Año 2, Número 3. Julio - diciembre de 2004
Gabriela Mistral en la Revolución
educativa mexicana
De 1922, Gabriela Mistral viaja a México invitada
por José Vasconcelos
y durante dos años participa de la revolución educativa
mexicana. Se integra a las misiones rurales donde participa instalando
bibliotecas y con talleres de lectura comentada. En 1923, año en
que partió de México con destino a Estados Unidos, apareció
su libro Lecturas para mujeres De este libro se imprimieron 20.000
ejemplares. Fue un libro destinado a la educación y a la enseñanza
del lenguaje.
Reinaldo
Villegas Astudillo
Educador y escritor chileno, radicado en Venezuela
Preliminares
Gabriela Mistral ofrece una faceta desconocida para el
lector de América latina, por cuanto el genio poético que
la consagró como una gran escritora, a partir de 1945, al obtener
por primera vez para esta América nuestra, el Premio Nóbel
de Literatura, opacó el quehacer educativo que realizara en Chile;
primero, como maestra rural en el Valle del Elqui, el lar nativo y posteriormente
en condición de docente y directora de varios centros de enseñanza
media en distintos puntos geográficos del país natal, hasta
arribar al año 1922, cuando recibe la invitación personal
del ministro de educación de México, José Vasconcelos
para ir a integrarse con otras personalidades del continente en el proceso
revolucionario educativo, iniciado por la nación del norte.
En México
Al arribar al país azteca, Gabriela se encuentra con un pueblo
y el gobierno del presidente Alvaro Obregón, alborozados, por cuanto
se hayan lanzados en una tarea revolucionaria, centrada especialmente
en el sector agrario en esa época cuando América, al sur
del Río Grande está todavía sumida en una larga siesta
semicolonial, con un elevadísimo porcentaje de analfabetismo y
la presencia de una oligarquía, que en la práctica sucedió
omnímodamente a los colonizadores españoles, súbditos
de un imperio real. Es por ejemplo, el caso de Venezuela, que duerme bajo
la férula de un dictador semianalfabeto, más preocupado
de sus vacas y pertenencias agrícolas que mantiene en sus extensas
haciendas que de las cuestiones de gobierno, encaminadas a la preservación
de sus connacionales, como lo fue Juan Vicente Gómez; o el enseñoramiento
de una oligarquía en Chile, que mantiene excluidos de la educación
a incipientes sectores de trabajadores, que han logrado desprenderse de
latifundios para incursionar mayoritariamente, a una edad temprana, en
los centros mineros salitreros o carboníferos del país austral.
Qué decir de Ecuador, Perú y Bolivia con una gran masa indígena
proscrita a los contrafuertes cordilleranos, subsistiendo en condiciones
misérrimas de esclavitud, mientras una minoría que no traspasa
el 25 por ciento de la población, residen en la capital, en el
litoral o en Europa disfrutan de los bienes que les proporcionan sus extensas
tierras, a cargo de caporales o mestizos arribistas, cancerberos de sus
propios hermanos de raza, junto a las venales autoridades gubernamentales,
al servicio de los latifundistas que aherrojan al ser indígena.
Revolución educativa mexicana
Será en México, donde Gabriela desarrolle en plenitud un
pensamiento y quehacer educativos, que impulsó solitariamente,
como una figura quijotesca, en las escuelas rurales donde se inició
como maestra en Chile, y careció siempre del apoyo necesario para
llevar a cabo proyectos, que iban mucho más allá de modalidades
pedagógicas asfixiantes, imperantes en aquella época.. La
realidad que le ofrece México es extraordinaria sobre todo con,
un jefe de estado, a quien la escritora lo califica como un "mestizo
ilustrado", nacido en Oaxaca, la misma tierra originaria de Benito
Juárez. A esto se agrega, el contar con un ministro-filósofo,
José Vasconcelos, quien se convertirá en un eminente pensador
latinoamericano, portador de ideas muy opuestas al positivismo, esa tendencia
filosófica que surgió en el siglo XIX en Europa y que hicieran
suya los gobernantes de los diversos países latinoamericanos también
"ilustrados", durante más de una centuria. Pensamiento
éste, que abogaba por un desarrollo eficiente, y aséptico,
donde predominará el orden, la disciplina, producto de tesis europeas,
no importando tanto el hombre originario de estas latitudes, por considerarlo
proveniente de una raza inferior, sin una mayor evolución intelectual.
Contradiciendo a un educador, precursor en el continente de esta línea
vinculada con un profundo latinoamericanismo, surgido en las últimas
décadas del siglo XVIII, compartida por Gabriela Mistral, una centuria
después. Nos referimos al venezolano Simón Rodríguez.
Lamentablemente, como siempre, como antes y como en el presente se cayó
en una servil imitación, lo cual significó dejar de lado
al indígena y a los descendientes de esclavos provenientes de Africa
por considerarlos igualmente de una etnia decadente, carentes de la inteligencia
que podían poseer un alemán o italiano, tal cual ocurrió
por ejemplo en Argentina y Chile, donde en el devenir del siglo XIX se
procedió al arrinconamiento y al exterminio de las etnias aborígenes
para dejarles el campo libre a los foráneos procedentes de Europa,
a través de la"Guerra del Desierto" y la mal llamada
"Pacificación de la Araucanía".
México es la única nación del continente que le
ofrece a la educadora chilena la posibilidad de plasmar ideas y proyectos,
que mínimamente realizó en Chile en una época de
ausencias y abandonos, especialmente en el valle nativo, instalado en
el denominado Norte Chico, donde comenzara en calidad de maestra rural
y constatara la presencia: "de los piececitos de niños campesinos,
azulosos de frío" y en centros de enseñanza media;
algunos, recientemente creados, situados algunos muy alejados de la ciudad-capital
, ya fuera en Antofagasta Punta Arenas o Temuco. En México, renace
y se integra de lleno a las acciones que se llevan a cabo para adentrase
en las barriadas de las ciudades o en la sierra mexicana, en las cuales
residen los seres más abandonados , en una gran proporción
indígenas, muy venidos a menos por mestizos republicanos que expropiaron
las tierras que les pertenecieron por años de años. Ella
misma lo señala: "Se empapa de las personas, de la Naturaleza
vegetal. La transita en trenes de locomotora a vapor, entre revolucionarios,
en carreta tirada por caballos o bueyes. Peregrina en las comunidades
altas de Oaxaca. No le tenía miedo al vértigo y cruza el
país en los primeros aeroplanos".
Las estrategias utilizadas para abordar el subdesarrollo secular de México,
el cual se repite en todo el continente en las primeras décadas
del siglo XX. se plantean, así: Se pretende primero formar un educador
creativo, identificado con las necesidades de su pueblo y carente de esa
vanidad que embarga a los graduados, que cuando ostentan un título,
aspiran a trabajar dentro de un aula de clases, sentados en un escritorio,
desvinculados de la realidad circundante, situación de la cual
Gabriela señala que: "Los trabajadores no creen ya en aquella
escuela que les enseñó todas las inutilidades y los lanzó
a la vida con las manos torpes para todos los oficios. Ellos no aman,
no pueden amar al maestro sin sentido de la vida que les robó la
riqueza de la sangre en un aula de clase oscura y que les mató
la alegría de vivir al no ponerlos en contacto con la tierra-madre
de la cual emanaron el vigor y todas las excelencias más que de
sus lecciones sin entusiasmo".
Considera la Mistral, que los futuros educadores no deben abotagarse
con tantas teorías elaboradas para educandos de otras realidades,
como ocurre hasta los tiempos nuestros - agregamos nosotros-. De esa época
cita a las figuras europeas de Froebel y Pestalozzi, que orientan los
procesos educativos en tierras de ultramar. Estima que lo más importante
de los planteamientos de estos docentes es recoger sus testimonios de
vida, el apostolado que ejercieron, modelo por seguir en una realidad
otra, donde tantos seres necesitan un apoyo concreto y vertiginoso para
salir de esa etapa de postración endémica.
Creemos que la labor realizada en la Escuela Francisco I Madero, cuando
concurre Gabriela como invitada para observar el proceso educativo y ella
decide quedarse, impresionada por la acción que se lleva a cabo,
ilustra la esencia de esta reforma educativa que tan hondo cala en el
pueblo mexicano, y luego, en diversos puntos de la geografía caribe-latinoamericana.
Es el modelo de la Escuela-Granja, que surge en los arrabales de la gran
ciudad, en espacios ociosos y abandonados, donde por la iniciativa de
un normalista se logra la cesión de una par de hectáreas
de terreno para iniciar un nuevo modelo educativo en aquella época,
destinada a una sociedad agraria. Se reúne a los infantes del sector
y se empieza con actividades vivenciales, antes de ingresar al aula. Junto
a los maestros se limpia el terreno, se prepara la tierra para la siembra,
el cultivo y otras actividades similares que se adquieren en ese laboratorio
natural. Con el estímulo de Gabriela, obtienen del ministro Vasconcelos
el apoyo en elementos técnicos y pedagógicos para crear
una verdadera comunidad educativa, integrada por padres, representantes
y vecinos del sector. A la primera cosecha de remolachas, concurre el
Ministro, los alienta y los estimula sobre todo cuando le informan que
estos productos se mercadean y que con los ingresos proyectan crear una
cooperativa para la adquisición de la semilla y encargada de la
venta. Posteriormente, vendrá la creación de un pequeño
Banco y de una Caja de Ahorros.
De la práctica pasan a la teoría, con la donación
de libros para la creación de una biblioteca, conformada por títulos
de las principales obras de la creación universal. Se crea asimismo
un vehículo de comunicación con la comunidad, como lo es
el periódico "El Agricultor". Por otro lado, los estudiantes
participan en trabajos comunitarios al servicio del villorio en labores
de aseo y de limpieza .Tal modelo que se multiplicó en distintos
lugares de México, contó siempre con la colaboración
activa y permanente de los ministerios de Educación, Agricultura
y del Trabajo en textos, programas, maquinarias, semillas, animales, etc.
Después, de tal resonante éxito Gabriela Mistral se pregunta:
¿Qué serán estos niños en diez años
más? ¿Qué los diferenciará de los otros formados
en escuelas primarias? La respuesta se la da ella misma: "No serán
por cierto aspirantes a bachilleres, postulantes eternos a empleos, que
llenan pasillos de ministerios, pidiendo con un montón de recomendaciones
el puestecito fiscal más mezquinamente remunerado, con tal de ser
miseria dorada, pobreza decente. Ni serán hombres unilaterales,
sin la visión de unidad de la vida que caracteriza a los intelectuales,
ni pesimistas que se han hinchado de odio y desaliento por un pequeño
fracaso, del cual no tienen la culpa sino sus manos torpes y su mente
amodorrada
Serán hombres de la tierra, sensatos, sobrios y
serenos por el contacto con aquélla que es la perenne verdad. Harán
una democracia menos convulsionada y menos discurseadora que la que nos
ha nacido en América Latina, porque la pequeña propiedad
(que ellos exigirán y que conseguirán en México)
aplaca rebeldías, da dignidad a la vida humana y hace el corazón
del hombre propicio a las maravillas del espíritu". Agrega,
la educadora chilena participante en la Reforma Educativa de México:"La
pequeña república agraria que estos niños han creado
les irá revelando el régimen económico y los caminos
por donde se busca prosperidad de un país: No tendrán el
odio de la riqueza, que sólo cuaja cuando el hombre no tiene nada
que defender ni amar bajo el sol porque sea suyo".
En México, Gabriela Mistral se dedicó plenamente al trabajo
educacional. A ella, se debe el sistema básico de enseñanza
de las primeras letras en comunidades de campo y marginales, hoy extendido
a toda América, así como la creación de la Escuela
Nocturna para los trabajadores, que había experimentado en la austral
ciudad chilena de Punta Arenas, entre los años 1918 y 1920, cuando
ejercía el cargo de Directora del Liceo de Niñas y en las
noches "parteaba" el conocimiento con innumerables trabajadores
que acudían a su escuela en busca de las luces. A esto, se añaden
las escuelas ambulatorias que ideara el propio José Vasconcelos
con tan exitosos resultados.
Gabriela Mistral integrada a las Misiones
Gabriela Mistral, igualmente, se integra a las misiones rurales, implementadas
por el gobierno mexicano para adentrarse en los sectores más abandonadas
de la república. Las integran, por equipo: Un director, una enfermera,
tres maestros primarios, cuatro carpinteros, algunos albañiles,
un agrónomo, una modista, una profesora de economía doméstica
y el especialista de una pequeña industria. El objetivo es el indígena,
el ser más abandonado a su suerte. La labor se extiende por dos
meses. Primero, enseñan a los indios a construir sus casas con
procedimientos modernos y en seguida el cultivo de los suelos. Conviven
durante ese periodo con las familias indígenas, a quienes instruyen
sobre comidas españolas, medicinas casera y les enseñan
a leer en breve plazo. Cuando se internan en la sierra, los acompañan
ingenieros para delinear vías y dirigentes agrarios, quienes explican
la política educacional y agrícola del ente gubernamental.
Todo se configura en la participación comunitaria: vialidad, escuelas,
huertos, talleres artesanales. Instalación de bibliotecas y talleres
de lectura comentada, en los cuales participa activamente la Mistral.
Todo este quehacer magnífico hace exclamar a la educadora y creadora
poética continental: "Mi México. El único que
está en mi corazón".
Consideraciones finales
A modo de conclusión, diremos que tardíamente hemos ido
descubriendo las genialidades de Gabriela Mistral tanto en la creación
poética como en el campo educativo, quehaceres que se insertan
dentro de la tendencia histórica en que siempre se situó,
y que como ya lo hemos manifestado, se inscribe en esa visión de
nuestra realidad latinoamericana, eminentemente mirando hacia nuestras
propias entrañas y raíces, no dejándose embeber por
las luces de los imperios de uno y otro siglo, que siempre han pretendido
imponer un modelo cultural, científico y tecnológico que
corresponde a otras realidades, a otros seres diametralmente opuestos
a nosotros. Gabriela es continuadora de un pensamiento forjado por pensadores
como: Simón Rodríguez, Francisco de Miranda, Simón
Bolívar, Andrés Bello, Francisco Bilbao, José Martí,
Eugenio María de Hostos, José Enrique Rodó, José
Vasconcelos, José Carlos Mariátegui y tantos otros más
que siempre extendieron sus miradas hacia nuestras tierras en búsqueda
de nuestras propias creatividades.
Muchos de aquellos que tildaron a Gabriela de "señorona"
"profesorcilla rural" y sustentadora de posiciones conservadoras
han tenido que variar drásticamente la apreciación de la
Mistral, cuando en estas últimas décadas empezamos a conocer
sus trabajos difundidos, sin "apellidismos", quien sin temores
de ninguna especie se proyectó con valentía por ejemplo,
denunciando el asedio que el imperio le hizo a Sandino hasta provocar
su muerte, o escribiendo "La Palabra Maldita", refiriéndose
a la Paz, en épocas de distorsiones, asedios, amenazas y alineamientos
ideológicos. En el plano educativo, conocemos, ahora, en el resto
de América la gran labor educativa desarrollada en México
y en el plano poético, la aparición de su obra Tala,
en 1938 y que fue tardíamente conocida por cierto infortunio en
su primera edición, se nos aparece como un elemento más
de esta grandiosa naturaleza americana, con sus seres aborígenes
y los entornos, a quienes tanto amó y continúa conviviendo
con ellos allá, soñando eternamente en su tumba de Montegrande,
al pie de de esos murallones pétreos de la Cordillera- Madre y
donde ella suele responder a los peregrinos y admiradores que la visitan
con el silbido del viento cordillerano, así como nos ocurrió
a nosotros, poetas y soñadores del Círculo Literario Jotabeche
de Copiapó, cuando nos fuimos a despedir de ella, poco antes de
transitar por los infiernos de la dictadura y salir al exilio durante
el año 1975.
|