Políticas de educación superior, globalización y desarrollo sustentable

Publicado originalmente en:
Odiseo, revista electrónica de pedagogía. Año 1, núm. 1. 1 de julio de 2003. http://educacionypsicologia.org.mx/revistaodiseo/2003/07/05garcia_politicas.htm (ISSN 1870-1477).

(ISSN 1870-1477).

En el ámbito internacional, la universidad pública se encuentra en un momento decisivo, al exterior identificamos crisis agudas producto de modelos económicos que requieren de una renovación estructural; la evolución del pensamiento humano, nos exige idear nuevas alternativas en donde los estratos socialmente débiles, se incluyan al desarrollo y al progreso de los pueblos.

En la construcción de un futuro más digno, la Universidad será la pieza central, su capital intelectual constituirá la resistencia a la opresión mundial que pretende ensanchar la brecha de la pobreza mundial, en algunos casos de manera intergeneracional.

Álvaro García Hernández

Instituto de Investigaciones Jurídicas
de la Unversidad Autónoma de Zacatecas

Contexto

En el ámbito internacional, la universidad pública se encuentra en un momento decisivo, al exterior identificamos crisis agudas producto de modelos económicos que requieren de una renovación estructural; la evolución del pensamiento humano, nos exige idear nuevas alternativas en donde los estratos socialmente débiles, se incluyan al desarrollo y al progreso de los pueblos.

Al interior, las universidades se encuentran inmersas en conflictos político-académicos que lejos de fortalecer una posición y una capacidad de respuesta común a los efectos de la Globalización en los países subdesarrollados, nos coloca a la deriva como campo fértil a la manipulación.

Omar García Ponce de León en su trabajo sobre “el impacto de la globalización en la educación“, sostiene que las organizaciones universitarias en México y otras partes del mundo han ajustado su desarrollo a un modelo centralizado y piramidal de toma de decisiones, afirma que con este modelo, es difícil hablar de las condiciones propicias para la universidad del futuro.

Hasta hace algunas décadas, continúa García, el patrón de trabajo del modelo centralizado de las universidades se mantenía gracias a la poca comunicación internacional y reducida participación de los individuos. En el caso de algunos países subdesarrollados, esto creó la necesidad de una universidad que concentrara buena parte de los profesionales y de política de educación superior. En el momento actual esa visión ha cambiado radicalmente: existe una presión para transformarse a través de nuevas políticas de financiamiento y una mayor participación de la universidad con otras instituciones nacionales e internacionales.

Identificamos a la solidaridad mundial como el mecanismo que oriente y unifique una barrera intelectual al cambio dirigido y motivado por intereses políticos que lejos de fortalecer a las universidades, las destinan hacia su desaparición.

Ubicamos a la educación superior, como el valuarte de la iniciativa en la creación de una nueva corriente de pensamiento, en virtud de la cual, se generen nuevos espacios de equilibrio entre las fuerzas productivas, en donde se abra la posibilidad a sociedades más justas, en donde el respeto a la soberanía de los países se mantenga intacta y la autonomía universitaria, sea la línea rectora.

En la construcción de un futuro más digno, la Universidad será la pieza central, su capital intelectual constituirá la resistencia a la opresión mundial que pretende ensanchar la brecha de la pobreza mundial, en algunos casos de manera intergeneracional.

Por otros lado, nuestro planeta se encuentra sumergido en una situación emergente resultado de las prácticas depredadoras del entorno natural, motivo de la concepción errónea de la “inmutabilidad de la naturaleza” y, a la indiferencia de quienes en su momento, no han tenido la certeza en el diseño de orientaciones para diseñar escenarios mas equilibrados en donde las aspiraciones económicas se compatibilicen con el cuidado del ambiente.

La sociedad se encuentra lejos de encontrar los caminos adecuados hacia la consolidación de un desarrollo sustentable, motivo de varias cumbres internacionales. 

A la par de los problemas y fenómenos sociales, los ambientales se multiplican, poniendo a prueba la capacidad de los gobiernos por encontrar los mejores conductos por los cuales el sistema natural y el sistema social, converjan teniendo como base nuevos paradigmas de convivencia.

La Sociedad Mundial, debe encontrar la respuesta a innumerables factores que afectan a la humanidad, crisis económicas, pobreza, marginación, analfabetismo, guerras y movimientos civiles, cambio climático, pérdida de especies animales y vegetales etc.

Fenómenos sociales como los enumerados anteriormente, solo podrán ser resueltos con la adopción de medidas regionales orientadas a partir de la universidad, en virtud de las cuales, los países o estados, diseñen nuevos mecanismo de participación en donde el capital humano y económico, se unan en el compromiso de la justicia social y la preservación del ambiental.

Globalización y Desarrollo Sustentable

Por lo que respecta a la Globalización, Bibiana del Bruto1 señala que los cambios del capitalismo, -en la totalidad del planeta- no se manifiestan exclusivamente en las cifras de progreso económico, y/o en los espacios financieros y económicos, lo conceptualizado como “globalización” está basado en una vertiginosa aceleración de los procesos tecnológicos, especialmente de las comunicaciones, la microelectrónica, la genética y los nuevos materiales. 

Según afirma, han venido a fomentar también, un modo de vida global o como ha sido denominado “estandarización u homogeneización cultural”. Un fenómeno no exento de fricciones y de contradicciones, quizás más complejos que aquellos que eran discernidos en los momentos del afán por el desarrollo.

En nuestra consideración, la globalización constituye un modelo económico social que se aleja por mucho de la unificación de criterios y propuestas para lograr mejores parámetros de crecimiento en el Mundo, tan es así que los países de América Latina y el Caribe propusieron en la reuniones previas a la celebración de la Cumbre Río+10, el diseño de una nueva globalización para el desarrollo equitativo y sustentable, como consigna central de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible. 

La propuesta forma parte de la Plataforma de Acción aprobada en la Conferencia Regional Preparatoria realizada en octubre en Río de Janeiro. El documento, de 79 puntos, recoge las posiciones que América Latina y el Caribe llevarán a la cumbre de septiembre de 2002 en Johannesburgo, Sudáfrica.2

“Hacia una nueva globalización que garantice un desarrollo equitativo, incluyente y sostenible”, reza la propuesta aprobada en la reunión de dos días de cancilleres, ministros de Ambiente y otros funcionarios de 36 países. Los participantes señalaron la necesidad de una “mayor coherencia y coordinación entre las estrategias y políticas ambientales, sociales y económicas”.

Según el enfoque de la plataforma de acción, los países del Sur sólo alcanzarán el desarrollo ambientalmente sustentable “cuando tengan acceso al financiamiento adecuado” y a los grandes mercados para su producción y se cumple “la transferencia de tecnologías”.

Las “insostenibles modalidades de producción y consumo y el impacto negativo de ciertos mecanismos comerciales y financieros” son un obstáculo al desarrollo sustentable, declararon.

El desarrollo ambiental y socialmente sustentable exige “reanudar la discusión sobre la deuda externa”, reducir “la volatilidad de una economía mundial convertida en casino” y crear condiciones para una sociedad más equitativa, no se puede lograr el desarrollo sustentable si, a falta de empleos, continúa la emigración, que ya se llevó a “medio millón de profesionales latinoamericanos, graduados en la universidad”.

Esta posición nos amplia la visión de lo que realmente la Globalización representa para los países subdesarrollados, el desarrollo sustentable se ideó como un nuevo paradigma para alcanzar niveles de bienestar para las presentes y futuras generaciones, enmarcados en la preservación ambiental y la consolidación de los satisfactores colectivos.

Respecto a la sustentabilidad, consideramos que ha sido lento el avance en la materialización de las intenciones plasmadas en las cumbres y reuniones internacionales, que se han visto obstaculizadas por la indiferencia de los gobernantes y tomadores de decisiones en general, lo que ha provocado que el impacto del sistema social sea mayor sobre el sistema natural provocando un sinnúmero de problemas de carácter ambiental.

En este sentido el Maestro Federico J. Arce Navarro3, coincide con esta idea al afirmar que:

la crisis ambiental ha puesto al descubierto la ineficiencia de las instituciones de las sociedades contemporáneas y nos impone la necesidad de realizar nuevas consideraciones que derrumben los actuales esquemas sociales, culturales y económicos que dificultan el tránsito hacia una alternativa adecuada que permita la subsistencia del planeta.

El Paradigma Desarrollo Sustentable

El impulso del paradigma denominado desarrollo sustentable durante el pasado siglo, tuvo que transitar desde 1987, cuando se emitieron los resultados del Informe Brundtland4, hasta su impacto y difusión global a partir de la cumbre de Río de Janeiro (Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo UNCED), de 1992. Este acontecimiento quedará marcado como el inicio de la revolución ambiental positiva, en el que la conciencia mundial se centro en el destino del Planeta a través de declaraciones y programas a través de los cuales, se recomendó a los líderes mundiales la adopción de medidas, estrategias y acciones a implementarse con la intención de garantizar a las futuras generaciones, las condiciones mínimas indispensables para su subsistencia y bienestar. 

Río de Janeiro, ha sido el escenario protagónico de la visión de desarrollo sustentable que se extiende hacia un gran número de países, entre ellos el nuestro. Ha sido testigo de logros históricos de algunas de las metas internacionales relacionadas con el desarrollo, la erradicación del hambre y la pobreza, buscando la compatibilidad de los esfuerzos económicos con el sistema natural.

La primer cumbre de la Tierra, fue la respuesta a la resolución número 44/228 de diciembre de 1989, de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que mandató la celebración de la Conferencia, teniendo como base los planteamientos derivados de Declaración de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano de Estocolmo, celebrada diez años atrás en 1972, del 5 al 16 de junio.

Los resultados de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992, fueron:

  1. La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
  2. La Agenda 21
  3. La Declaración sobre Principios Forestales.

Cinco años después de la Cumbre de la Tierra, se celebró la primer evaluación internacional a los planteamientos formulados en 1992, en la reunión Río+5 de 1997, de donde se desprendió que no obstante algunos avances en varios aspectos de política ambiental, no existía una consolidación en la adopción de los criterios ecológicos en las políticas públicas económicas, políticas y sociales

La Asamblea General de la ONU, mediante resolución S/19-2, aprobó un programa para la implementación de la Agenda 21, en la que se incluyó también, la fecha para el siguiente examen sobre la implementación de resultados de la UNCED en junio del 2002, a 10 años de su celebración.

La Comisión para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (CDS) , consideró relevante que en la secuencia de evaluaciones, se debería incrementar la participación de los gobiernos, desde una perspectiva más sólida que se tradujera en compromisos efectivos para hacer posible la transición del desarrollo sostenible como política estatal.

En este contexto, en México, identificamos importantes avances en materia de legislación y reglamentación ambiental, desarrollo institucional bajo la estructura jurídico-administrativa de los tres niveles de gobierno; desafortunadamente, respecto al fortalecimiento del capital humano, existe una tendencia hacia perfiles políticos mas que de vocación y servicio.

A nivel mundial, no se puede hablar del éxito en las medidas propuesta por las cumbres medioambientales, prevalece la pérdida de los bosques, la erosión de los suelos, la contaminación de los mantos freáticos, pérdida de los bosques y de la biodiversidad aunado al incremento de la contaminación atmosférica.

Respecto a los obstáculos identificados para hacer posible la sustentabilidad del desarrollo, ubicamos fuertes tendencias de los países más poderosos, por involucrarse mas en conflictos bélicos que por implementar acciones que hagan frente a los orígenes de la pobreza, ocasionando que muchos millones de personas no tengan acceso a los niveles mínimos de la calidad de vida.

Ante este escenario, los problemas ambientales no han sido revertidos y en algunos casos, se han agudizado constituyendo una gran presión para el sistema natural, por lo que sus repercusiones en el ámbito social, se antojan adversas tal como lo señala la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) en su página electrónica5, los ministros de Medio Ambiente han identificado tres problemas ambientales de gran presión:

Deforestación: debido a la expansión de la frontera agrícola, las prácticas agrícolas inadecuadas, el uso indiscriminado de los recursos forestales y los incendios forestales, cada año se pierden cinco millones de hectáreas de bosque, millones de hectáreas se degradan, se provocan enormes daños a los ecosistemas y pérdida de especies, y los servicios ambientales esenciales no son suministrados. El inadecuado manejo de las cuencas también contribuye a esta degradación. 

Deterioro del medio ambiente urbano: los niveles de deterioro del medio ambiente urbano son altos. Los niveles de contaminación del aire y el agua en las ciudades son increíblemente altos. El manejo de desechos sólidos es insuficiente. Los asentamientos humanos en las ciudades las hacen crecer de manera desorganizada y no planificada. 

Vulnerabilidad: la degradación ambiental también incrementa la vulnerabilidad de las personas, las ciudades y los ecosistemas. De frente a los desastres naturales (huracanes, sismos, sequías e inundaciones) y a los desastres antropogénicos (derrames, accidentes industriales, inadecuado manejo de desechos peligrosos), las pérdidas humanas y los daños materiales son considerables. 

En nuestra consideración, una alternativa parece ser el camino ideal para consolidar al desarrollo sustentable: la unión de esfuerzos entre los países en acciones y programas conjuntos en la trasmisión de experiencias exitosas que sirvan de aplicación común, estableciendo el inicio hacia la consolidación de nuevos escenarios de carácter internacional.

Recordemos que los problemas relacionados con el medio ambiente, no reconocen fronteras, situación económica o social y por lo tanto, no distinguen entre países pobres o ricos, por lo que la participación conjunta será el camino que construirá con coincidencias y conocimientos, los cimientos del futuro que nos proponemos edificar para nuestras futuras generaciones.

Esfuerzos Internacionales

A nivel internacional, se han establecido varios acuerdos y compromisos, a la par de la emisión de documentos de impacto internacional, generados en el ánimo de fortalecer y concienciar a la población mundial; por su importancia resaltan:

  • La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
  • El Convenio sobre la Diversidad Biológica. 
  • La Convención de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
  • La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
  • La Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo.
  • Cumbre de Desarrollo Social.
  • Cumbre de la Mujer. 
  • Cumbre de la Alimentación.
  • La Carta de la Tierra.
  • Panorama del Medio Ambiente Mundial 2000 (PNUMA).
  • Panorama del Medio Ambiente de América Latina y el Caribe 2000 (PNUMA).
  • Informe sobre el Desarrollo Humano (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).
  • Informe sobre la Equidad, Desarrollo y Ciudadanía 2000 (CEPAL).
  • Informe sobre el Desarrollo Mundial, 1999 y 2000 (Banco Mundial).

Sin embargo, el parteaguas de la conciencia ambiental internacional, se ha centrado, en nuestra consideración, en los principios que dieron forma al desarrollo sustentable como una alternativa para los países en el diseño de nuevas políticas que resolvieran por un lado la marcada franja de la pobreza y la preservación y mejoramiento del ambiente por el otro.

Identificamos a la Conferencia sobre el Medio Humano de Estocolmo de 1972 y a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 19926, como las impulsoras del nuevo paradigma de la sustentabilidad como modelo alternativo de progreso, cuyos principios han servido de inspiración para diseñar las estrategias, programas, metas y acciones entre los países, por ello, se exponen a continuación los principios de estas conferencias en el ánimo de no olvidar la secuencia de los esfuerzos internacionales relacionados con nuestro entorno. 

El siglo XX, fue al parecer el escenario en el cual se crearon algunas aristas destinadas a mitigar el impacto que la sociedad consumista e irracional generó en el medio ambiente en general, no hemos olvidado que desde siempre, han existido doctrinas que se orientan en el sentido de la preservación del entorno.

La Dialéctica de la Naturaleza

Podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que no fue la década de 1970 la que motivó las conciencias humanas sobre la protección al ambiente, no fue tampoco la Cumbre de Estocolmo la impulsora de la revolución ambiental; existieron desde antes, posturas y estudios que ya vislumbraban la complejidad en la que nos encontramos inmersos, debemos hacer mención por ejemplo a los planteamientos formulados entre 1875 y 1876 por Federico Engels en su obra Dialéctica de la Naturaleza7, en ella, se reconocía el papel de las Ciencias Naturales en el proceso histórico y la concepción errónea que se tenía en torno a la naturaleza, lo cual influyó en nuestra consideración, al diseño de un desarrollo depredador del capital ecológico, motivo de la generación de problemas ambientales que han repercutido en la salud y el bienestar de la población.

Considero importante rescatar íntegramente algunos de los planteamientos hechos por Engels y Marx, los cuales mantuvieron permanentemente en sus obras, el tema de las Ciencias Naturales.

La dialéctica hegeliana, se identificó como una doctrina completa rica en su contenido acerca del desarrollo, por lo que instituyó para Marx y Engels la mayor conquista de la filosofía clásica alemana. Reflexionaban sobre la formulación del principio del desarrollo, de la evolución unilateral y pobre de contenido, deformadora y mutiladora de la marcha real del desarrollo en la naturaleza y en la sociedad. 

La dialéctica podría definirse como “la ciencia del movimiento”, significa que todo está interconectado y que hay un proceso continuo de cambio en esta interrelación. 

Engels hace un recuento de la tarea que debieron cumplir las Ciencias Naturales desde la antigüedad y según lo señala: 

…todo lo que la antigüedad había dejado en herencia eran Euclides y el sistema solar de Ptolomeo, y los árabes, la numeración decimal, los rudimentos del álgebra, los numerales modernos y la alquimia; el medioevo cristiano no había dejado nada. En tal situación era inevitable que el primer puesto lo ocuparan las Ciencias Naturales más elementales: la mecánica de los cuerpos terrenos y celestes y, al mismo tiempo, como auxiliar de ella, el descubrimiento y el perfeccionamiento de los métodos matemáticos. En este dominio se consiguieron grandes realizaciones. A fines de este período, caracterizado por Newton y Linneo, vemos que estas ramas de la ciencia han llegado a cierto tope…

En consideración de Engels, lo que caracteriza mejor que nada este período, es la elaboración de una peculiar concepción general del mundo, en la que el punto de vista más importante es la idea de la inmutabilidad absoluta de la naturaleza, tal absurdo, en nuestra opinión, ha dado origen a los múltiples problemas ambientales que desafortunadamente afectan más a los grupos vulnerables de la sociedad.

La visión de inmutabilidad, ha traído como resultado el compromiso intergeneracional que sin preguntarnos, hemos tenido que aceptar bajo la perspectiva de que las futuras generaciones deben contar con los mínimos indispensables para subsistir.

Según esta visión, continúa Engels, la naturaleza, una vez presente permanecía siempre inmutable, mientras existiera. Los planetas y sus satélites, una vez puestos en movimiento por el misterioso “primer impulso”, seguían eternamente, o por lo menos hasta el fin de todas las cosas, sus elipses prescritas. Las estrellas permanecían eternamente fijas e inmóviles en sus sitios, manteniéndose unas a otras en ellos en virtud de la “gravitación universal”. La Tierra permanecía inmutable desde que apareciera o desde su creación. Las “cinco partes del mundo” habían existido siempre, y siempre habían tenido los mismos montes, valles y ríos, el mismo clima, la misma flora y la misma fauna, excepción hecha de lo cambiado o transplantado por el hombre. 

Se negaba todo cambio, todo desarrollo en la naturaleza. Las Ciencias Naturales, tan revolucionarias al principio, se vieron frente a una naturaleza conservadora hasta la médula, en la que todo seguía siendo como había sido en el principio y en la que todo debía continuar, hasta el fin del mundo o eternamente, tal y como fuera desde el principio mismo de las cosas.

El Papel de la Educación Superior

Cambiar viejos esquemas y adoptar nuevos, requiere de un proceso arduo, el papel de la Educación Superior, como ya lo hemos manifestado, será el de consolidar las alternativas necesarias para hacer frente a la implementación de una globalización que a todas luces, pretende formar una aldea mundial en la que prevalezca el incremento de la riqueza a favor de los ricos y la disminución de la calidad de vida de los sectores económicamente débiles, acrecentando la línea de pobreza, en donde advertimos la afluencia e incremento de tensiones sociales muy marcadas y que pudieran ser el origen de guerrillas y movimientos armados en general.

Diseñar el presente y construir un futuro próspero requerirá de una base central: la educación.

La crisis económica mundial tanto, económica, política y social, dentro de un capital ecológico degradado, puede constituir la oportunidad para que la fuerza intelectual de la universidades, provoque cambios estructurales positivos hacia la sociedad; el binomio resulta sencillo, tenemos de frente una paradoja considerable: provocamos un cambio positivo que legitime a la universidad frente a la sociedad o debido a nuestra apatía, nos hacemos cómplices de un movimiento que necesita de un frente común que lo direccione, lo modifique o lo suprima por otra nueva alternativa.

Es necesario generar mayor participación de la sociedad en la planeación, ejecución, evaluación y vigilancia de la política educativa en los tres niveles de gobierno, con este propósito y a través de los mecanismos de la Planeación Democrática, las distintas organizaciones, comunidades agrarias, organizaciones sociales y privadas no lucrativas y demás personas interesadas, deben manifestar su opinión y hacer efectivas sus propuestas para fortalecer las líneas generales de la educación en México.

Dar al individuo las herramientas para que actúe positivamente hacia su entorno, es sin duda una tarea difícil; desde una perspectiva amplia, debe darse al educando una panorámica real de la problemática que enfrenta el planeta y de la necesidad de cambiar los parámetros mundiales de consumo, de actitud, de desarrollo y de progreso.

En conjunto, gobierno y sociedad civil debemos generar y adoptar una cultura de acción y participación sobre los temas que se relacionan con la economía del país, las condiciones sociales, el desarrollo político y la política ambiental, adoptando posturas críticas y de propuestas, en el entendido de que está en juego el presente y el futuro de la humanidad, de que la sociedad aspira permanentemente a mejores condiciones de vida y que estas condiciones están íntimamente con el nivel educativo.

Es urgente formar educadores ambientales dispuestos a ser en pensamientos y acciones, pedagogos ambientales que promuevan los valores humanos como la equidad, la ética, la justicia y la solidaridad, con la firme convicción de transitar hacia una convivencia armónica entre los seres humanos y de estos para con la naturaleza.

En palabras de Orlando May8, la Educación Ambiental ha sido creada y difundida por el mundo como un nuevo enfoque educativo producto de la concepción del hombre de que está inmerso en una crisis ambiental provocada por él mismo y que solo él podrá solucionar.

Urge fortalecer la conciencia ambiental, a través de la realización de acciones conjuntas con la comunidad, grupos e instituciones interesadas para la conservación y mejoramiento del entorno, se deben concertar acciones con los sectores social y privado, con instituciones académicas, grupos y organizaciones sociales, pueblos indígenas y demás personas físicas y morales interesadas, para la conservación y restauración del ambiente.

Coincidimos con Teresa Kwiatkowska y Jorge Issa9, en el sentido de que la degradación del entorno natural, inevitablemente tiene un impacto negativo en el desarrollo de las sociedades humanas; no sólo provocan pérdidas económicas inmensas, sino que contribuyen a profundizar la pobreza y acentúan las desigualdades sociales. 

Debemos ser muy cautos al momento de analizar los destinos del País, la planeación del desarrollo debe ser acorde con la vinculación estrecha entre la situación del medio y el comportamiento económico y social de los hombres, de lo contrario, las estrategias para consolidar un futuro más próspero, fracasará inevitablemente, dejando cada vez mas lejos la esperanza de vivir en mejores condiciones de vida y con calidad, por ello, insistimos en que la visión de las políticas públicas deben atender a las dimensiones culturales, económicas, sociales, políticas, ambientales y éticas, dando al desarrollo la característica de ser integral y sustentable.

La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible Johannesburgo

Esta Cumbre se realizó en Johannesburgo, Sudáfrica del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002, como respuesta a la resolución 55/199 del 20 de diciembre del 2000, en donde la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió la celebración de una nueva evaluación internacional sobre los planteamientos derivados de la Cumbre de la Tierra de 1992.

Reunió a miles de participantes con la finalidad de centrar la atención mundial sobre los complicados retos que enfrenta el planeta y que obstaculizan el acceso a mejores condiciones de vida por un lado, y la conservación de los recursos naturales por el otro, en el contexto de la explosión demográfica que ocasiona un aumento en la demanda de alimentos, agua, vivienda, saneamiento, energía, servicios sanitarios y estabilidad económica.

La Cumbre de Johannesburgo tuvo entre otros propósitos, identificar los aspectos relacionados con el medio ambiente estructuralmente débiles para delimitar las acciones necesarias en el camino de su fortalecimiento, a la par de esto, se expusieron nuevos retos incluidos en la transición de la sustentabilidad.

Previo a la celebración de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable, se realizaron consultas previas que fortalecieron posturas entre los países, tal fue el caso del Primer Período de Sesiones del Comité Preparatorio a escala mundial celebrado de 30 de abril al 2 de mayo del 2001 en Nueva York, el Comité Preparatorio para la región de Europa y América del Norte del 24 y 25 de septiembre del 2001 en Ginebra , Suiza, reunión del Comité Preparatorio para la Región de África del 15 al 18 de octubre del 2001 en Nairobi, Kenya, celebración del Comité Preparatorio para la Región de América Latina y el Caribe del 23 y 24 de octubre en Río de Janeiro, Brasil, Comité Preparatorio para el Asia Occidental celebrada en El Cairo, Egipto, el 24 y 25 de octubre del 2001, Comité Preparatorio para la Región de Asia y el Pacífico, celebrada los días 27 al 29 de noviembre del 2001 en Phnom Penh, Camboya, Segundo Período de Sesiones del Comité Preparatorio a escala mundial, que tuvo verificativo los días 28 de enero al 8 de febrero del 2002, en Nueva York, Tercer Período de Sesiones del Comité Preparatorio celebrado entre los días 25 de marzo al 5 de abril en Nueva York, Cuarto Período de Sesiones del Comité Preparatorio a escala mundial a nivel ministerial, del 27 de mayo al 7 de junio, celebrado en Indonesia.

La Globalización antes de Johannesburgo

Resaltan por su contundencia en sus planteamientos la Consulta Subregional de las Delegaciones de los Países de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC)10, integradas por funcionarios gubernamentales, sociedad civil y comunidades empresariales, reunidas en Wolmar, Flic en Flac, Mauricio, del 17 al 19 de septiembre del 2001. Esta reunión tuvo como marco el informe de la SADC titulado “Sustentando nuestro futuro común”.

La SADC, reconoce su preocupación sobre la afluencia de crisis sociales, económicas y ambientales, reafirman la determinación de África a promover la unidad, solidaridad, cohesión y cooperación entre sus pueblos tal y como está plasmado en los tratados existentes de las agrupaciones subregionales africanas, lo cual refuerza en el tratado que establece la Comunidad Económica Africana (Abuja 1991) y el Tratado de la Unión Africana aprobada por la Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno celebrada en Lusaka, Zambia, en julio del 2001.

Se reconoce a la globalización como factor de marginación y de impacto negativo para la mayoría de los países de la subregión y reconocen a la Nueva Iniciativa Africana (NAI) como piedra angular del desarrollo sustentable en África. 

La NAI es un compromiso por parte de los dirigentes africanos, sustentado en una visión común y una firme convicción, de que tienen el urgente deber de erradicar la pobreza y colocar a sus países, tanto individual como colectivamente, en el camino del desarrollo sustentable, y al propio tiempo, participar en la vida económica política internacional. 

La NAI se sustenta en la determinación de los africanos de librarse de los males del subdesarrollo y la exclusión en un mundo en proceso de globalización.

Igualmente, se identifica a la paz, la seguridad y la estabilidad como requisitos indispensables para materializar el desarrollo sustentable.

Por otro lado, la Declaración del Foro en Desarrollo Sustentable de los Pueblos de Asia-pacífico, celebrada entre el 25 y 26 de noviembre del 2001 en Phnom Penh, estableció una denuncia en la que sentencian enérgicamente la extensión de los efectos adversos de la globalización en la vida y su sustento de los pueblos de Asia-Pacífico, manifiestan que durante los últimos nueve años, la implementación de la agenda de desarrollo sustentable ha fracasado, por el contrario, según afirman, la globalización ha alcanzado a los programas de las Naciones Unidas sobre la mujer, el desarrollo social, el hábitat y la seguridad alimentaria que, colectivamente, llaman a la integración de los tres pilares del desarrollo sustentable: ecológico, social y económico.

Esta aseveración resulta preocupante y motiva a la reflexión y estudio del conflicto que identifican tanto los países de África como los de Asia entre la globalización y su incompatibilidad con el desarrollo sustentable.

A la par de esto, la guerra constituye otro factor que obstaculiza la materialización del desarrollo sustentable en los términos que el principio 24 de la Declaración de Río lo señala. Esto queda de manera explícita con lo que los países Asiáticos confirman en el sentido de que los países más acaudalados, poderosos y guerreros son los conductores de la liberación económica y militarista, y más allá de la retórica de asociaciones y prosperidad colectiva la mayoría de los países en desarrollo de Asia-Pacífico tienen un poder desigual en la toma de decisiones en esos temas clave.

Y por si esto fuera poco, esta autoevaluación, en mi consideración muy consciente, arremete con una conclusión: la crisis Asiática se coloca como una recusación contra el paradigma de la globalización. Nosotros instamos a los gobiernos de Asia-pacífico a repensar la liberalización de la economía y reafirmar el derecho de nuestros pueblos a elegir las políticas económicas apropiadas que conduzcan a un desarrollo sustentable. 

Finalmente, se hace un llamado a la desmilitarización, proponen un gobierno global democrático y apropiado, en el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, la reforma del sistema financiero internacional; respecto a la Organización de las Naciones Unidas, la identifican corporativa y libre, en cuanto a la deuda de estos países solicitan su cancelación o disminución, piden términos justos de comercio a través de nuevos acuerdos de las mercancías, consideran la sustitución de combustibles fósiles y acción sobre cambio climático, la adopción de modelos de desarrollo más equitativos y ecológicos.

La Globalización en la Cumbre Johannesburgo

En el proyecto de Declaración de Johannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible , se establece en su punto número 8 lo siguiente:

…Hace 30 años, en Estocolmo, nos pusimos de acuerdo sobre la urgente necesidad de responder al problema de deterioro del medio ambiente. Hace diez años, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro, convinimos en que la protección al ambiente, el desarrollo social y el desarrollo económico eran fundamentales para lograr el desarrollo sostenible basado en los Principios de Río. Para alcanzar este objetivo aprobamos el programa Mundial titulado “Programa 21” y la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y el Desarrollo, respecto de los cuales reafirmamos nuestro compromiso. La Conferencia de Río constituyó un hito importante que estableció un nuevo plan de acción para el desarrollo sostenible.11

En forma coincidente, los puntos 11, 12 y 13 resultan categóricos al reconocer que la erradicación de la pobreza, la modificación de pautas insostenibles de producción y consumo, la protección y ordenación de la base de recursos naturales para el desarrollo social y económico, son objetivos primordiales y requisitos fundamentales de un desarrollo sostenible.

Se afirma que la profunda fisura que divide a la sociedad humana entre ricos y pobres, constituye una grave amenaza a la prosperidad, seguridad y estabilidad.

Se manifiesta una realidad que no nos satisface al confirmar que el medio ambiente mundial sigue deteriorándose bajo los parámetros de pérdida de biodiversidad y de poblaciones de peces, incremento de la desertificación, cambio climático, subsecuentes desastres naturales cada vez más devastadores aunado a la contaminación del aire, agua y de los mares, condiciones todas, que privan a millones de seres humanos de una vida decente.

Respecto a la globalización se afirma en el punto número 14 que ésta, ha agregado una nueva dimensión a los problemas antes citados, motivo de la rápida integración de los mercados, la movilidad del capital y los apreciables aumentos en las corrientes de inversión en todo el mundo, generando nuevos problemas para la consecución del desarrollo sustentable. 

El punto 23, reconoce que el desarrollo sustentable exige una perspectiva a largo plazo y una amplia participación en la formulación de políticas, adopción de decisiones y su aplicación a todos los niveles.

Para lograr los fines del desarrollo sostenible, el principio 28 declara la necesidad de instituciones internacionales y multilaterales más eficaces y democráticas.

En la consecución del desarrollo sostenible, se reconoce un proceso inclusivo con intervención de los grandes grupos y gobiernos a quienes se solicita el compromiso de trabajas juntos, unidos por la determinación común de salvar al planeta, promover el desarrollo humano y lograr la prosperidad y la paz universales.

Conclusiones

Primera. La educación, constituye un mecanismo idóneo para incentivar en las presentes y futuras generaciones, nuevos patrones de conducta que nos conduzcan al progreso colectivo.

Segunda. La fuerza intelectual de las universidades debe unirse en sus coincidencias para evitar los estragos de la Globalización en América Latina.

Tercera. La Globalización es identificada como factor de marginación y de impacto negativo para la mayoría de los países de Africa.

Cuarta. Pese a cumplirse 30 años de cumbres y declaraciones relacionadas con la restauración, preservación y mejoramiento del medio ambiente, los efectos y problemas ambientales continúan en ascenso.

Quinta. Los pueblos de Asia-pacífico, denuncian enérgicamente la extensión de los efectos adversos de la globalización en la vida y sustento de su población.

Sexta. A partir de la Cumbre de la Tierra de Johannesburgo, se reconoce que la globalización ha agregado una nueva dimensión a los problemas ambientales, motivo de la rápida integración de los mercados, la movilidad del capital y los apreciables aumentos en las corrientes de inversión en todo el mundo, generando nuevos problemas para la consecución del desarrollo sustentable. 

Séptima. No obstante a los resultados adversos y al incumplimiento de los objetivos del Desarrollo Sustentable, los países confirman continuar en la lucha por concientizar a la población mundial sobre el cuidado de la única casa que tenemos: el planeta Tierra.

Octava. El camino hacia la consolidación del desarrollo sustentable se avizora adverso, sin embargo, existe voluntad y decisión para hacerlo posible en beneficio de todos.

Bibliografía

1 Lic. Bibiana Apolonia del Brutto. Democracia y Globalización en América Latina. Material de Apoyo para la Maestría en Docencia e Investigación Jurídicas de la UAZ. México 2002.

2 Osava, Mario. DESARROLLO: América Latina reclama una nueva globalización. www.tierramerica.net.

3 Arce Navarro Federico J. Los Derechos de las Generaciones Futuras. Revista Mexicana de Legislación Ambiental. Revista Cuatrimestral Enero-Abril, 2000. pp 17, México.

4 Nombre tomado de Gro Harlem Brundtland (1939), política y médica noruega, identificada como la primer mujer que desempeñó el cargo de primera ministra de su país (1981; 1986-1989; 1990-1996). Nacida en Oslo, se licenció en medicina por la Universidad de su ciudad natal en 1963, y realizó un máster en salud pública en la estadounidense Universidad de Harvard en 1965. Presidió la Comisión Mundial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Brundtland destacó, no sólo en Noruega, por sus interpretaciones y actitudes sobre temas que van desde el medio ambiente hasta los derechos de la mujer, y dio su nombre para distintos informes muy conocidos. En enero de 1998, se convirtió en la primera mujer elegida directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

5 Gobierno de la República Mexicana. Administración Pública Federal. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. www.semarnat.gob.mx. 

6 O. Adede Andrónico. Digesto de Derecho Internacional Ambiental. Instrumentos para respuestas internacionales a los problemas del Medio Ambiente y el Desarrollo (1972-1992). Dirección General del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores. México 1995.

7 Engels Federico, Dialéctica de la Naturaleza. Traducción directa del Alemán por Wenceslao Roces. Editorial Grijalbo. México 1961.

8 Perspectivas de la Educación Ambiental ante el Desafío del Desarrollo Sustentable, Educación Ambiental y Universidad, Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental, Universidad de Guadalajara. México 1983.

9 Ética Ambiental, Política y Salud. Bioética y Derecho, Fundamentos y Problemas Actuales. Rodolfo Vázquez (compilador), Instituto Tecnológico Autónomo de México, Fondo de Cultura Económica, México 1999.

10 Desarrollo Sustentable. TWN Red del Tercer Mundo / Third World Network

11 Organización de las Naciones Unidas. Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible. Johannesburgo (Sudáfrica), 26 de agosto a 4 de septiembre de 2002. Proyecto de Declaración de Johannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible. Documento A/CONF.199/L-6/Rev.1, se distribuyó en inglés únicamente en versión preliminar sin editar. 


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