenidos en correspondencia con los objetivos de la educación; para complementar la cultura general integral del educando en constante interrelación con el contexto sociocultural.

La formación ciudadana se ha tratado por investigadores foráneos como Bárcenas (España, 1997) quien apunta a la educación moral de la ciudadanía a partir de una filosofía de la Educación Cívica en el contexto intraescolar;  Buxarrais (España, 1998, 2002 y 2015) aporta a la formación del profesorado para la conducción de los procesos pedagógicos en la universidad; Quispe (Ecuador, 2020) abunda sobre la ciudadanía en la formación inicial docente con imágenes sobre la formación para la ciudadanía en la escuela y sus procesos de configuración; Zacarías (Perú, 2022) señala a la formación ciudadana en la educación básica – primaria, desde los profesores en formación; sin embargo, estos autores no llegan a revelar las cualidades que se establecen en el educando como ser social, para favorecer la apropiación de la cultura tributaria desde una perspectiva pedagógica.

En Cuba, investigadores entre los que se destacan: Sarduy (2016), Gancedo (2016), Estrada (2016), Cabrera (2018), Reyes (2018), Padilla (2019), Romero (2020) y Martínez (2022), coinciden en que, a pesar de los elevados índices de educación adquirida, la cultura cívico-tributaria en el país aún no está generalizada. De lo anterior se intuye que el tema no siempre ha constituido una prioridad en el ámbito pedagógico, las instituciones educativas en su generalidad no diseñan acciones en el currículo institucional encaminadas a la preparación de los educandos que se inician como contribuyente y sujeto social; no siempre se logra una conciencia hacia el cumplimiento de los deberes ciudadanos, y en especial; al componente cívico-tributario para que mediante el accionar pedagógico, constituya un deber cívico que emana del proceso de formación en la educación.

En otro orden, hacia lo interno del plano pedagógico, los estudios de Sáez (2001), Sierra (2003), Venet (2003), Silva (2005), Ruiz (2010), Bosmenier (2017), Maciá (2018), Gómez (2021) y Chacón (2022) fundamentan las relaciones que se establecen en la formación ciudadana, jurídica, de paz, la correspondiente transformación del docente en la manera de educar al educando y su sistematización; en interrelación con el contexto sociocultural, constituyen referentes de peso en el trabajo con la educación cívica, jurídica y ciudadana; pero no explicitan el carácter cultural del proceso formativo y la integralidad que abarca la formación del componente cívico-tributario como proceso pedagógico.

La presente investigación asume los objetivos formativos de la educación Secundaria Básica donde se sintetizan los contenidosde distintas ciencias sociales que estudian los aspectos económicos, éticos, jurídicos y políticos necesarios para la vida cultural pública y el desenvolvimiento social en las condiciones actuales, como base para la formación de intereses y motivaciones que mueven el comportamiento ciudadano en las relaciones que se establecen entre los individuos y de ellos con el entorno social, estatal y natural.

Una revisión a las limitaciones encontradas por la Comisión Nacional de la Disciplina en el Tercer Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación permitió identificar que aún es insuficiente el trabajo con la preparación de los docentes desde su formación para el trabajo con los educandos en su práctica social, es generalmente limitada la bibliografía referida al proceso de formación ciudadana y su conceptualización, la formación cívico-tributaria se simplifica al currículo general obligatorio en detrimento del currículo institucional, donde el desarrollo de las actividades complementarias ponderan su efectividad y; por otro lado; los problemas económicos laten en el comportamiento de la disciplina, lo que indispone el cumplimiento del fin y los objetivos de la educación.

La experiencia como docente y metodólogo del autor, junto al análisis de los aspectos facto-perceptuales permite identificar insuficiencias en las actitudes de los educandos que denotan la necesidad de formar en ellos el componente cívico-tributario como núcleo de la formación ciudadana. Lo anterior, se expresa en que:

  • Existe un creciente desinterés en los educandos por la participación en las actividades de contenido cívico-tributario y de formación ciudadana en general.
  • Los educandos no siempre reflejan una educación consciente hacia la responsabilidad en el pago de la cotización como contribución a su organización pioneril.
  • En su generalidad, el docente no promueve la educación tributaria como deber cívico inherente a la formación ciudadana para la concreción de los objetivos formativos.
  • Los docentes no siempre sistematizan la concepción de los objetivos de la disciplina Educación para la Vida Ciudadana en el diseño de las actividades complementarias para satisfacer las necesidades sociales de los educandos.
  • Es insuficiente la publicidad y propaganda acerca de la importancia que se le concede a la cultura cívico-tributaria en el proceso de formación ciudadana actual.
  • Es insuficiente la bibliografía referida a la formación ciudadana en la integración de las asignaturas del currículo general e institucional concebido para la educación.

En línea con lo antes planteado se precisa como problemática las insuficiencias que se manifiestan en la formación ciudadana como proceso pedagógico en la educación Secundaria Básica, que limitan la apropiación y aplicación de cualidades cívicas de los educandos en su práctica social.

Las relaciones inherentes a la educación cívica, jurídica y política prevaleciente en la Secundaria Básica, revelan que aún no se ha estudiado a profundidad el componente cívico-tributario, de manera que le permita al educando completar su formación cultural para una armónica convivencia en sociedad, la responsabilidad y modos de actuación ante los deberes y su cumplimiento legalmente establecido, instituido constitucionalmente.

El análisis de las manifestaciones fácticas denota una fragmentación de los principales conceptos y constructos teóricos lo que deviene como carencia epistémica en la teoría pedagógica; en tanto, no permite estudiar, interpretar y explicar las relaciones que se producen en el proceso de formación del componente cívico-tributario dada su escasa bibliografía; su concepción y el modelo a seguir para obtener, determinar y revelar los componentes, dimensiones, indicadores y vías para el tratamiento de esta categoría como un proceso pedagógico, a partir del reconocimiento e imbricación de las agencias y agentes del contexto sociocultural en el proceso de formación del educando; lo que justifica la necesidad de una nueva construcción teórica en el proceso de formación ciudadana.

Esto último permite aseverar como causa teórica esencial que el enfoque teórico y pedagógico del proceso de formación del componente cívico-tributario en el sistema educativo, dada su actual concepción parcial y no sistematizado, no permite estudiar, interpretar y explicar las relaciones a lo interno del proceso de formación ciudadana lo que limita la apropiación de una cultura cívico-tributaria que le permita manifestar en la vida institucional, social y laboral, las cualidades adquiridas en el proceso de formación.

Es objetivo del presente artículo sintetizar los principales presupuestos teóricos de partida para modelar el componente cívico-tributario de la formación ciudadana en la educación Secundaria Básica como un proceso pedagógico en interrelación con las agencias y agentes del contexto sociocultural formativo en que se desarrollan los educandos.

Desarrollo

Desde la perspectiva filosófica de la investigación se asume el Materialismo Dialéctico e Histórico específicamente la Teoría del Conocimiento de Lenin. Los postulados de la teoría marxista – leninista del conocimiento permiten comprender el papel de la práctica en el proceso cognoscitivo, como expresara Lenin (1985, p. 322) en su obra Materialismo y Empiriocriticismo de la contemplación viva, al pensamiento abstracto y de este a la práctica social, tal es el camino dialéctico del conocimiento. En el proceso de formación ciudadana en la educación, adquiere significación cuando los educandos perciben del mundo exterior los objetos, procesos y fenómenos de la realidad, se apropian del contenido cívico-tributario, habilidades y valores que emanan del contexto sociocultural y lo manifiestan en su participación en la sociedad.

El conocimiento debe transitar por los tres niveles, desde el conocimiento sensible o singular, asociado a un objeto único; el conocimiento conceptual o universal, más estructurado y delimitado; aplicable a varios fenómenos en su conjunto, con características similares entre sí y el conocimiento holístico o intuitivo, imposible de delimitar o definir, es tener un valor del objeto y comenzar a definirlo o delimitarlo; en tanto, se puede apreciar el objeto.

La apropiación del conocimiento cívico-tributario se explica a través de los siguientes principios enunciados por los teóricos del Marxismo: principio del reflejo, del desarrollo y de la práctica, estos tienen una incidencia significativa en el componente cívico-tributario como proceso pedagógico en la educación Secundaria Básica. El principio del reflejo se constata en la apropiación del contenido cívico-tributario, los educandos transitan desde la representación del contenido, devenido en las acciones pedagógico-educativas que formalizan su actuación ante el pago de la cotización, esto induce la comprensión de los procesos y fenómenos culturales, cívicos o históricos hasta su interiorización, lo que contribuye al enriquecimiento del pensamiento y a su responsabilidad personal como valor.

El principio del desarrollo parte de no suponer el contenido cívico-tributario absoluto, invariable y acabado, sino considerarlo siempre incompleto e inexacto. Las acciones y vías propuestas para el tratamiento al contenido cívico-tributario como proceso pedagógico; no tienen un límite, responden a las características de los educandos en correspondencia con las necesidades e intereses del contexto sociocultural; es flexible, adaptable y se perfecciona continuamente, busca el dinamismo de la formación cívico-tributaria para que enfrente las situaciones de la vida cotidiana que generan dilemas en su educación ciudadana.

El principio de la práctica, versa a partir de los intereses y necesidades sociales, se relaciona con la actividad cognoscitiva, la cual refleja y reproduce la realidad en forma de conocimiento. Por tal razón, se considera a la práctica, y en particular a la actividad productiva de los hombres, como base del proceso de conocimiento; además, actúa como criterio de la verdad para que los educandos en su interacción con el medio social y natural, demuestren y apliquen los conocimientos que adquieren.

En tal sentido, se estudian los procesos sociales que es preciso entender en su desarrollo y sus interrelaciones con otros procesos, desde un enfoque clasista y con una objetiva contextualización histórico-social. Como centro de ese proceso, se sitúa la espiritualidad del hombre, sus valores más preciados; en tanto, al apropiarse de la cultura, es portador de las cualidades cívico-tributarias contenidas en ella.

Como referente psicológico de partida se toma el enfoque histórico cultural de Vigotsky (1987, p. 162); el que tiene su sustento en la teoría dialéctica materialista para comprender al mundo, al hombre y su desarrollo en interacción sistemática con la realidad sociohistórica en la que está inmerso, la mediación de la actividad y la interacción humana en la subjetividad individual; donde el papel de la educación en ese desarrollo, forma parte de las premisas para alcanzar el correcto análisis, interpretación y explicación del proceso de formación del educando.

La situación social del desarrollo se manifiesta de forma particular y única en cada educando, a partir de la interrelación que se establece entre las condiciones externas e internas típicas de la etapa evolutiva, que condiciona el desarrollo psíquico y el surgimiento de nuevas condiciones internas cualitativamente superiores. La interrelación entre estas condiciones está dada por el sistema de influencias educativas que ejerce el contexto sociocultural donde se desarrolla el educando, las que permiten la interpretación de las vivencias y experiencias en los modos de actuación del contexto sociocultural y el desarrollo de sentimientos, cualidades, convicciones y valores.

En tal sentido, Vigotsky (1979, p. 94) plantea la ley genética del desarrollo, donde se infiere que, en el desarrollo cultural del educando, dicha ley aparece dos veces: primero, en el ámbito social, y más tarde, en el ámbito individual; primero entre personas (interpsicológica) y después al interior del propio educando (intrapsicológica). Este proceso conlleva a la apropiación del conocimiento: primero, en la relación interpsicológica, cuando se recibe la influencia de la herencia cultural reflejada en toda la producción material o simbólica; y, segundo, de manera intrapsicológica, cuando se transforman las funciones psicológicas superiores y se produce la interiorización del contenido cívico-tributario.

Desde el contexto sociocultural se trata de sensibilizar al educando – como sujeto en formación – en relación con el papel que tiene que desempeñar en su entorno social, a través de la promoción de experiencias que le permitan comprender la complejidad de las relaciones en las que se implica, mediante una concientización. Desde el punto de vista intrapersonal la concientización del educando pasa por la comprensión de la necesidad de una concepción holística en el despliegue de su potencial y de su desarrollo personal; en tanto, éste sólo puede alcanzar un óptimo desarrollo cuando lo físico, lo emocional, lo intelectual y lo valorativo se aprecia con igual importancia y como aspectos complementarios entre sí.

En consecuencia, la categoría conciencia se precisa, por cuanto constituye un estado ineludible en el ser humano para el tránsito a la apropiación y aplicación de los contenidos cívico-tributarios que emanan del sistema de relaciones del contexto sociocultural formativo. Para el autor de esta investigación poseer una conciencia cívico-tributaria denota actitudes y tradiciones adquiridas por los educandos, dada su herencia social-familiar, la que vierte una voluntad de contribuir incondicionalmente y está determinada por los valores personales y culturales de la sociedad.

La apropiación de la herencia social, por el educando; transmitida por las generaciones precedentes no debe verse como una simple copia o reflejo pasivo de la realidad, debe considerarse como una de las más diversas formas y recursos a través de los cuales el educando, de forma activa y en íntima interrelación con los demás – los adultos y los contemporáneos que lo rodean – hace suyos los conocimientos, habilidades, actitudes, valores e ideales de la sociedad en que vive, es decir, convierte en cualidades personales la cultura que caracteriza a la sociedad.

La actividad, constituye un proceso que media la relación entre el hombre y la realidad objetiva. El hombre no es un ser reactológico que responde directamente a los estímulos del medio, sino que, a través de su actividad, se pone en contacto con los objetos y fenómenos del mundo circundante, actúa sobre ellos modificándolo y transformándose a sí mismo.

Una característica fundamental de toda actividad es su objetividad: toda actividad tiene un objeto (material o ideal), el cual aparece primero independiente del sujeto y posteriormente como su imagen psíquica, producto del conocimiento que el hombre ha adquirido de éste a través de su actividad. La actividad es un proceso de carácter práctico y sensitivo mediante el cual el educando se relaciona con la sociedad, en respuesta a una determinada necesidad, lo que permite el conocimiento y transformación del medio.

La motivación adquiere una importancia decisiva cuando se inicia la formación ciudadana del individuo como proceso pedagógico transversal, debe estar presente en los demás componentes de la formación en el proceso docente educativo. Es decir, debe existir motivación durante el proceso de formación cívico-tributaria y es condición indispensable para el éxito de todo el proceso.

La motivacióncrea un estado de disposición, necesidades e intereses en desarrollo creciente para que el educando como sujeto centro del proceso pedagógico enfrente la aprehensión del contenido formativo. Constituye el estímulo que mueve el componente cívico-tributario hacia la búsqueda y obtención de los conocimientos que se requiere para satisfacer las necesidades derivadas del contexto social en que se desarrollan los educandos de Secundaria Básica. Su asunción es condicionada por el nivel de participación e implicación que tenga cada educando en las actividades diseñadas con este fin.

El referente sociológico parte de las aseveraciones sobre la educación de Blanco (1997) como factor de la práctica social, donde se explicita que la educación constituye siempre una forma determinada de comportamiento social (puesto que todos participan en ella) y es, al mismo tiempo una relación social entre los individuos, en la que media el papel de educador o educando, pero siempre a partir de una posición concreta del sujeto dentro de la sociedad, o sea, dentro de la estructura de clases, grupos y sectores sociales históricamente establecida. (p. 26).

En otro orden Blanco (2002, p. 112) señala que la educación se refiere tanto a la asimilación y reproducción de los contenidos humanos esenciales como a toda la práctica social en su conjunto, desde una posición de clase y en un marco histórico concreto. En tal sentido, se deduce que el componente cívico-tributario constituye un contenido humano, clasista, el cual luego de asimilado a través de las múltiples vías de educación debe ser procesado y concientizado para aplicarlo en la realidad.

Las bases del Tercer Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación (ICCP, 2016) refrendan que “(…) las agencias socializadoras aseguran la educación, disciplina y control de sus miembros a partir de concepciones filosóficos, ideológicas y políticas, sentimientos e intereses de clase o grupo social, aspiraciones de hegemonía y poder, etc (…)”, por lo que sirven como instrumento de la realización a nivel de clase social.

En otro orden, señala estas instituciones como “(…) entidades oficiales de carácter estatal o para-estatal, por ejemplo, ministerios y sus dependencias, fundaciones, etc (…)” y las organizaciones: se refiere a “entidades con objetivos ideo-políticos definidos, que responden a normas estrictas de ingreso y disciplina interna y que abarcan sectores específicos de la población, ejemplo partidos políticos, sindicatos, organizaciones estudiantiles, de mujeres, religiosas, etc (…)”(p. 6); forman parte del contexto sociocultural formativo del educando en función de su propia educabilidad.

El investigador asume como agentes socializadores el personal ejecutor de las acciones a desarrollar por las agencias en estrecha vinculación con las instituciones educativas, en el cual el docente forma parte de una agencia socializadora y al mismo tiempo, agente socializador de la educación en el contexto sociocultural.

Lo anterior permite considerar el contexto sociocultural portador del contenido cívico-tributaria de un determinado grupo humano y, por tanto, señalarlo como concepto estructurador de las categorías esenciales que conlleva a un proceso de formación ciudadana más significativo y atrayente para el educando de Secundaria Básica, ya que le permite acercarse a sus necesidades, intereses, motivaciones y a su cultura, la cual lo distingue como ser humano.

Estas valoraciones aducen a denominar el contexto sociocultural formativo en que se desarrolla el educando como el sistema de relaciones en la que se asienta la institución educativa que actúa como entorno físico y participante en los procesos educativos para el desarrollo de la cultura, en tanto la institución actúa como agente de transformación y desarrollo de la comunidad, dado que forma parte de él.

Desde la perspectiva pedagógica, otro de los referentes, se significa en los aportes de Chávez (2005), quien define como la categoría rectora de la Pedagogía a la educación, entendida como el sistema de influencias conscientemente organizado, dirigido y sistematizado, cuyo objetivo más general es la formación multilateral y armónica del educando y que tiene como núcleo central alcanzar una cultura general e integral donde la formación de valores morales le permitan integrarse a nuestra sociedad y contribuya a su defensa, desarrollo y perfeccionamiento.

Si se sigue el razonamiento anterior, en relación con la significación de la educación para el progreso humano; entonces se tiene que admitir que este puede ser educado. Esto es posible, porque en la propia naturaleza del hombre existen condiciones, predisposiciones -potencialidades- para ese fin y para su auto-educación. De ahí su educabilidad. Además, las condiciones naturales y socio-culturales en las que el hombre se inserta tienen amplias posibilidades para educarle, a esto se le llama educatividad.

La educación es todo proceso de influencia, configuración o desarrollo del hombre, al mismo tiempo que el efecto de esa influencia, configuración o desarrollo. Ella, como fenómeno social, está relacionada íntimamente con aspectos esenciales de la vida del hombre en sociedad, mediante ella el individuo se apropia de la cultura y logra la asimilación y la objetivación de los contenidos socialmente válidos mediante el proceso de formación, expresados en los sistemas de normas y valores aceptados por la sociedad para contribuir de forma activa y creadora a su progreso.

El análisis de la categoría formación, en su sentido más amplio y vista como orientación del desarrollo hacia el logro de un fin determinado, implica rescatar la tradición más humanista por la que ha transitado la historia del pensamiento, al separarla de enfoques pragmáticos y positivistas estrechos, pero a su vez conducen a no olvidar las determinantes ideológicas y culturales en la educación. La formación está condicionada por el carácter bio-dinámico de la educación, en tanto procura la formación, desarrollo y cultura del hombre en interrelación dialéctica. La formación del educando no puede ser analizada fuera del contexto histórico en el cual se desarrolla. Las condiciones de vida y de educación constituyen otro pilar fundamental para comprender al hombre como ser social, que está altamente condicionado por el medio sociocultural en el cual se educa.

La investigadora Silva (2005) refiere que “la formación es parte del proceso de socialización educativa que se desarrolla en la sociedad, con la finalidad de conformar personalidades capaces de convivir y participar en el desarrollo social, desde una perspectiva consciente y autorregulada ética, política y jurídica”. La formación expresa la dirección del desarrollo, es decir, hacia dónde éste debe dirigirse. Lo anterior hace comprender la formación como el nivel que alcanza un sujeto en cuanto a la explicación y entendimiento que tenga de sí mismo, del mundo material y social que le rodea.

Una Carta Metodológica del Ministerio de Educación (1996, p. 48), dirigida a metodólogos y docentes del país, define la formación ciudadana como “la educación de una actitud responsable para la convivencia social presente y futura”. Es decir, todos aquellos elementos que dotan al educando de modos correctos de comportarse en la sociedad en general, ante cada una de las instituciones, sus miembros y ante las propias necesidades e intereses que como ciudadanos tienen. Como se aprecia en esta definición se asume la formación ciudadana como resultado de los procesos educativos en todas sus dimensiones y como socialización, no se refiere al papel activo y transformador del sujeto, ni engloba todas las relaciones que se dan a lo interno del proceso de formación.

El autor asume dentro del proceso de formación ciudadana el componente cívico-tributario, lo que lo conducen a exponer los referentes que permiten la comprensión, interpretación y explicación de los diferentes constructos teóricos de partida, para su posterior estructuración y funcionalidad. Se adentra primeramente en la educación cívico-tributaria la que tiene como objetivo primordial transmitir sentimientos, cualidades y valores inherentes a la responsabilidad fiscal y contrarios a las conductas defraudadoras. Por ello, su finalidad no es tanto facilitar contenidos académicos como formativos.

La educación cívico-tributaria ha de tratarse como un tema de responsabilidad ciudadana que se traduce en la contribución al desarrollo de actividades en el currículo institucional, devienen en experiencias de la vida cotidiana, bajo el manto de una dimensión jurídica que se concrete en su desarrollo y, luego, porque se trata de un deber cívico, trascender al plano social en interrelación con las agencias del contexto sociocultural formativo. No se debe olvidar que es justamente en la etapa de la adolescencia en la que el educando se apropia no solo conocimientos, sino también sentimientos, formándose los principios, cualidades y valores tanto éticos, como jurídicos y políticos.

Otro término sujeto a análisis es la cultura, que desde la perspectiva cívica es definida por Rodríguez (2019) como la consolidación del proceso de formación de la conciencia social y el fortalecimiento de la identidad del ciudadano, tanto individual como nacional, fundamentado en la ideología de la Revolución cubana, en su continuidad histórica, que permite de forma responsable, inclusiva y actualizada, el estudio del pensamiento cubano articulado con las doctrinas del marxismo y el leninismo, tercermundista y latinoamericano. (p. 1). Si bien el autor coincide con el criterio anterior, dado que refleja las direcciones del componente cívico-tributario y la correspondencia con los objetivos formativos; precisa agregar un carácter contextual-aplicativo a la apropiación de la misma, con lo que se completa la formación cultural de los educandos de Secundaria Básica.

El tratamiento al componente cívico-tributario precisa de una creación democrática, que debe enseñarse y aprenderse, implica conceptos y valores que no son naturales, sino creados por la propia sociedad en la que se vive y su relación con el Estado, a merced de las condiciones sociohistoricas en que se quiere vivir. El trabajo con esta categoría desde la visión pedagógica debe ir encaminada al desarrollo de las cualidades cívicas del educando, en cuyo núcleo se encuentran los contenidos de las bases estructurantes del civismo: morales, políticos y jurídicos, en interacción con las restantes formas ideológicas de la conciencia social y los valores fundamentales de la sociedad cubana actual, lo que le permiten la participación autorregulada en el proceso de perfeccionamiento de la sociedad que se construye desde el currículo.

El componente cívico-tributario es condición pedagógica indispensable para lograr una cultura cívico-tributaria que produzca cambios en el comportamiento de los contribuyentes. Se necesita tiempo, por ello no se puede hablar de rapidez o éxitos a corto plazo, ya que la adquisición de un determinado comportamiento cultural en aspectos económicos, sociales y políticos se produce gradualmente. La cultura tributaria se inculca en todos los niveles de educación, para que los futuros ciudadanos estén convencidos de contribuir al desarrollo de su comunidad, en relación con el Estado.

Tal aspecto, restringe como motivo de la investigación el contenido cívico-tributario a un componente del proceso de formación ciudadana, dado que los educandos de Secundaria Básica están personalizados a una edad comprendida entre 12 y 14 años. En esta circunstancia, si bien resulta condición excelente para la apropiación del conocimiento cívico-tributario, no constituyen sujetos activos jurídicamente, en tanto no ejecutan directamente el pago de los impuestos legalmente establecidos, solo ejercen su contribución a la organización pioneril que militan. No obstante, el tratamiento de este componente como proceso pedagógico dinamiza la formación integral de los educandos, que mediada por las relaciones del contexto sociocultural formativo lo preparan como futuro contribuyente en la comunidad de la que forma parte.

Los criterios anteriores permiten al autor definir el componente cívico-tributario como el proceso pedagógico que dispone al educando para la apropiación del contenido cívico-tributario en virtud del compromiso contraído en su organización pioneril, lo que permite concretar el cumplimiento de los objetivos formativos de la Educación Secundaria Básica para enfrentar las actitudes ciudadanas desde la participación en las actividades diseñadas en el currículo institucional, cuyo resultado conlleva al desarrollo de cualidades cívico-tributarias en correspondencia con el proceso de formación.

Esta definición incorporara las relaciones de interacción con los agentes del contexto sociocultural formativo; que al vincularlas con el currículo institucional; lo conducen gradualmente -en su práctica profesional y laboral- al pago consciente de los impuestos en la sociedad de la que forma parte, con lo que logra manifestar la aplicación de cualidades cívico-tributarias en la formación cultural futura. La reconstrucción del componente cívico-tributario en este epígrafe para la transformación del proceso de formación ciudadana en la educación Secundaria Básica, precisa de un modelo pedagógico.

Conclusiones

El presente artículo permitió exponer los principales presupuestos teóricos asumidos para la modelación del componente cívico-tributario de la formación ciudadana en la educación Secundaria Básica.

La ponencia constituye una síntesis de la profundización pedagógica del sistema de relaciones que se dan a lo interno del componente cívico-tributario, su apropiación para la ulterior aplicación en el contexto sociocultural formativo en que se desarrollan los educandos.

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