Dainerys Naranjo Fagundo
Universidad de Matanzas
Resumen.
El artículo procura develar las prácticas magisteriales y el papel que le otorgaron a la formación del ciudadano patriota en los colegios de Colón entre 1902 y 1958. Se hace alusión a las ceremonias cívico escolares, dentro y fuera del colegio, con énfasis en el circuito patriótico colombino y la descripción de su funcionamiento. Se introducen experiencias de maestros colombinos dirigidas a producir, reproducir y hacer circular el imaginario nacionalista del siglo XIX cubano, con bases en las guerras de independencia. Desde el punto de vista metodológico, se emplean registros documentales variados, como la prensa colombina de la época, la historia de Colón contada por uno de sus protagonistas Pelayo Villanueva, fotografías de la época, entre otros.
Palabras claves: colegios colombinos, formación patriótica, República burguesa neocolonial.
Abstract.
The article tries to unveil the teaching practices and the role they gave to citizen training in Colón schools between 1902 and 1958. Allusion is made to the civic school ceremonies, inside and outside the school, with emphasis on the Columbian patriotic circuit and the description of its operation. Experiences of Columbian teachers are introduced aimed at producing, reproducing and circulating the Cuban 19th century nationalist imagery, based on the wars of independency. From de methodological point of view, various documentary record are used, such as the Colombian press of the time, the history of Colón told by one of its protagonist Pelayo Villanueva, photography of the time, among others.
Key words: Columbians schools, patriotic formation, neocolonial bourgeois Republic.
El 20 de mayo de 1902 se fundaba la República burguesa neocolonial después de 30 años de lucha por la independencia de Cuba y la ocupación militar norteamericana (1899-1902).
“Con la promulgación del Estado cubano el 20 de mayo de 1902, los políticos y letrados de la Isla priorizan el sistema educativo. Las gestiones y debates en torno a la acción pedagógica se desplazan de manera insistente hacia temas que incluyen el papel del profesorado en la escuela pública, la pertinencia de las metodologías de enseñanza actualizada y la importancia del legado histórico en la articulación de un discurso y un consenso próximos a las exigencias políticas contemporáneas.
Pero la conformación de un sistema nacional de enseñanza estuvo antecedida por la labor del gobierno interventor norteamericano (1898-1902). Tanto John R. Brooke como Leonard Wood se propusieron restablecer el “caótico” sistema escolar heredado de la colonia; para ello dictaron sucesivas medidas encaminadas a fundar los fines y principios de la escuela pública.” (Quiza, 1998: 77)
La reorganización del sistema nacional de enseñanza influyó en la modificación del sistema educativo en todo el territorio cubano. Colón es una pequeña ciudad cubana hacia el interior de la provincia de Matanzas que había sido fundada en agosto de 1836 como centro de los ingenios azucareros de la región. En el período en cuestión (1902-1958), Colón había perdido importancia económica y personalidades importantes como Julián Godínez (1) y Pelayo Villanueva (2) apostaban por la educación para transformar su realidad.
La reorganización del sistema de enseñanza tuvo reflejo en todo el territorio nacional y en Colón se habilitaron “maestros de certificado” (3). Además, se organizó la enseñanza pública y se crearon colegios que aunque con pésimas condiciones asumieron la formación de generaciones de colombinos. Los colegios fueron mejorando y enriqueciéndose con el paso de los años y la preocupación permanente de los maestros. En estos colegios se formaban las generaciones que según los intereses de la nación debían ser “ciudadanos patriotas”. Este artículo se centra en mostrar las diversas maneras en que pedagogos y maestros de Colón contribuyeron a la formación del “ciudadano patriota” que necesitaba la nación.
II. Los colegios colombinos durante la República burguesa neocolonial (1902-1958)
Desde el inicio de la primera intervención norteamericana se convirtieron en antiguos cuarteles militares españoles en colegios públicos. Colón fue una de esas localidades, el cuartel español de infantería fue comprado por la Alcaldía y convertido en colegio. Sin embargo, se mantuvo en mal estado y poco funcional hasta 1929. En noviembre de dicho año, se inauguró el Centro Escolar “Luz y Caballero” como parte de las obras del Plan de Gerardo Machado en la provincia de Matanzas. El Centro Escolar se dividió en tres escuelas:
- De Kindergarten a 4to grado funcionaban como escuela independiente, bajo el nombre de Luz y Caballero, cuya directora fue Gabriela Martí.
- De 5to a 6to grado funcionaba como Escuela intermedia, su nombre era Pelayo Villanueva y su director Jacinto Roseñada.
- De 7mo a 8vo grado era la llamada “primaria superior”, respondía al nombre de José Martí, y su director fue Carlos Atalay. (Góvez, 1992: 14-15).
El Centro Escolar de Colón “Luz y Caballero” fue un espacio que formó a los ciudadanos colombinos durante generaciones.
En la escuela, situada en la calle Calixto García, entre Colón y Gonzalo de Quesada, con sus tres niveles de enseñanza se impartían asignaturas tales como: Ecuación Moral y Cívica, Dibujo, Trabajo Manual, Educación Física, Matemática, Lenguaje, Agricultura, Historia de los Hechos Locales, Geografía; estas eran típicas del primer nivel (Colectivo de autores: 1992).
Otras escuelas públicas fueron fundadas en Colón entre 1902 y 1958. La Granja-Escuela de Agricultura “Álvaro Reynoso” que existía en cada provincia se encontraba en Colón desde 1913 hasta la década del 40. La fundación de esta Granja-Escuela se debió a los esfuerzos realizados por Julián Godínez en el Congreso de la República para que se enclavara en Colón en lugar de la capital provincial. Tuvo momentos de dificultoso funcionamiento y en la década del 40 fue trasladada hacia Matanzas, capital provincial. El entonces presidente de la República de Cuba, Ramón Grau San Martín, determinó que las Escuelas de Agricultura estuvieran en las capitales provinciales.
La Escuela de Artes y Oficios fue construida desde 1912 con una donación dejada en testamento por Tirso Mesa, benefactor de Colón. Sin embargo, por diferentes motivos, su primer curso fue el de 1935-1936 y a partir de ese momento formó a un grupo de técnicos y profesionales necesarios en la región. La mayoría de sus estudiantes y egresados eran de extracción humilde y raza negra (AHMC: Fondo de la Escuela de Artes y Oficios).
En 1939 se fundó el Hogar Infantil Campesino que albergaba 30 alumnos y quedaba a la salida de la ciudad de Colón. Asimismo, existió la escuela no. 4, conocida por “La Escuela de la Loma”; estaba situada en la calle Martí en un caserón muy grande de madera y donde fue directora Josefa Álvarez, llamada cariñosamente “Pepillita” y quien trabajó durante muchos años en la escuela.
En esta etapa (1902-1958), existieron numerosos colegios privados como el Colegio “Martí” fundado en el año 1916 y dirigido por José Vivigo Silva que, aproximadamente en 1926, cambió su nombre por el de Colegio “Colón. Después sería dirigido por los Cartaya y siempre estuvo adscrito al Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas. La Academia “Castillo” dirigida por las hermanas Francisca y María Castillo, se especializó en la enseñanza de profesiones como la taquigrafía y la teneduría de libros o contabilidad. Aproximadamente en el año 1939, se fundó el Colegio “Céspedes” que tuvo varios directores como Adolfo Grillo y Humberto Hernández y que estuvo adscrito al Instituto de Segunda Enseñanza de Cárdenas.
Los colegios religiosos de Colón también ayudaron a la formación de niños y jóvenes de la región, tales como: el Colegio “San José” dirigido por el párroco Eduardo Puig y el Colegio Hispano-americano para niñas que era un internado dirigido por monjas católicas. También se contó con la escuela de enseñanza privada religiosa “Padre Félix Varela”. El 9 de septiembre de 1951 comenzó su primer curso con una matrícula de 200 alumnos repartidos entre los grados de primaria y 1er y 2do año de bachillerato. Dicho local quedó convertido en la escuela religiosa “Nuestra Señora de Fátima” a cargo de los mismos dueños, cuando el colegio “Padre Félix Varela” fue trasladado para las afueras de la ciudad (Colectivo de autores, 1992).
En septiembre de 1954 se trasladó el colegio “Padre Félix Varela” para la nueva instalación y se denominó “Ciudad Estudiantil de Colón”, integrada por tres instituciones católicas: el colegio “Padre Félix Varela” para varones, el colegio “La Inmaculada Concepción” para niñas, en ambas se impartían los grados de la primaria y los 5 años de bachillerato y el seminario “San Alberto Magno” para la formación del clero nacional. Esta institución albergó estudiantes de todo el país y contó con una gran infraestructura que incluía laboratorios, campos deportivos, ómnibus, etcétera.
Colón, pequeña ciudad del interior de la provincia de Matanzas, contó (1902-1958) con colegios públicos, privados y religiosos que tuvieron la tarea de educar a las nuevas generaciones. Este proceso formativo no sólo se centró en lo curricular y académico, además, las instituciones educativas y los maestros se preocuparon por la formación del ciudadano y su amor a la patria.
III. La enseñanza de la Historia de Cuba y la Instrucción Moral y Cívica durante la República burguesa neocolonial: formando al ciudadano patriota
Desde un inicio, Historia de Cuba e Instrucción moral y cívica ocuparían un peldaño a tono con la reorganización del aparato escolar. La enseñanza de Instrucción moral y cívica, aseguraba su continuidad a lo largo de la enseñanza elemental con una frecuencia de dos veces por semana y una duración de media hora para primer y segundo grado y de 25 minutos para los niveles de tercero a sexto (Quiza, 1998: 81). Esta asignatura utilizaba como libro de texto: Principios de moral e instrucción cívica de Rafael Montoro. Dividida en dos parcelas, la obra de Montoro se inicia con una parte alusiva a los “deberes morales”, con una escueta referencia, de apenas dos párrafos, a los derechos del niño. La segunda mitad se ocupa de los asuntos correlativos al Estado, la nación y las distintas instancias de poder (Montoro, 1902: 43-44).
En la segunda enseñanza se mantenían los mismos elementos a enseñar y examinar, pero se buscaba una correlación entre esta asignatura y las nociones de Historia de Cuba que se tenían de la primera enseñanza. La asignatura de “instrucción cívica” en primero y segundo grado servía de antecedente a la Historia de Cuba y los expertos aconsejaban la colaboración interdisciplinaria.
La enseñanza de la Historia de Cuba se basaba en el libro de texto Nociones de historia de Cuba de Vidal Morales y Morales. Este texto y la enseñanza de la Historia de Cuba buscaban la identificación de los niños con los grandes próceres de la nación cubana y su independencia. Además, hacía énfasis en los grandes hitos militares de la Historia de Cuba y la actitud de los cubanos en aquellos momentos.
No solo en las clases de Historia o de Cívica los pedagogos definieron métodos y procedimientos a tener en cuenta en la construcción del imaginario patriótico y la formación del ciudadano cubano. Las asignaturas de Literatura, Español, Geografía y Dibujo también formaron parte de estas orientaciones.
En la formación patriótica de las nuevas generaciones era importante la identificación con la historia de Cuba y las tradiciones de la guerra de independencia. Estas indicaciones y textos fueron cambiando con el tiempo pero manteniendo las mismas regularidades hasta 1958. Indicaciones y textos que tenían carácter nacional pero hacia lo regional y lo local, el fenómeno mantenía regularidades, presentaba transformaciones y enriquecía la práctica formativa de ese “ciudadano patriota”.
En Colón, el Centro Escolar “Luz y Caballero” se incluía la Historia de los Hechos Locales como asignatura,se adentraba en la enseñanza de la Historia de Colón y mostraba la preocupación de los maestros del territorio por formar estudiantes que conocieran la historia de su patria chica y se identificaran con ella.
La Historia Local, en un año tan lejano como 1931 estaba ya incluida en los planes de estudio por lo que en ese año varios educadores colombinos instaron a Pelayo Villanueva a que escribiera una Historia de Colón que pudiera servir como el texto aún inexistente de esa asignatura (Colectivo de autores, 1992).
También, al igual que otros colegios, realizaban concursos sobre Historia de Colón y premiaban a los mejores estudiantes y trabajos.
IV. Los circuitos patrióticos: actos escolares, cívicos y patrióticos
Los discursos, informes y artículos de la época exaltaban el sentido cívico del quehacer magisterial asociado a la continuidad de las luchas de liberación nacional. Del esfuerzo del maestro dependería la salvación de la Patria (Cordoví, 2016). En Colón, los maestros sentían que de ellos dependía la salvación de la Patria y en función de ellos se fue conformando un circuito patriótico que influiría en la formación del sentimiento nacionalista y patriótico de la población.
La prensa de la época se hizo eco de las celebraciones por fechas conmemorativas como el 10 de octubre y el 24 de febrero (…) los días 10 de octubre y 24 de febrero todos los mausoleos pasaban a integrar el circuito patriótico de las festividades. Aunque se trataba de efemérides no reconocidas en la Orden Militar No.176 del gobierno de ocupación como días festivos, y que solo después de dos años de intensas gestiones lograron los funcionarios cubanos la declaración legal de las fiestas patrióticas, los considerados “días de la patria” fueron festejados desde el propio año 1899 (Iglesias, 1999).
El Mausoleo de Colón desde su inauguración en el año 1904 se convirtió en espacio obligatorio del circuito patriótico colombino ya que en el mismo reposan los restos mortales de los patriotas de las guerras de independencia de la región. Además, en Colón, las calles fueron nombradas por patriotas matanceros como Carlos Roja, Pedro Betancourt, Ricardo Trujillo, Rafael Águila, entre otros. El parque principal asumió el nombre de La Libertad y aunque mantuvo la estatua principal a Cristóbal Colón, los leones que al acompañarlo representaban al poder colonial español fueron retirados por largo tiempo y en cada esquina de éste fueron colocándose bustos a patriotas como Antonio Maceo y Máximo Gómez. En la calle Diago se inauguró un paseo patriótico y los alumnos del colegio Céspedes visitaban periódicamente la estatua a Carlos Manuel de Céspedes.
Las bandas rítmicas se presentaban en los actos patrióticos y culturales como las festividades por el 20 de mayo, el 10 de octubre y el 24 de febrero. El Centro Escolar “Luz y Caballero” tuvo varias bandas rítmicas, llegó a tener tres, una en cada enseñanza. Además, los colegios Céspedes y Colón contaban con su respectivas bandas rítmicas que competían entre ellas y participaban en todos los actos de la ciudad.
En toda Cuba se celebraban actividades como: el estímulo que el Dr. Manuel Angulo denominó Beso de la Patria; la Fiesta del Árbol; la Ciudad Escolar; la República Juvenil; la Jura de la Bandera y el Acto Cívico de los viernes, como enseñanza viva de alto contenido moral y patriótico que secundó eficazmente la labor del educador.
Adjudicación de “el Beso de la Patria” a un grupo de alumnos de la Escuela Primaria Superior. Acto muy emocionante en que con gran lentitud descendió nuestra bandera sobre la cabeza de los escolares que merecieron tal honor. (Periódico La Defensa, 5 de junio de 1943).
En el Centro Escolar “Luz y Caballero” se organizaban múltiples actividades culturales, cada viernes se desarrollaban los actos cívicos en los que se presentaban alumnos declamadores, obras de teatro, danza, coros. Se reconocía a los alumnos que habían alcanzado el 100% de asistencia durante la semana y se les hacía entrega de regalos que se rifaban entre ellos. La escuela poseía un periódico llamado “El Escolar” que radicaba en la Enseñanza Superior y era redactado por la maestra Heriberta Martínez (3), en él se estimulaba el trabajo de los mejores alumnos, su puntualidad, asistencia, logros académicos.
Estos rituales tenían un objetivo: la adquisición de hábitos de disciplina. Las peregrinaciones estaban dirigidas a crear sentimientos patrióticos, inspirados en el orden y el respeto a los superiores, desde los padres y maestros hasta los gobernantes.
El periódico colombino La Defensa describió la fundación de un Rincón Martiano en la Escuela Superior “José Martí” del Centro Escolar “Luz y Caballero”. La actividad patriótica se realizó el 30 de mayo de 1943 con el objetivo “mantener viva su memoria en todos los corazones”.
El acto de inauguración estuvo lleno de simbolismo: se develó un Monumento a José Martí por el Sr. Ángel Cruzet, Alcalde Municipal de Colón y se le dedicaron poesías y canciones. A la vez, la descripción de las acciones desarrolladas muestran la existencia de una Galería de Patriotas y el develamiento de un retrato de Dn. Tomás Estrada Palma, primer Presidente de la República de Cuba, en la misma. Además, demuestra el vínculo de la escuela con los Veteranos de Independencia y el homenaje dedicado a ellos durante el acto inaugural del Rincón Martiano. (Periódico La Defensa, 5 de junio de 1943). El circuito patriótico colombino incluía al Centro Escolar “Luz y Caballero” como parte importante del mismo.
Pocos años después, hubo un acto patriótico de gran importancia que estuvo vinculado a uno de los colegios privados más importantes: el colegio Colón y a la maestra Heriberta Martínez. Un acto patriótico que dejó una huella indeleble: el Monumento a los estudiantes de Medicina fusilados el 27 de noviembre de 1871.
La maestra Heriberta Martínez y el colegio “Colón” fueron los organizadores del Comité Pro-Monumento, encargado de recaudar los fondos necesarios para la obra mediante el concurso de los padres del alumnado, las autoridades municipales, las instituciones cívicas y los habitantes de la ciudad y de poblados vecinos.
La inauguración del Monumento aconteció el 27 de noviembre de 1946 con hora de inicio 3:00 pm., exactamente un año después de haberse colocado su primera piedra. Los asistentes partieron del Colegio Colón, tomarán por la avenida Máximo Gómez, luego entraron por Martí con parada en el Parque de la Libertad, sitio en el que usaron de la palabra los oradores. El orden del desfile fue el siguiente:
- Primer bloque: veteranos de la Guerra del 95, una representación de la Policía y el Ejército, miembro de la Cámara Municipal, Poder Judicial, autoridades escolares y la Junta de Educación.
- Segundo bloque: Las escuelas públicas de la ciudad.
- Tercer bloque: Las escuelas privadas de la ciudad.
- Cuarto bloque: Las logias masónicas, los clubes Rotarios y de Leones, el Colegio Médico, las Sociedades Liceo, Nueva Aurora y Kuo Min Tang, los sindicatos locales, la Cámara de Comercio, el Colegio Colón y pueblo en general (Al pueblo de Colón, 1946).
El Monumento a los estudiantes de Medicina, se convirtió desde su inauguración y hasta hoy, en el espacio idóneo para la conmemoración de cada 27 de noviembre. En él se han reunido generaciones de colombinos para rendir tributo y a la vez, producir, reproducir y divulgar nuestras tradiciones patrióticas y nacionalistas.
El circuito patriótico colombino incluía diferentes monumentos, estatuas y bustos a patriotas de las guerras de independencia. Utilizaba diferentes rituales como las perenigraciones, actos patrióticos, cívicos y escolares.
En todo lo anterior, el elemento simbólico entraba a desempeñar un papel esencial en los rituales consagratorios de la Patria y sus dignatarios. A la vez, ponía a circular signos y marcas consagratorios de fidelidad y pertenencia a la patria cubana. Circuitos patrióticos y rituales como los descritos incluían a la amplia población infantil que no asistía a las escuelas y a las masas analfabetas que aún sobrevivían en el país.
V. José Martí en los colegios colombinos: una fortaleza en la formación patriótica
La figura de José Martí (4) fue la que más trascendió en el ámbito escolar desde la primera ocupación. La recepción martiana en las escuelas públicas formó parte de la difusión del legado cívico-patriótico de los padres fundadores. Cuando la Patria estaba en peligro había que buscar su salvación en el hombre que representaba la idea fundacional de la nación.
El 28 de enero de 1925, el teatro “Canal” de Colón se engalanó para conmemorar el natalicio de José Martí y entregar los premios del Concurso de Recitación (Villanueva, 1934: 321). Este Concurso de Recitación estaba organizado por Pelayo Villanueva y apoyado por las personalidades más importantes de la ciudad.
Al año siguiente, Pelayo Villanueva también organizó un “Concurso de Recitación Infantil” dedicado a José Martí. Esta vez, escogió fragmentos de la obra “Tres Héroes” y los distribuyó entre alumnos y maestros con la intención de que participaran en el concurso. El propio Pelayo cuenta en la Historia de Colón que publicara en 1934:
…Hasta hermoso de cuerpo se vuelven los hombres que pelean por ver libre a su Patria…
Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y hablar sin hipocresía. En América no se podía ser honrado, ni pensar ni hablar. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado…
El niño, desde que puede pensar, debe pensar en todo lo que ve, debe padecer por todos los que no pueden vivir con honradez, debe trabajar porque puedan ser honrados todos los hombres, y debe ser un hombre honrado también….
Hay hombres que viven contentos porque viven con decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarle a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados….
Un escultor es admirable, porque saca una figura de la piedra bruta; pero esos hombres que hacen pueblos son más que hombres. Quisieron algunas veces lo que no debían querer; pero ¿qué no le perdonará un hijo a su padre? El corazón se llena de ternura al pensar en los gigantescos fundadores. Esos son héroes; los que pelean por hacer los pueblos libres o los que padecen pobrezas y desgracias por defender una gran verdad. Los que pelean por ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarle a otros pueblos sus tierras, no son héroes sino criminales…. (Villanueva, 1934: 322-323)
Los fragmentos escogidos por Pelayo Villanueva muestran sus intenciones y los valores que deseaba formar entre los estudiantes colombinos: el amor incondicional a la libertad y el culto a la defensa de la misma. La formación de valores patrióticos pudo ser el móvil principal de Pelayo Villanueva y es interesante como utiliza el pensamiento martiano en función de ello y no solo el culto a la personalidad del Apóstol.
También resulta interesante que estos Concursos de Recitación se realizaran hacia mediados de la segunda década republicana, cuando Cuba transitaba por una crisis económica que apuntaba a convertirse en una crisis política. Una década en que la nación despertaba y el movimiento nacionalista se fortalecía. En momentos así, se necesitaba a José Martí para recordar a los niños colombinos: la importancia de la virtud, de la honestidad y del amor a la patria.
En el año 1953 se celebraba el centenario del natalicio de José Martí y en Colón hubo una maestra que lo conmemoró de una manera muy especial. Heriberta Martínez quiso darle una significación decorosa y patriótica a la efeméride. Orientó a los estudiantes de 7mo y 8vo grados de la primaria Superior José Martí del Centro Escolar “Luz y Caballero”, escribir poesías sobre la vida y obra del más universal de los cubanos. Dicha selección fue publicada en el folleto “Poemas Martianos”, editada por la Imprenta Paltenghi con fecha 28 de enero de 1953.
El documento de 21.5 cm de largo y de 13.5 cm de ancho, está compuesto por 22 páginas en las que se insertan 25 poemas. El prólogo fue redactado por el Doctor Julio Acosta González, entonces Inspector de Escuelas Primarias Superiores, mientras que en la contraportada se halla un mensaje de los financieros de la obra, los Doctores José A. y Roberto D. Crucet:
Nos adherimos al homenaje que al Apóstol, en su centenario, lo ofrecen los alumnos de la Escuela Primaria Superior de Colón, y saludamos a esa juventud escolar que en honroso ejemplo de labor digna y fructífera practican las enseñanzas del Maestro (González, 2007: 6).
Una vez más, los maestros colombinos retoman a Martí en los momentos más difíciles de la nación cubana. La República se encontraba sumida en la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958) y José Martí representaba el ideario nacionalista que era necesario retomar.
En dos momentos difíciles para la nación cubana, los maestros de Colón acudían a José Martí y su pensamiento. Pelayo Villanueva y Heriberta Martínez fueron un ejemplo de las alternativas utilizadas por los maestros reproducir y divulgar el pensamiento y la obra martiana.
VI
Las particularidades de la formación patriótica y ciudadana hacia las regiones y localidades cubanas mantuvieron las regularidades que presentaba la nación. Sin embargo, las alternativas buscadas por los maestros se enriquecen con las experiencias de Colón y los circuitos patrióticos muestran mayor diversidad.
Las guerras de independencia, sus héroes y el significado que emanaban para la nación eran el centro del circuito patriótico que incluía tanto monumentos, estatuas y bustos como festividades patrióticas, actos cívicos y escolares.
José Martí fue la figura principal a la que acudieron los maestros cuando las situaciones se tornaban más complicadas para la nación. Otros héroes y conmemoraciones de las guerras independentistas también se tornaron indispensables; en Colón, las figuras regionales también tomaron importancia.
Con estas acciones se conformaba la mística de la nación cubana y la pertenencia a una comunidad. El respeto, la fidelidad a la patria cubana y sus intereses y la defensa de la identidad.
La mística de las guerras de independencia calaba hondo en la población colombina y la labor del magisterio era determinante en este proceso. Se creaba una memoria colectiva, un proyecto un común mediante la exaltación del pasado.
Notas
(1) Julián Godínez: descendiente de una de las familias fundadoras de la villa de Colón. Miembro de la Junta Revolucionaria de Colón y con posterioridad, de la representación municipal del Gobierno autonómico. Miembro de la Cámara y del Senado de la República de Cuba. Influyó en la decisión de fundar en Colón la Granja Escuela Agrícola “Álvaro Reynoso” perteneciente a la provincia de Matanzas. Presentó en el Senado la “Ley Godínez” para poner en funcionamiento la Escuela de Artes y Oficios “Tirso Mesa” que no fue aprobada. Fue uno de los colombinos más ilustres durante la República burguesa neocolonial.
(2) Pelayo Villanueva (Colón, 10 de diciembre de 1871- La Habana, 9 de agosto de 1940): Maestro y periodista colombino. Estudió en la Escuela Píos de Guanabacoa (Escolapías), en la década del 80 del siglo XIX, y después en el Colegio Belén. Desde muy joven se relaciona al magisterio como profesor del Colegio de San Miguel Arcángel. A partir de entonces, ya en Colón, se vincula simultáneamente al periodismo y al magisterio. Entre 1915 y 1919 redactó la Revista La Nueva Senda. En la década del treinta, publicó Los apuntes para la historia de Colón, tarea que se venía gestando desde los días de La Nueva Senda, donde aparecieron artículos de este perfil firmados por él y Julián Godínez de coautor.
(3) Heriberta Martínez (1895-1991): una de las figuras más destacadas de la pedagogía colombina. Fue maestra del colegio privado “Colón” y en la Escuela Superior “José Martí” del Centro Escolar “Luz y Caballero”. Ella perteneció a esa generación de educadores que inculcó en sus alumnos las mejores tradiciones patrióticas nacionales y locales, priorizando el civismo y el estudio de la Lengua Española. En sus aulas se formaron numerosas personalidades, unos pusieron su talento a favor del progreso de Colón y otros ofrendaron su vida en la lucha contra Batista. Entre estos se encontraron: Mario Muñoz Monroy, Oscar Fernández Mell, Rosa América Cohalla, entre otros.
(4) José Martí (La Habana, 28 de enero de 1853 – Dos Ríos, 19 de mayo de 1895). Fundador del Partido Revolucionario Cubano y principal organizador de la Revolución de 1895, en la cual brindó su vida por la independencia de Cuba. Héroe Nacional de Cuba. Fue un hombre de elevados principios, vocación latinoamericana e internacionalista e intachable conducta personal. Un cubano de proyección universal que rebasó las fronteras de la época en que vivió para convertirse en el más grande pensador político hispanoamericano del siglo XIX.
Autor de una obra imprescindible como fuente de conocimientos y de consulta para todas las generaciones de cubanos.
Fuentes
Bibliográficas
Colectivo de autores (1992): Historia de Colón (hasta 1980), Investigación inédita, Museo Municipal José Ramón Zulueta, Colón (formato digital).
Cordoví, Y. (2016): Construyendo al ciudadano: historia y cívica en las escuelas públicas de Cuba entre 1899 y 1920, en: Cuba Posible, http://cubaposible.com
González Quintana, C. M. (2007): Heribeta Martínez Martínez: maestra de Mario Muñoz, Investigación inédita, Museo Municipal José Ramón Zulueta, Colón.
Góvez Pérez, M. (1992): Desarrollo educacional de Colón durante la República, Colón: Investigación inédita, Museo Municipal José Ramón Zulueta.
Iglesias Utset, M. (1999). LAS POLÍTICAS DE LA CELEBRACIÓN: fechas católicas, yanquis y patrióticas en la Cuba de la intervención norteamericana (1898-1902), Ponencia presentada en la Conferencia Anual de la Asociación de Historiadores del Caribe, La Habana, 11-17 de abril de 1999 (inédito).
Mediva Carballosa, E. (2012): “La educación identitaria en la escuela cubana; una mirada retrospectiva desde sus raíces en el período histórico (1902-1958), en: Revista electrónica Luz, año XI, no. 3, 2012, pp. 1-13;
Montoro, R. (1902): Principios de Instrucción moral e instrucción cívica,La Habana.
Quiza Moreno, R. (1998): “Cuba: historia, escuela, nacionalismo (1902-1930)”, en: Debates Americanos, No. 5-6, La Habana, enero-diciembre de 1998, pp. 76-89.
Varona, E. J. (1901): Cursos de estudios para las escuelas públicas, Habana.
Vidal Morales y Morales, A. (1924): Nociones de Historia de Cuba, Habana.
Villanueva, P. (1934): Hechos, cosas y sucesos de este pueblo que no deben ser olvidadas al escribirse su historia, Colón: Imprenta Paltenghi.
[Al pueblo de Colón, Comité Pro-Monumento Colegio Colón. Imprenta Paltenghi, 26/XI/1946.
Fuentes documentales
Archivo Histórico Municipal “Pelayo Villanueva”. Colón. (AHMC)
- Fondo de la Escuela de Artes y Oficios.
Fuentes periodísticas
Revista La Nueva Senda (1915-1919). Colón.
Periódico La Defensa (1939-1943). Colón.
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