México. Año 3, núm. 5. Julio-diciembre 2005. ISSN 1870-1477
Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad Juárez, Chihuahua. México Universidad Pedagógica Nacional – Unidad 082
Recibido: junio de 2005; aceptado para publicación: septiembre de 2005
Resumen:
Con el ánimo de hacer un modesto aporte al debate que hoy se suscita en el seno de las comunidades escolares y de investigación educativa, se ofrece el siguiente documento, no solo para intentar dilucidar el significado del constructivismo como paradigma de aprendizaje, sino también para desarrollar las reflexiones sobre la idea nuclear de que el constructivismo no es una teoría acerca de la enseñanza sino una teoría acerca del aprendizaje y del conocimiento. Es decir, el constructivismo es la síntesis de una serie de estudios de diversas disciplinas; en la que se conjugan aspectos de la psicología cognitiva, la antropología y la filosofía, es una teoría que no sólo abarca los procesos formales de enseñanza-aprendizaje que se dan en el ámbito escolar, sino que incluye también a todos aquellos por los que el individuo construye conocimiento en su vida cotidiana.
Palabras clave: constructivismo, psicología congnitiva, aprendizaje, enseñanza, conocimiento.
Tú no eres vertiente que ha de llenar con sus aguas la mente de tu alumno. Tu enseñanza como exposición, sin importar cuan brillante pudiera ser, no puede aspirar a ser vehículo de aprendizaje para el alumno; más bien ese es el origen de los grandes males observados en la práctica pedagógica actual. Si tu deseo real es enseñar al alumno, no brillar ante el, tienes que proveer las condiciones para que este alumno construya su conocimiento y tienes que aceptar que este conocimiento no será como el tuyo. Tienes que respetar las diferencias y tienes que lograr una intersubjetividad con el alumno así como tu la has logrado con tu cultura..
VonGlaserfeld.
Recientemente hemos estado observando cómo un vocablo aparece, cada vez con más frecuencia en el discurso de los educadores. Esta tendencia denominada "constructivismo", es ofrecido como "un nuevo paradigma educativo". La idea subyacente de manera muy sintética, es que, ahora, el estudiante no es visto como un ente pasivo sino, al contrario, como un ente activo, responsable de su propio aprendizaje, el cual él debe construir por si mismo. Como todo aquello que se divulga con la intención de que sea masivamente "consumido", se corre el riesgo de usar la expresión "constructivismo" de manera superficial y no considerar las implicaciones ontológicas, epistemológicas y metodológicas que derivarían de sustentar un diseño del proceso enseñanza-aprendizaje sobre bases constructivistas. Al respecto, Eggen y Kauchak (1999) indican que las discusiones sobre la mejor manera de enseñar han absorbido las energías de los educadores desde el comienzo de la educación formal; tan es así que han existido diversas controversias y disputas al intentar responder esta pregunta. En la actualidad, existe la creencia, en muchos profesores, de que el modelo constructivista es la panacea para los problemas de la educación.
En la década de 1950 empezó lo que se ha llamado "La Revolución Cognitiva". Pero fue más que una revolución, un rescate de la idea de procesos mentales complejos que William James había tratado de explicar medio siglo antes (Bruner, 1956). Lo que había dominado la investigación del aprendizaje -la conexión estímulo-respuesta, las sílabas sinsentido, la rata y la paloma- dejó de ser importante para tomar temas de investigación que trataban de descifrar lo que ocurría en la mente del sujeto entre el estímulo y respuesta. La actividad mental de la cognición humana era de nuevo respetable en el campo de la psicología y digno de estudio científico (Simon, 1991).
Desde otro punto de vista el cognitivismo intentó oponerse al conductismo, más que revivir las ideas funcionalistas. No era simplemente un rechazo del conductismo sino una integración de este en un nuevo esquema teórico de referencia. Las reglas de reforzamiento fueron puestas dentro de la mente del individuo y se les llamó reglas de representación simbólica de un problema. El comportamiento visible del organismo en sus procesos de aprendizaje fueron reemplazados por procesos internos de pensamiento llamados en forma genérica: "resolución de problemas". En términos filosóficos el cognitivismo cambió el énfasis empírico por un énfasis racionalista. Sin embargo, el cognitivismo reclamaba también su estatus científico y su aspecto experimental, se extendió hacia el estudio de problemas que no podían ser observados visual o externamente como depósito de información en la memoria, representación del conocimiento o metacognición.
El desarrollo de la tecnología creó otro pilar de apoyo a las nuevas teorías cognitivas. La computadora creó un asombroso modelo de funcionamiento mental que eventualmente habría de ser rechazado en las teorías socio-históricas. En efecto la computadora podía recibir y organizar información, operar con ella, transformarla y hasta resolver cierto tipo de problemas. Esto era para muchos el principio del estudio de la cognición humana teniendo un modelo concreto que solo necesitaba ser mejorado en sus capacidades y funciones para lograr una fiel replica del aprendizaje humano. Eventualmente esta analogía no pudo sostener el peso de tan ambiciosa tarea y la computadora representa hoy en día un extraordinario instrumento de ayuda a la cognición humana más que una replica de este. Aunque expertos en el campo de la computación pregonan que el potencial de la computadora es mayor que el del cerebro humano y que eventualmente incluirá todo aquello que es humano y mucho más.
La educación esta integrando en sus métodos lo que Kant había dicho hace mas de 200 años. Entre la gran variedad de ideas que Kant investigó existe una que ha tenido gran importancia en el pensamiento moderno: conceptos a priori. Existen, según Kant, ideas que no provienen de la experiencia, ideas que la mente puede generar por sí mismas sin otra explicación que la mente humana es un incesable generador de ideas. Ideas de este tipo son: causa, efecto, tiempo, número, deber, bondad etc. Nunca hemos visto en el sentido empiricista el tiempo, ni hemos visto la causa o el efecto, pero sabemos que existen y no tenemos dudas acerca de su existencia. De esta manera, por ejemplo, hemos visto millones de números, pero no así "el" número. Hemos vivido y hemos observado actos de bondad pero nunca hemos visto "la" bondad como tal. Sin embargo, sabemos que existen estos conceptos a pesar de que nunca hemos razonado sobre ellos. Estas son las ideas a priori (antes de la experiencia) o sea todo aquello que parece ser en sí mismo y que aparentemente nunca fue aprendido. De acuerdo a las ideas constructivistas en educación todo aprendizaje debe empezar en estas ideas a priori. No importa cuán equivocadas o cuán correctas estas intuiciones de los alumnos sean. Las ideas a priori son el material que el maestro necesita para crear más conocimiento. No obstante, no debe olvidarse que en todo acto de enseñar estamos imponiendo una estructura de conocimiento al alumno, no importa cuán velada esta imposición se haga. Como maestros podemos ser gentiles, pacientes, respetuosos y cordiales en nuestra exposición y aún así estamos imponiendo una estructura de conocimiento. Si vamos a enseñar por ejemplo la teoría sociohistórica de Vygotsky, imponemos una serie de conceptos que el alumno no tendrá la oportunidad de validar por sí mismo a no ser que se convierta en el facilitador de un grupo. La imposición de estructuras de conocimiento no es lo que hace un mal maestro. Un mal maestro es aquél que impone nuevo conocimiento en forma separada de lo que el alumno ya sabe y de ahí crea simplemente aprendizaje reproductivo en los educandos y los priva del uso completo de su capacidad cognitiva más importante... aquella de transformar su propio conocimiento. No es el dogma lo que paraliza, pues todo conocimiento empieza en forma dogmática, es aquel dogma que estando separado de la estructura de conocimiento del alumno, y por lo tanto con pocas posibilidades de transformarlo en algo diferente, se queda dentro de la mente del alumno como señor absoluto de un candado en el que no puede ser tocado.
El constructivismo es primeramente una epistemología, es decir una teoría de cómo los humanos aprenden a resolver los problemas y dilemas que su medio ambiente les presenta, es una teoría que intenta explicar cual es la naturaleza del conocimiento humano, o por decirlo mas crudamente es simplemente una teoría de cómo ponemos conocimiento en nuestras cabezas. El constructivismo asume que nada viene de nada. Es decir que conocimiento previo da nacimiento a conocimiento nuevo. La palabra 'conocimiento' en este caso tiene una connotación muy general. Este término incluye todo aquello con lo que el individuo ha estado en contacto y se ha asimilado dentro de él, no solo conocimiento formal o académico. De esta manera, creencias, prejuicios, lógicas torcidas y piezas de información meramente atadas a la memoria por asociación y repetición, son tan importantes en el juego del aprendizaje como el conocimiento más puro y más estructurado que pudiéramos pensar. En el corazón de la teoría constructivista yace la idea de que el individuo 'construye' su conocimiento. ¿Con qué lo construye? Pues con lo que tenga a su disposición en términos de creencias y conocimiento formal. Comentaba anteriormente que para el constructivismo nada viene de nada y ahora quiero complementar con algo que me parece auténticamente sorprendente acerca de la cognición humana: creencias y prejuicios son materiales que sirven para generar conocimiento que pudiéramos llamar 'verdadero'. Así como el buen arquitecto levanta con piedra y lodo bellas construcciones, así el buen aprendiz levanta bellas 'cogniciones' teniendo como materia prima su conocimiento previo (prejuicios y creencias incluidos).
Nuestras construcciones mentales son fundamentalmente una creación de reglas, modelos, esquemas, generalizaciones o hipótesis que nos permitan predecir con cierta precisión que va a pasar en el futuro. Hacemos, por ejemplo, construcciones mentales de la personalidad de aquellos que nos rodean y frecuentemente estamos cambiando estas construcciones adaptándolas a lo que vamos viendo en esas personas. De alguna forma u otra podemos predecir el comportamiento de aquellos que son nuestros amigos y nuestros enemigos y si los unos se puedan transformar en los otros así se transforman nuestras estructuras mentales acerca de ellos y aun más complejamente se transforma nuestra construcción más abstracta del 'ser humano'. Así se desarrolla la vida humana en un eterno construir, cambiar y adaptar las estructuras mentales que forjamos para entender y transformar el mundo que lo rodea. Un bebé aprendiendo sus primeras palabras y un científico descubriendo un fenómeno que ha de revolucionar el mundo de la ciencia están ambos construyendo estructuras mentales para entender el mundo. Ambos usan conocimiento previo para acomodar el conocimiento nuevo, ambos sufren un conflicto cognitivo, ambos han llegado a este punto de conflicto por que una vida social los ha confrontado con él y ambos producen una estructura de conocimiento que se va haciendo más y más personalizada en el transcurso de una vida. Mientras todos los bebés se parecen, los adultos muestran una variedad asombrosa en sus estructuras mentales.
El constructivismo, en un plano más humilde, vino al mundo para hacernos ver que nuestro conocimiento es construido imperfectamente desde bloques que solo pueden catalogarse como reflejos o creencias. En el constructivismo no hay ideas 'puras'. La cognición humana no es el edificio perfecto de ideas básicas que se combinan con lógica impecable para formar ideas más complejas. Todo lo que pasa en nuestras cabezas es en esencia un mundo personal que sorpresivamente se adapta al mundo exterior. Todo lo que se genera en la cognición humana es producto de una combinación de sentimientos, prejuicios y juicios, procesos inductivos y deductivos, esquemas y asociaciones, representaciones mentales que juntos nos dan elementos para resolver nuestros problemas. Este 'juntar' es construir estructuras de significado y la manera de 'juntar' es altamente personal, algo que realmente no se puede enseñar sino que se tiene que dejar al individuo a que lo construya y una vez que ha construido monitorear si esta clase de construcción tiene paralelo en el mundo real.
El constructivismo es revolucionario por que le roba el aura de misterio que rodeaba a todo maestro como 'bastión de la verdad' 'mensajero de la idea' o 'veneros de verdad'. El constructivismo parece decir a los maestros todo lo opuesto: En efecto este concepto esta cambiando nuestra visión del proceso enseñanza aprendizaje y no de manera sorpresiva desde un punto de vista histórico. El constructivismo aparece como metáfora del conocimiento en un mundo donde la explosión del conocimiento rebasa con mucho la capacidad del cerebro humano. El maestro tiene que humildemente tomar su lugar de sargento en la batalla del conocimiento y dejar vacío el lugar del general. Hombro con hombro hay que ir con los alumnos al campo de batalla y humildemente reconocer que el docente está expuesto a los mismos peligros que los alumnos en el campo del error, la diferencia es que, como todo sargento, simplemente ha peleado mas batallas.
Para el alumno el constructivismo viene a corroborar lo que prácticamente ha conocido desde siempre pero no era algo fácil de revelar o hacer explicito en un ámbito donde la autoridad del maestro era indiscutible. El constructivismo en un grito de batalla para que el alumno deje su papel sumiso de receptor de conocimiento y adquiera responsabilidad en su propia formación intelectual. Es un reto abierto a la supuesta autoridad del maestro y una aceptación tacita de que en el mundo de las ideas solo se reconoce la autoridad del conocimiento. Esto no es nuevo por supuesto. Los griegos fueron tan constructivistas como cualquier científico, artista o político de este siglo e igual lo fueron los hombres y mujeres del Renacimiento. Lo que es nuevo, maravillosamente nuevo, es que el elitismo del pensamiento se está perdiendo.
Uno de los principales proponentes filosóficos del constructivismo, vonGlaserfeld (1989), sostiene que las formas en las cuales construimos conocimiento debe ser como una llave que abre un candado. Esto tiene diferencias sutiles con las ideas tradicionales del conocimiento. Siguiendo el modelo de conocimiento descrito por las matemáticas y la física se ha considerado que una llave abre un candado. Es decir una ley física, por ejemplo, explica un aspecto de la realidad y nada más. No así en el mundo social. Llaves diferentes pueden abrir el mismo candado. Si tratamos de explicar el pobre logro académico de estudiantes provenientes de clases trabajadoras podemos explicarlo de muchas maneras y con muchas teorías. '¿Dónde esta la verdad?' es la pregunta que podríamos hacernos de inmediato y la respuesta es que la verdad esta en todas en mayor o menor grado. Podríamos también pensar que simplemente es cuestión de tiempo descubrir la llave perfecta que abra en forma única un candado. Encontrar por así decirlo las leyes de Newton del mundo social y de ahí obtener un sinnúmero de aplicaciones. Proponentes del constructivismo son escépticos a este punto de vista. Lo más probable es que no existan leyes sociales o que escape a la mente humana el entenderlas. Hay que contentarse con meras generalizaciones, construcciones mentales, sujetas a una miríada de excepciones y con poder predictivo muy bajo aun cuando tenga poder explicativo, ex post-facto muy alto. Por ello, la mentalidad moderna exige un cambio de paradigma en el conocimiento. No hay que buscar la verdad del conocimiento sino la utilidad del mismo. El conocimiento al ser útil tiene que predecir el mundo con cierta confiabilidad y al hacer esto tiene que cumplir ciertas condiciones de verdad que para el constructivista son imposibles de definir y asume que el criterio de utilidad es el mejor acercamiento al criterio de la verdad. Claramente el constructivismo es pragmático: si la llave abre el candado ¿por qué tienes que buscar otras?, si la llave abre el candado ¿por qué no aceptar también que otras llaves pueden abrirlo?.
Muchas cosas "románticas" se han dicho acerca del constructivismo que ajustan a la imagen que queremos ver en el hombre moderno. Se piensa mucho en la libertad del individuo para construir su propio conocimiento, y esto suena melodioso a los oídos post modernistas. Es cierto que construimos nuestro propio conocimiento pero no en esa libertad completa que la imagen casi publicitaria del constructivismo alguna vez conlleva. Construimos destruyendo, cambiando y acomodando aquellas estructuras de conocimiento que se nos han impuesto en nuestras actividades de aprendizaje. No construimos de la nada, construimos con los fragmentos de aquello que nos fue impuesto.
Construimos no como queremos sino en las condiciones dictadas por las imposiciones de nuestro propio proceso de aprendizaje. En los más fantásticos logros cognitivos, en la estructura magnífica creada para las explicaciones de un problema científico, podemos encontrar los ladrillos de estructuras impuestas que fueron en algún momento destruidas o transformadas, pero al mismo tiempo proveyeron el material para levantar un nuevo edificio. En cierta forma todo aprendiz que intente lograr estas altas metas educativas es en esencia un iconoclasta. Todo aprendiz tiene que destruir para construir, pero no destruye como quiere, este es un punto muy importante, destruye las estructuras que le han dado. Aquí el maestro tiene una misión que es tan difícil como es sublime... tiene que fomentar el análisis crítico de las ideas con el mismo fervor que las construye y las impone en los alumnos.
Por ejemplo, en este ensayo se tratan de imponer algunas ideas en su estructura de conocimiento. No porque trato de imponer ideas considero que soy un mal maestro. Considero de hecho que soy un buen maestro porque trato de hacer esta imposición en un contexto en el cual mi imposición conecte con lo que ustedes como lectores ya saben. Aquí tienen en sus manos una serie de ideas que si las dejan como están se volverán dogmáticas sin importar que estén de acuerdo o en contra de lo que he explicado en este ensayo. Siempre se puede ser dogmático a favor o dogmático en contra. En la medida que ustedes generen estos conceptos de su propia manera, con sus propios ejemplos y sean capaces de proveer su propia teoría del aprendizaje constructivista, entonces el dogmatismo desaparece y una meta educativa de gran valor se manifiesta, la construcción del conocimiento.
El constructivismo ha tomado la mente de todos los educadores actuales. En todas partes se hacen manifiestos constructivistas muchas veces sin entender del todo el compromiso docente que este concepto implica. Este concepto ha ocupado las mentes pedagógicas más brillantes del planeta como Bruner, Freire, Piaget y Vygotsky, las cuales fervientes y metódicas se adhieren con determinación al concepto. El constructivismo parece ser la culminación de una serie de ideas pedagógicas muy anheladas que se han presentado en la historia de la humanidad y que, con apoyo de la filosofía y los desarrollos de la psicología cognitiva, le han dado un estatus incomparable en la vida profesional de millones de maestros. Este acuerdo de pensamientos, ya que no es realmente un acuerdo en la práctica, alrededor de un concepto educativo es un fenómeno sin precedentes en la historia de nuestra profesión de maestros.
El fracaso de las buenas intenciones de muchos maestros por enseñar a sus alumnos nuevas ideas se manifiesta en este contexto en forma dramática. Un maestro después de mucho tiempo como maestro y, mucho tiempo como aprendiz ha descubierto la esencia misma de una disciplina y obviamente trata de enseñar esta disciplina de acuerdo a la manera en que el la ha descubierto para enfrentarse una y otra vez con la triste realidad de que los alumnos no lo pueden entender. Esto es muy decepcionante, pero más lo es el hecho de que los alumnos eventualmente pretenden entender cuando realmente no están entendiendo pues quieren satisfacer al maestro y para sacar una buena calificación. Exámenes mal diseñados que pueden ser contestados con respuestas automáticas y con recetas de pensamiento son también promotores de esta situación. Todo esto pasa, de acuerdo al constructivismo, porque el proceso de aprendizaje empezó en forma diametralmente equivocada: desde el tope de la pirámide del conocimiento hasta el conocimiento común de los alumnos. El construcitivismo pregona precisamente lo contrario: aprender desde los conceptos a priori del alumno y de ahí levantar la pirámide del conocimiento.
Una nueva limitante la constituye el hecho de que precisamente el facilitador del aprendizaje, es decir, el docente, no tiene desarrolladas las habilidades esenciales de la enseñanza, las cuales se manifiestan en una serie de conductas que coadyuvan en el desarrollo de aprendizaje significativo de conocimientos declarativos, procedimentales, hábitos valores y actitudes, que se adquieren de forma explícita e implícita (González y Flores, 1998). Así también, dentro de la teoría constructivista existen dos posturas básicas: el constructivismo biológico, que enfatiza la interpretación y regulación del conocimiento por parte del que aprende, y el constructivismo social, que examina el impacto de la interacción social y de las instituciones sociales en el desarrollo. El constructivismo biológico subestima los factores socioculturales y su papel en el proceso de aprendizaje, por su parte, el constructivismo social tiende a minimizar la importancia del individuo como tal.
Ésta son algunas de las mayores dificultades para implementar el constructivismo en la práctica docente: la teoría en sí es tan extensa y compleja, que diseñar las estrategias y las herramientas para hacerla práctica requiere un considerable esfuerzo y una comprensión profunda de los planteamientos que la sustentan. No obstante, un punto medular del constructivismo, de acuerdo a Cole (1996) es que el conocimiento y la realidad se construyen en interacción con otros individuos en un contexto compartido. El intercambio social ante un determinado conflicto cognitivo permite al individuo confrontar sus propios esquemas con los de otros y modificarlos para construir nuevo conocimiento. Esto sin duda implica una praxis educativa en el aula distinta a la tradicional, en la cual el maestro es prácticamente el único agente activo del proceso enseñanza-aprendizaje, lo que impide que se den los procesos y el ambiente adecuado para el aprendizaje, de acuerdo al constructivismo, en el cual el rol del maestro y el del alumno se sufren un cambio de 360 grados. Las razones por las que los maestros rechazan cambiar al constructivismo son:
En el constructivismo se insta a que el alumno deje su papel sumiso de receptor de conocimiento y adquiera responsabilidad en su propia formación intelectual, es un reto abierto a la supuesta autoridad del maestro y una aceptación tacita de que en el mundo de las ideas solo se reconoce la autoridad del conocimiento.
Se puede afirmar entonces que otra limitante para aplicar la teoría constructivista en el aula es la negación para poner en práctica los modelos surgidos de la misma por parte de los profesores.
Bruner, J. (1960). Process of education. Cambridge, MA: Harvard University Press.
Cole, M. (1996) Cultural Psychology: a Once and a Future Discipline. Harvard: Belknap, Harvard University Press.
González, Olga y Flores, Manuel. (1998) El trabajo docente. Enfoques innovadores para el diseño de un curso. México: Trillas.
VonGlaserfeld, E. (1989). Cognition, construction of knowledge and teaching. Synthese, 80, 121-140.
Para citar este artículo:
CEREZO HUERTA, Héctor. (2005). "Implicaciones Educativas del Constructivismo ¿Por qué el constructivismo es revolucionario?". Odiseo, revista electrónica de pedagogía. Año 3, núm. 5. 11 de noviembre de 2005. http://www.odiseo.com.mx/2005/07/ cerezo-implicaciones.htm (ISSN 1870-1477).