Atención educativa a la diversidad. Una filosofía, un desafío

Teresita Durán V.*

Centro de Recursos de Información y Orientación para impulsar la Integración Educativa, Campeche, Cam. México

La autora presenta una propuesta docente que permite los profesores y a la comunidad educativa construir una escuela capaz de aceptar y educar a todo el alumnado para crear una clase en ambientes integradores a fin de garantizar una atención educativa de calidad para los niños, niñas y jóvenes con necesidades educativas especiales, asociadas o no a alguna discapacidad. se aborda una perspectiva para reflexionar y buscar juntos, la construcción de un nuevo paradigma de pensamiento y acción pedagógica, en torno a la atención educativa de la diversidad.

INTRODUCCIÓN

Garantizar una atención educativa de calidad para los niños, niñas y jóvenes con necesidades educativas especiales, asociadas o no a alguna discapacidad, es el compromiso de las autoridades educativas, directivos, maestros y profesionistas involucrados en la atención de esta población en edad escolar. Si el objetivo externo del quehacer educativo, y lo que da sentido al mismo, es contribuir al mejoramiento de la calidad de vida -actual y futura- de los educandos, la escuela sí puede contribuir a que su labor se centre en el desarrollo de las personas; para ello, es necesario, un gran esfuerzo en el sentido de cambiar actitudes en los docentes, para el reconocimiento de las características individuales y necesidades específicas de los alumnos, para que todos sean incluidos en los procesos de aprendizaje. Así lo sugiere María Sirley, cuando apunta que “(…) es necesario que comprendamos que la calidad en la educación significa el reconocimiento al derecho de todos a ser diferentes, al derecho de aprender según sus potencialidades…” (2003, p. 40).

Por estas razones, en el presente trabajo se aborda una perspectiva para reflexionar y buscar juntos, la construcción de un nuevo paradigma de pensamiento y acción pedagógica, en torno a la atención educativa de la diversidad.

ANTECEDENTES

Desde hace algunos años, la UNESCO y los gobiernos de algunos países, entre ellos México, han manifestado interés en crear nuevas oportunidades para los niños que por alguna circunstancia no han tenido acceso a la educación, tal como sugiere la Conferencia de Salamanca (1994), cuando reafirma el principio de “Educación para todos”, pugnando por una práctica que asegure a los niños y jóvenes con discapacidad ser integrados para ocupar el lugar que por derecho les corresponde, para estar en las aulas de las escuelas.

En nuestro país, la actual política educativa y social aspira a un desarrollo pleno de sus hombres y mujeres, por eso, la educación especial tiene el compromiso social de ofrecer una atención educativa de calidad a los alumnos que presenten necesidades educativas especiales con o sin discapacidad; orientando sus prácticas al desarrollo de capacidades, habilidades y actitudes; así, como a la búsqueda de aprendizajes para mejorar las oportunidades de desarrollo, autonomía, socialización y convivencia de los alumnos.

Hoy en día, la misión de los servicios de Educación Especial es…

…favorecer el acceso y permanencia en el sistema educativo de niños, niñas y jóvenes que presenten necesidades educativas especiales, otorgando prioridad a aquellos con discapacidad, proporcionando los apoyos indispensables dentro de un marco de equidad, pertinencia y calidad, que les permita desarrollar sus capacidades al máximo e integrarse educativa, social y laboralmente. (Programa de fortalecimiento de la educación especial y de la integración educativa. 2002, p. 31).

DESARROLLO DEL TEMA

Perspectiva actual

Aprender juntos sin exclusiones es un principio democrático para la educación actual, es abrir las puertas de los centros educativos a todos los menores en edad escolar; independientemente de sus condiciones físicas, intelectuales, emocionales, socioeconómicas, étnicas o de alguna otra índole; incluso aquellos con necesidades educativas especiales, tienen derecho a recibir educación. Bajo esta perspectiva, la educación fortalece su esencia humanista.

La política educativa actual se apoya en una base filosófica-ideológica, pues concibe a la escuela como agente de cambio, enmarcada en un nuevo modelo de sociedad incluyente, que considera tres aspectos básicos:

a) Respeto por las diferencias

b) Derechos humanos e igualdad de oportunidades

c) Escuela para todos

Estos principios filosóficos constituyen la base ética y moral que permite pensar en un ideal de hombre, de ciudadano que se ha de formar en las aulas con una serie de atributos y características, de habilidades y capacidades, que le permitan integrarse a la sociedad. (Antología de educación especial. Evaluación del factor profesional. 2000, p. 38).

Escuela para Todos

Un valor fundamental de esta escuela es educar respetando las diferencias, y al hacerlo, logramos una escuela más abierta a la comunidad, más participativa en la atención de los alumnos con necesidades educativas especiales; una escuela que responda a diferentes necesidades, cuya organización permita buscar alternativas para solucionar posibles problemáticas y encontrar nuevos servicios y apoyos, para fortalecer la actualización docente, la vinculación con los padres de familia y la comunidad.

No cabe duda, el reto y compromiso social que se plantea para las escuelas inclusivas sugiere que estén preparadas para aceptar y educar al alumnado con diferencias, con un sentido comunitario, de convivencia, apoyo mutuo, etc., para ello, es necesario recurrir a una serie de principios y valores para asegurar una educación basada en la diversidad, según Stainback y Stainback, existen algunos principios que orientan el reconocimiento de las diferencias en una escuela abierta a la diversidad, y esas premisas son:

a) Establecer una filosofía escolar basada en el principio democrático e igualitario.

b) Incluir a todas las personas implicadas en la educación (maestros, padres, alumnos…) en la planificación y toma de decisiones.

c) Adaptar el currículo según las necesidades del alumnado.

d) Mantener flexibilidad en las estrategias metodológicas de enseñanza.

e) Acentuar los procesos de interacción, para hacer posible una educación de calidad para todos. El conocimiento a fondo de las diferencias y una actitud abierta hacia ellas, asegura igualdad; la flexibilidad en las formas de trabajo permite la equidad; ambos conceptos, igualdad y equidad son valores que permiten considerar la diversidad en sí misma, como una fuente de aprendizaje; valorar positivamente la diversidad, es valorar a los alumnos y alumnas por lo que son como personas y lo que pueden hacer, más que por lo que tienen o no tienen.

Integración educativa, retos y principios

La integración educativa es el proceso que implica que los niños, las niñas y los jóvenes con necesidades educativas especiales asociadas con alguna discapacidad, con aptitudes sobresalientes o con otros factores estudien en las aulas y escuelas regulares, recibiendo los apoyos necesarios para que tengan acceso a los propósitos generales de la educación. (Programa Nacional de Fortalecimiento a la educación especial y a la integración educativa. 2002, p. 36).

La integración no es en absoluto una novedad, porque seguramente, algún maestro de la escuela regular en educación básica, ha atendido niños con discapacidad en su salón y ha empleado diversas estrategias para integrarlo.

Actualmente en algunas escuelas públicas se está viviendo este proceso, en el cual los maestros de educación especial son parte del equipo de profesionales, que participan en la atención y apoyo de los alumnos con necesidades educativas especiales. Este modelo educativo, no intenta crear angustia o desmotivación en el colectivo de maestros de educación básica, sino ofrecer nuevas oportunidades de aprendizaje y experiencia, ante las nuevas demandas de atención de los alumnos; todo ello implica reflexionar e integrar a sus esquemas otras formas de enseñanza, favorecer la diversificación metodológica para que cada alumno participe en el aula, empleando al máximo sus posibilidades, en situaciones variadas y valiosas para todos; no se trata de que el maestro trabaje más, sino que trabaje de manera distinta. Desde luego, los maestros no deberán enfrentar solos este reto, pues la integración requiere del trabajo colaborativo, del apoyo mutuo entre compañeros, del liderazgo de los directores, del personal de educación especial, de los padres de familia y de las autoridades educativas.

La integración no implica únicamente, la idea de la inserción escolar, sino lograr el acceso y permanencia exitosa de los alumnos con necesidades educativas especiales en las escuelas. La integración es responsabilidad y compromiso de la educación básica, de ahí que es importante la participación comprometida de autoridades, maestros, padres de familia, alumnos y comunidad educativa en su conjunto.

La integración educativa, es una oportunidad para la comunidad educativa de crecer como personas y de fortalecerse como equipo de trabajo. Para los alumnos, la integración es de gran beneficio, pues constituye una experiencia educativa y social para desarrollarse como personas.

CONCLUSIONES

La filosofía de la calidad cree en las personas, de ahí que en educación básica se requiere creer en los alumnos, valorar la diversidad, para aprovechar al máximo las potencialidades de ellos; porque en la medida que se reconozcan las diferencias, se respeten y se aprovechen las mismas, se estará buscando y practicando verdaderamente, una atención educativa a la diversidad.

PROPUESTAS

Filosofía de la clase en ambientes integradores

La formación de actitudes ante la diversidad permite a los docentes y comunidad educativa construir una escuela capaz de aceptar y educar a todo el alumnado; como dice Stainback “…la diversidad refuerza la clase y ofrece mayores oportunidades de aprendizaje a todos sus miembros…” (1999, p. 26); y para hacer efectiva esta idea, sin duda alguna, el aprendizaje tiene que ser un hecho vivencial, en donde los alumnos puedan disfrutar, convivir, comunicar y aprender de sus compañeros; lo anterior será posible si el docente reafirma su compromiso y la responsabilidad social de su profesión para crear la filosofía de su clase, partiendo del principio de que todos los niños, pertenecen al grupo y todos pueden aprender en la misma escuela y en la comunidad.

“Las diferencias encierran grandes oportunidades de aprendizaje, las diferencias constituyen un recurso gratuito y abundante…”, esta expresión de Robert Barth (1999, p. 26), invita a reflexionar sobre el valor de reconocer a la diversidad, como una característica inherente a la naturaleza humana y una oportunidad para enriquecer las relaciones entre las personas y las posibilidades de interacción para nuevos aprendizajes en ambientes integradores, con la libertad de utilizar diversas formas de trabajo, reconocer estilos de aprendizaje y niveles de competencia en cada uno de los alumnos.

Desde mi punto de vista, el docente de educación básica, es capaz de transformar sus prácticas y enriquecer sus habilidades didácticas cada día, en cada clase, con cada alumno y en cada escuela.

A continuación, presento algunas ideas que matizan el boceto de una filosofía escolar basada en el principio de igualdad, para crear una clase en ambientes integradores:

a) Comprender las diferencias individuales y el valor de cada alumno como persona.

b) Aceptar y sentir que todos los alumnos pertenecen al grupo.

c) Todos pueden aprender, si atendemos los aspectos positivos y las posibilidades de cada uno, si descubrimos el estilo de aprendizaje individual y apreciamos las capacidades.

d) Atender distintas necesidades de los alumnos en las actividades del aula y fuera de ella, permiten el aprendizaje en la interacción.

e) Promover la cooperación y la colaboración entre compañeros de aula y escuela, crea una comunidad de ayuda mutua.

f) Favorecer el respeto mutuo, sentido de comunidad y de apoyo recíproco en la realización de una tarea común.

g) Centrarse en los aspectos positivos y en el modo en que se puede enriquecer el funcionamiento del grupo; que en las deficiencias, las discapacidades u otras desventajas.

h) Fomentar redes naturales de apoyo entre alumnos, amigos o compañeros dentro de la clase y en la escuela.

i) Realizar actividades grupales que promuevan la comprensión de las diferencias individuales y los tipos de ayuda que necesitan los alumnos.

j) Crear situaciones en las que cada alumno trabaje con todos sus compañeros, en distintos momentos de la jornada escolar.

k) No aislar a ningún alumno, procurar agrupar a los alumnos, para responder de manera diferente a las exigencias de la tarea.

l) Organizar el ambiente de aprendizaje, de manera que los alumnos compartan materiales y se ayuden mutuamente.

ll) Ofrecer a los alumnos, modelos de comportamiento, con actitudes de respeto, aceptación, solidaridad y tolerancia.

El cambio de actitud viene del corazón.

BIBLIOGRAFÍA

Jiménez, Paco (1999). De Educación Especial a Educación en la diversidad. Málaga, España. Ed. Aljibe. 407 p.

Santos Guerra, M. A. (2000). La escuela que aprende. Madrid. Ed.. Morata, 134 p.

Schmelkes, Sylvia. (1995) Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. México, SEP.134 p.

Stainback, William. (1999) Aulas inclusivas. Madrid, Ed. Nancea. 295 P.

SEP (2000), Antología de educación especial. Evaluación del factor profesional. México. 262 p.

SEP (2002). Programa nacional de fortalecimiento de la educación especial y de la integración educativa. México. 49 p.

Sirley, María. (2003). Pedagogía de la diversidad. Chile, 100 p.

* Teresita Durán V. Profesora de educación primaria, licenciada en educación especial y master en psicología y orientación vocacional. Es Responsable del Área Técnica del Centro de Recursos de Información y Orientación para impulsar la Integración Educativa en la ciudad de Campeche, Cam. México.


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