ARQUITECTURA/AUTOGOBIERNO; experiencia académica formadora de vida

 

El Autogobierno de la Escuela Nacional de Arquitectura

Movimientos Democráticos en la UNAM-III (1972-1980)

 

      *Alfredo Macías Narro/Reedición 2017

A manera de introducción

Han pasado ya 45 años, desde aquel  ya lejano 11 de abril de 1972, en que la proclama de creación del Autogobierno de la entonces Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM emergió con la fuerza inquebrantable de una marea furiosa y llena de dignidad, en que sus postulados teóricos, desde el ámbito de una política crítica y autonómica y con una visión de largo alcance plena de pertinencia, basada en los principios marxistas, se hace presente hoy más que nunca antes en que la derecha rupestre y retrógrada se ha hecho con la educación pública y la está convirtiendo en una mercancía de cambio, sujeta a las leyes neoliberales del mercado.

Vaya esto no sólo como un recordatorio a todas y todos mis compañeros de lucha de entonces, estudiantes, trabajadores y maestros, sino como un llamado a la unión fraterna y solidaria con el digno magisterio que lucha hoy contra la imposición de un sistema educativo enajenante y esclavista.

¡UNIDOS VENCIMOS AYER… UNIDOS VENCEREMOS HOY!

1. En la Escuela Nacional de Arquitectura, desde 1966, un pequeño grupo de estudiantes había logrado incorporar a tres profesores de la Facultad de Economía y a uno de Filosofía, para romper con el monopolio de los arquitectos-empresarios que, lo mismo enseñaban resistencia de materiales, que historia del arte. El Movimiento del 68 trajo, como una consecuencia inmediata, la línea de trabajo-estudio autogestiva, vinculada a las necesidades populares más urgentes, a diferencia de los ejercicios teóricos y caprichosos.

Orgullosamente, nació la primera brigada constituida por trabajadores, profesores y estudiantes, con el apoyo relativamente exitoso del pueblo de Topilejo, agredido por el atropellamiento de un vecino, por una unidad del transporte público. 

Así, da inicio formalmente, el 11 de abril de 1972, un largo proceso de lucha académico-política y culmina con la aprobación de la propuesta de Plan de Estudios de Autogobierno (Unidad Académica de los Talleres de Número) de la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM, cuya estructura manifestaba una novedosa manera de concebir el proceso de enseñanza aprendizaje de la arquitectura, siendo aprobado por el Consejo Universitario en 1976.

“En el mes de abril de 1972 se define en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad (Nacional) Autónoma de México, (ENA-UNAM) un movimiento académico, pedagógico y administrativo, que plantea la urgente necesidad de cambio en los planes de estudio, en los modelos de enseñanza-aprendizaje y en los organismos administrativos para adecuar la formación de los arquitectos a una realidad que hasta la fecha fue ignorada en la escuela. La enseñanza toma otro rumbo distinto, basado en los objetivos planteados por esta corriente renovadora llamada AUTOGOBIERNO…”[1]

2. Este plan de estudios, se orientaba hacia el cumplimiento de los objetivos centrales del Autogobierno, puestos de manifiesto en desplegados, marchas, mítines, volantes, plantones y conferencias, orientados hacia formar un nuevo profesional de la arquitectura, acorde con los acuciantes problemas sociales, particularmente, los de vivienda popular; asimismo, se buscaba democratizar la enseñanza, a la par de las formas de gobierno de la institución y, de ese modo, aportar a la Universidad un modelo viable, tanto para su transformación en una Universidad científica, como para definir su orientación político-social democrática y vinculada a las luchas populares.

Los SEIS OBJETIVOS, determinados democráticamente por la comunidad del autogobierno, y que fueron proclamados en asamblea plenaria el 11 de abril de 1972, son:

  • TOTALIZACIÓN DE CONOCIMIENTOS. El estudiante debe comprender las repercusiones sociales, económicas y políticas durante la adquisición de sus conocimientos y dentro de su práctica que desarrollen en la sociedad por transformarla. 
  • DIÁLOGO CRÍTICO. El proceso educativo debe ser un constante diálogo en el cual se analice y se critique, y en donde el profesor y estudiante participen activamente y es así como el profesor dejará de ser un emisor y el alumno un simple receptor. 
  • CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD NACIONAL. En la medida que el hombre conozca y comprenda la realidad nacional de su época, podrá interferirla y transformarla, no será un simple espectador, sino que será un ser activo, crítico y transformador. 
  • VINCULACIÓN AL PUEBLO. Nuestros conocimientos deberán ser enfocados a la solución de necesidades de la población obrera, campesina, colonos y pueblo en general, en el camino desarrollar la educación con y junto al pueblo.  
  •  PRAXIS. Es la capacidad de demostrar si nuestros conocimientos son correctos, mediante la asimilación crítica de los resultados objetivos de nuestra práctica social; luchamos porque la teoría, la podamos comprobar, además de enriquecerla con la práctica. 
  •  AUTOGESTIÓN. Que seamos seres capaces de gobernar nuestras propias vidas, de elegir nuestras tareas dentro de esta sociedad y que nuestros destinos no dependan de otros o de las circunstancias. La autogestión, es la forma viva y crítica del pensamiento militante y activo, es la conciencia de lo que significa estudiar, conocer y actuar dentro de una perspectiva de cambio de las estructuras sociales.  

3. El Autogobierno de la ENA, fue un movimiento educativo intenso que, precisamente a través de sus propuestas y acciones académicas, políticas y administrativas, se convirtió en la respuesta universitaria a un obsoleto y anquilosado sistema educativo, que rápidamente trascendió, en una primera instancia, las fronteras del área metropolitana y después las nacionales, para convertirse en un parteaguas en la enseñanza-aprendizaje de la arquitectura, tomándose, incluso, como modelo a seguir por otras escuelas de arquitectura, tanto nacionales como de otros países.

Sus méritos fueron ampliamente reconocidos; su incursión en concursos internacionales de arquitectura, se vio coronada por numerosos premios; la intensa y comprometida participación del sector académico, permitió la factura de interesantes publicaciones que, generalmente, se convertían en complemento didáctico indispensable para el estudiante.

Al romper con la vieja costumbre de subordinación en la relación profesor-alumno, se formaron generaciones de arquitectos críticos y propositivos, que ofrecieran alternativas acordes con la realidad de ese momento histórico; mediante la vinculación popular, se atendieron infinitas demandas urbano-arquitectónicas de la población más desprotegida, lo mismo en la Ciudad de México, que en asentamientos del interior de la república. 

“El estudiante autogobiernista se sentía comprometido con el sector de la sociedad para la que trabajaba con base en temas reales, y gustosamente acudía, ya fuese a la colonia Héroes de Padierna2] o a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, a colaborar con la solución de problemas urbanos o arquitectónicos…”3] 

4. En este tenor, hasta el mes de septiembre de 1973, las opciones encontradas de vinculación popular ofrecían al Autogobierno (salvo alguna excepción, como la extraordinaria integración lograda por los compañeros del Taller 2, con los colonos del barrio marginal, denominado “Campamento 2 de octubre”, en el perímetro de la delegación Iztacalco, D. F. y que fue definitorio del trazo urbano actual del mismo, hoy oficialmente llamada colonia Benito Juárez.) pocas posibilidades reales de concreción.  

Una gran oportunidad, se presentó en octubre de ese año, cuando se apersonaron en la ENA- AUTOGOBIERNO un grupo de obreros, provenientes del complejo industrial ubicado en Cd. Sahagún, Hgo., líderes sindicales de tres agrupaciones gremiales, correspondientes a las empresas Diesel Nacional, S. A. (DINA), Siderúrgica Nacional, S. A. (SIDENA) y Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril (CNCF), planteando de manera directa la necesidad de vivienda para los trabajadores agremiados, mediante la aplicación de fondos otorgados por el Instituto Nacional del Fondo de  Vivienda para Trabajadores (INFONAVIT). 

  • INTERROGANTES

EN LO POLÍTICO:

  • ¿Cómo establecer la vinculación con los trabajadores?
  • ¿Cómo ganar la confianza de la base trabajadora?
  • ¿Cómo se debe entender la participación de los trabajadores de base en el tema?
  • ¿De qué índole fue la relación con el Infonavit?
  • ¿Qué hacer con los honorarios pagados por el Infonavit, por concepto de trabajo de diseño? 

EN LO ACADÉMICO:

  • ¿Cómo establecer la organización de la ENA-AUTOGOBIERNO?
  • ¿Qué tiempo académico destinar al tema? 
  • ¿Cómo establecer el proceso autogestivo con la planta docente?
  • ¿Cómo manejar la Autogestión, en la estructura en proceso de consolidación incipiente         de la ENA-AUTOGOBIERNO?
  • ¿Cómo demostrar y validar el aprendizaje individual autogestivamente logrado? 

Tales problemas, eran impredecibles, dada la carencia de experiencias semejantes. El paso del tiempo y la maduración del manejo del propio tema, por parte del GEP-2[4], fue demostrando que, algunos de los supuestos teóricos de partida, iban quedando rebasados por las exigencias de la realidad.  

“Aprendemos comprometiéndonos con la realidad” GEP-2 

Responder a las interrogantes planteadas, exigió un esfuerzo extraordinario al grupo, para establecer las condiciones de vinculación y colaboración suficientes con la base trabajadora, al tiempo que conciliarlas con la finalidad de dar sustento a uno de los objetivos básicos de la ENA-AUTOGOBIERNO y era la vinculación con el pueblo.

Este postulado presentó, (originariamente en este tema y posteriormente en los sucesivos, al recuperar y difundir entre la comunidad de la ENA-AUTOGOBIERNO las experiencias organizadas)  de inicio, un problema político-ideológico importante y era que, durante largo tiempo, solamente hubo contacto con las cúpulas sindicales (las comisiones de vivienda de los tres gremios sindicales, aunque el oficialista sindicato de la CNCF se retiró de la agrupación). 

Por otra parte, en la ENA-AUTOGOBIERNO, se enfrentaba el problema de dilucidar si era correcto entablar relación con el Infonavit, organismo gubernamental de la administración del entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, cuestionado severamente por su responsabilidad en las masacres del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971. Este problema fue superado, por la constante comunicación, establecida democráticamente al interior de la escuela; al respecto, se hizo ver a las claras que, la relación vinculatoria, era con los obreros, no con el Infonavit. 

“… se acordó, en pleno ejercicio democrático de los interesados, que durante el inicio de las negociaciones con el Infonavit, la escuela será el Asesor Técnico de los trabajadores y correspondería a ellos el determinar, llegado el caso, la conveniencia de nuestra participación (…) buscar la vinculación con ellos en la medida que nuestra colaboración y trabajo fuera útil para sus propios intereses; en este caso, las viviendas”. [5]

Este problema, fue resuelto por el GEP-2/Supervisión, marcando una nueva pauta en los procesos académicos, trasladándose a vivir a Cd. Sahagún y trabajar en la supervisión de la construcción física de las 140 viviendas; comenzó a lograr paulatinos pero significativos acercamientos directamente con la base trabajadora, (con la oposición de los politiqueros técnicos del Infonavit y de las nuevas cúpulas sindicales), al mostrar los avances de los trabajos en asambleas cada vez más concurridas y organizando visitas al sitio de la obra y, lo más importante, haciendo del conocimiento pleno de la base trabajadora que el interés político de la ENA-AUTOGOBIERNO estribaba, justamente, en la vinculación con la clase obrera, como tal: 

“… en la medida que los propios trabajadores habían solicitado nuestra participación en el problema, se consideró que el único punto de unión con ellos sería la demostración objetiva de nuestra capacidad técnica, ya que el interés era de vincularnos con la clase obrera (…) Es cierto también, que la vinculación, como objetivo del Autogobierno representa implicaciones políticas e ideológicas, además de las académicas”.[6] 


[1]  Introducción a la Tesis Profesional colectiva: “Experiencia académica de la ENA-AUTOGOBIERNO en base a un tema real de vivienda obrera en Cd. Sahagún, Hgo.” Contreras Rodríguez Silvia, Iturbe Bonilla Ma. Elsa, Pozo Pereyra Víctor Manuel del, Rodríguez Becerra Efraín, Silva Hidalgo Roberto, Vargas Pino Juan Gerardo y Vázquez Días Gerardo. Méx. 1977.

[2] Colonia popular del sur de la Ciudad de México, con alto índice de marginalidad. (N. del A.)

[3] La Escuela Nacional de Arquitectura a 30 años de autogobierno”. Óscar A. Santa Ana Dueñas/Egresado de la ENA/AUTOGOBIERNO. www.esmas.com/cultura/identidades/230931.html.

[4] Siglas del Grupo Experimental Piloto No. 2

[5] Contreras Rodríguez Silvia y otros. Op.cit. 

[6] Contreras Rodríguez Silvia y otros. Op.cit.

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